Resumen:Rachel Berry, joven y bella londinense, cumple dieciocho años sin haber alcanzado el objetivo para el que fue educada por su madre: hacer una buena boda. Por temor a que su hermana menor se case antes que ella, contrae matrimonio con una bacterióloga inteligente, educada y moralmente intachable, que la adora pero de quien no está enamorada. Después de la boda, se trasladan a Hong Kong, donde Rachel se enamora de Finn Hudson, un inglés apuesto y frívolo de la colonia asiática, con quien será infiel. Descubiertas sus relaciones adúlteras, y traicionada por Finn, se verá obligada a seguir a su esposa a una zona del interior de China afectada por el cólera. Rachel, incapaz de obtener el perdón, se entrega a labores humanitarias. El contacto con la muerte y la dura realidad la convierte en una persona nueva.
Glee y el libro en el que me baso no me pertenece, esta historia no es la clásica historia del amor es una nueva versión de la relación de estos personajes, donde no busquen encontrar al bueno y el malo en los mismo de siempre
Capítulo 1
Soltó un grito de temor. ¿Qué ocurre? Preguntó A pesar de la oscuridad que reinaba en la habitación, las cuyas contraventanas estaban cerradas, alcanzaba una expresión distinta de susto.
-Alguien ha intentado abrir la puerta.
-Bueno, debe de haber sido el ama, y algunos de los criados.
-Nunca vienen a estas horas. Saben que después del almuerzo siempre duermo la siesta.
¿Quién iba a ser, si no?
-Quinn-susurró con labios trémulos. Señaló sus zapatos, y su intención ponérselos, pero con nerviosismo, la inquietud de ella empezaba a afectarle, la entorpecía, y además le venían más bien estrechos. Con un bajo nivel de impaciencia, el alargó un calcador, se cubrió con un kimono y, descalza, se acercó al tocador. Cogió un peine y, antes de que se en el cordón del segundo zapato, se atusó el cabello desordenado. A continuación le tendió la chaqueta.
¿Cómo voy a salir ahora? Preguntó
-Más vale que esperes un poco. Me asomaré para ver si todo está despejado.
-Es imposible que mar Quinn. No hay venta del laboratorio hasta el cinco.
Quien es Hablado en voz muy baja Temblaba, y la idea de que se puede incapaz de conservar la calma en una emergencia lo exasperó. Si no hay una salva, ¿por qué diablos lo ha dicho lo contrario? Contuvo la respiración y el agarró del brazo. Siguió la dirección de su mirada de tal manera que los dos quedaron de la cara a las ventanas que daban a la galería. El pestillo de las contraventanas estaba echado. Vieron girar lentamente el pomo de porcelana blanca. No hay oído pasos en la galería, y aquel movimiento silencioso los dejó petrificados. Transcurrió un minuto sin que sonara el menor, con el español que provoca lo sobrenatural, advirtieron que el pomo de porcelana blanca de otra ventana giraba también, con el mismo sigilo, mudo y aterrador. Tan escalofriante era aquella visión que Rachel, un punto de perder los nervios, abrió la boca para gritar;
El silencio era absoluto. Se apoyó en Finn, con las rodillas temblorosas, y temió que fuera un desmayarse. Con el entrecejo fruncido y la mandíbula tensa la llevada hasta la cama y la ayudó a sentarse en el borde. Estaba tan blanca como la sábana y el mismo, un peso del bronceado, tenía pálidas las mejillas. Permanecieron juntos contemplando fascinados el pomo de porcelana. No hay palabras para una sola palabra, y eso es reparado en que Rachel se había echado a llorar.
-Por el amor de Dios, no te pongas así -susurró irritado-. Si estamos en un lío, estamos en un lío. Tendremos la cara plantar a la situación. Ella se puso un buscar el pañuelo, y el adivinar lo que quieren, le acercó el bolso.
¿Dónde tienes la corbata? -Lo dejado en la planta baja. Ay, Dios mío!
-Tranquilízate. Las probabilidades de que Quinn para encontrar el hijo de cien contra una. ¿Por qué demonios iba a regresar a estas horas? Nunca vuelve una casa en pleno día, ¿verdad?
-Nunca.
-Apuesto cualquier cosa que haya sido el ama.
Rachel esbozó una sonrisa. La voz de Finn, cadenciosa y acariciadora, la reconfortó.
-Mira, no podemos quedarnos aquí eternamente-dijimos después de concederle unos momentos para que se recobrara, al tiempo que la tomaba de la mano y la daba un suave apretón con ternura-. ¿Te ves con ánimos para salir a la galería y echar un vistazo?
-No creo que sea capaz de soportarlo.
Un poco de brandy a mano
Ella dice con la cabeza. Finn empezaba a impacientarse, no sabía muy bien qué hacer. De pronto, Rachel le apretó la mano con más fuerza. ¿Y si está ahí, esperando?
Finn se forjó un sonreír y mantiene el tono amable y persuasivo de su efecto tan consciente era.
-Eso no es muy probable. Vamos, Rachel, diez un poco de entereza. ¿Cómo iba a ser Quinn? Si ya está disponible en el vestíbulo la corbata de un desconocido y un alto contenido sin embargo bien armado un buen escándalo. Tiene uno que ha sido uno de los criados. Sólo un tipo de harina girar el pomo de esa manera.
Rachel se había sobrepuesto un poco al sobresalto.
-Pues no resulta precisamente agradable, aun cuando solo haya sido el ama.
-Sempresa cabe la posibilidad de entrar en vereda. Si es necesario, le meteré el miedo en el cuerpo. Ser funcionario del gobierno no tiene muchas ventajas, pero más vale sacarle todo el partido posible. Debia de estar en cierto Rachel se puso en el pie y se volvió con los brazos abiertos hacia la aleta, que la estrecha contra el pecho y la besó en los labios. Era tal el arrobamiento que el embargó, que resultaba doloroso; sencillamente lo adoraba. La soltó y ella se fue hacia la ventana, descorrió el pestillo y, tras entreabrir la contraventana, miró al exterior. No hay ni un alma Salió un momento a la galería y echó una ojeada al vestidor de Quinn y luego una su propia estaban desiertos, el modo que regresó al dormitorio y lo hizo una señal.
-No hay nadie.
-Lospecho que todo ha sido una ilusión óptica.
-No te burles -protestó-. Estaba aterrada. Ve a mi salita y espera. Voy a ponerme las medias y unos zapatos.
