Hola a todos! Soy nueva en esto. Espero no aburrir a nadie con mi fanfic, que tiene como personaje principal a mi favorita de Sain Seiya y es Shaina, quien considero una de las mujeres más interesantes de la serie. La Shaina que trato de presentar es como yo concibo que es este personaje y la historia que hay detrás de ella. A lo largo del Fanfic se darán cuenta que es una mujer después todo, con traumas, malos recuerdos, orgullo, que trata de vivir la vida conforme las reglas que se le impusieron y después de muchos sucesos, se decide a vivir la vida que ella cree desear. Habrá drama, lemon, y tal vez comedia. Espero les guste y me encantaría conocer su opinión al respecto.

Sin más les presento a

Shaina...

En una misión en el reino de Sicilia, los esfuerzos de una mujer en el trabajo de parto, acompañan a los alarmas de los presos torturados en el inmueble por la noche. La mujer atada con grilletes de sus manos Pujaba con la fuerza para dar salida al ser de su vientre, la ayuda de una persona y un ayudante, quienes instan a seguir a pesar del cansancio de la joven, hasta que por fin un fuerte llanto se hizo presente y la mujer se cayó pesadamente sobre el catre en el que estaba.

La voz de un hombre en sus brazos, lo limpio y lo cubrió con los mantos observando que gozaba de buena salud, llamémosle a su ayudante y en voz baja dijo: - Ve a palacio e informa al rey que ha nacido una niña-, La ayudante con la cabeza y la salida de la prisión presurosa.

La mujer recobrando poco a poco a sus fuerzas, el permiso para ver a su hijo, la partera con la criatura en los brazos, volteo hacia la mujer y le dijo:

-Sabes que no lo tengo permitido-

- Te lo suplico, sabes bien, que después de esto, mi futuro es incierto, pero al menos quiero ver a mi hijo una sola vez, contesto la mujer con la voz cortada por el llanto.

La partera, el verso sola y con los guardias que vigilan la espalda en la escena, se hicieron las miras en la mujer que guardan silencio y se acercan a ella con el bebé en brazos.

-Es una niña, vela, es hermosa y ahora que no tenemos mucho tiempo- dijo la partera susurrando.

La mujer, sin embargo, no puede tener una relación con su hija, sino también para acercarse a la cara. - Le dije a la baby con voz entrecortada - Sólo le pido a los dioses te den la protección que me dice, que mi Diosa Atenea te proteja, que no hay páginas por mis errores -

La partera, la conmoción por las palabras de la mujer, la mejor manera de ser posible, pero le hizo saber que tenía que llevar al bebé a un lugar mejor que ese.

Por otro lado, en el palacio, como ya era la noche, el ayudante de la partera se abrió camino entre las guardias para llegar a la habitación del rey, la dormía, pero fue interceptada por uno de los más fieles consejeros del rey, quien le pregunto qué hizo ahí, la mujer le dio la información y el consejero le dijo que él sería la noticia, así como la pregunta que esperara.

El consejero entró en los aposentos del rey con cautela, sabía que su monarca tenía tiempo sin pasar una buena noche, así que pensaba de qué manera lo despertaría para darle la noticia, pero no fue necesario, ya que el rey estaba despierto, había tenido un mal sueño, esos que tenía desde que había decidido aprisionar a la mujer que recién había dado a luz. Su semblante denotaba cansancio y frustración, era evidente que acaba de despertar, estaba sudando y temblando producto del sueño. El rey fijo su fría mirada en el consejero que divisaba entre sombras, guardo la compustura, presentía las noticias que le darían.

-Su majestad, nos informan que ya ha nacido, es una niña, la reportan saludable- Dijo con voz temerosa el consejero.

- ¿Una niña? ¡Ni siquiera eso pudo hacer bien! Aun en sus últimos momentos me muestra su maldad al negarme un hijo. – Contesto con enfado el rey – ¡Maténlas! – Sentenció.

-¡Pero señor!,– protestó el consejero temeroso de provocar aún más a su rey – Me quedan claros los motivos por los cuales la reina debe de morir, pero ¿la niña? Usted mismo dijo que no tenía la certeza para determinar si era o no su hija, podría arrepentirse de su decisión. –

- No llames reina a esa mujer, nunca se comportó como mi reina- respondió con enojo recordando la traición de la mujer que antes había sido su esposa, pero tomando en cuenta las palabras de su consejero y los sueños que lo estaban atormentado, rectificó su orden– Trae a palacio a la niña, pero a ella mátala…-

El consejero respiro pesadamente, ahora él tenía que matar a la mujer a la que había servido como su reina, no dijo nada, solo asintió y salió presurosamente de la habitación y posteriormente del palacio para cumplir con la orden que se le había dado.

Al llegar a la prisión, no tuvo el valor de ver a la mujer, solo le dio indicaciones a dos guardias para que ejecutaran la orden, se dirigió a la partera y le solicito a la niña, la tomó en sus brazos y se dirigió a palacio con ella.

El consejero presento a la bebé ante el rey, quien no quiso cargarla, solo la vio y reconoció en ella los rasgos de su madre, frunció el cejo y ordenó que una nodriza la cuidara, pero no en palacio, así que dispuso de una finca no muy lejana para que ahí fuera atendida la recién nacida.

El rey, de nombre Tracios, era un viejo guerrero, que acaba de ordenar la muerte de su segunda esposa y la reclusión de su tercer hija; ya que tenía dos hijos más de un matrimonio anterior: una mujer de cinco años llamada Virmila y un varón de tres años llamado Palios.

El consejero le informo al rey que sus órdenes habían sido cumplidas y le recomendó dar la noticia a su pueblo, ya que esperaban el nacimiento de este nuevo heredero con ansías, puesto que la reina era muy querida por el pueblo. Tracios de mala gana ordenó que se hiciera el edicto comunicando la noticia, incluyendo además que la reina había fallecido durante los trabajos del parto y que el nombre de la nueva princesa era Shaina.

El rey vacilaba sobre qué hacer con esta bebé, en momentos se arrepentía de no haberla matado, consideraba como una última y cruel burla por parte de su ex reina el que él siempre tuviera que cargar con esa duda, ¿era o no su hija? Si bien, no quería hacerse cargo de la hija que pudiera ser de otro, tampoco se atrevía a terminar con su vida o quitarle los derechos que pudieran corresponderle, por temor a un castigo de los Dioses en caso de sí ser su hija. Llego la noche y en sus sueños Tracios escucho la misma voz que lo atormentaba desde hace tiempo, esa voz que en el pasado le había comunicado una y otra vez que de su nueva reina nacería la gloria de su progenie, ahora le ordenaba que respetara la vida de la bebé. El rey despertó repentinamente y temblando, ¿quién o qué era esa voz?, ¿acaso era un Dios? ¿un demonio? ¿Y porque eso, fuera lo que fuera, tenía tanto interés por esa bebé, aun antes de su concepción?