N.A.: Ésta vez me decidí hacer un fic de Harry Potter, espero que sea de su agrado. Los personajes y la saga no son míos, le pertenecen a J. K. Rowling , sólo los personajes de: Dafne Wingate y Serena de Gondelaurier son míos. Igualmente la historia es mía, al igual que las ideas. ¡Disfruten!

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Empezaba ya el 4to. año para los merodeadores. Y allí estaban ellos, caminando el tramo de camino que llevaba al castillo. Como siempre, James, Sirius y Remus caminaban juntos, los dos primeros hablando de tonterías, como siempre solían hacerlo. Remus sólo los escuchaba como la mayoría de las veces. Peter caminaba tras ellos, como un perrito faldero.

—Eh, Canuto... ¿Sigues saliendo con esa chica? —Preguntó James.

—¿Con Dafne? Sí.

—Ya dime de verdad, ¿acaso crees que me voy a creer que esa chica te aguanta?

—Ya cállate, Cornamenta.

El pelinegro se echó a reír y le dio un suave empujón al castaño.

—No te pongas princesa.

—Princesa Quejicus.

Ambos se echaron a reír en cuanto el castaño dijo eso. Remus sólo suspiró al oírlos, siempre andaban haciendo esa clase de comentarios por todos y en la mayoría de sus comentarios tenían que insultar al Slytherin.

—Quieren por favor dejar de insultar al pobre Severus, ni siquiera ha pasado el primer día y ya lo están insultando.

—Rem, no te pongas de aguafiestas el primer día —Respondió Sirius, riendo.

—Eh, Canuto, mirad quién viene allí —Dijo James.

Sirius volvió la vista y miró a la rubia que caminó hasta él y tomó su brazo.

—¡Sirius!

—Hola, dulzura.

James hizo una mueca al oír eso, sacando la lengua riendo por lo bajo. Sirius al verlo, le dio un leve golpe en el hombro y éste sólo se sobo, riendo al verlo. La chica simplemente rió suavemente, prendida del brazo del muchacho.

—¿Cómo has estado?

—De maravilla, Dafne.

—Te extrañé.

—Y yo a tí, dulzura.

—Dan asco, enserio —Rió James.

—¡Cállate Cornamenta!

James se echó a reír de nuevo, mientras entraban al castillo. Pero eran detenidos por un momento, mientras le explicaban todo a los nuevos de primer año y demás. Remus miró a la rubia y la saludó al verla, Dafne al verlo sonrió y le hizo la misma seña. La chica se llamaba Dafne Wingate, y era la actual novia de Sirius, era de la misma casa. Ella tenía un cabello largo y lacio, de color rubio, y con unos ojos color miel. Era muy bonita.

—¡Pff! Lo que nos faltaba, que les tuvieran que explicar a los de primer año.

—Tranquilo Canuto, no pueden tardarse toda la eternidad —Respondió James.

—Pues espero que se apuren.

Sirius bufó, mientras tomaba la mano de su novia y mirada al gentío de alumnos enfrente de las puertas. James se apoyó en una de las paredes que habían y al voltear miró a un Slytherin pasar por allí.

—¡Eh, Canuto... Mira quien está allí! —Señaló el pelinegro.

El castaño se volvió y miró hacia donde su amigo se encontraba. A unos metros se encontraba Severus, parado y leyendo un libro. Sirius sonrió y miró a James, ambos mirándose con complicidad. El mago soltó la mano de su novia, decidido de acercarse al Slytherin para molestarlo. Remus los miró y lanzó un profundo suspiro al ver que iba a comenzar la pelea.

—¡Hey, Quejicus!

Severus al oír su nombre, se volteó pero antes de que alguno de los dos pudiera hacer algo, una chica iba pasando y se tropezó al pasar junto a Sirius. Severus al ver que la chica se había tropezado, se agachó a ayudarla pues era de su misma casa. Sirius bufó al verlo.

—¡Quítate Quejicus, no le estorbes a la señorita!

Al decir eso, Sirius se agachó igual a ayudarla. La muchacha alzó la mirada y miró al castaño. Sirius hizo lo mismo, tomando su brazo para ayudarla, pero se detuvo al verla. Los ojos de él se miraron con los de ella. Los ojos de ella eran de un color verde claro, eran muy bellos. Sirius se quedó mirándola un buen rato, observándola más detenidamente. Su cabello era castaño y largo, el cuál caía en ondulaciones en su espalda.

—Ejem.

La muchacha tenía ambos brazos sostenidos por ambos jóvenes, y tratando de llamar la atención de ambos. Severus igual se había distraído unos momentos mirándola. Ninguno de los dos tenía intenciones de soltarla, hasta que Sirius se percató de que Severus estaba allí.

—Quejicus le estás pegando tus gérmenes.

Severus miró a Sirius y gruñó un poco al oírlo.

—¿Te encuentras bien? —Preguntó el Slytherin a ella.

—Sí, yo...

—Por Merlín, Quejicus lárgate de aquí —Dijo Sirius, empujándolo lejos.

La chica hizo intento de sostener al Slytherin al ver que él se había tambaleado cuando Sirius lo había empujado. Sirius al ver que Severus se alejaba, miró a la chica y sonrió.

—Perdona a este... Tarado, ¿de qué casa eres?

—¿Que no es obvio? —Respondió la chica, resoplando levemente.

Sirius bajó la mirada y miró el emblema de Slytherin en su uniforme, se sorprendió un poco. ¿Cómo era que alguien tan hermosa como ella estaba en esa casa? No lo comprendía, pero aún así, debía admitir que ella no era como las otras chicas de Slytherin, ella era diferente por lo que veía.

—Conque una Slytherin, ¿eh?

—Sí, así es.

—Un placer conocerte.

La muchacha lo miró de arriba a abajo. Debía admitir que pasar ser de Gryffindor, él era muy guapo. Por un momento se distrajo, mirándolo. Tenía un físico ejercitado, no tanto, pero podía verse. Luego miró su rostro, él tenía una bella sonrisa. Se sonrojó un poco al percatarse de que estaba mirando sus labios.

—Supongo que el placer es mío —Respondió ella.

—Me llamo Sirius Black.

—Un Black, ¿eh? Tu hermano es Regulus, ¿verdad?

—Sí, lo es... Pero yo soy mucho más guapo.

La joven se echó a reír al oír eso.

—¿Qué? Es la verdad..

—Claaaaro.

Sirius torció los labios y volteó a ver, percatándose de que comenzaban a abrir las puertas del Gran Comedor. Pronto todos comenzaron a entrar, y pudo ver que la joven estaba a punto de seguir a los demás. Apenas y ella había avanzado unos cuantos pasos, cuando él la tomó del brazo, jalándola suavemente.

—Espera.

—¿Qué? —Se volteó ella, mirándolo con aquellos ojos verdes que a él le habían gustado.

—¿Cómo te llamas?

La joven sonrió, soltándose del agarre de él y acercándose un poco.

—Serena... Serena de Gondelaurier.

Respondió, antes de darse media vuelta y entrar al Gran Comedor, seguida de Narcissa y Bellatrix Black. Sirius la miró y formó una sonrisa ladina, Dafne lo esperaba del otro lado.

—Sirius, vamos...

El interpelado asintió, y miró por última vez a la chica. Miró como ella se iba a sentar a la mesa donde estaban los de su casa, se entretuvo un momento mirando a la chica, observó como sonreía y como su cabello se movía cada vez que ella volteaba o se acomodaba en su asiento. Nunca había visto a ninguna chica igual a ella.

Salió de sus pensamientos al sentir que la rubia le tomaba del brazo.

—¿Sirius?

El chico volteó, mirando a Dafne y se inclinó para besarla rápidamente. Ella satisfecha, jaló su brazo para entrar al Gran Comedor. Sirius la miró y caminó junto a ella, mientras le dedicaba una última mirada a aquella Slytherin, formando una sonrisa ladina. Repitiendo aquél nombre en su mente.

—Serena... Serena de Gondelaurier.