Un Regalo

By BellaCullenMasen14


Golpeaba insistentemente mi pie contra el suelo, impaciente por su llegada. El había dicho que tenía una sorpresa, algo que me encantaría. Y como la paciencia no era precisamente mi fuerte, aquí estaba: sentada, con la televisión prendida, pero sin verla realmente; y dirigiendo constantemente mi mirada hacia el reloj, preguntándome porque la aguja no se mueve más rápido.

Sin embargo, solo unos minutos después pude oír como Edward aparcaba su volvo, por lo que corrí –y milagrosamente no tropecé- hacia la ventana, pudiendo así observar como el llevaba consigo una caja. Sonreí y di palmadas- lo que me hizo recordar a Alice, la hermana de mi novio y mejor amiga- para luego trotar hacia la puerta, abrirla de un tirón y lanzarme a por él. Intente varias veces arrebatarle la caja, pero no lo logre. Pero ¡vamos!, él es ágil y yo soy extremadamente torpe- hasta el punto de no poder caminar por una superficie plana sin tropezar. No es como si fuera posible que yo –justamente yo- le quitara algo a él. Edward soltó una carcajada, para luego decir:

-¿No vas a saludarme siquiera?

Lo mire con el ceño fruncido, a lo que él solo sonrió torcidamente, por lo cual –presa de su encanto- relaje mi semblante y me acerque a besarlo.

Cuando nos hubimos separado, el me esquivo y se dirigió directamente a la cocina, por lo que indignada cerré la puerta fuertemente y lo seguí dando pisotones. El, por su parte, solo reía. El muy idiota solo reía. Lo odio.

Súbitamente, se giró y me coloco la caja en el suelo. Luego, levanto la vista, aun sonriendo.

-Ábrela.

Una deslumbrante sonrisa se desplego en mi rostro, y las palmaditas volvieron a hacer acto de presencia. Mi novio solo me miraba divertido, mientras la impaciencia me carcomía por dentro. Unos segundos después, me encontraba abriendo la caja; y una vez lo hube hecho, la sorpresa se vio reflejada en mi cara. Solté un pequeño gritito y Edward rió. Lo mire, y él me miro, para luego sonreír torcidamente. Dios, lo amo tanto. ¿En algún momento dije que lo odiaba? No sé en qué estaba pensando.

En ese momento, la sorpresa ladro – sí, es un perro-, lo que hizo que sonriera con ternura. Lo tome en mis brazos, y me acerque a mi novio, dispuesta a besarlo.

Entonces, el perro comenzó a la ladrar, por lo que me separe de Edward y me dedique a jugar con el pequeño cachorro.

-Gracias. Es precioso.

Él solo volvió a sonreír.

-¿A qué sebe el regalo?

-¿No puedo hacerle un simple e inocente regalo a mi novia?- inquirió nervioso.

-no. Bueno, sí. Me has traído regalos sin ninguna doble intención. Pero- lo mire- estas nervioso, y eso te delata.

El esquivo mi mirada y comenzó a pasearse por la habitación mientras murmuraba para sí mismo.

-Edward –lo llame, pero no obtuve respuesta-. Edward- volví a intentarlo-. ¡Edward!

Entonces se giró y me miró. Seguía nervioso y se retorcía las manos constantemente.

-¿Qué sucede?

-Nada- respondió, a lo que enarque una ceja. El, por su parte, suspiró-. Bueno, esto…llevamos tres años de novios y sé que capaz sea muy apresurado, y entiendo si la idea no te gusta. No debes decir que si solo por compromiso…-

-Amor- lo corte-, no entiendo de que hablas.

Él se acercó y tomó mi mano, para luego volver a suspirar.

-La cuestión es, que quiero quevivamosjuntos-

-¿Qué?

-quieroquevivamosjuntos-

-¿Qué?- repetí.

-¡quiero que vivamos juntos!- exclamó. Entonces, lo mire con los ojos abiertos como platos, mientras asimilaba lo que él acababa de pedirme. Vivir. Con El. Juntos. En un mismo lugar.

-Te amo- le dije antes de saltar hacia él y abrazarlo, enredando mis piernas en su cintura. Edward envolvió sus brazos a mi alrededor y nos hiso girar, mientras ambos soltábamos pequeñas risitas.

-lo tomare como un si- rio-. Y yo también te amo. Mucho.

Una hora después, nos encontrábamos en el medio de la elección del lugar donde viviríamos –que decidimos sería una casa- y la planificación de la mudanza a nuestro nuevo hogar. Dios, que bien sonaba.

En ese momento, Joshua –nombre que luego de una ardua discusión termine por ponerle al cachorro- se removió inquieto en mis piernas, por lo que comencé a acariciarlo. Entonces, tuve una duda.

-¿Amor?

-¿Sí?

-¿Qué tiene que ver el perro con todo el tema de vivir juntos?

Edward sonrió.

-Es algo así como tener la casa, los niños y el perro. Quiero que sea nuestro, que ambos lo cuidemos, y esas cosas.

- ¿y los niños?

-Quiero casarme contigo primero. Pero no te preocupes, no falta mucho para eso.

Reí, mientras me sonrojaba.

-Te amo.

-No más que yo a ti.

Edward se acercó para besarme, pero Joshua comenzó a gruñirle.

-Al parecer, tienes competencia- solté una carcajada, a lo que el bufo.


Gracias por leer.

xoxo

ju