EL REGRESO

Resumen: Después de la guerra Hinata es mandada a una misión que se complica y se cree que a muerto, pero ¿Que ocurre cuando Hinata vuelve tres años después? Naruto siente algo por ella, Kiba tiene claro que la quiere a toda costa, pero no son solo ellos los que la desean, Sasuke y ella se han visto más de una vez durante esa misión y algo surgió entre ellos…

Capítulo 1: Volviendo al fin

La tenue luz del atardecer invadía cada rincón de konoha. Una figura se erguía frente a la majestuosa ciudad, nerviosa y al borde del colapso, tanto mental como físico. La misión a la que la enviaron hace tres años debía ser una simple de rango D, pero se complico debido a la intervención de las Akatsuki y se convirtió en una de rango S.

Respiro hondo. Una. Dos. Tres veces…

Traspasó las puertas que la llevarían a su antiguo hogar. Vestida con el uniforme de ANBU, modificado ligeramente, haciendo que se ciñera a su cuerpo, abrazando cada suave curva que poseía la joven, y llevando su largo y sedoso cabello suelto, cayendo como una cascada hasta su cintura, mientras que su rostro se veía recubierto por una máscara con el dibujode un ratón, tras la cual se escondían unos grandes ojos color lavanda con espesas pestañas; parecía una diosa, bella a la par que letal.

Pero tras aquella apariencia divina se escondía una joven insegura pese a sus habilidades y belleza, fiel y cariñosa… esa joven era Hinata Hyuuga. Ahora una joven que rozaba los veinte y ya una jounin. Había al fin vuelto de la misión que la había llevado lejos de casa, y había hecho creer a sus seres queridos que había muerto.

Si, Hinata era consciente de que la creían muerta, formaba parte de su misión, fingir su muerte, infiltrarse en las Akatsuki y extraer información. Había sido una misión ardua y complicada.

La joven no pudo evitar pensar en Sasuke, en sus suaves labios rozando su piel, en sus ojos, en su cuerpo, en todo lo que paso entre ellos…

Si, había sido una misión tremendamente complicada, con muchas reglas y prohibiciones, e Hinata, sin siquiera quererlo, las había roto todas…