Disclaimer: Digimon no es de mi propiedad, ni tampoco sus personajes pero escribo sobre ellos.
~¿Acortamos la distancia?
Un grupo de siete personas esperaba en la terminal del aeropuerto la llegada de una persona que venía de América. Tras años de separación, Mimi volvía a Japón para establecerse y eso llenaba de alegría a los niños elegidos que durante años habían echado de menos la presencia en el día a día de sus vidas de la Elegida de la Sinceridad.
Estaban frente a una de las puertas, muy nerviosos cuando la vieron aparecer cargada con un gran bolso de mano. La joven castaña se levantó las enormes gafas de sol y echó a correr hacia ellos con una sonrisa. Mimi se fundió en un gran abrazo con Sora y Kari, a las tres les saltaron unas cuantas lágrimas de los ojos de la emoción. Luego, fue el turno de T.K. que la recibió con otro abrazo aunque menos efusivo que el de las chicas e Izzy y Joe imitaron el gesto de rubio menor. Tai se cruzó de brazos y puso una mueca de enfado al ver que era el último en poder recibir a su amiga siendo que él había sido de los primeros en llegar al aeropuerto aquella mañana.
-No te enfades, Tai. - dijo con una sonrisa mientras le regalaba un beso en la mejilla al Digielegido del Valor.
-Es que he sido el último al que le has dicho algo. - dijo con voz de niño pequeño. Ella lo abrazó y hundió el rostro en su pecho.
-Me alegro mucho de verte. - él sonrió y la estrechó con fuerza. Finalmente, Mimi se apartó de él y por encima del hombro del moreno pudo ver una cabeza rubia y unos ojos azules que la miraban detenidamente, estudiándola.
Matt.
Mimi se separó de Tai y avanzó hacia el rubio que se mantenía impasible, se plantó delante de él con los brazos en jarras y le dijo:
-¿No piensas saludarme? - él le lanzó una mirada inescrutable.
-Bienvenida, Mimi. - acercó el rostro al de ella y le dio un beso en cada mejilla. Mimi sonrió un poco más satisfecha y algo sonrojada al ver que Matt se había mostrado con ella algo más cariñoso de lo que se mostraba normalmente.
Lo primero que hicieron fue marcharse de allí y dirigirse a casa de Izzy con la intención de viajar al mundo Digimon. Hacía tiempo que no podían visitarlo todos juntos y valía la pena hacerlo ahora que Mimi había vuelto. Las tres chicas del grupo, es decir, Sora, Kari y Mimi, emplearon el viaje para contarse todas las anécdotas que no se habían podido contar por correo sobre todo lo relacionado con cuestiones amorosas. Mimi se enteró de que Sora lo había dejado con Matt hacía más de un año y que ahora estaba muy cerca de Tai y parecía que él correspondía sus sentimientos aunque ninguno de los dos se había decidido a dar el primer paso. En segundo lugar, Kari al final había reconocido que estaba enamorada de T.K. pero aún no se había atrevido a confesarle sus sentimientos aunque no era raro verles a los dos cogidos de la mano cuando salían por ahí. Mientras hablaban, Mimi se quedó mirando fijamente a Matt que estaba de pie con la espalda apoyada en un árbol hablando con Tai. En estos años había mejorado muchísimo, se había hecho más alto y un poco más corpulento. Su pelo rubio caía desordenado dándole un aspecto rebelde y sus ojos azules aún se habían vuelto más azules...
-¡Mimi, que vas a borrar a Matt de tanto mirarlo! - exclamó Sora mientras empezaba a reír igual que Kari al ver que su amiga se había quedado atontada mirando a Matt.
-¿Qué dices? - preguntó Mimi volviendo a la realidad.
-Nada, nada... - respondió Sora sin poder para de reír.
Matt y Tai volvieron la cabeza al ver que las chicas no paraban de reír. Matt se fijó en Mimi que parecía no entender el motivo de la risa de sus amigas y les suplicaba que se le contasen. Al mirarla ahora con más detenimiento, matt se dio cuenta de que Mimi se había vuelto... increíblemente guapa y que ya no era tan... tan... ROSA como lo era antes. Se había desecho de su vestido rosa y su sombrero de cowboy para adoptar un look igualmente rosa pero que le sentaba mucho mejor y resaltaba sus puntos fuertes. Lo que no había cambiado era su personalidad, seguía tan alegre y bicharachera como lo era antes de marcharse y eso le gustaba. ¿Le gustaba?
Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos de su cabeza, Tai lo miró y levantó una ceja ante el comportamiento extraño de su amigo.
-¿Te ocurre algo?
-No, no me pasa nada. - se apresuró a aclarar el rubio.
Pasaron el día con los Digimon cerca de un lago precioso y cuando ya empezaba a caer la tarde decidieron que ya era hora de marcharse a casa así que se dirigieron hacia la teevisión que les había traído esa mañana al mundo Digimon. Mimi se quedó un poco atrás buscando un llavero que no encontraba. Matt se dio cuenta y volvió hacia atrás y se quedó parado junto a la chica que miraba entre unos arbustos con gesto angustiado.
-¿Qué buscas? - Mimi casi se murió del susto y se volvió a mirarlo con una mano sobre el corazón.
-Busco un llavero de un amigo de América. Lo llevaba esta mañana enganchado en las llaves y tan solo lo he sacado un segundo para enseñárselo a Sora y ahora no lo encuentro.
-Tampoco será para tanto. A lo mejor, lo tiene Sora.
-No lo sé... - Mimi empezó a andar con Matt a su lado. Unos metros por delante de ellos sus compañeros ya estaban atravesando la puerta pero cuando estaban a punto de llegar la pantalla de la televisión se quedó completamente negra. Matt acercó su dispositivo digital al aparato y Mimi repitió el gesto pero nada sucedió. Genial, un fallo había hecho que se quedasen atrapados... Ahora tendrían que esperar a que Izzy lo solucionase, ya había pasado otras veces pero era un proceso que llevaba su tiempo.
-Me parece que tendremos que pasar la noche aquí.
-¿Qué? ¿Por qué no podemos volver? Yo quería dormir en mi cama... - se quejó Mimi.
-Es un fallo en la puerta a nuestro mundo, otras veces ha pasado pero no te preocupes, Izzy sabe como arreglarlo. -Matt dio media vuelta y volvió en dirección al lago, ahora solo les quedaba esperar.
-Sora, ¿crees que es una buena idea dejar a esos dos atrapados en el Digimundo? - preguntó Tai.
-Claro que sí, Tai. Esos dos se gustan y mucho pero les falta pasar tiempo juntos. Kari y yo llevamos mucho tiempo planeando esto. - Tai miró a su hermana sorprendido, ésta sentada sobre las rodillas de T.K. le sonrió.
-Si no los ayudamos un poco nunca se decidirán. - le respondió encogiéndose de hombros.
-Si vosotras lo decís...
-No te preocupes. Izzy desbloqueará la puerta mañana.
Mimi se sentó en el suelo, un tanto abatida por estar atrapada en el Mundo Digital. No era que no le gustara estar allí, al contrario le encantaba, pero tras un viaje tan largo como el que había hecho no le apetecía mucho. Miró a Matt que estaba recogiendo algo de leña para al menos hacer una hoguera y tener luz.
-¿No piensas hacer nada? - dijo Matt, mirándola fijamente.
-No seas borde, por favor. Estoy cansada y lo último que quiero es discutir. ¿Que te cuesta ser un poco más amable de vez en cuando?
Matt no contestó y siguió apilando la madera, Mimi resopló. Matt seguía siendo bastante borde.
-¿Llevas algo de comer en ese bolso?
-Algo llevo.
-Vale, porque si no ya estamos bien con lo que hemos comido hoy.
Mimi se levantó, odiaba que el rubio le hablara así.
-¿Sabes qué te digo?
Matt alzó la cabeza un tanto sorprendido.
-¿Qué?
-¡Que habría preferido quedarme aquí atrapada con cualquiera menos contigo! ¡Eres lo más borde de este mundo! ¿Qué te he hecho yo?
-Tú también eres caprichosa e impertinente y yo no me he quejado. - los ojos de la castaña se llenaron de lágrimas. En parte, por haberle dicho a Matt cosas que no sentía, sí era algo borde pero tampoco tanto y en parte porque le había dolido mucho su comentario. La chica bajó la cabeza.
Matt sintió como su corazón se encongía al ver así a la chica y bajó la cabeza también. Estaba nervioso, no controlaba lo que decía, hacía tanto que no estaba con Mimi que... no sabía como actuar y ahora la había herido.
-Lo siento. - susurró el rubio pero Mimi ya no estaba ahí para oírlo – No quería decir eso... - se levantó y fue tras ella pero en ese momento oyó un grito que le heló la sangre en las venas. -¡MIMI! - gritó con todas sus fuerzas.
Atravesó una zona de bosque con el corazón en un puño y finalmente encontró a Mimi rodeada de Numemons mientras ella se moría del asco que le daban y no dejaba de chillar. Él se acercó y apartando a golpes a los Numemons cogió el brazo de la chica y la sacó de allí. Los Digimons se marcharon por donde habían venido y solo quedaron los dos. Muy cerca el uno del otro.
Mimi lo miró a los ojos y le pareció ver alivio en ellos. Suspiró al sentir la mano de Matt apartarle el cabello del rostro.
-No vuelvas a alejarte así, ¿me oyes?
-Pensaba que querías mantener la distancia entre tú y yo.
-¿Acortamos esa distancia? - Matt esbozó una media sonrisa y la cogió de la mano para volver al lago.
