Prefacio

Mi corazón había dejado de latir hace muchos años todo un siglo en realidad, pero esto era absolutamente diferente, sabía que la mayoría de mis sentimientos eran erróneos… Que estaban equivocados y que no podían ser verdaderos era solo mi mente la que estaba jugando conmigo en este momento, pero eso es algo que desde que la conocí no me había importado, era un vampiro demasiado egoísta ¿La merecía? Era algo que siempre me había preguntado y, sin embargo la situación me hacia sentir atrapado en alguna pesadilla en la que el dolor era tan fuerte que no podía ser soportable que de alguna manera no parecía ceder… Ni siquiera sabía cómo se vería mi rostro ahora porque me sentía como si estuviera perdiendo el equilibrio, y por primera vez desde hace seis meses me sentí de lo más vulnerable, frágil como si todo pudiera romperme… Ridículo me repetí… Pero ¿Me quedaba consuelo alguno? Realmente no tenía consuelo, volví a recordarme… Ella que una vez fue mi mundo porque yo la había obligado a irse, había desaparecido era como si en verdad nunca hubiera existido, porque desaparecí de la misma forma en que ella lo hizo y el mismo instante… Aunque yo no estuviera consciente de ello…