Capítulo 1
Sonrisas y Rachel
Hola mi nombre es Quinn Fabray. Tengo 16 años y vivo en Lima, Ohio. Estudió la secundaria y estoy en el Glee Club. Es mi parte favorita de la escuela, porque en ese tiempo, puedo verla. Si por mi fuera, estaría todo el día en el Glee club, escuchándola cantar, Oh si, amo su voz; la voz de un ángel.
-Buenos días, chicos.- Saludo el profesor del club, WillSchuster. Casi estábamos todos en todos en el salón, todos menos ella. Miraba a todos lados y por ningún lado encontraba a Rachel. Si, RACHEL BARBARA BERRY. La que siempre estaba antes que el mismo profesor en el salón, se podría decir que el coro era la clase y parte favorita del día de Rachel, que como lo sé. Simple, lo noto en sus ojos, si es cursi, pero así te hace el amor… AMOR
-Perdón por la tardanza, Mr. Shue, ¿Puedo pasar?- Y allí estaba ella, con su cabello café obscuro, su habitual ropa (no a la moda) y esos ojos marrones que me hacían perder la cordura. Esta vez algo pasaba con ella, no tenía ese brillo en sus ojos que día a día la acompañan. El hecho que sea una perra con ella no quiere decir que no me importe lo que le pasa a ella.
-Claro, Rachel. ¿Todo bien?- Le preguntó el profesor y ella solo asintió con la cabeza.- Bueno chicos, el día de san Valentín está por llegar, por lo que quiero una competencia de Dúos.- Todos empezaron a gritar emocionados, yo solo rodé mis ojos. Esta era la clase de "Concursos" que no me gustaban, Rachel haría lo posible por hacer ese dúo con Finn.- Solo que esta vez, yo seleccionare a los Duetos.
-Eso no es justo, Mr. Shue.- Santana fue la primera en poner oposición.
-Oh, es muy justo Santana. Bien empezare, Brittany y Santana, Sam y Tina, Artie y Mike, Finn y Mercedes, Puck y Lauren. —Esperen, ya están los dos posibles candidatos para Rachel, eso quiere decir que. —Quinn y Rachel.- Dijo por último el profesor. Mi cerebro en ese momento no funcionaba, RACHEL era mi pareja. . —Espero que todos puedan acoplarse por que los ganadores del concurso se llevaran una cena gratis en Breastix por mi cuenta. —
-Mr. Shue, creo que hizo mal en poner parejas el mismo sexo como duetos, quiero decir, será una cena el día de san Valentín. —Dije al ver al profesor directo a los ojos
-Quinn, san Valentín no es solo acerca de amor, sino del compartir con los amigos y llevarse bien cada día. Y espero que tú y Rachel puedan comprender por qué las puse a las dos juntas. Bueno chicos a trabajar. —Dijo Schuster juntando sus manos. Algo pasaba con Rachel, siempre está hablando y simplemente ahora no alego por no cantar el dueto con Finn. Lentamente vi como Rachel se acercaba a mí, su cara denotaba tristeza, ¿Qué pasaba?
-Sé que no te hace gracia que esta tarea sea conmigo, pero por favor, ¿Podrías no insultarme el día de hoy? No creo que sea capaz de aguantarlo. —Dijo tratando de sonreír, acto que no salió muy bien que digamos.
-Como quieras, Berry. —Sí, era una total perra con ella. Pero no podía simplemente decirle: "Ey Rachel, te amo. Estoy enamorada de ti" NO! Esa no era yo. Tenía que actuar como siempre.
Rachel empezó a escribir en su cuaderno. Yo solo la miraba y una preguntó vino a mi mente. ¿En qué momento me enamore de Rachel Berry? No lo sabía, siempre en mi mente la idea de estar con Finn estaba. El "Primero amor" nunca se olvida, esas eran las palabras que en mi mente me repetía día a día, pero simplemente Finn era un completo tonto, si era cariñoso y se preocupaba por mí, pero él no era para mí. Después Puck, el me embarazo y me gustaba, esa imagen de BadBoy siempre me gusto en un hombre, pero era demasiado promiscuo para poder estar con él toda mi vida y por último Sam. Es buen chico, pero simplemente no es para mí. Entre tantos dimes y diretes, y ya a casi 6 meses sin tener novio, a mi mente se vino la imagen de Rachel. Era hermosa, aunque yo dijera lo contrario, siempre tenía una sonrisa en su rostro, sus ojos marrones llenos de sueños y ambiciones, y su cabello, oh si, ese largo y castaño cabello. A Rachel no le importaba cuantas veces le decía RuPaul, MandHands, Yeti o alguno de los muchos apodos que tenía para Rachel, creo que simplemente se los decía para negar la verdad.
-¿Quinn? ¿Estas allí?—Escuche la voz, esa voz. Rápidamente mire a Rachel
-¿Qué?—Maldita realidad.
-Estaba pensando que tal vez pudieras ir a mi casa a ver lo de las canciones. —Me miro directamente a los ojos y me perdí en su mirada chocolatosa. No había duda, Rachel Berry era el ser más bello del planeta.
-Solo porque quiero ganar esa cena. —La mire y ella solo puso una sonrisa que más bien parecía mueca.- La clase terminó y partí a mi casa. Había quedado de ir con Rachel a las 5 de la tarde. Llegue a mi casa y me metí a bañar. Al salir miré el reloj y eran las 4:30 PM. Escuche llegar a mi mama, rápidamente me cambié y baje.
-Oh, Quinny, no sabía que estabas aquí.- Dijo mi madre
-Estoy por irme. Iré a casa de una amiga.- ¿Amiga? Desdé cuando llamaba así a Berry
-Hija, esta noche saldré del país. Me iré a Londres. —Mire a mi madre. Siempre era lo mismo, desde que papa se había ido, mi madre era la de los negocios. —Sería bien que te quedaras en casa de Santana o de Brittany. Ya hable con los padres de las dos, está en ti con quien quieras quedarte.
-Está bien, mamá. Regresando de con Rachel veré donde quedarme. —Mi madre beso mi mejilla y yo la abracé. —Que tengas buen viaje mamá. Te quiero
-Yo te quiero más, Quinny. —Bese la mejilla de mi mama y salí de mi casa. El reloj marcaba las 5:20 PM, iba retrasada, típico en mí. Tomé un taxi y en menos de 10 minutos ya estaba en casa de Rachel. Al llegar toque el timbre y me abrió uno de sus padres.
-Buenas tardes, ¿Esta Rachel?—El hombre de color me miro y sonrió
-Claro, pasa…- Esperando por mi nombre
-Quinn, Quinn Fabray. —Dije extendiendo mi mano al hombre
-Evan Berry, Un placer. Rachel está en su habitación. – Dijo y me dio una cálida sonrisa. Me recordó a Rachel. – Te quedas a cenar, ¿verdad? —Yo lo miré sorprendida y no pude contestar. —No te preocupes, eso lo tomo como un sí. Adelante, el cuarto de Rachel esta escalera arriba a la izquierda. —Sonreí
-Gracias. —Evan me sonrió y yo subí las escaleras. En el transcurso pude mirar varias fotografías de Rachel, cuando era bebe, cuando era pequeña y una de la actualidad. Los tres, ella y sus padres se miraban tan felices. Llegue al cuarto de Rachel, una estrella dorada en su puerta colgaba y decía su nombre. Toqué tres veces y ella me abrió. Sus ojos estaban hinchados, había estado llorando.
-Pasa, en un momento estoy contigo. —Pase a su recamara. Todo era rosa, un cuarto como de princesas. Pero eso no importaba, Rachel estaba llorando, pero ¿Por qué?
-¿Estas bien?—Tenía que saberlo
-No, Quinn. —Y sin pensarlo corrió a mis brazos y me abrazo. Su rostro se acomodó a la perfección en mi pecho y yo actué por impulso y la apreté más a mi cuerpo. Rachel lloraba y lloraba. No se podía calmar.
-Rachel que te pasa. – Dije en tono preocupado
-Jesse St. James. – Fue lo único que escuche. Entonces era verdad, ella estaba saliendo con la estrella del "Vocal Adrenaline". Un enojo se apodero de mí, no, no era enojo, eran celos. Pasaron dos minutos y Rachel estaba ya un poco tranquila. Nos sentamos en su cama, ella seguía con su cara en mi pecho y yo la abrazaba.
-¿Qué pasó, Rachel? – Dije
-Yo sé que hice mal al engañarlos y decirles que no estaba saliendo con Jesse, pero es que él era tan lindo conmigo, Quinn. Y yo lo quería. - ¿Por qué hablaba en pasado?
-¿Qué te hizo Rachel? — Logre gesticular
-Me engaño, Quinn. Ahora lo vi con mis propios ojos. Se estaba besando con una de las chicas de su coro. —Mi cerebro no procesaba la información. Tenía ganas de salir corriendo y golpear a ese Jesse.
- Esa fue la razón por la que llegaste tarde al Club. – Dije al mirarla ya que hacía unos segundos se había roto el abrazo.
- Sí. Debí escucharlos, fui una tonta al pensar que alguien como Jesse se podría enamorar de mí. – Me arme de valor
- ¿De qué hablas, Rachel? Eres una chica increíble. Que Jesse sea un estúpido que no supo valorar tu cariño es otra cosa. – Miré a Rachel la cual me miraba incrédula.
- Creo que estoy en un sueño. —La mira confundida.- Tú, Quinn Fabray, diciendo esas cosas de mí. —La mire sonrojada
- Esto se queda en tu habitación, Berry. Si alguien lo llega a saber, te ira muy mal. – Dije amenazadoramente. A lo que ella me sonrió al igual que yo.
- Gracias, Quinn. – La miré confundida
- ¿Por qué?
- Por decirme esas cosas. – Se acercó y beso mi mejilla. Mi cara de estúpida enamorada se puso instantáneamente, pero así como vino se fue, ella no podía ver más debilidades mías, no es un día.
- No te acostumbres, Berry. – Ella solo sonrió y la puerta de su cuarto se abrió. Era uno de sus padres.
-Cariño, tu padre me dijo que no estabas bien. ¿Qué pasa? – Después me miro. – Disculpa no sabía que tenías visita. Marcus Berry, un placer.
-Quinn Fabray, encantada Sr. Berry. – El hombre me sonrió
-Ya estoy bien, papá. Quinn me ayudó mucho. – Yo solo la miré y ella me cerró un ojo acto al cual me sonroje. Su padre sonrió.
-La cena esta lista. Pueden bajar ya. – Dijo Marcus al mirarnos a ambas
-Gracias pero creo que será mejor que me vaya. – Dije al levantarme de la cama
-Oh, no Quinn. Acompáñanos a cenar. —Me sonrió y con esas sonrisas, Rachel me mataba.
-Ok. – Dije. Bajamos a cenar y todo estuvo tranquilo. Los padres de Rachel eran encantadores. Me contaron anécdotas de Rachel cuando era pequeña y Rachel solo se sonrojaba al escuchar las historias de sus padres. Vi la hora en mi celular y eran ya casi las 10. Mi celular comenzó a sonar. Me disculpe y fui a la sala a contestar.
-Fabray, ¿Dónde carajos estas? – Era Santana
-En casa de Rachel, vine para lo del concurso.
-¿Con RuPaul? —Odiaba que Santana la llamara así
-Con Rachel Berry, Santana
- ¿Pregúntale con quien se va a quedar? – Escuche que Brittany susurró
- ¿Con quién pasaras la noche? – Soltó Santana
- Aún no lo sé, Santana. Todavía tengo que pasar a mi casa por ropa. Yo te aviso.
- Ok, Q. Me avisas, porque Brit-Brit está aquí. – Dijo Santana
-Sí la he escuchado. – Brittany soltóuna carcajada
-Nos vemos, Q. – Y colgué. Me di la vuelta y allí estaba Rachel.
- Mis padres se disculpan, pero están cansados y fueron a dormir.
-Es tarde ya. Creó que debería irme. – Le dije
- ¿Te quedaras en casa de Santana? – La miré algo confundida. – Santana habla fuerte y alcance a escuchar.
- Mi madre salió del país y me quedare el fin de semana yasea con Brittany o con Santana.
- ¿Por qué no te quedas esta noche aquí? – Ok, eso no lo veía venir. Si me quedaba con Rachel, cosas malas podían pasar. – Si quieres claro. – Dijo sonrojada y con una carita a la cual no pude resistirme.
- Deja llamó a Santana. – Le dije a Santana que me quedaría con Rachel y pegó un grito en el cielo. Hizo un total escándalo, pero después se calmó y me dijo que teníamos que hablar después. Era un hecho, Santana ya sabía. Subimos a la habitación de Rachel de nuevo y me senté en su cama en lo que ella buscaba ropa para mí.
- Creó que esto te quedara bien. —Dijo al darme un short y una blusa de tirantes. Lo tomé y al tomar la ropa, un rose de su piel sentí. La sensación fue extraña, ambas nos quedamos mirando detenidamente, pero después yo rompí el contacto visual.
- Gracias. Me iré a cambiar. —Ella asintió y me metí al baño. —Estúpida, Quinn, tienes que ser tan obvia, DIOS!. – Me cambié y al salir Rachel ya estaba en su cama acostada.
-Te deje el lado derecho. Es que no puedo dormir de ese lado. – Dijo de manera tan tierna a lo que yo solo reí. Sentía nervios, todo esto fue como un sueño. Un día le hago la vida imposible y al otro soy como la madre Teresa de Calcuta.
-Buenas noches, Rachel.
-Buenas noches, Quinn. – Y se acercó a mí y me dio un beso que iba dirigido a la mejilla pero como me moví, se depositó en la comisura de mis labios. Me sonroje y vi que ella también. Pero ninguna dijo nada. Ay Dios! Que pruebas me pones.
