¡Hola nuevamente! Antes que nada les mando un saludo muy afectuoso a todas mis fieles lectoras, agradeciéndoles infinitamente todos los comentarios, críticas, elogios y opiniones que amablemente me han hecho saber sobre mis otros dos fanfics. Es un placer recibir todo tipo de opiniones pues para mí es como un combustible que pone en marcha mis ideas, y sobre todo, me da los ánimos suficientes para crear estas historias. Esta es una de las razones por las cuales me decidí a crear otro fic; también, luego de leer como por décima vez mi primer fic "destinos inesperados" me impresioné tanto de lo que soy capaz de escribir que me dije ¿Por qué no animarme con otro? Y así es como nace este nuevo fic, que de todo corazón espero sea de su total agrado. Para quienes no me han leído anteriormente, les invito a leer "destinos inesperados" (terryfic) y "mi dulce inventor" (stearfic) también publicados en esta página de fanfiction.

HASTA QUE ME QUIERAS

CAPITULO I. RECORDANDO LOS TIEMPOS MARAVILLOSOS

Era un día nevado. El invierno ya se había hecho presente en ese mágico lugar que está lleno de los mejores recuerdos en la vida de Candy. Los presentes se encontraban preparando hasta el último detalle para celebrar una de las fiestas más importantes de todo el año: la navidad. El pequeño y humilde lugar estaba repleto de seres que se querían tanto entre sí, además de muchos niños que corrían enérgicamente de un lado a otro desesperados por abrir sus regalos.

¡Niños! Si no se comportan no les permitiré abrir ningún regalo – decía del otro lado la Srita. Pony, riéndose para sus adentros de la enorme energía que derrochaban sus pequeños hijos.

¡Srita. Pony! ¡Ayúdeme con el pavo!... ¡Auch! – respingaba desde la cocina Candy, quien estaba luchando por sacar el suculento pavo del horno.

¡Ten cuidado Candy! – le gritó Albert quien estaba ocupadísimo picando la fruta de una ensalada que era su especialidad.

Jajaja No te preocupes Albert, la cocina no es precisamente la especialidad de Candy, pero ella sabe como arreglárselas – le respondía alegremente Annie, quien también ponía de su parte preparando la harina del que sería un delicioso pan.

¡Oigan! Ya dejen de hablar de mí! – les dijo mientras se ponía las manos en la cintura en señal de enojo y a la vez que alzaba un dedo índice – la hermana María dice que yo preparo el mejor pavo – de repente olfateó algo - ¡Dios santo! – se giró al horno – ¡casi se me quema! – abrió el horno con la cara totalmente sonrojada y ante este hecho los demás presentes no pudieron evitar las grandes carcajadas.

Cuando todos terminaron de hacer sus correspondientes actividades, fueron acomodando la mesa, se sentaron tranquilamente, y con toda la felicidad del mundo brindaron y daban gracias a Dios de estar juntos compartiendo la cena de navidad. Posteriormente fue el turno de los pequeñitos de abrir los regalos que posaban debajo del gran árbol navideño, y cuando hubieron terminado de abrirlos, reír y disfrutarlos, fue ahora el turno de participar de Albert.

Yo no me quise quedar atrás – se dirigió a su empleado – George, trae los paquetes del auto por favor.

Sí señor – cuando George regresó, todos pusieron cara de asombro al ver que consigo traía dos grandes costales y de ellos comenzó a sacar muchos regalos.

Bien – dijo Albert – este es para ti, este para ti, este otro para ti… - les decía a cada uno de los niños – estos son para ustedes – les entregó los presentes a la Srita. Pony y a la hermana María – este es para Archie, este para tu novia, este es para ti, George, ah! Tom aquí está el tuyo, Paty tampoco me olvidé de ti ni de tu abuela Martha y este otro, para ti, Candy…

Tío pero no te hubieses molestado… - le comentó Archie

No es ninguna molestia, en absoluto.

Muchas gracias Sr. Andrew, es bellísimo – decía la hermana María mientras se deleitaba viendo el hermoso broche de oro con la Virgen María grabada en él. A la Srita. Pony le tocó un rosario adquirido directamente del Vaticano. A Archie un elegante suéter, a Annie unos broches para el cabello en forma de orquídeas, a George una sofisticada cigarrera, a Tom un casual sombrero de vaquero, a Paty un exclusivo collar de plata mientras que a su abuela le obsequió una fina bufanda. A los niños por supuesto les tocaron juguetes y a Candy… una amplia colección de las obras de William Shakespeare.

Antes de que terminara la amena reunión llegaron el Sr. Cartright acompañado de Jimmy, quienes no tardaron en disculparse por la tardanza, pero pasaron las celebraciones en la casa de uno de sus empleados y solo visitaron el Hogar de Pony para extender las felicitaciones correspondientes.

Posteriormente, los niños agotados por el cansancio se fueron a sus dormitorios, quedando en la sala únicamente los adultos quienes distribuidos en grupitos charlaban de muchas cosas.

Archie y Annie platicaban de lo agotados que estaban. Esta pareja parecía más de hermanos que de prometidos, pues en ningún momento se tocaban, ni mucho menos, se besaban, se limitaban a platicar y platicar. Por otro lado las monjas charlaban con la Sra. Martha y Paty sobre lo caluroso que es Florida. Tom bromeaba con George, y al otro lado de la chimenea, se encontraban Candy y Albert.

Albert… ¿Por qué me obsequiaste esto? – le preguntaba Candy mientras sostenía los libros con cierto aire de melancolía.

Por que se que te gusta leer a Shakespeare – le respondió regalándole una afectuosa sonrisa.

Sí, es verdad, pero estás seguro que solo me lo obsequiaste por eso?

Bueno, en realidad también lo hice a propósito para que te des cuenta…

¡Albert! – lo interrumpió Candy – ya hemos hablado de eso un millón de veces y sostengo lo mismo que te he estado diciendo… mi decisión ya la tomé desde esa helada noche en Nueva York y no se hable más del tema! – se levantó de golpe, se fue a despedir de todos los demás y se dirigió a una habitación a dormir.

"Pequeña… no me dejas mas opción…" muy pensativo Albert también se levantó a despedirse y tomar un merecido descanso. Posteriormente los demás integrantes hacían lo mismo.

Al día siguiente, todos se levantaron temprano, los niños para divertirse con sus juguetes nuevos y los adultos para acaparar el recalentado navideño. Pero como siempre, Candy fue la que se quedó dormida y Archie se ofreció para ir a despertarla, sin embargo no fue necesario pues se la encontró en el pasillo. Su rostro sonrojado no pasó desapercibido por Candy.

Ehh… Candy, la Srita. Pony dice que vayas de inmediato – decía Archie con cierto nerviosismo, pues Candy portaba un sencillo camisón con un amplio escote, además de que estaba sutilmente transparente. Sin embargo Candy no le tomó importancia pues la inocencia que aún tenía no le permitía sospechar si Archie la pudiese mirar con un dejo de morbosidad.

Enseguida voy, solo me lavo el rostro y me cambio, ¡y quita esa cara! – le dijo mientras le pellizcó la mejilla – ¡parece que hubieras visto un fantasma!

¡Auch! Sigues siendo muy agresiva gatita! – le dijo mientras se sobaba la mejilla y no paraba de pensar en la hermosa musa que hace unos instantes se le hizo presente.

Ya estando todos en la mesa compartieron recuerdos memorables, Candy relataba felizmente como es que Albert siempre se le aparecía en los momentos que más lo necesitaba, y ahora ya sabía que no era simple casualidad. Annie les relataba a sus madres como es que se había hecho novia de Archie; por su parte Albert también les contaba con lujo de detalle la razón por la cual no podía revelar su verdadera identidad anteriormente. Las monjas platicaban sobre los planes que tenían para el orfanato, y Albert no dudó en ofrecer toda la ayuda necesaria.

Había pasado más de un año, desde que Candy se enteró que Albert era su tío abuelo William. Se dirigió a la colina, hizo un pequeño espacio para sentarse quitando la nieve, cerró los ojos y recordó todas las maravillosas cosas que ha vivido.

"Encontré mi camino al decidir convertirme en enfermera, profesión que me llena de enorme satisfacción y orgullo. No hay algo más noble en un ser humano que el querer ayudar a los demás. Estoy rodeada de gente que me ama, pero no entiendo porque algunos piensan que no soy verdaderamente feliz, ¡claro que soy feliz! Desde hace meses que no frecuento a Elisa y Neal y eso es una gran razón para estar contenta pues ahora nadie me hace la vida imposible. Albert se la vive viajando y sin embargo siempre se hace un espacio para visitarme. Adoro ver a Annie realizada como prometida de Archie… y la Sra. Eleonor me escribió hace un tiempo porque estaba preocupada y quería saber de mí… ¿Cómo no ser feliz? Si tengo a tanta gente que me quiere y yo a ellos… "

A lo lejos, un muchacho no dejaba de observar a Candy, mientras al igual que ella, estaba muy pensativo.

"¿Porqué nunca te fijaste en mí? Sería el hombre más dichoso de la tierra al saberte enamorada de mi, mi pequeña gatita, tus ojos iluminan mis días y tu sonrisa le da vitalidad a mi alma… "

Y a ese muchacho pensativo, también lo observaban, pero de la ventana, y esa persona no dudó en salir a su encuentro.

Archie! Cariño ¿no quieres venir a tomar el té conmigo? – le decía Annie con un tono de súplica.

Eh… Sí! Claro que sí Annie… - sin tener mas opción accedió a la petición de su novia – Annie… aprovechemos este momento porque quiero hablarte de algo importante.

Por supuesto! – entraron, Annie sirvió las tazas de té, y felizmente le respondió – tú dirás.

Annie… quiero pedirte que pospongamos un tiempo más nuestro compromiso…

¿Qué? No! esta vez no! ya me has pedido lo mismo en otras tres ocasiones! O tu quien te crees que soy? Un juguete que puedes manipular?

En absoluto Annie… no te lo tomes así! Necesito tiempo para crear un patrimonio decente… no quiero vivir toda mi vida a expensas de mi tía abuela y de Albert, entiéndeme!

No! ya no te entiendo! Archie por Dios… no soy una tonta, crees que no me he percatado de que tu trato hacia mí es tan "seco"? deja de ser un hipócrita y dime de una vez que no me amas!

Annie calmate!

No me calmo! Crees que para mi pasa desapercibido el que nunca en tu vida me hayas besado… ni siquiera en la mejilla! Anda! Deja de ser un cobarde y dime que no te gusto para nada! Que te sientes obligado a estar conmigo! Anda! Dilo desgraciado! – Annie estaba muy alterada y eso mismo provocó que se le fuera encima a los golpes.

Está bien! – Archie no quería alterarse, pero ante la histeria de su novia le resultaba imposible – en vista de que ya estás tan harta y no estás dispuesta a esperar ni un poco más, terminemos de una buena vez esta absurda relación! Adiós Annie! – se soltó de ella aventándola y furioso salió de esa casa. Candy venía llegando de la colina, lo vio salir furioso, le habló pero él la ignoró. Entró a la casa y vio a una Annie destrozada con un llanto a todo lo que daba.

¿Qué pasó Annie? – le preguntó Candy muy preocupada

No te metas! – le gritó a su amiga – estoy segura que tú tienes que ver! Te odio Candy! – sin dejar de llorar se retiró también de allí.

¡Por todos los cielos! Hace unos instantes Candy estaba tan agradecida con Dios y con la vida de tener a tantos seres queridos que la amaban y ahora… Annie, su mejor amiga, su hermana, le dijo cosas terribles. "Tal vez está muy alterada… debo dejarla sola y permitir que asimile sea lo que sea que haya sucedido…" Y con el corazón lleno de melancolía, Candy se refugió en la cima del padre árbol.

Cinco, cuatro, tres, dos, uno… ACCIÓN!

*¡Qué bien hace escarnio del dolor ajeno quien jamás ha sentido dolores...!. ¿Pero qué luz se deja ver allí? ¿Es el sol que sale ya por los balcones de levante? Sal, hermoso sol, y mata de envidia con tus rayos a la luna, que está pálida y ojerosa porque vence tu hermosura cualquier ninfa de tu coro…*

¡CORTE!

¿Y Ahora qué? – gritó furioso el joven actor

Cómo que QUÉ? Tus palabras no tienen pasión! No te siento concentrado!

Pongo mi mejor esfuerzo

¿Ese es el mejor esfuerzo de GRAN Terry Grandchester? No me hagas reír! Nuevamente Tres, dos, uno ACCI…

Robert! – lo interrumpió Karen – Terry está notablemente cansado… y para serte sincera todo el elenco lo está… permítenos descansar un segundo!

Descansar, descansar! No piensan en otra cosa! Son todos unos holgazanes! – furioso se levantó de la butaca hacia los camerinos, mientras Terry, se sentaba al filo del escenario, tocándose con ambas manos la cabeza.

Terry… tranquilo, yo entiendo por lo que estás pasando, pero en algo que Robert tiene mucha razón es que tu puedes dar mucho más!

Déjate de halagos… no me van a servir en nada para sentirme mejor…

No son halagos! Increíble como tú mismo te estás dejando vencer tan vilmente…

BASTA! no necesito tu sermón Karen! – de un brinco saltó hacia los pasillos del teatro, se encaminó, y de inmediato se topó con la que es una de sus más grandes pesadillas…

Hola Terry! mi amor! Discúlpame por haber llegado tarde a tu ensayo… te traje algo de almorzar.

No estoy de humor Susana – la ignoró totalmente al igual que a la acompañante de ésta que venía empujando la silla de ruedas.

Pero que mocoso engreído! Hija… deberías desistir de la idea de casarte con ese tipo!

Mamá basta! ya estoy grandecita para saber lo que hago! Terry está muy agotado pues la obra se prolongó más de lo esperado… eso es todo, después se recupera.

¡Pues yo lo dudo!

El éxito de la obra "Romeo y Julieta" fue tan arrollador que se prolongó más de lo planeado. Tantos ensayos y presentaciones pareciera que tuvieran a Terry muy aturdido, sin embargo esto es imposible, pues la actuación es la más grande de sus pasiones. Después de regresar a la compañía Stratford tuvo que soportar tremendo escándalo, pues su imprevista renuncia ocasionó un sinfín de rumores, además de que uno que otro periodista lo observó en unas de las tantas ocasiones en que visitaba innumerables bares y de ellos salía completamente borracho. Sin embargo Terry lo tomó con buena filosofía pues se hizo a la idea de que todas sus acciones tendrían sus consecuencias. Sin embargo, había algo con lo que Terry aún no podía lidiar, y eso era, su relación con Susana. Cuando el decidió volver a su compañía teatral y rehacer su vida, no tenía pensado comprometerse con Susana, su subconsciente de cierta manera le impidió pensar en ello, pero no contaba con la astucia de la madre de Susana, quien lo acorraló inmediatamente obligándolo a hacer la celebración de su compromiso. Terry, como buen caballero que es, no objetó en ningún momento. Se hizo la celebración, y desde ese día, Susana comenzó a usar con frecuencia una silla de ruedas y eso le daba la confianza de salir más a menudo a las fiestas a las que Terry era invitado o simplemente a los ensayos de éste.

"Susana no es culpable de nada. Ella me ama y arriesgó su vida por mí, amputaron su pierna y a pesar de eso no me ha reprochado nada… ella solo espera que esté a su lado… sería un cobarde y egoísta si no le concedo ni siquiera ese deseo… Dios… como era tan feliz en la época del Colegio… por qué ni siquiera mi profesión puede darme la satisfacción que ahora necesito? "

Pensaba Terry sentado en una butaca en medio de la oscuridad que brindaba el teatro. Pronto lo alcanzó Karen.

Ya estás más sereno?

Eh… si, discúlpame Karen… pero es que ya no aguanto más…

Shhh… no necesitas decirme nada… soy tu amiga y se perfectamente que pasa por tu cabeza, solo, por favor, acéptame un consejo – la volteó a ver Terry con incredulidad – habla con Susana… no tiene ningún derecho de retenerte…

Ya está decidido Karen! No me convenzas de lo contrario! Ella y su madre me tienen atado de manos y no puedo hacer nada! entiende eso!

Pues que debilucho y cobarde eres! No sé cómo es que te considero mi amigo… - Karen echa una furia se levantó y se fue a su camerino, dejando a Terry aún mas pensativo.

"Que hago, que hago, que hago! Por Dios!"

Continuará…

La frase marcada con * pertenece a la obra "Romeo y Julieta" de William Shakespeare.

¿Qué tal? No duden en enviarme sus reviews y comentarme que les pareció este primer capítulo… no importa que les haya parecido un aburrimiento o lo que sea! Ya saben que los comentarios son como la fuente de poder de cualquier escritor de fics… muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de leer y nos vemos en el siguiente capítulo!