Marioneta
Algunos dicen que era extraña, otros simplemente argumentan que ella desencajaba en ese mundo perfecto que había sido creado para alcanzar la eterna armonía, pero alguien que la vio dijo que le llamó la atención que hubiese una persona en esta tierra que decidiera caminar sola. Su individualidad molestaba a los demás y se negaba a ceder ante lo convencional, no quería traicionar su espíritu. Nadie la conocía en verdad, no su esencia, no lo que ella era.
¿Por qué alguien cuestionaría el hecho de que hay que mirar al frente? Se preguntaban las voces retumbantes y acusadoras. Pero a ella no llegaba tal sonido, e inmersa en si misma decidió continuar mirando hacia un lado y al otro, e incluso hacia arriba mientras el cielo se tornaba gris.
Todos sabían que ella atentaba contra la dichosa armonía, todos tenían un motivo para excluirla ¿entonces por qué nadie le decía nada? Será que ni siquiera eso merecía, una palabra de desprecio seria más de lo que obtendría de ellos, es mejor ignorarla aclamaban unánimes.
Pero ella no necesitaba compañía, solo añoraba liberarse de las cuerdas que sus extremidades sujetaban, solo quería liberarse de esos sentimientos que la oprimían. Soñaba con convertirse en el viento para decir por si misma el camino que su alma tomase y, así mismo, sentía lastima por los peses que nadaban dentro de la laguna de ese mundo, esos peses no tenían otro remedio más que nadar eternamente en ese diminuto estanque sin llegar jamás a conocer el océano.
Deseaba abrazar las nubes mientras el sol la llenaba de brillo, envidiaba a las hojas otoñales por tener el privilegio de danzar al compás del viento adueñándose del cielo sin límite. Y al bajar la mirada se encontró consigo misma en el pequeño lago, y de sus ojos pardos comenzaron a deslizarse un sinnúmero de lágrimas que lograron rebalsar el estanque. El agua fluyó sin cesar por días y noches hasta llegar al océano, donde los peses descubrieron lo inmenso y hermoso que el mundo podía llegar a ser y se sintieron tontos al notar que ellos habían visto tan solo una parte de él.
Ella abrazó su reflejo en el agua y alcanzó el nuevo día sin importar lo que sucedería después, extendió sus brazos y respiró profundamente antes de sonreír por primera vez y entonces se deshizo de todo lo que tenía para alcanzar lo único que quería. Sus hilos comenzaron a caer, sus temores habían sido asesinados, su cuerpo se evaporaba lentamente.
Los habitantes ignoraban el porqué de su arrogancia, debería disfrutar de este mundo manifestaban con rudeza e incomprensión. Los hilos nos sostienen justificaban agradecidos, pero ella no entendía de que servía estar a salvo si no te puedes mover. Y un día de mucho viento las nubes grises abandonaron el cielo y los pobladores de este universo despertaron para descubrir que se ella había ido. Las personas dicen que no quedaron rastros de ella pero alguien, que comenzaba a caminar solo, aun mira hacia el cielo cuando afirma que ahora está en todos lados aunque dudo que alguien se tome la molestia de escucharlo en verdad.
