Capítulo 1: La vida secreta de los gemelos americanos.

Torre Delta, Zona Urbana de Hiddenville.
Domingo 18 de Septiembre del 2022.
10:45 PM

"¡Y una vez más, los Thundergemelos salvan el día...!"

"...los superhéroes favoritos de la ciudad lograron detener a los ladrones de bancos mientras... "

"...ciertamente no habíamos visto algo así desde los días de Thunderman y Electress..."

"...desde Metroburgo hastaSwellview, estos héroes se han ganado la admiración de...

"Gracias Thundergemelos, por hacer de esta ciudad, un lugar más seguro para vivir."

Luego de pasar por varios canales, la televisión se apagó abruptamente, y justo después el control remoto se colocó sobre el sofá. Max se puso de pie y caminó al cuarto de operaciones. Estaba usando su súper traje, esperando para ir a alguna misión. Y mientras entraba al cuarto vio a su hermana sentada frente a su computadora, así que se acercó a ella diciendo:

"No puedo creer lo que voy a decir pero... creo que Cherry se ganó varios puntos por sugerir nuestro nombre hace varios años. ¡Estoy anonadado!"

La joven de cabello ondulado giró sobre la silla para encontrarse con su hermano, y le sonrió por su gracioso comentario.

"No puedo creer que nos graduamos de la Preparatoria hace 5 años y ahora..." Respondió ella bajando la mirada y dando un suspiro al traer todos esos recuerdos a su mente, y poner en perspectiva su nueva vida como superhéroes.

Lo que Max estaba viendo en la televisión sólo era la punta del iceberg, pues últimamente estaban en todos los noticieros. Hace como un año, desde que empezaron a combatir el crimen como los protectores de Hiddenville, eran el tema principal de prácticamente todos los noticieros, todos los días. Ninguno de los principales canales habría perdido la oportunidad de hablar acerca de sus actos heroicos, y no era para menos, pues en los últimos meses se habían esforzado mucho en mantener a su amada ciudad a salvo de los peligrosos criminales que comenzaron a llegar hace un tiempo.

Posiblemente el ataque de Dark Mayhem era la causa de que algunos villanos y criminales comunes comenzaran a poner sus ojos en la tranquila ciudad, ya fuera porque querían vengar al villano más peligroso, o porque subestimaban los poderes de los gemelos. Sin embargo, esos criminales no eran rivales para Max y Phoebe porque cuando luchaban juntos, eran casi imparables.

5 años habían pasado desde que Max tomó la difícil decisión abandonar sus pasos de villano, convertirse en un superhéroe y luchar contra el crimen junto a su hermana. Desde entonces las cosas habían cambiado mucho para ellos. En 2017 se graduaron de la preparatoria y fueron juntos a la Universidad de Héroes. Después de su graduación, no pasó mucho tiempo para que la Presidenta Pateaduro los asignara como los protectores de Hiddenville.

La única diferencia era que ya no vivían en la casa de sus padres. Ahora rentaban un departamento ubicado en la zona urbana, lejos de su familia y amigos. Solo ellos dos.

"Sí, y ahora aquí estamos, a punto de salir a la ciudad y patear algunos traseros." Dijo Max luego de cruzarse de brazos frente a ella.

La nostalgia de Phoebe logró hacer mella en Max, pues rápidamente Max recordó cuando tenían poco tiempo de haberse mudado de la casa de sus padres.

Por esos días Max comenzó a equipar su nuevo hogar con todo tipo de dispositivos de su propia inventiva. Dichos dispositivos les serían muy útiles para planear sus misiones. También logró conseguir varias armas no letales para casos de emergencia, aunque contando con la ventaja de sus poderes no habían tenido la oportunidad de utilizarlas. Pronto su departamento se había convertido en su nuevo cuartel, uno más resistente que el último.

En raras ocasiones los gemelos se separaban pero aun así, Max decidió armar una súper computadora para enlazar y encriptar las comunicaciones de sus teléfonos. La misma computadora que estaba detrás Phoebe justo ahora.

En ese momento, una alerta sonó en el celular de Max, así que lo sacó inmediatamente de su bolsillo:

"¡Por fin, una misión!" Exclamó él justo en cuanto vio lo que mostraba la pantalla.

"¿Es de la app de Fuerza-T? ¿Por qué mi teléfono no me avisó?" Preguntó Phoebe mientras veía su celular con una seria expresión.

"Tal vez es por esa app para niñas que insistes en usar." Respondió Max luego de apartar la vista del teléfono, tratando de molestarla con una provocadora sonrisa.

'Tienda de Cupcakes: Repostera', era la app favorita de Phoebe. Hace 4 meses se obsesionó con ella luego de que Chloe la instaló en su teléfono para jugar durante una de sus visitas. Apenas tenía tiempo para usarla, pero le encantaba sentirse una gran pastelera, después de descubrir lo difícil que era para ella hornear postres de verdad para Max.

"Me encanta jugar 'Tienda de Cupcakes', los pasteles virtuales son más fáciles de..." Trató de explicarle pero fue interrumpida por él.

"Oye luego hablamos de tus ricos brownies ¿sí? Tenemos que irnos. La app de Fuerza-T detectó a unos tipos irrumpiendo en el centro comercial de Hidenville." Dijo Max, enseñándole su teléfono inmediatamente.

"¿Al centro comercial? Max, eso está como a 5 km de aquí." Contestó Phoebe, tomando el teléfono en sus manos para verlo de cerca.

"Descuida Pheebs, por lo que vi en las cámaras no parecen profesionales, seguro tardarán un poco en lo que encuentran qué local robar. Además es Domingo, no hay tráfico. Llegaremos ahí en unos minutos." Aseguró Max mientras Phoebe le devolvía su teléfono. "Vamos."

Rápidamente caminó hasta las sala y se puso una chamarra de cuero negra que dejó sobre el sofá, tomó un maletín para laptop del mismo lugar y caminó hasta la entrada del departamento.

"¡Espera...!" Gritó una consternada Phoebe, moviéndose tan rápido como podía.

La chica corrió a la sala para tomar su maletín, y una vez que lo tenía, fue hacia la puerta y siguió a su hermano, que ya estaba parado afuera de ahí, esperándola en el pasillo.

"De acuerdo, vámonos." Dijo Phoebe luego de cerrar la puerta detrás de ella.

Lo siguiente que hicieron fue correr hacia los elevadores. Era un largo camino para llegar ahí pero de pronto algo pasó por la mente de Phoebe, así que mientras corrían por el pasillo uno al lado del otro, le dijo a su hermano:

"¡Max espera, no cerramos la puerta!"

"Claro que sí." Le respondió él mientras tocaba la pantalla de su smartwatch, el cual usaba para controlar casi todo en el departamento.

Él le sonrió cuando llegaron a los elevadores. Ella le devolvió la sonrisa, igual que siempre.

10:52 PM

La torre Delta tenía 10 pisos y su departamento estaba en el 8vo, por lo que después de tomar el elevador debían llegar al estacionamiento del edificio en solo unos minutos. De camino ahí, Max y Phoebe permanecieron cerca uno del otro, aun cuando el elevador estaba completamente vacío. Estaban tan enfocados en su misión que ninguno se dio cuenta de eso.

Afortunadamente para ellos, no había gente usando los elevadores a esa hora, así que pudieron llegar ahí sin hacer ninguna parada en otro piso. Una vez que se abrieron las puertas, corrieron hasta su medio de transporte; el Thundercar.

Ese vehículo no era más que un Mustang 2008 de color azul. Un vehículo discreto pero veloz, equipado con toda la tecnología de la Liga de Héroes. El auto había sido modificado para ser más rápido, estaba completamente blindado y tenía ventanas y llantas a prueba de balas. En el interior había un avanzado panel con enlace a la Liga de Héroes, el cual usaban para revisar la app de Fuerza-T, entre otras cosas, como los mensajes de la Presidenta Pateaduro.

Subieron rápidamente al auto y se prepararon para llegar a su destino, tan pronto como pudieran. Cuando salieron del edificio, Phoebe activó un dispositivo especial que Max inventó para cambiar las placas de su vehículo. Podía generar placas aleatorias de la base de datos de Hiddenville. Eso les ayudaría a evitar llamar la atención de la policía.

Max iba conduciendo y Phoebe iba sentada a su lado, siempre lo hacían así ya que Phoebe tenía que preparar su vestimenta antes de empezar sus misiones. Ambos tenían que ponerse sus súper trajes antes de salir del departamento y cubrirlo con algo más. Las cosas eran más fáciles para Max, pues solo tenía que ponerse una chamarra y nadie sabría que estaba usando su súper traje debajo de la ropa. Su pantalón negro fácilmente podía pasar como ropa de civil.

Pero para Phoebe era completamente diferente. Como ella usaba falda y botas, debía cargar un maletín más grande que el de Max, además debía usar unos jeans y un suéter para ocultar su traje. Mientras Max conducía, ella debía quitarse las prendas extra para ponerse la falda y botas de Thundergirl, pero a veces tenía algunos problemas para hacerlo y terminaba con uno que otro moretón mientras terminaba de cambiarse, como ahora...

"¡Auch! ¡Cuidado Max!" Exclamó Phoebe, luego de golpearse el codo con la puerta del auto.

"Lo siento, pero en serio deberías pensar en dejar de usar esos pantalones. Si sólo usaras tu falda podrías cubrirla con otra y no tendrías que hacer esto cada vez que salimos a una misión." Sugirió él mientras conducía por la avenida.

"Si, pero la Liga de Héroes tiene su código de vestimenta, y sin importar lo mucho que te gustaría verme usando solo mi falda, ellos no creen que sea bueno que las heroínas anden por ahí haciendo acrobacias con poca ropa." Dijo Phoebe tajantemente mientras terminaba de ponerse las botas.

Max no pudo evitar sonreír un poco después de escuchar lo que dijo, solía divertirse cada vez que veía los increíbles movimientos que Phoebe tenía que hacer para vestirse, por suerte seguía siendo muy elástica gracias a las extenuantes horas que pasó practicando ballet.

Pero las cosas no siempre fueron así, porque cuando empezaron a usar el Thundercar, Phoebe solía vestirse en el asiento trasero, pues cambiarse de ropa junto a su hermano era muy vergonzoso para ella, pero con el tiempo se fueron acostumbrando a estar tan cerca uno del otro, que todos esos vergonzosos momentos simplemente desaparecieron.

Con su súper traje listo, Phoebe volvió a ponerse el cinturón de seguridad y tomó los maletines del asiento trasero. Tomó las capas y los antifaces y los colocó sobre sus piernas. Todo estaba listo. Solo había unos pocos autos transitando por la avenida principal, así que no les tomó mucho llegar a la mitad del camino.

Cuando Max tomó la avenida Millbrook subió la velocidad del auto, cosa que sempre elevaba por las nubes los nervios de Phoebe, pero a él le encantaba hacer eso, solo para asustarla un poco.

"Oye despacio McFly, los ladrones no se van a ir." Dijo ella con una nerviosa mirada.

"Tranquila Pheebs tengo todo bajo control. Ya casi llegamos." Le aseguró Max, seguro de su habilidad al volante.

Centro Comercial de Hiddenville.
11:02 PM

Varios minutos más tarde Max estaba conduciendo dentro del amplio estacionamiento del Centro Comercial de Hiddenville, y Phoebe seguía viendo las cámaras de vigilancia en el panel del auto. Los ladrones seguían ahí y por lo que pudo ver, estaban revisando algunas de las tiendas. En situaciones como esta, Max solía estacionarse lejos de las puertas principales, y eso es justo lo que iba a hacer, pues no quería ser descubierto antes de siquiera entrar ahí.

Mientras estacionaba el auto, su compañera usó una liga para anudarse el cabello en una cola de caballo, y luego volvió a mirar el análisis mostrado en la pantala. Pronto encontró algo interesante:

"Max, el reporte dice que tenemos 5 objetivos, el escáner no especifica si están armados o no pero debemos estar preparados." Advirtió a su gemelo con una seria expresión en su rostro.

"Descuida Pheebs, tendré más cuidado esta vez. ¿Estás lista?" Preguntó Max justo después.

"Siempre. Toma." Concordó ella, entregándole las últimas prendas de su traje.

Max se puso el antifaz al mismo tiempo que Phoebe, y luego asintieron entre sí. Era como un código secreto que habían inventado en todo este tiempo. Hacer las mismas cosas al mismo tiempo no era nada raro para ellos, pues cuando eran niños solían hacerlo todo el tiempo, y les encantaba cuando eso sucedía.

Durante sus años adolescentes ese curioso hábito parecía haberse olvidado, pero ahora estaban ahí, imitando inconscientemente los movimientos del otro, como un espejo de ellos mismos. Era como si el tiempo no hubiera pasado. Una vez que salieron del Mustang se pusieron sus capas para completar sus trajes. Estaban listos para la acción.

Luego de echarle un vistazo al lugar, notaron que estaba completamente vacío, ni siquiera había algún vigilante cerca. De pronto los gemelos sintieron un frío viento que recorría sus cuerpos que causó que sus capas empezaran a ondear una y otra vez. Max bloqueó el auto tocando la pantalla de su smartwatch y acto seguido, corrieron juntos hasta el edificio.

De camino allá el silencio era evidente. No querían adelantarse a los hechos, pero no pudieron dejar de pensar que algo andaba mal. Cuando llegaron a la entrada del edificio encontraron las puertas de vidrio completamente rotas. Los gemelos se detuvieron por un segundo para evaluar la situación, así que Phoebe tomó su teléfono para revisar el interior:

"Max ya sé dónde están, están frente a una joyería del segundo piso. Están usando máscaras de payasos." Informó ella, mirando la pantalla.

"De acuerdo. Espera... ¿dijiste máscaras de payasos? A eso le llamo retro, eso es del 2016." Comentó Max, para después sonreírle a su compañera.

"Lo sé. Debe ser la misma joyería donde compramos el reloj de papá. Debemos proceder con cuidado." Dijo Phoebe con un tono bajo de voz, tratando de no hablar muy fuerte.

Vieron que los fragmentos de vidrio estaban por dentro, no tuvieron la menor duda de que esa fue la puerta que usaron los ladrones para entrar al centro comercial, pero por alguna razón ninguna de las alarmas se activó. Debían ir con mucho cuidado, pues no sabían si los tipos estaban cerca de su posición.

Entraron lentamente al edificio, tratando de no hacer ningún ruido. Se detuvieron por unos segundos para ver a su alrededor, y aunque la mayoría de las luces estaban apagadas, aún tenían algo de visibilidad. De repente escucharon a lo lejos lo que parecían ser cristales rompiéndose. Dichos sonidos veían del segundo piso así que después de compartir una seria mirada entre si, caminaron más rápido para llegar ahí.

Sabían que las escaleras eléctricas no funcionarían a esa hora, así que debían subir a la antigua, y sobre todo muy sigilosamente. Max caminó por las escaleras primero y Phoebe fue justo detrás de él. Pronto pudieron oír algunas voces que decían algo que no pudieron distinguir.

"A tu izquierda Max." Le susurró Phoebe mientras se acercaba a él, justo antes de poner un pie en el segundo piso.

"All right." Asintió Max.

Poco después avanzaron hacia el frente y empezaron a correr directo a la joyería Royal Key, ubicada al fondo del pasillo. Todos los demás locales estaban cerrados, así que nada más que obscuridad cubría su camino. Mientras se acercaban al negocio vieron varias linternas que provenían del interior. Aparentemente los tipos aún no acababan con el botín.

En menos de un minuto los gemelos al fin estaban frente a la joyería, uno al lado del otro con una mirada determinada, y esperando ubicar a sus objetivos. Esa joyería era un lugar muy elegante, y la fachada no podía indicar lo contrario. Las ventas de alhajas finas y relojes de lujo era lo que mantenían esa tienda en constante crecimiento, pero esta noche, de entre todas las demás tiendas en el centro comercial, el Royal Key tuvo la mala suerte de ser elegido por estos maleantes.

La puerta también estaba hecha de vidrio, así que sufrió el mismo destino que la de la entrada principal. Max y Phoebe no tuvieron que esperar mucho tiempo, porque rápidamente vieron a dos sujetos moviéndose dentro del negocio. Aparentemente ellos aún no se habían percatado de su presencia.

En situaciones así, la oscuridad podía ser una poderosa aliada para los delincuentes, por eso Phoebe tuvo la idea de quitarles esa ventaja. Solo tuvo que levantar su brazo derecho y mover dos de sus dedos para deslizar los interruptores de la caja de energía en la pared. En un instante todas las luces estaba encendidas, exponiendo a los ladrones pero llamando su atención en el proceso.

"Perdón... ¿Interrumpimos algo?" Les preguntó Max irónicamente.

Los Thundergemelos ya habían visto a los ladrones a través de las cámaras de vigilancia, pero solo pudieron distinguir sus siluetas. Una vez que se iluminó el lugar, los héroes se dieron cuenta de que no eran simples pandilleros como ellos creían. Usaban ropa táctica de color negra y tenían sus rostros cubiertos con esas singulares máscaras de payasos, mayormente blancas con pequeños detalles en colores llamativos.

Las sospechas de Phoebe eran ciertas, pues los dos sujetos estaban armados y en cuanto vieron a los gemelos, rápidamente apuntaron sus pistolas hacia ellos, listos usar todas sus municiones. Las armas que usaban eran dos pistolas semi-automáticas Infinity calibre .45, muy sofisticadas para ladronzuelos de esquina. Max y Phoebe ya no tenían más dudas, esos tipos eran profesionales.

Sin pensarlo dos veces, Max y Phoebe fueron tras sus objetivos para detenerlos a su manera. Phoebe eligió al de su izquierda que traía una máscara blanca-naranja, y se acercó a él.

"¡Dispárales ya!" Gritó uno de ellos en cuanto empezaron a acercarse.

Pero justo antes de que pudiera tirar del gatillo, la chica movió su brazo derecho para usar su telekinesis y le arrancó el arma de las manos, haciéndola volar lejos de él. Estando completamente desarmado ya solo tenía sus manos para pelear, así que fue tras ella. Pheobe no quería arriesgarse demasiado, y antes de que pudiera golpearla apuntó su mano izquierda hacia él y lo hizo volar a través de la joyería, quebrando otras cosas en el proceso.

Lo lanzó contra uno de los muros y lo dejó ahí, flotando en el aire. Estaba muy confundido y sin saber qué era lo que pasaba.

"¿Qué es esto? ¡¿Qué carajos hiciste?!" Gritó el sujeto, mientras trataba de moverse desesperadamente.

Una vez que Phoebe se aseguró de que ya no era una amenaza, sopló con todas sus fuerzas y una poderosa brisa heladora dejó al hombre convertido en un gran bloque de hielo pegado a la pared.

Al mismo tiempo que Phoebe se encargaba de él, Max se aproximó al tipo de la derecha que usaba una máscara blanca-verde, pero a diferencia de su compañero, él se las arregló para disparar su arma contra Max. Disparo tras disparo dejó salir las 14 balas de su cargador, y luego de disparar la última solo pudo ver cómo sus proyectiles flotaban en medio del aire. Estaba muy confundido.

Max logró detener todas las balas telekinéticamente, y ahora estaban levitando justo frente a él. Solo tuvo que usar una mano para lograr tal cosa. Esto habría sido muy difícil para él varios años atrás, incluso para Phoebe, pero las cosas eran muy diferentes ahora.

Cuando Max vio que al ladrón recargando su arma, dejó caer las balas y con solo dos movimientos seguidos de su mano derecha, lanzó la pistola al suelo y en seguida levantó al sujeto para dejarlo pegado contra el techo, lo cual lo obligó a permanecer con el brazo levantado para seguir canalizando su poder directo hacia él.

Ahora todo parecía estar bajo control. Max buscó a su hermana con la mirada y vio que se las arregló para vencer al otro tipo. Intentó sonreírle igual que siempre lo hacía pero no pudo, porque de la nada, dos sujetos más salieron de una pequeña bodega, y dispararon sus armas inmediatamente. Estos traían máscaras blanca-azul y blanca-roja.

Phoebe halló la forma de huir de las balas y se puso a cubierta detrás del mostrador. Max se quedó en el mismo lugar pero pudo reaccionar antes de que las balas pudieran lastimarlo, así que rápidamente les arrojó al tipo que sostenía telekinéticamente en el techo, lo cual lo hizo gritar a todo pulmón mientras derribaba al resto de sus compañeros golpeándolos con su propio cuerpo.

Con todos esos disparos varios de los muebles y objetos costosos fueron destruidos, pero ahora podían encargarse de los ladrones fácilmente, así que Max y Phoebe se acercaron a ellos. Uno de ellos, el que Max les arrojó a los demás estaba inconsciente en el piso y el resto estaban despiertos, pero no había nada que pudieran hacer para defenderse.

"Mejor ríndanse, no hagan esto más difícil de lo que ya es." Les advirtió Phoebe con una autoritaria voz.

"Obedezcan y no terminarán convertidos en paleta, igual que su amigo de allá." Agregó Max, tratando de persuadirlos.

En medio de la conmoción, los ladrones se vieron obligados a soltar sus armas. Ya habían escuchado hablar de los superhéroes que salvaban la ciudad alrededor del mundo, pero nunca habían visto a ninguno. Ahora había dos súpers parados justo frente a ellos. Dos personas capaces de hacer cosas con las que sólo podrían soñar. Sabían que no tenían ninguna oportunidad, pero no estaban dispuestos a rendirse.

Cuando vieron a los gemelos acercándose trataron desesperadamente de tomar sus armas, pero Phoebe vio lo que intentaban hacer así que movió rápidamente su mano para lanzar sus armas telekinéticamente hasta el fondo de la joyería. Una vez desarmados, no tenían otra opción más que levantarse y pelear con ellos.

El de la máscara blanca-azul trató de darle un puñetazo a Phoebe en la cara, pero ella lo bloqueó con su antebrazo izquierdo y lo pateó fuertemente en el estómago. Era muy tarde para darse cuenta de que los ladrones usaban chalecos antibalas, lo cual podría dificultar el combate cuerpo a cuerpo.

Mientras tanto, Max se encargó de esquivar los golpes que le lanzaba el tipo de la máscara blanca-roja. Parecía ser un peleador experimentado, así que no sería fácil de vencer. Luego de leer la mayoría de sus movimientos, Max esperaba el momento indicado para atacar.

Phoebe intentaba esquivar cada golpe que lanzaba su atacante y logró golpearlo varias veces, pero él tenía una gran resistencia y era de complexión gruesa, una gran desventaja para ella. Por otra parte Max parecía haber ganado control de la pelea, y luego de bloquear una patada se apresuró a golpear al sujeto justo en la garganta, lo cual lo hizo retroceder para tratar de recuperar el aliento.

Los gemelos seguían peleando valerosamente, pero en determinado momento el tipo que peleaba con Phoebe la pateó en el estómago y la lanzó contra la pared, luego le dio un fuerte puñetazo en la cara que la hizo caer al suelo adolorida.

"¡Maldita perra, eso te enseñará!" Gritó el delincuente, mientras veía que la chica intentaba arrastrarse lejos de él.

El golpe fue tan fuerte que pudo escucharse por todo el lugar, y su quejido llamó la atención de su hermano inmediatamente. Las manos de la chica ya no luchaban contra su atacante, porque ahora estaban en su rostro, tratando de aliviar el dolor.

"¡NO!" Gritó Max, lleno de rabia.

Ahora que estaba distraído, el tipo con el que peleaba empezó a caminar hacia él pero no pudo llegar más lejos, porque el solo ver a su gemela tirada en el suelo fue suficiente para que Max tuviera un repentino ataque de ira, y sin siquiera utilizar sus manos, arrojó telekinéticamente al ladrón y lo estrelló contra unos estantes al fondo de la tienda, quebrando todo a su paso. Ahora yacía en el piso, inconsciente.

Phoebe estaba anonadada después de lo que acababa de presenciar. Nunca antes había visto a su hermano hacer algo así. Rápidamente miró el rostro de su hermana y lo que vio en sus ojos provocó algo desconocido para él. Estaba llorando. Max miró fríamente al último criminal en pié.

El sujeto empezó a caminar hacia él pero nunca imaginó que Max se había se olvidado completamente de la misión, y todo lo que era vengar a su hermana. Quería hacerlo pagar por lastimar a su hermana, así que luego de apuntar su mano derecha hacia él, paralizó al ladrón con su telekinesis y le causó un increíble dolor por todo su cuerpo. Poco después, lo arrojó contra la pared de atrás, la misma pared en la que golpeó a Phoebe.

Max seguía apuntando su mano directo hacia él, pero su poder ya no sostenía el cuerpo completo, ahora su mano parecía estar sosteniéndolo solo por el cuello. De pronto empezó a levitar contra la pared, haciendo que fuera difícil para él respirar apropiadamente. Max se acercó a él y le gritó frente a su rostro:

"¡Nunca vuelvas a tocarla!"

Y acto seguido le propinó un fuerte golpe en la cara que lo hizo escupir algo de sangre contra el muro. El quejido que emitió el ladrón resonó por cada esquina del local pero no fue suficiente para Max. Quería que sufriera tanto como lo hizo su hermana, y mientras mantenía al sujeto en la misma posición, lo golpeó en la cara de nuevo, pero esta vez escupió mucha más sangre en la pared.

Ya no era necesario seguir sosteniéndolo contra el muro, así que detuvo su telekinesis para dejar que el hombre cayera al suelo, completamente inconsciente.

Rápidamente corrió hacia su hermana y la ayudó a levantarse tomándola de la cintura. Una vez que la chica estaba de pié junto a él, se detuvieron por un segundo y se miraron uno al otro, sin siquiera decir una sola palabra. Max pudo sentir que Phoebe aún seguía adolorida, y debido al golpe que recibió minutos atrás, su mejilla se estaba enrojeciendo.

"¿Estás bien Pheebs?" Preguntó él muy preocupado, mientras ponía cubría su rostro con ambas manos.

"Sí, no te preocupes, estoy bien." Asintió ella, tratando de sonreírle.

Max estaba seguro de que no quería que se preocupara. Había peleado con criminales muchas veces, pero nunca la habían lastimado así antes. Él conocía a Phoebe tan bien que ni siquiera tuvo que decir nada, todo lo que hizo fue abrazarla con todas sus fuerzas. Permanecieron así por varios segundos hasta que fueron interrumpidos por una voz desconocida:

"Miren a la parejita de héroes. ¿Le dolió a tu novia?" Dijo el último de los ladrones, mientras salía de la bodega posterior.

Los gemelos olvidaron completamente que sólo habían detenido a 4 de los 5 sujetos, y por lo que habían visto él parecía ser el líder. Su rostro estaba cubierto con una máscara de payaso similar a la que usaban sus compañeros, pero ésta era blanca y negra. Además, sostenía un rifle de asalto AK-47. Altamente letal.

Después de que vieron al sujeto en medio de la habitación, inmediatamente dieron un paso de distancia entre sí para tratar de detenerlo, pero ya era muy tarde para usar sus poderes en él, porque ahora apuntaba su arma directo hacia ellos. Si intentaban usar telekinesis para derribarlo podrían salir heridos, así que luego de compartir una breve mirada decidieron utilizar su último recurso:

"¡Thunder-escudo!" Exclamaron al mismo tiempo mientras se tomaban fuertemente de la mano y justo después levantaron su otra mano hacia el enemigo para crear una barrera telekinética justo frente a ellos.

Lo hicieron justo a tiempo porque justo en el momento en que sus manos se tocaron, el tipo tiró del gatillo y el arma automática comenzó a disparar una fuerte ráfaga que parecía sacudir las delgadas paredes a su alrededor. Estaban en medio de la joyería y todos esos disparos eran ensordecedores, casi sentían como si estuvieran en una zona de guerra. Los gemelos debían seguir luchando.

No había manera de que alguno de ellos se las hubiera arreglado para detener tantas balas por su cuenta, no de un rifle tan poderoso como ese. Hace varios años, cuando aprendieron a usar el Thunder-escudo en la Universidad de Héroes, creyeron que tomarse de las manos para incrementar su poder telekinético para usar usarlo de forma defensiva, era simplemente estúpido. Inclusive dijeron que nunca tendrían que usarlo, pero se equivocaban.

Ahora mismo, decenas de balas seguían impactándose contra su barrera y rebotaban contra los muros. Otras simplemente caían al suelo de madera y lo quemaban en cuanto lo tocaban. Definitivamente ese tipo no soltaría el gatillo de su arma, y la ráfaga continuaría hasta que el cargador se vaciara, o asesinara a alguno de los dos.

Max y Phoebe aún seguían a salvo pero conforme pasaba el tiempo, parecían estar más y más agotados, pues usar esa peculiar defensa requería de mucha energía y concentración, algo difícil de lograr en un momento así.

Sentían que al arma se le estaban agotando las balas pero estaban en un error, porque el líder criminal tenía la obsesiva costumbre de cargar su arma con dos tambores, haciendo posible que pudiera disparar hasta 150 proyectiles.

Pronto sus rostros iban reflejando el tremendo costo de mantenerse a salvo de esos poderosos disparos, pues cada uno de ellos alcanzaba fácilmente los 600 m/s. De pronto los gemelos retrocedieron lentamente, mientras seguían esforzándose por mantener su protección. Definitivamente sus botas tácticas no servían tanto para frenar la fricción con el suelo.

Luego de unos segundos comenzaron a retroceder más fuerte, y solo se detuvieron hasta que sus espaldas tocaron el frío mostrador de la entrada, pero los múltiples disparos parecían no tener fin. Por ahora seguían a salvo, pero no estaban seguros de cuánto más podrían resistir.

"¡Son demasiadas!" Gritó Phoebe desesperadamente.

"¡Lo sé! ¡Resiste!" Respondió Max, alentándola a continuar.

Sus manos estaban tan apretadas en ese momento. Nunca antes habían mantenido el escudo por tanto tiempo, mucho menos en una situación así. En algún punto notaron que las balas ya no rebotaban ni caían al suelo, porque ahora se estaban quedando en el escudo, a menos de un metro de sus rostros. Era una señal inequívoca de que su energía estaba por agotarse.

Pero justo cuando creyeron que el escudo desaparecería, de la nada los disparos se detuvieron, y solo pudieron escuchar el característico ruido del rifle tratando de buscar más munición, pero fue inútil porque ambos tambores estaban vacíos.

Max y Phoebe compartieron otra mirada y dieron un respiro de alivio. Luego de que el escudo se desvaneciera, lentamente soltaron sus manos. Ambos estaban agotados, y el sudor en sus rostros era prueba de ello.

Pero aunque el ladrón se había quedado sin balas, no había razón para pensar que ya habían salido de ésta, porque mientras se aseguraban de que el otro estaba bien, escucharon un sonido muy peculiar. Lo siguiente que vieron fue al tipo quitando los tambores del arma, y luego tomó otro cargador de su cinturón, uno más pequeño.

Los gemelos debían hacer algo rápidamente porque no había forma de que pudieran detener otra ráfaga, sin importar lo pequeña que ésta fuera. Debían pensar en una manera de detenerlo sin su telekinesis. Fue entonces que Phoebe comenzó a mirar a su alrededor, tratando de encontrar algo que pudieran usar.

Entonces un objeto brillante en el techo llamó su atención. De pronto una idea vino a su mente, y creyó que era la única forma de detenerlo, pero no había tiempo de contarle a su hermano lo que quería hacer. Solo podía esperar que adivinara cuál era su plan.

"¡Están muertos!" Les gritó el tipo mientras terminaba de recargar su fusil.

En ese momento Phoebe elevó su rostro al techo y rápidamente usó su aliento de calor para activar los aspersores contra incendios. Al instante el sistema dejó salir el agua en toda la joyería. Parecía que había una pequeña lluvia ahí dentro.

Cuando Max vio lo que hizo, inmediatamente pensó que se le había ocurrido algo, y luego de ver al ladrón apuntándoles con su arma, algo en su mente le dijo qué debía hacer, y justo después de que escucharse el primer disparo, usó su aliento de hielo para congelar todo a su alrededor.

El agua que salía de los aspersores le sirvió mucho para terminar esta tarea, y en pocos segundos todo el lugar estaba cubierto con una gruesa capa de hielo, incluyendo a los demás ladrones pero sobre todo el líder, que ahora estaba parado frente a ellos convertido en una estatua de hielo. Los aspersores también estaban congelados, y ahora solo caían pequeños pedazos de hielo. Al fin todo había terminado.

Con la situación bajo control, Max caminó lentamente hacia el sujeto que tenía frente a él y vio aún seguía sosteniendo su AK-47, y la única bala que pudo disparar, también estaba congelada con un rastro de hielo que salía del cañón.

"¡Wow! estuvo cerca, ¿verdad?" Exclamó Max mientras veía la figura de hielo. Luego le arrancó la bala con su mano.

"Si bueno, no pueden decir que no les advertimos." Contestó Phoebe, provocando en él una repentina sonrisa.

"Vaya, mira este lugar. El dueño seguro va a odiarnos también." Remarcó él cuando vio a su alrededor, recordando las otras ocasiones en que destruyeron accidentalmente dos de los restaurantes de la señora Wong.

"¿Verdad Pheebs? ¿Pheebs...?" Preguntó nuevamente, pero al notar que Phoebe no respondía, se dio la vuelta y vio a su hermana cayendo de rodillas, así que se apresuró para llegar a ella. Estaba muy preocupado.

"¿Phoebe, estás bien?" Le preguntó rápidamente luego de tomarla de la cintura, para evitar que se cayera.

"Sí solo... solo estoy algo cansada." Respondió ella sin poder mirarlo a los ojos. Era muy difícil para ella mantener los ojos abiertos.

"Phoebe nunca has sido muy buena para mentir." Aseguró Max, sabiendo perfectamente que no quería preocuparlo. "Ven aquí." Agregó después de que la ayudó a levantarse. Luego pasó su brazo izquierdo detrás de su espalda y de un solo movimiento, levantó a la chica en sus brazos para llevarla de vuelta al auto.

El rostro de Phoebe estaba muy cerca del suyo. Creyó que su antifaz le ayudaría a esconder la palidez que seguro tenía su rostro ahora mismo, pero Max no necesitaba ver su cara para saber lo agotada que estaba. A veces se conocían más que a sí mismos.

Debían salir de ahí cuanto antes, porque aunque la policía de Hiddenvillle brilló por su ausencia esta noche, nunca se alegraban mucho cuando veían a otras personas haciendo su trabajo, así que una vez que Max se aseguró de que los ladrones y sus armas estaban completamente congeladas, consideró que todo estaba en orden, así que dio la vuelta y caminó lentamente hacia la puerta del Royal Key, con su gemela en sus brazos.

Había un montón de pedazos de cristal y pedazos de concreto por todas partes, así como decenas de joyas que estuvieron cerca de convertirse en el motín de estos criminales de no ser por ellos. La joyería era todo un desastre, pero al menos la misión fue un éxito, bueno, más o menos.

11:23 PM

Aun cuando ya habían salido de la joyería, Phoebe tenía frío. Normalmente esto no sucedería, debía estar bien a este punto pero esta vez era diferente. Y ahora ahí estaba, temblando en los brazos de su gemelo y tratando de que no se diera cuenta de eso, pero fue imposible.

"¿Tienes frío?" Le preguntó él, bajando la mirada.

"Si, solo un poco." Contestó ella con una suave voz.

"Sostente." Dijo Max en cuanto escuchó su respuesta.

Entonces, como si hubiera leído su mente, Phoebe pasó sus manos alrededor de su cuello y usó todas sus fuerzas para no caerse. Max usó su mano izquierda para desatar su capa y la usó para cubrir a su hermana. Después deslizó su brazo tras la espalda de Phoebe otra vez, y siguió caminando por las tiendas. Pero los brazos de la chica seguían alrededor de su cuello.

Mientras su hermano la cargaba por los pasillos del centro comercial, empezó a perder esa sensación de frío que sintió antes. Creyó que era porque Max usó su capa en ella, pero era por la calidez que sentía en su pecho. Estaba tan cómoda en su regazo, y cuando el joven bajaba por las escaleras ella posó su cabeza sobre su pecho. No porque estuviera agotada, sino porque de pronto tenía sueño, así que cerró los ojos lentamente.

11:27 PM

Cuando llegó hasta las puertas del centro comercial, Max comenzó a escuchar varias sirenas a lo lejos y lo siguiente que vio fue a dos patrullas estacionándose en frente de la entrada. Después de haber caminado por varios minutos en medio de la oscuridad, esas brillantes luces rojiazules estaban cegándolo, así que se vio obligado a bajar un poco la cabeza mientras seguía caminando hacia la puerta.

Varios oficiales descendieron de los vehículos y cuanto vieron movimiento dentro del edificio, rápidamente le apuntaron con sus Sig Sauer, pero cuando se dieron cuenta de quién estaba dentro del edificio, bajaron sus armas y se aproximaron a él.

Cuando Max se encontró frente a ellos no les prestó mucha atención y siguió caminando fuera del centro comercial, pero tan pronto pasó al lado de los 4 oficiales, finalmente rompió el silencio:

"Hay 5 ladrones en el Royal Key, será mejor que hayan traído sopletes si quieren arrestarlos." Les dijo a los oficiales sin dejar de caminar.

"Oye 'súper héroe', tienes que darnos tu declaración, ¿recuerdas?" Informó uno de ellos de forma grosera.

"Llame a la Liga de Héroes mañana por la mañana, le enviarán su reporte." Respondió Max, dejando atrás a los policías.

"¿Qué le pasó a la chica? ¿Está bien?" Le preguntó rápidamente el mismo oficial, recordando que llevaba a alguien en sus brazos.

"Estará bien." Respondió él, sin mirar atrás.

11:58 PM

Las luces habían iluminado la ciudad por 5 horas o más, y ahora estas luces iluminaban el rostro de Phoebe cada vez que el Mustang azul pasaba por debajo de una lámpara. Sin nada más que hacer por la noche, Max podía conducir a una velocidad normal, no como lo hizo cuando salieron del departamento.

No conducía así para evitar una infracción, sino porque no quería despertar a su hermana. Después de la difícil misión que tuvieron que enfrentar esta noche, creyó que dormir toda noche sería lo mejor para ella.

De vez en cuando quitaba sus ojos del camino para ver a Phoebe, durmiendo en el asiento de al lado. Le gustaba verla así, tan tranquila. Tomó el volante con una mano y le acomodó su capa con la otra para evitar que le diera frío otra vez. Le sonrió levemente y siguió conduciendo.

Trataba de recordar cuándo fue la última vez en que uno de ellos terminó tan agotado después de usar su telekinesis, pero no pudo. Nunca se habían desmayado por usar de más sus poderes, lo más que habían forzado sus habilidades fue hasta el punto de quedarse sin aliento.

Pero luego de pensarlo mejor, nunca se habían visto en la necesidad de llevar sus poderes a este nuevo nivel. Ni siquiera durante esos duros entrenamientos en los cuarteles de la Fuerza-T. No podía evitar pensar en eso una y otra vez. Estaba preocupado.

Probablemente el golpe que Phoebe recibió le causó más daño del que pensaban. Tal vez eso ella forzó su cerebro para que consumiera su energía más rápido de lo normal pero no lo sabía, solo estaba especulando. Pero si estaba seguro de una cosa; temprano por la mañana la llevaría al Hospital General de Metroburgo.

Torre Delta, Zona Urbana de Hiddenville.
Lunes 19 de Septiembre del 2022.
12:46 AM

Ya era casi la 1 de la mañana y había un profundo silencio en el departamento de Max y Phoebe. Pero en medio de esa obscuridad, la alerta de un mensaje encendió la pantalla de un celular. Era el MePhone de Phoebe en la mesa de la sala, y tan pronto se apagó la pantalla, esos ojos color café obscuro intentaron encontrarlo.

Después de que los gemelos llegaron a casa, lo primero que hizo Max fue dejar sus cosas en el suelo e inmediatamente llevó a Phoebe al sofá para recostarla. Le quitó el antifaz muy cuidadosamente, tratando de no despertarla. A veces a ella le gustaba dormir en el sofá así que decidió dejarla dormir ahí. Poco después fue a traer una frazada y la usó para arroparla. No quería que pasara frío.

Él no tenía mucho sueño esa noche porque normalmente se quedaba despierto toda la noche, pero también despertaba hasta mediodía. Dedicar su vida a ser superhéroes tenía su lado bueno, podía dormir todo lo que quisiera siempre y cuando no tuvieran una misión de la que encargarse.

No había nada importante que hacer a esa hora, así que solo para matar el tiempo se dirigió al área de operaciones, y se sentó frente a la computadora para enviar el reporte de su misión más reciente a la Liga de Héroes. Dicha tarea no era más que un aburrido protocolo que casi siempre dejaba para Phoebe, pero esta vez decidió hacerlo él mismo.

Le tomó como 30 minutos llenaba todos los datos acerca de su asignación, como una descripción detallada de la misión, los procedimientos que siguieron, los daños que causaron a propiedad privada, el número de objetivos etc. Pero cuando llegó a un campo de texto que decía "heridos", no supo qué escribir.

Realmente Phoebe no estaba herida, y sin importar que la viera dormida en el sofá como si nada hubiera pasado, no podía dejar de preocuparse por ella. En ese preciso momento, Max escuchó una suave voz detrás de él:

"Esa puedes dejarla en blanco." Sugirió Phoebe, al ver lo que estaba haciendo.

Max se giró inmediatamente y encontró a su hermana parada justo frente a él. Entró al cuarto sin hacer ni un solo ruido, algo normal para una experimentada bailarina como ella. Aún tenía puesto su súper traje y su cabello ya no estaba atado. Lucía igual que cuando salieron del departamento varias horas atrás. Max se sorprendió mucho al verla, así que rápidamente se puso de pie y se acercó a ella:

"Phoebe... ¿Estás bien?" Preguntó él muy preocupado.

"Si, estoy bien solo... solo algo adolorida." Respondió ella con una leve sonrisa en su rostro.

Cuando la pantalla de la computadora iluminó su rostro, Max no pudo evitar ver detenidamente su mejilla derecha. Estaba un poco hinchada y tenía un moretón que llegaba hasta el labio. Cuando la recostó en el sofá no se veía tan mal, pero al verla más de cerca, no pudo creer lo que ese tipo le había hecho a su hermana. Estaba furioso.

"¡Ese desgraciado! ¡Mira lo que te hizo!" Exclamó él lleno de ira.

"Ya sé, vi el moretón con mi teléfono pero... no es una selfie que quiera conservar." Comentó Phoebe, haciendo un gesto de desagrado al decir la última parte.

"Al menos le di su merecido antes de meter su trasero en hielo." Dijo él con un dejo de molestia en su voz, justo antes de darle la espalda, pues no quería que lo viera así.

"No te preocupes Max, en unos días estaré como nueva, ya verás. Además, soy experta con el maquillaje." Respondió Phoebe mientras caminaba a su alrededor para ver su rostro, y le sonrió otra vez. "Estoy bien." Insistió ella, mirándolo directo a los ojos.

Él siempre tuvo problemas para llevarle la contra a Phoebe cada vez que sonreía así, y esta vez no fue la excepción. Parecía que Phoebe tenía otro super poder, pero era gracioso que solo funcionaba con él.

"¿Y... ya terminaste el reporte?" Preguntó ella curiosamente.

"Si, solo me faltaba llenar la parte de 'heridos' pero... si está listo." Dijo él después de presionar el botón 'Enter' en su teclado holográfico.

"Genial. Ah por cierto... mira, me llegó un mensaje de Cherry. Quiere saber si podemos ir con ella y Oyster a ver una película este fin de semana." Le dijo ella mientras enseñaba su celular, muy emocionada.

"Claro, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que los vimos, será divertido." Dijo Max, aceptando la invitación.

No habían visto a sus mejores amigos desde hace un año. Cuando fueron a la Universidad de Héroes tuvieron que mudarse a Metroburgo, pero solían viajar de vuelta a Hiddenville para visitarlos juntos. Cuando se convirtieron en superhéroes de tiempo completo, se vieron obligados a reducir sus visitas a solo un fin de semana al mes, incluso ahora que prácticamente vivían en la misma ciudad.

Esa es la razón por la que Max no dudó en aceptar la invitación de Cherry, porque a veces esas esporádicas reuniones con sus viejos amigos de la preparatoria eran justo lo que necesitaban para traer algo de "normalidad" a sus ajetreadas vidas. Pero en todo este tiempo estando juntos, Max y Phoebe descubrieron lo mucho que les gustaba ver películas juntos.

"Okay, le diré que si vamos." Dijo una ansiosa Phoebe, sin soltar el teléfono de sus manos.

Luego de decir eso, se dio la vuelta y regresó a la sala. Caminó hasta esas grandes ventanas que tenían una increíble vista de toda la ciudad, y una vez que terminó de enviarle su mensaje a Cherry, colocó su teléfono en una pequeña mesita al lado de la ventana.

A veces Phoebe disfrutaba sentarse frente a esas grandes ventanas por horas, sólo para contemplar las brillantes luces a la distancia. Pero ahora estaba de pie frente a la ventana, y sus ojos estaban perdidos en esos grandes edificios y casas iluminadas. Con frecuencia trataba de encontrar formas curiosas usando las luces para unir los puntos, pero siempre fallaba al hacer eso, porque cada vez que lo intentaba alguien aparecía detrás de ella, e interrumpía su pequeño juego.

Y fue justo lo que sucedió, porque en ese momento dos fuertes brazos se deslizaron lentamente alrededor de su cintura, mientras sentía a alguien acercándose a ella. Cuando ya no hubo distancia entre ambos, sintió una suave respiración sobre su cuello. Eventualmente, un par de cálidos labios comenzaron a besarla muy apasionadamente.

Pronto las manos de ese misterioso sujeto fueron subiendo hasta acercarse peligrosamente a sus pechos, pero no llegaron muy lejos porque de la nada, las manos de ella detuvieron su camino, pero no para rechazar sus caricias, porque con un solo movimiento, ambos entrelazaron sus dedos como si quisieran que este momento durara para siempre.

De repente, la capa azul y naranja que traía puesta cayó al piso, y los besos que recibía en el cuello fueron volviéndose más y más apasionados a cada segundo. Pero entonces los besos se detuvieron, y una de las manos de ese hombre se abrió paso hasta alcanzar la espalda de la chica. Pronto el pequeño cierre de su traje comenzó a descender muy lentamente, y esos apasionados besos continuaron.

Fue entonces que Phoebe arqueó su cuello hacia la izquierda, sabiendo perfectamente quién la estaba besando, y en medio de un mar de sensaciones, apunto de perder la respiración, la chica sólo pudo decir:

"Te amo Max Thunderman"

Continuará...