✦Chapter.1✦


Cuando el último Pokémon de mi contrincante cae debilitado frente a su entrenador, dejo escapar el aire que había estado aguantando mientras miro a Nyx, ella clava sus ojos rojizos en mí, agotada.

—Ha sido un buen combate. — Digo al entrenador que se ha presentado como Ash, el chico sonríe antes de acercarse, por lo que imito su gesto antes de extender la mano hasta él. — Hacia tiempo que ningún entrenador derrotaba a casi todo mi equipo.

—Realmente eres muy fuerte, cuando hablaban de ti no imaginaba que sería tanto. — Me dice con un brillo en sus ojos. — Espero poder volver a pelear contra ti.

—Ya sabes dónde estoy. — Respondo antes de meter a Absol dentro de su Pokeball. Todo mi equipo necesita descansar urgentemente, y más aún después de semejante combate, tanto ellos, como yo. — Tú también eres bastante fuerte, hasta ahora solo ha habido dos personas que te hayan superado.

—¿Consiguieron que usarás el último Pokémon de tu equipo? — Me pregunta mientras ambos vamos hacia la salida, yo simplemente asiento. La verdad es que nadie más ha conseguido que use a Ondina. — Tienen que ser muy fuertes como para conseguir algo así de la Campeona.

—Lo son. — Afirmo sin dudarlo, tanto Sun como Gladio habían estado a punto de ganarse el título cuando vinieron a enfrentarse a mí. — Diría que son los entrenadores más fuertes que he conocido.

Cuando llegamos a la salida, al ver a mis amigos, sonrío antes de ir hasta ellos.

—Así que no has logrado ganar. — Al escuchar decir eso a Sun, entrecierro los ojos mirándole y él, prácticamente me fulmina con sus ojos grisáceos. — ¡No podías haber usado más Restaurar Todo!

—Al menos te has esforzado, Moon es muy fuerte.

Parpadeo varias veces mirando a mi primo, que está despotricando porque mi rival hubiera perdido y a Tilo que sonríe con las manos en su nuca. Intento entender qué es lo que pasa hasta que veo a Gladio venir junto con una chica que nunca había visto, tiene el pelo corto y rubio miel. Sin poder evitarlo hago una mueca de disgusto ante ello, aunque trato de recomponer mi gesto al ser consciente de ello, noto un golpe en mi costado lo que me hace fruncir el ceño y girarme a ver al responsable. Tilo tiene una sonrisa burlona dibujada en su cara, lo que hace que mis mejillas se coloreen levemente. Lo ha visto.

—¿Qué tal te ha ido? — Pregunta la chica llevándose las manos a la espalda, sus ojos azulados están posados sobre Ash esperando una respuesta.

—No lo he conseguido. — Dice mirándome. — Pero ha sido un gran combate.

—Entonces ha perdido. — Gladio se hace oír, aunque he reusado mirarle desde que ha llegado hasta nosotros, ahora lo hago. Pero él está mirando al excampeón, bueno, más bien está mirando cómo retrocede un par de pasos. — Paga.

El rubio le extiende una mano en su dirección, y esa palabra confirma casi todo.

—¿Habíais apostado? — Inquiero arqueando una ceja, la verdad es que eso me lo esperaba de Sun, pero no de Gladio.

—¡No!

—Sí. Págame. — El ex miembro del Team Skull hace un gesto remarcando que la palma de la mano sigue vacía.

—¿Qué habíais apostado exactamente? — Pregunto cruzándome de brazos, ligeramente divertida por la situación por ver como mi primo tiene que desprenderse de una cantidad de sus valiosas monedas.

—Que ibas ganar, primita. Claramente. — Tamborileo los dedos sobre mi brazo, obviamente, sin creerle. Aunque, eso significa que Gladio había apostado por mí… No puedo evitar mirarle de reojo, aunque no me mira a mí. Sin embargo, eso hace que note como mi corazón comienza a golpear con fuerza contra mi pecho. Confiaba en que iba aganar… — Tenía que intentarlo.

Al final, suspira resignado y le tiende una pequeña bolsa de dinero a Gladio

— ¿Sois primos? — La pregunta de la chica me descoloca un poco hasta que lo proceso, veo como Sun sonríe levemente. Imagino que ambos debemos de haber pensado lo mismo, en aquella persona que nos hizo la misma pregunta nada más llegar a esta región.

— Claro que lo somos, ¿No nos parecemos?— Digo juntándonos a ambos para que vean nuestras similitudes.

—Suéltame. — Protesta apartándose de mí, lo que me arranca una carcajada. Nunca le ha gustado ver como la cantidad de su dinero desciende rápidamente.

—A todo esto, ¿de qué os conocéis? — Pregunto mirando a los cinco.

—Sun y yo conocimos a Ash en la tienda de Malasadas y Serena ha venido a acompañar a Ash antes de entrar a la Liga. — Me dice Tilo señalando a ambos. — Y Gladio les conoció en la Fundación Æther cuando les llevamos.

—¡AAAAASH! — Cuando reconozco la voz del Profesor Kukui, todos nos giramos para verle venir. — Imagino que no has sido rival para Moon. — El joven niega levemente con la cabeza. — No te preocupes; ni Tilo ni Gladio ni Sun fueron rivales para el orgullo de Alola.

Cuando la atención de los seis se centra en mi, noto como mis mejillas se colorean levemente. No quiero que me miren, no quiero que me mire.

—B-Bueno, creo que debería ir a curar a mis Pokémon. — Digo tratando de huir de las miradas de asombro. Aunque ya llevo bastante tiempo siendo la Campeona de Alola, aun no me he acostumbrado a que la gente me mire y me reconozca automáticamente, así como a que hablen de mis logros conmigo delante.

—¡Te acompaño! — Ante el ofrecimiento de Tilo, le dedico una sonrisa, a la que el corresponde con el mismo gesto. — Luego podemos vernos todos en la tienda de malasadas de Hauoli.

Ambos nos adelantamos hasta que el grupo entero comienza a moverse.

—Yo me iré a casa, si eso nos vemos luego en la tienda. — Se despide Sun antes de emprender la marcha. Siento un pinchazo en el pecho al ver a mi primo irse. Sé cuál es la razón para irse tan pronto a casa, al igual que sé lo que lo que va a encontrar. Así como también soy consciente de las emociones que le inundarán al llegar a casa. Miro de reojo a Gladio, él no ha comentado nada, y esa es toda respuesta que necesito. Sigo la distancia que recorren sus ojos esmeraldas y veo lo poco que queda del azabache.

—Acompañaré a Sun a su casa, nos vemos. — Se despide también Kukui de nosotros antes de pegar una carrera en dirección al excampeón de Alola, imagino que querrá saber cómo está.

—Tengo que ir también al centro Pokémon, así que iremos con vosotros.

—Claro, así podéis ir contándome cómo ha sido vuestro combate. — Mientras Tilo avanza con Ash y Serena me giro para ver al miembro del grupo que se ha rezagado.

—Gladio. — Le llamo haciendo que salga del trance en el que se había metido. Cuando nuestros ojos se encuentran, a pesar de que frunce el ceño, puedo ver la preocupación que siente. — Seguro que estará bien.

—Estoy seguro de ello, pero no es normal en ella dejar de enviar cartas para contarnos como está por Kanto, aunque sea una breve nota para decir que está bien. Pero ya ha pasado un mes y nada.

—Todos estamos preocupados por ella.

—Lo sé. — Me dice desviando la vista finalmente de mi primo para mirarme a mí. — Pero eso no va a arreglar nada. He hablado con varios empleados de la Fundación y se quedarán al cargo de todo. — Ante sus palabras, no puedo evitar alterarme. Que se queden al cargo solo puede significar una cosa.

—Iré contigo. — Digo antes de que sea él quien lo haga, ante mis palabras, el chico frunce el ceño mirándome. Imagino que no estará conforme con ello.

—Iré solo, Silvally será mi única compañía. Vosotros, tenéis que quedaros aquí.

—No pienso quedarme aquí mientras Lylia puede estar en peligro. — Le respondo antes de cruzarme de brazos, para reafirmar mis palabras.

—Y yo no pienso dejar que vengas conmigo. — Me contradice imitando mi gesto.

—¡Tortolitos, tengo hambre! ¡Daros prisa! — La voz de Tilo silencia por completo mi respuesta, ante lo no puedo evitar colorearme más que una baya Tamate. Nerviosa, me agarro el nudo de la camiseta mientras desvió la vista al suelo y escucho las risas del trió que va por delante. ¿Por qué tiene que hacer ese tipo de insinuaciones? Cada vez que menciona algo así, tengo miedo de que Gladio se entere de lo que siento por él. Sin embargo, cuando alzo la vista lo justo para mirarle, no me mira a mí, ni siquiera a Tilo. Sus ojos esmeraldas están clavados al frente mientras comienza a caminar hacia ellos. También, veo como su mano derecha está apretada en un puño.

¿Tanto le ha molestado el comentario?

Antes de que pueda hacer algo, el rubio ya me ha sacado un par de pasos de distancia, por lo que corro la distancia que nos separa para alcanzarle y luego, reunirnos con los demás. Cuando llego, me aseguro de dejarle claro al moreno lo poco que me ha gustado su comentario, aunque no parece que mirarle mal vaya a servir de mucho, pues solo he conseguido que comience a reírse aún más. Escucho como Gladio chasquea la lengua antes de hablar.

—Yo también me voy a ir, me necesitan en la fundación. — Al escucharle, automáticamente vuelvo a la conversación de hace unos minutos. ¿Realmente va a irse así como así? Cuando me giro para encararle con el tema, me está mirando. Aguanto la respiración durante unos segundos hasta que descifro su mirada. Me está retando, y yo acepto gustosa el reto.

—Iré contigo. — Digo levantando la barbilla para hacerle ver que no va a conseguir que cambie de idea. Escucho a Tilo protestar porque "le voy a dejar solo", pero mi atención está puesta en el rubio. Después de todo, el no es consciente sobre el tema al que nos referimos.

—Claro que no, Lunita. — Al escuchar su forma de decir el apodo –que todo el mundo conoce gracias a Sun- entrecierro los ojos mirándole. — Acuérdate, sólo Silvally. Nos vemos.

Antes de que abra la boca para protestar, Gladio ya está empezando a alejarse. Idiota. Resoplo antes de continuar andando seguida de los otros tres. ¿Cómo puede atreverse a abandonar Alola sin nosotros? ¿Cómo puede pensar siquiera que yo le voy a dejar hacer eso? No, Gladio es consciente de que no le voy a dejar… ¿Entonces? ¿Por qué desafiarme así?

—¡MOON! — Pego un grito al escuchar como Tilo suelta todo el aire retenido a la par que dice mi nombre. Cuando me giro a verle, nuevamente tiene ese gesto que estoy comenzando a odiar.

Lunita, ya sabemos lo loca que te tien-

—Cállate. — Acompaño mis palabras con golpe en su hombro, noto como la sangre vuelve a reunirse en mis mejillas mientras miro de reojo al par que mira preocupado a un Tilo se soba el brazo.

Cuando llegamos al centro, mientras la enfermera Joy nos atiende, Ash comienza a contarle a Serena y Tilo como ha sido nuestro combate. Solo cuando esperan que añada algo es cuando abro la boca, si no me mantengo callada escuchando. Aunque rápidamente vuelvo a quedarme atascada en mis pensamientos, pues lo ocurrido al salir de la Liga me ha traído de nuevo las preocupaciones que había metido dentro de una caja.

—¿Y qué quieres hacer antes de irte de Alola? — Acompañando esa frase, llega un pequeño pellizco a mi brazo para sacarme de la ensoñación. Cuando busco la mirada de Tilo, saber lo que quiere decirme resulta demasiado sencillo.

"No te preocupes."

Esa es la frase que llevo oyendo una y otra vez, esa es la frase que nos repetimos todos una y otra vez.

—Me gustaría conocer a todos los guardianes de las islas. — Dice Ash con una sonrisa. — Me dijeron que tanto Sun como tú llegasteis a conocer a Tapu Koko. — Asiento con la cabeza, recordando ese momento. Cuando conocí a Tapu Koko, conocí a Lylia también. Una sonrisa diminuta trepa por mis labios, supongo que en ese momento no imaginé lo que ese encuentro significaría. — ¡¿Podrías contarnos cómo fue?!

La pregunta me pilla por sorpresa, pero sin embargo lo hago.

—Fue al poco de llegar a Alola con mi madre, Ni siquiera había desempacado las cosas cuando el Kukui entró en mi casa diciendo que el Kahuna quería darme a mí inicial. — Aun puedo recordar perfectamente los nervios que sentí en ese momento, como apenas pude dormir la noche que llegamos aquí. — Cuando llegamos al Pueblo Lilii no había rastro ni de Kaudan ni de la ayudante del profesor.

» De alguna forma, mientras buscaba al Kahuna, me encontré con Lylia. Ahí conocí a los tres, tanto a Lylia como a Tapu Koko y claramente, a Nebulilla. — Cuando mi mente convoca la imagen del pequeño Pokémon, siento un pequeño deje de tristeza. Después de todo, todos esos sucesos los comparto con alguien del que no sé anda. Antes de que continúe hablando, Tilo es quien le explica a Ash y Serena quienes son Lylia y Nebulilla aunque omitiendo algunos aspectos. Siento como me coge la mano antes de continuar hablando, en un intento por darme fuerzas.

Nebulilla fue atacado por unos Pokémon salvajes, aunque cuando fui a salvarle, fue mi primo quien terminó por hacerlo. Aunque el muy idiota nos metió un susto enorme, al final, Tapu Koko fue quien los salvó a ambos a causa de una explosión que había sido creada por Nebulilla.

Al terminar de relatar, mi vista termina por clavarse en el suelo, siento el apretón que me da mi amigo en la mano y, aunque se lo devuelvo, siento que no llega como debería ser.

—Mi encuentro con Tapu Koko no fue tan interesante… ¡Aunque gracias a él tengo una Pulsera Z!

—Tapu Koko es muy caprichoso…— Suspira Tilo a mi lado.

—Bueno, supongo que algo de razón tendría. Consiguió hacer todo el Recorrido Insular. —Murmuro mientras gesticulo con mi mano libre.

—Vuestros Pokémon ya están curados. — Los cuatro agradecemos a la enfermera antes de salir del Centro Pokémon.

—Ahora, ¡A la tienda de malasadas! — Exclama Tilo mientras se lleva las manos a la nuca. Cuando se gira para mirarnos al resto, sus ojos se encuentran con los de Serena. — Espero que tu novio te haya llevado ya a comer malasadas.

La cara de la chica adquiere un tono rojizo antes de comenzar a farfullar cosas de las que solo logro distinguir un "no es mi novio."

—Y Moon, tu deberías pedirle una cita en la tienda. — Ahora soy yo la que termina por colorearse mientras de fondo escucho la risa de ambos chicos, la cual aumenta cuando le doy una patada a Tilo.

—¡No quiero tener ninguna cita! —Exclamo antes de pasarme las manos por el rostro completamente avergonzada. ¿Por qué tuve que decirle que me gustaba? ¿En qué momento esa me pareció una buena idea?

—¿Entonces no sois novios?

—¿Qué?

—¿Eh?

Ambos nos quedamos mirando a la rubia, que alterna la vista entre nosotros, antes de echarnos a reír.

—¿Q-Qué pasa? — Pregunta algo consternada.

—Tilo y yo solo somos amigos. — Digo tratando de calmar este ataque de risa tan tonto. Cuando me giro para ver al moreno, se está agarrando a Ash mientras continúa riéndose.

—Pensé que erais pareja, por lo de daros la mano y eso…

—No… No… Los gustos de Moon son alg- — Otra pata termina por silenciarlo.

—Que te calles.

—Deberías decírselo.

—Deberías cerrar tu bocaza. — Digo frunciendo el ceño. No quiero hablar de esto delante de ellos.

—No tiene nada de malo que te guste alguien. — Dice Serena llevándose una mano al pecho. — Y tampoco tiene nada de malo que lo sepa.

Mientras habla, sus mejillas vuelven a colorearse. Así que a ella le gusta alguien… Mientras continuamos andando, cuando mi silencio ha dado por finalizada esa conversación, me digo que ahora no es el mejor momento para una confesión.

El resto del viaje, transcurre en silencio excepto por algunos comentarios de Tilo a los que alguna vez responde Ash. Serena se ha quedado rezagada siguiendo mi paso, pues ambos chicos van delante de nosotras.

—Yo creo que no es el mejor momento para que lo sepa. — Susurro solo para que ella me oiga, ante lo que ella clava su vista en mí, pero yo rehusó su mirada mirando la mochila de Ash. Siento como se detiene apenas durante un segundo, su silencio ha sido la única respuesta que he obtenido y casi lo prefiero así. Ni siquiera sé porque se lo he comentado a ella.

Cuando llegamos a la tienda de malasadas, aunque somos los primeros en llegar, Tilo ya ha entrado para comprar. Me siento en el bordillo apoyando mis codos sobre las rodillas y la cabeza sobre mis manos. Está siendo un día demasiado largo.

—Debería ir a buscar a Sun. — Murmuro más para mí que para los demás, quiero saber cómo está. Sin embargo, quien ha sido mi rival de hoy me ha escuchado.

—No creo que tarde mucho, además, Gladio aún no ha llegado. — Alzo la vista al cielo. Supongo que Ash no tiene ni la menor idea del peso que está rondado a este grupo. Solo espero que Gladio, al final, no se vaya solo. Con preocuparme por Lylia tengo más que suficiente.

—Entonces iré a dar una vuelta. — Digo antes de levantarme, solo quiero moverme. Veo como Ash va a continuar hablando, pero Serena niega con la cabeza, lo que hace que el chico guarde silencio.

Tomo eso como que me dan permiso antes de comenzar a dirigirme hasta la playa. Desde que llegué a Alola caminar por la arena cuando tengo algo en mente se ha convertido en una costumbre. Sigo la orilla dejando que mis pies se mojen con cada ola que llega.

He evitado pensar en todo lo que está pasando y más o menos, lo he logrado gracias a los continuos combates que tengo que librar, pero supongo que ya no se puede evitar. No detengo mi paso hasta que llego a una zona rocosa, fijándome así, en la persona que está sentada sobre ella. Simplemente camino para alcanzarla quedando a su lado.

—No había nada. — Contengo un suspiro. Eso no era ningún secreto para nadie. Pero de entre todos nosotros, él que aún espera con ansias ver un sobre en el buzón, es Sun. — He pensado ir a buscarla.

Apenas lo dice en un murmuro, pero ni siquiera el oleaje ha evitado que lo oiga. Al final, termino por sentarme a su lado.

—Puede haberle pasado cualquier cosa, aunque últimamente las cosas estén más calmadas en Kanto. Cualquiera puede haber visto en ella un objetivo fácil.

Siento el impulso de decirle que ella no es débil, que puede hacerle frente a cualquier cosa que se proponga. Pero sé que lo que está hablando en el chico, es su preocupación y no lo que piense de ella.

—Lylia es fuer-

—No hace falta que lo digas, se que lo es. — Me interrumpe antes de levantarse. — ¿No pensarías tu igual si fuera Gladio quién estuviera en esa situación?

—Obviamente. — Murmuro meditando sus palabras. Sun tiene razón, la preocupación me haría reaccionar de una forma similar. Veo como mi amigo asiente antes de tenderme la mano para que me levante.

—Deberíamos ir yendo a la tienda o sino lo más seguro es que nos quedemos sin malasadas. O que Tilo me mate por hacerle esperar. —Dice comenzando a tirar de mi mano para que apresuremos el paso. Dejo que me arrastre mientras mis ojos vuelven a mirar en dirección al océano. Tal vez todos pensemos igual y queramos ir a buscar a Lylia. —Seguramente ni haya tenido la decencia de esperarnos un poco.

Prefiero no decirle que Tilo no ha esperado a nadie, que en cuanto hemos llegado a la tienda, el ya ha entrado sin pensárselo demasiado. Cuando llegamos a la tienda, Gladio ya está ahí también. No alcanzo a escuchar lo que dicen, pero a juzgar por la cara que tienen tanto Gladio como Tilo, lo más seguro es que el último este metiéndose con el rubio, pues su rostro está completamente sonrojado. Y yo tengo ganas de darme cabezazos contra la pared porque el rubor sobre sus mejillas me parezca lo más adorable del mundo.

—Alola. — Saluda Sun una vez que ambos hemos llegado, lo que hace que la atención del grupo se centre en nosotros.

—Llegas tarde, ¡Y yo qué te estaba esperando para comer Malasadas contigo! Has tardado tanto que he tenido que comerme media docena a tu salud. — Murmura Tilo antes de hacer como que se limpia una lágrima. Sun alza una ceja mirando al moreno.

—No creo que eso sea un gran problema para ti.

—Claro que no, pero me he comido las tuyas.

—Me lo he imaginado…— Mientras ambos hablan, mi atención se centra en los tres restantes.

— ¿Están ricas? — Pregunto al ver la Malasada que llevan en las manos.

—Están muy ricas.

— ¡DELICIOSAS!

—Como siempre. — Asiento a la respuesta de los tres.

Serena está sentada muy cerca de Ash. Lo que me hace cuestionarme si será él el chico que le gusta. O si son pareja. La chica, al fijarse en la dirección que tienen mis ojos, se apega un poco más a Ash, mientras que un resoplido consigue apartar mi atención de ambos. Cuando me giro para ver al causante del ruido, Gladio tiene sus ojos clavados sobre mí, si no fuera porque me parece algo irracional, diría que tiene una mueca inconforme en el gesto. Aunque apenas puedo apreciarla, pues ha borrado ese gesto en cuanto ha visto que tenía mi atención. Ambos nos mantenemos la mirada hasta que es él quien la aparta para mirar a mi primo.

No soy consciente de que mis mejillas se han coloreado hasta que Tilo hace un gesto con el dedo índice sobre las suyas propias. Automáticamente me llevo mi mano diestra en un vano intento por cubrir ese color rojizo, lo que le arranca un par de carcajadas a mi amigo. Sin embargo, después de que eso ha pasado, no puedo evitar pensar como Gladio miraba a Ash cuando la rubia se ha acercado más a él, eso hace que me cuestione si a Gladio le gustará alguien.

—Moon. — Cuando escucho la voz de Serena llamarme, me obligo a apartar la mirada del trío. — ¿Te gusta Gladio?

Siento como el color se esfuma de mi cuerpo, pues junto a esa pregunta, la conversación que mantenían los chicos ha cesado. No quiero girarme, no quiero saber si los tres están mirando en mi dirección a la espera de mi respuesta. Los ojos azules de Serena se desvían de mí en dirección al rubio, Ash sigue su mirada y es entonces, cuando veo la sorpresa en el rostro de ambos. Pero cuando me giro para ver la causa, solo me encuentro con que tanto mi primo como Tilo tienen una sonrisa burlona en sus labios, una sonrisa que no va dirigida a mí, sino al Gladio. Que termina por suspirar antes de poner su ya típica pose, causando que tanto su flequillo como su mano, cubran su rostro.

—Moon, ignora esa pregunta. — Asiento levemente, aunque realmente no sé por qué, pero prefiero no tener que contestar. — No está bien meterse en la vida privada de las personas, y mucho menos, ponerlas en una situación comprometedora.

Una pizca de pánico se instala dentro de mi sistema nervioso.

Lo sabe.

Sabe lo que siento por él.

—Bueno, bueno, dejando de lado los temas amorosos de lado. — Siento la mano de Tilo sobre mi hombro acompañada de sus palabras. — Creo que tenemos temas más importantes que avergonzarnos entre nosotros y gastar bromas de mal gusto.

Agradezco el cambio de tema, al menos, hasta que se dé que va a tratar. Conozco la postura de todos respecto al tema, al igual que sé cómo va terminar.

—Es cierto. Aunque se lo he comentado antes a Moon, creo que estaría mejor si todos lo supierais. — Cuando Sun comienza a hablar, la atención de todo el grupo recae sobre él. — Lo llevo pensando desde hace más o menos una semana, pero he decidido que me iré a Kanto pasado mañana.

La nueva información añadida hace que le mire, obviamente reprochándole por no haberme contado eso. Veo como Gladio hace una mueca, y ante eso, yo me marco una victoria, después de todo, no irá solo.

—Parece que no he sido el único. —Murmura el antiguo miembro del Team Skull mientras se lleva la mano diestra a la frente.

—¿Tu también lo habías pensado? —Cuestiona Sun.

—Creo que lo hemos pensado todos. — Dice Tilo antes de esbozar una sonrisa, sumándose a la idea de partir a otra región.

—¿Vais a ir a Kanto?

—Según parece, sí, nos vamos a Kanto. — Me apresuro a contestar, lo que provoca que Gladio entrecierre los ojos mirándome. — Todos. — Enfatizo, dejándole claro que he ganado.

—¿Y qué vais a hacer con la Fundación y la Liga? —Pregunta Ash.

—Zyra.

—Kukui.— Quiero pensar que al profesor no le importará quedarse al cargo mientras buscamos a Lylia.

— Yo soy de Kanto, podríais quedaron en mi casa.

El ofrecimiento del azabache, hace que recuerde la casa que hemos vendido, pero también, la casa en la que aún se encuentran mis tíos, pues, a pesar de todo, Sun ha sido el único que se ha mudado a Alola.

—No te preocupes, tenemos alojamiento asegurado. —Responde mi primo, supongo que echa de menos a sus padres. —No queremos ser una molestia.

—No te preocupes, no creo que nos quedemos mucho tiempo en el mismo tiempo de todas formas. — Me apresuro para hablar antes de lo haga Ash, pues ya ha abierto la boca para hacerlo.

—¡Precisamente por eso!

— No te preocupes. Tanto Sun como yo somos de Kanto, así que ya tenemos una casa allí. —Parece que mis palabras han logrado que desista en su propósito. Lo que me deja algo más tranquila, de por sí ya somos un grupo bastante grande, dos más causarían que llamásemos la atención.

—Entonces ya tenemos algo que hacer. Deberíamos avisar a nuestros padres. — Dice Sun antes de coger mi mano. — Mañana por la tarde nos reuniremos para coger los billetes.

Antes de que me quiera dar cuenta, Sun ya me está arrastrando lejos de la tienda. Con un gesto de la mano, me despido del resto a la par que me disculpo por el comportamiento del azabache.

Nada más llegar, mientras Sun relata todo a mi madre, yo voy a buscar al Profesor. Sí él no puede hacerse cargo de la Liga de Alola, de nada serviría que yo empezase a preparar cosas. Golpeo varias veces la puerta de su casa hasta que Kukui me abre la puerta. Me dedica una sonrisa antes de dejarme pasar.

—¿Quieres una taza de té?

— No gracias est- — Suspiro cuando veo como el líquido caliente cae en la taza. No sé ni para qué pregunta. — Gracias, Profesor.

— De nada, ya sabes donde están las malasadas. — Me dice haciendo un ademán con la mano señalando en dirección a un mueble de la cocina.

—Estoy bien. — Le sonrío mientras doy vueltas al contenido de la taza.

—¿Qué te ha parecido Ash? — Se pregunta me descoloca ligeramente, pero él lo aclara al ver mi rostro. — Me refiero a su forma de combatir. No sabría decir exactamente qué es lo que tiene, pero hay algo.

— Claro que tiene que haber algo, ha estado a punto de ganarme. Y además, para que Tapu Koko se haya fijado en él, tiene que ser algo grande.

— Determinación. — Asiento a las palabras de Kukui. Sí, determinación tiene y mucha. — Ah, pero seguro que no has venido aquí para hablar de Ash.

—Tan avispado como siempre. — Murmuro, lo que le arranca una sonrisa.

—Y puedo intentar acercarme un poco más y te voy a decir directamente la respuesta: Sí.

Levanto una ceja mirándole. Al principio, siempre me asustaba que fuera tan perspicaz, pero con el tiempo preferí eso. Te ahorraba tener que darle vueltas a las cosas antes de tener que llegar al asunto.

—No tengo ningún problema, me haré cargo de la Liga, ve a buscar a Lilya. Te necesitaran. — Asiento antes de darle un abrazo. — No sois los únicos preocupados por ella.

—Os informaremos de cada avance. — Digo antes de volver a mi casa.

Cuando llego, lo primero que recibo es un abrazo de mi madre. Mientras me rodea con sus brazos, con una mano me acaricia la nuca. Hacía mucho tiempo que no tenía un gesto así conmigo, supongo que hasta hace nada no veía la posibilidad de que pudiera irme a otra región.

—Ten cuidado.

—Lo tendré, cuida bien de Meowth.— Como respuesta, vuelve a abrazarme. No es hasta que Sun entra en el comedor, que me suelta.

—Tienes una bolsa en tu cuarto.

—No era necesario. — Digo volviendo a abrazarla antes de ir a mi cuarto. Mis ojos recorren la estancia hasta que dan con una bolsa que imita los patrones de una Pokéball. Me paso la mayor parte del tiempo mirando que coger, cada conjunto comprado durante el Recorrido Insular, cada objeto conseguido. Suspiro antes de dejarme caer sobre la cama. A pesar de que me he repetido una y otra vez que no es un viaje de ocio, que es una misión de rescate, no puedo evitar sentirme como cuando vine aquí. Me aplaudo en la cara para quitar esos pensamientos, no puedo pensar así, esto es para ayudar a mi mejor amiga. Al final, termino por hacer que mi espalda golpee contra el colchón, al hacerlo, mis ojos captan un destello rojizo. Cuando cojo el gorro no puedo evitar abrazarlo. Después de esto, faltaría menos para poder ayudarla.

Sonrío mientras cierro la cremallera de la bolsa, pues ya quedan menos cosas por hacer. Cuando bajo me extraña no percibir el olor de la cena, sé que se me ha hecho bastante tarde, pero es imposible que me haya perdido la cena. Entrecierro los ojos mirando el comedor, no solo no huele a comida, sino que tampoco hay nadie. Me cruzo de brazos tratando de descifrar lo que ocurre, pero es el timbre de la puerta lo que me da la respuesta. Cuando abro, espero ver a Sun preparado para burlarse, pero en vez él está Tilo sonriendo.

—Han decidido hacer una fiesta en Pueblo Lilii para despedirnos. — Me informa antes de coger mi muñeca para tirar de mí. Tras cerrar la puerta, ambos vamos hacía el pueblo. — Sabes, no me parece bien que nos hagan una fiesta. No vamos a emprender un viaje a otra región como haría cualquier entrenador, vamos a ayudar a nuestra amiga. — Siento como si celebraran su desaparición. Sé que no lo hacen, pero así es como lo siento.

—Míralo de esta forma entonces: están celebrando que, por fin, van a ir a buscar a Lylia. —Tilo asiente levemente, supongo que siempre es mejor intentar ver el vaso medio lleno, incluso en situaciones como está.

—Anda vamos, todos te están esperando. — Ante eso, solo puedo hacer una mueca cargada de disgusto.

—¿Y por qué no me has avisado antes?

—Tu madre dijo que necesitabas tiempo.

—¡Pero no tanto! —Protesto frunciendo el ceño. — Solo estaba preparando una bolsa…

Cuando llegamos a Pueblo Lilii, veo a todo el mundo reunido. Hace medio año, estaba en una situación similar, tras haber ganado a Sun en la Liga. Solo que en esa fiesta, Lylia estaba presente. Cuando busco a Sun con la mirada, sus ojos enfocan las luces de colores que iluminan el cielo. A pesar de que Tilo me avisa de que va a ir con él, mis piernas no se mueven, las siento ancladas en el sitio.

—¿Te trae recuerdos? — La voz de Gladio resuena a mi espalda, no me sorprende que este apartado, la otra vez fue igual.

—¿Y a ti? —Cuestiono girándome para mirarle, tiene los brazos cruzados y su ceja se arquea levemente.

—Sí.

Ante su respuesta sincera, yo simplemente guardo silencio. Después de todo, Gladio ya conoce la respuesta.

—¿Esta vez vas a ir con los demás?

—Antes me tiro por el puerto. — Siento como una sonrisa crece por mis labios ante su comentario.

—Oh vamos, será divertido. Van a estar todos: Nereida, Mao, Zarala, Kiawe, Liam, Chris y Rika. — Conforme voy mencionando nombres, Gladio continua enarcando una ceja. — No sirve, ¿verdad?

—No. —Murmura sonriendo de lado. Ante su respuesta, me giro para mirar los fuegos artificiales. — Pero tal vez llegué a pensármelo si luego volvemos a escaparnos de los demás.

La sorpresa cruza mi rostro al escuchar sus palabras y por la rapidez que he tenido al girarme para verle, también en el suyo.

—B-Bueno, si no te molesta. — Juraría que sus mejillas se han coloreado levemente, que están de un tono carmín, pero las luces que iluminan el cielo lo dificultan bastante.

—¡No! No me molesta…— Murmuro antes de agarrar su muñeca y arrastrarle hasta el grupo más cercano: Liam, Zarala y Rika. — Alola.

—Alola Moon. — Hago un gesto con la mano al saludo de Liam.

—¿Así que os vais a Kanto? — Nos pregunta Zarala mientras se lleva ambas manos a su espalda.

—Partiremos mañana.

—Espero que consigáis encontrar a Lylia. — Dice Mao, que se acerca a nosotros con una bolsa en sus manos.

—La vamos a encontrar. — Solo puedo dedicarle una sonrisa a los presentes por las palabras de Gladio, disculpándome por el tono arisco con el que ha hablado.

—Moon, Nereida y yo te hemos comprado esto. — Nada más hablar, la peliazul aparece detrás de su amiga extendiéndome un regalo envuelto en un papel rojizo. Mientras lo voy abriendo, veo una portada decorada con una pokeball en el centro. — Sabemos que no te vas de viaje, pero como te encanta hacer fotos hemos pensado que te gustaría tener donde ponerlas.

—No hacía falta… —Murmuro mirando el álbum antes de abrazarlo. — Pero gracias…

—Moon.

—Gracias chicas. — Repito antes de abrazar a ambas.

—Moon.

—Os iremos diciendo.

—Moon.

—Deberías hacerle caso, los novios suelen molestarse cuando no se lo hacen. — Ante el comentario de Mao y aprovechando que aún estamos abrazas, le pellizco el brazo.

—N-No somos novios…

—Moon.

—¿Qué?

—Ya hemos estado con los demás.

—¿Eh?

—Vamos. — Pero antes de que pueda reaccionar ya me está arrastrando en dirección a la Senda Mahalo. Mis ojos terminan por clavarse en la mano de Gladio, que agarra mi muñeca para tirar de ella. Intento calmar el pulso acelerado, pero no lo consigo. Quiero que ese simple gesto deje de tener tanta importancia, que sea igual a cuando Tilo lo hace, pero sé que no va a ser así. Que me gusta notar cómo me sujeta suavemente.

Sin embargo, no llegamos a adentrarnos en la Senda.

—¿Qué quieres, Ash? — El tono irritado con el que habla Gladio no pasa desapercibido ni para Serena, ni para mí. Pero soy yo la que mira al rubio enarcando una ceja, cuestionándole por ello.

—¿Vais a ver el Altar de Tapu Koko?

—No. —Mientras el rubio continua tirando de mí, me disculpo ante ambos. Seguimos andando hasta llegar al puente colgante. Hace seis meses, ambos estábamos aquí cuando vimos llegar a mi primo con Lylia. A pesar de que me da la espalda, veo como sus hombros se alzan bruscamente mientras coge aire. Estoy tentada de preguntarle por qué hemos venido aquí, pero no lo veo necesario, no cuando la situación fue completamente similar. — No tengas muy en cuenta todo esto. Ya sabes que no me gusta estar con mucha gente.

Asiento, eso lo sé. Pero también sé que hay algo más, algo que quiere decir, algo que, o no nos ha dicho o que tenga que decirme a mí. Me siento estúpida cuando mis mejillas se colorean, pero tengo que agradecer que no se puedan notar gracias a la penumbra de la noche.

—Am…— A pesar de que comienza a hablar dudoso, sus palabras terminar por silenciarse. Acercándome a él, intento instarle a que hable. — No quería que ninguno de vosotros fuera a Kanto.

—Lo sé. — Murmuro después de lo que ha dicho, eso podía llegar a imaginarlo.

—He estado buscando información sobre ese tal Bill, pero no sé si realmente el puede ayudar a nuestra madre. Quiero decir, no he encontrado nada.

—¿Crees que su viaje ha sido en vano?— Pregunto antes de obtener una respuesta negativa

—Ella se está esforzando y por fin se ha decidido a emprender un viaje, así que no ha sido en vano, al menos, no en su totalidad.

—¿Entonces?— Cuestiono incitándole a hablar.

—No sé qué puede haber pasado para que desaparezca, pero no quería que más personas que me importan pudieran salir mal paradas.

No sé como sentirme ante la confesión de Gladio, él nunca ha dicho directamente que le importemos.

—Pero supongo que hacer algo así sería injusto. — Murmura sentándose en la poca hierba que hay antes del puente colgante. —Vosotros también estáis preocupados por Lylia. La verdad es que me sorprende que Sun haya tardado tanto en tomar la decisión de ir a buscarla. — Asiento, supongo que es porque se negaba a creer que pudiera haberle pasado algo. Cuando miro el rostro de Gladio, tiene una sonrisa casi imperceptible. — Parece que te has salido con la tuya, Lunita.

—Era obvio que no ibas a ir solo. — Digo orgullosa, porque, fuera como fuese, era un hecho que Gladio no iba a ir solo.

—No me refería a eso. — Mis cejas se juntan levemente, ¿Qué quiere decir? No sé a qué más puede referirse. — Parece que siempre te las apañas para estar a mi lado.

Guardo silencio y cuento como pasan los segundos. ¿Qué ha querido decir con eso? Siento como todo mi sistema nervioso comienza a movilizarse, escucho mis propios latidos resonar con fuerza en mis oídos y noto la boca demasiado seca.

—¿Qué quieres dec-

—Nada… Creo que últimamente paso demasiado tiempo con Tilo. — Me corta antes de llevar la mano diestra hasta su frente y suspirar. — Es… Es algo tonto.

—Di. — Digo, tal vez de una forma más brusca de lo que me gustaría. Pero no puedo dejar eso así, si Gladio sabe algo. Si tiene idea alguna de mis sentimientos, ¿cómo le mirare a la cara?

—No es nada importante, no te preocupes…— Frunzo el ceño mirándole, quiero aparentar que los nervios no me consumen por dentro. Cuando cruzo los brazos, es cuando el habla.

—Supongo que solo son cosas que Tilo me ha metido en la cabeza…— Murmura. — Lo que quiero decir, es que a pesar de estar ocupada con la Liga, siempre vienes a ayudarme en la Fundación y desde hace algún tiempo, según Tilo, siempre procuras tener algo de tiempo para ayudarme.

—¿Por qué no voy a hacerlo? —Cuestiono relajándome levemente, algo así puedo manejarlo. Puedo salir bien de esta situación.

—¿Por qué ibas a hacerlo? — Cuando me devuelve la pregunta, se acerca levemente a mí, lo justo para que pueda apreciar sus facciones de una forma más clara a pesar de la oscuridad.

—E-Eres mi amigo. — Balbuceo, avergonzada por la cercanía. Ante mis palabras, el rubio esboza una sonrisa que casi podría jurar que es falsa.

—Lo soy, y tanto Tilo como Liam también, pero no haces las mismas cosas con ellos. —Claro que lo hago, Tilo y yo solemos ir a comer Malsadas juntos y pasear por la ciudad Hau'Oli, respecto a Liam, es cierto que alguna vez hemos quedado, pero no somos tan cercanos como con Tilo o con él. Ni siquiera con Kiawe.

—Claro que lo hago. —Respondo separándome un poco. — Tal vez con Liam no tanto, pero es porque no tengo tanta confianza con él.

—¿Eso quiere decir que confías más en mí que en él?

—Lo hago. — Respondo sinceramente, eso no es secreto para nadie. — Tú me has ayudado más durante todo el tiempo que he estado aquí, en Alola.

Por un segundo, los ojos verduzcos de Gladio se hacen más grandes, aunque no puedo apreciarlos bien, juraría que tiene un par de motitas negras. Tampoco puedo apreciarlos durante mucho más tiempo, ya que el rubio se ha levantado.

—Deberíamos volver. — Cuando voy a imitar su acción, Gladio me tiende la mano para que la coja Al hacerlo, con apenas un impulso; me levanta antes de tirar de mi en dirección a la Senda Mahalo.

Cuando llegamos al centro de la fiesta, Kiawe está haciendo un baile sobre la tarima. Espero a que Gladio me suelte nada más llegar, pero sin embargo, seguimos caminando hasta mi primo y Tilo.

—¿Dónde estab- ¿Qué hacéis cogidos de la mano? — Tanto Gladio como yo, dirigimos nuestra mirada a nuestras manos unidas. Ese gesto no dura mucho mas, pues Gladio me suelta antes de cruzarse de brazos.

—Nada.

—Solo habíamos ido a las Ruinas de la Guerra. —Digo antes de esconder ambas manos detrás de mí.

—¿Ya tienes preparado todo? —Me pregunta Sun.

—Sí, he metido todo un una bolsa.

Mi primo asiente antes de quedarse mirando como Kiawe realiza diversos pasos. Al ver está escena, siento como Sun no está con nosotros, sino recordando cada suceso acontecido meses atrás. Cuando miro a Tilo, su expresión es bastante similar a la del azabache, solo que él sí que se percata de que le estoy mirando y simplemente me da un apretón en el brazo.

Entre llamas, bailes y risas, nosotros recordamos sucesos demasiado similares.

Entre llamas, bailes y risas, nosotros no logramos compartir en totalidad el entusiasmo del resto.

Entre llamas, bailes y risas, nosotros nos despedimos de Alola.


Muchas gracias por leer, es la primera historia de Pokémon que escribo seriamente, el año pasado intente hacer una pero no pase de las 1000 palabras. Espero que os haya gustado, he visto que hay pocos fics largos tanto de Gladio x Moon como de Sun x Lylia, así que quise escribir uno yo misma.

Me gustaría que si vierais algún error o algo así, me lo dijerais para arreglarlo. También quería preguntaros tengo bastantes ideas y no sé muy bien cuales llevar a cabo:

➤ Hacer mas de dos narradores.

➤ La relación entre Sun y Moon, no se si hacerlos primos o amigos.

➤ Hacer que Tilo tenga un Crush por Lylia.

Muchas gracias por leer~


✧~〖Pokémon no me pertenece, lo hace a Game Freak, Nintendo

y sus respectivos creadores, Satoshi Tajiri y Ken Sugimori〗~✧


Hasta el próximo capitulo~✿