NI SAILOR MOON NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN. TODO ES PROPIEDAD DE NAOKO TAKEUCHI; LA SIGUIENTE HISTORIA ES ESCRITA PARA EL ENTRETENIMIENTO DEL LECTOR.
Sigue lloviendo. Hoy ha llovido ininterrumpidamente desde las primeras horas de la mañana. Durante la tarde de ayer se fueron acumulando tras la montaña las nubes oscuras, al tiempo que los vendavales esperaban detrás agazapados, y, de madrugada, cuando estuvieron hinchadas y a punto de reventar, comenzaron a bajar a ras de suelo hasta llegar a la ciudad.
Allí se detuvieron y soltaron las primeras gotas, desde entonces no ha dejado de llover. Escucho a lo lejos un silbido que el viento me entrega, la sonata para piano No. 2 en si bemol de Chopin, mejor conocida como la "Marcha fúnebre", mis ojos se posan ante él que tirado en el suelo me mira implorando piedad. ¿Será que ya no siento algo? Al menos no por él, se retuerce entre el piso y sus fuerzas por levantarse, mientras sus ojos en agonía me suplican por ayuda. Yo no puedo sentir nada malo, en realidad siento alivio pues al fin me deshago de la persona que más dolor me causo en la vida. Después de tanto tiempo podremos estar en paz y él lo sabe.
—Ayúdame.
Dice cubriendo su cuello con la mano derecha y extendiendo su mano izquierda, pero no tengo intención alguna en socorrerlo. Entre sus dedos un líquido viscoso y cálido se derrama, es en ese momento que al fin expreso algo en mi rostro. Lo ha notado, puede que vislumbre tristeza en su mirada, extiende más el brazo… ¿Quiere darme lástima? Giro mi rostro al lado derecho para que mi lado frágil no destruya lo que delicadamente he planeado. Sé que ni él lo entiende, pero si me hubiese dejado sola todo sería distinto…
—Esta no eres tú.
Continua en un ahogado soplo de esperanza. Me asomo a la ventana y reconozco la lluvia sin acostumbrarme a esa muralla de agua interpuesta entre mis ojos y las cosas que convierten al mundo en un paisaje difícil de apreciar. Oigo con nitidez el golpeteo de las gotas aglomeradas contra el cristal, sin embargo, percibo un extraño distanciamiento con la realidad. Miro mi reflejo en la ventana y sé que él dice la verdad, la dueña del reflejo no es más la persona que creía, la dueña del reflejo es alguien a quien intentó ocultar hace años y ahora resurge como el ave fénix.
No puedo dejar de sonreír al darme cuenta del hallazgo que he hecho, pero él sigue intentando hablar. Hay algo que aprendí en los últimos años, eso es no tener lástima de las personas, se arrastra para crear algún tipo de impacto en mí. ¿Qué dirías ahora? Siento como toma mi tobillo izquierdo y no quiero mirarlo, en este momento no debo sentir una conexión, es como con los médicos, ellos deben separar sus sentimientos de sus pacientes. ¿Debo sentirme orgullosa o apenada? No, en este momento no debo ser tan frágil, mi felicidad depende de este momento, del hoy y del ahora.
—Por favor.
Suplica, ya no puedo negarme más y miro sus ojos… Son unos segundos, que parecen siglos y le sonrío, pensarás que me burlo de él, pero estás alejado de la realidad. Es amor… Lo miro con amor, acción que le hace pensar que soy un amateur y podrá manipularme.
—Sé que te están usando…
—¿Tan estúpida me crees?
—No te molestes— se ahoga.
—Entonces muérete ya.
—Vas a dejar pistas.
—No.
—Llama a emergencias.
—¿La escuchas?
Llueve con fuerza y sigo en la ventana hipnotizada por los recuerdos. De pronto en un momento de duda me encuentro con los ojos que me hacen tener valor, los ojos que me dan terror… Yo soy una niña y me encuentro allí, frente a un cielo nublado y una casona que me podía manipular a su voluntad. Un día lluvioso como el de hoy, el cual no va a acabar nunca. Los compactos nubarrones han transformado la calle en el fondo oscuro de un lienzo difuso en el que las gotas de lluvia son una inesperada metáfora de la propia existencia.
—Mírame— suplica.
—¿Lo recuerdas?
—Tú no eres esto.
—¿Esto?— lo miro.
—Recuerda quién eres.
Intento no burlarme, pero una pequeña risa se me escapa, en mi mente el asco se desborda pues fue él quien me hizo olvidar mi verdadero yo. Lo vuelvo a mirar, sus ojos parecen tenerme lástima y en realidad soy yo quien quiere hacer que abra los ojos.
—Ya viene.
—Llama a emergencias o moriré.
—Bueno, morirás una vez.
—¿Qué dices?
—Qué yo he muerto dos veces. Ahora debes dejarte ir.
—No eres tú.
—¡Tú qué sabes de mí!
Me mira con angustia, puede notar que el odio que le tengo es enorme y no se atreve a responder. Regreso mi mirada a la ventana donde todo se ve limpio. Quiero que muera para poder dejar que la lluvia lave mis pecados, escucho que se ahoga y lo miro… Es que hay un gran parecido en la vida y la lluvia, ambas son frías, amorfas y fugaces. Condenadas, al punto de caer sobre el asfalto, a la dispersión, al olvido.
—Te amo— dice en agonía.
—Soy una máquina de muerte.
—Gracias por todo.
—Soy una máquina de muerte— repito para no ceder.
—Ha… Ha… Ha… Haruka…
—Me hiciste renunciar a lo que amo.
—No lo hacías... No entiendes...
—¡Qué sabes de lo que quiero y lo que no!
Le digo mientras clavo una y otra vez el cuchillo con el que rebané su cuello, no es nada fácil para mí. Pero ya no dejaré que me manipulen más, y si lo pienso… Él intentó hacerlo toda mi vida, el coraje es lo que me hace seguir machacando su cuerpo, como sólo yo sé hacer…
—Consumado es…
Digo antes de ponerme a silbar lo que hace unos momentos el viento me trajo, lo que la muerte anunciaba y lo que por derecho me correspondía hacer, pues la vida necesita que la construyamos, no está escrita. La vida la dicta el individuo, lo recuerdo todo con mucha pena… Ahora iré por ti.
—Michiru— susurro pensando en ti.
CONTINUARÁ...
Hola chicos he regresado y con un poco de locura, emoción y ganas de escribir. Como se los dije desde la historia pasada, esta historia es algo que he trabajado con mi esposa. Me he tardado en subirla porque hay cosas que debo mejorar, porque los personajes son oscuros y porque... Kai-kun viene en camino, en realidad no sabemos si es niño o niña, pero ya viene el pequeño chamito nipón. O al menos eso quiero, también puede ser Erin en caso de ser niña, pero es un hecho viene.
Voy a responder a dos personas que dejaron comentarios en la pasada historia.
Harumi34: No me he olvidado de ti, gracias por leer el final de mi otro proyecto, quería responderte desde hace tiempo pero con las citas al doctor y otras cosa pues me fui demorando en hacerlo.
¿Por qué escribo? Porque desde mi infancia me enamoré de las historias, la emoción más grande la he sentido siempre que tengo una hoja en blanco. Pues mi cabeza puede estar pensando en mil y una historias que se hacen una o pueden ser cosas muy separadas. Al mismo tiempo es entretenido dejar que los personajes cobren vida en una hoja. En lo que escribo comparto una parte de quien soy o de lo que me molesta (como lo será esta historia), me encanta que las personas puedan reflexionar y a la vez en cada comentario me hagan crecer. En simples palabras, escribo porque disfruto dejar volar la imaginación, porque no sabrá que hacer con las voces en mi cabeza.
Zel: No te preocupes, les dije que la historia estaría para ustedes siempre y en realidad me alegra que con ella pudieras reafirmar creencias, pues lo que quise resaltar es que un amor es rosa siempre y cuando trabajes en él. Vendrán buenos y malos momentos, pero si tienes el apoyo, respeto, tolerancia y amor todo puede ser superado.
Bien chicos es el inicio de la historia y no tengo mucho que adelantar, sé que en este momento ya podrán sacar conclusiones, pero de nuevo debemos viajar al pasado para que entiendan el presente, lo que sí puedo decir es que no sé si subiré capítulos semanales o mensuales. Como siempre me encantaría conocer lo que piensan de este inicio así que dejen sus comentarios, denle follow o fav a la historia para que un mensaje les llegue cuando suba un nuevo capítulo y nos leemos pronto.
