He vivido mas de 100 años, y en ellos he hecho cosas de las que me arrepiento y desearía no a ver hecho, matar, robar, no me había dado cuenta hasta que vi la tristeza ajena para entender que lo que hacia era lo peor del mundo.

Tenia que hacer algo bueno lo que sea sé que suena egoísta pero tengo que remendar mis pecados, ya que mis números estaban en rojo sangre

Había leído que la gente iba a visitar a las personas en los hospitales para ayudarles –quien rayos deja que un extraño entre a su cuarto de hospital- me quede pensando pero ya que era lo mas razonable que podía hacer en este momento

Llegue a un edificio llamado ''Los ángeles'' el cual tenia un millar de ventanas, entre a la puerta i fui hacia la recepcionista

-hola disculpe vengo a…-no termine de hablar ya que la recepcionista me interrumpió

-vienes a visitar a los pacientes- dijo la recepcionista a la cual solo asentí –que bien han llegado muchas personas para eso, la gente hoy en día es muy caritativa, creo que iras con el paciente numero 117, llamare a una enfermera para que te lleve-dijo la recepcionista muy alegre mirando el monitor de la computadora

Rápidamente llego una enfermera la cual me indico que la acompañara, yo la seguí y me indico que entrara

-entrare yo sola- dije

-si- dijo la enfermera con una sonrisa en el rostro

-pero que tal si pasa algo o soy mala y robo o le hago algo al paciente-dije nerviosamente

-no lo creo, algo me dice que eres una señorita muy buena y sé que dejare a Finn en muy buenas manos- dijo la enfermera y se fue

Finn y el quien era, no lo sabía y entre al cuarto, vi un burro con un jarrón de flores y una enorme ventana la cual estaba medio abierta y después vi una cama en la cual estaba un chico rubio

-hola- dije tratando de mirar su cara

-hola- dijo el chico empezando a sentarse en la cama con dificultad –soy Finn y tu- dijo muy alegre

-marceline- dije al ver al chico que parecía completamente bien

-y tu por que estas aquí- pregunto con una sonrisa cálida

-por ninguna razón en general- dije –te puedo hacer una pregunta-

-si, cual seria- dijo Finn parecía un chico tan bueno amable

-por que estas aquí si te ves en perfecta condición- dije

-amm si eso es que tengo cáncer- dijo Finn y su sonrisa desapareció al igual que su mirada se nublo –sé que estas aquí solo por remendar un problema, pues si no quien quisiera pasar su tiempo con un chico muerto en vida- dijo fríamente

Me sentí completamente mal se veía tan bien y yo no quería que se sonrisa se fuera antes de hablar la enfermera llego

-bueno la hora de visitas termino- dijo la enfermera y tuve que salir

Fui caminando cabizbaja como a alguien tan bueno y sincero como Finn le podía pasar eso y aun tener una sonrisa en la cara. Es demasiado idiota o en realidad bueno y optimista.

Toda la noche estuve pensando en Finn no lo podía sacar de mi cabeza.

A la mañana siguiente iba caminando sin rumbo alguno sin mirar al frente y cuando me había percatado a donde había llegado era al hospital el mismo donde conocía Finn ayer. Decidí entrar para ir a visitarlo por que el comentario que dijo ayer me seguía retumbando en la cabeza '' quien quisiera pasar su tiempo con un chico muerto en vida'' eso me recordó a mi siendo una vampira quien quisiera algo conmigo. Ente y me atendió la misma recepcionista

-hola eres tu de nuevo vienes a ver a otro paciente- dijo la recepcionista con la misma alegría de ayer

-no, vengo a ver a Finn- dije con un poco mas de entusiasmo estaba emocionada por ver a Finn y lo raro es que no sabia porque.

-muy bien si quieres pasa, ¿recuerdas por donde es?- me pregunto con mucha amabilidad

-si, gracias- después de decir eso salí corriendo hacia la habitación de Finn, antes de entrar toque la puerta

-pase- dijo Finn

-hola ¿Cómo estas?- dije con entusiasmo

-Marceline ¿Qué haces aquí?- dijo Finn sorprendido

-Pues creo que ya hay una persona ala cual si le importas y quiere pasar mucho tiempo contigo- le dije y me senté junto a él en la cama

-lo dices enserio- dijo Finn dudoso

-si- dije y le sonreí, el me devolvió la sonrisa la cual era muy linda

Paso el tiempo, los días y yo seguí visitando a Finn día a día, a veces me quedaba con el todo el día o en la noche, pero no faltaba ningún día que no lo fuera a visitar.

Habíamos creado una nueva amistad, no solo una normal y cualquiera sino una de las mejores. Me encantaba la compañía de Finn y a el la mía. Sin querer comencé a enamorarme de él.

Hasta que un día no fue a la habitación de Finn y no lo encontré ahí, salí corriendo desesperada hasta que encontré ala enfermera de Finn

-enfermera, ¿donde esta Finn?- le dije alterada y jadeante por salir corriendo

-calma el esta en su casa, lo dimos de alta- dijo la enfermera muy contenta – si quieres te doy su dirección

-si por favor- dije muy alegre, no podía creer que Finn ya estuviera de alta era la mejor noticia de la vida y lo quería ir a visitar lo mas antes posible

La enfermera me dio un papel con su dirección y yo por la emoción la abrase y ella correspondió mi abrazo, le agradecí y salí corriendo

Llegue hasta la casa de Finn y toque la puerta, y comencé a recuperar el aliento

Cuando abrieron la puerta era el Finn al cual yo rápidamente abrase lo cual hace que casi caigamos al suelo

-QUE TE PASO POR QUE NO ME DIJISTE QUE TE HABIAN DADO DE ALTA- le grite y me fui separando de el hasta que el me acerco otra vez y me abrazo fuertemente

-quería que fuese una sorpresa- dijo

Me quede en shock hasta que su voz me despertó

-y que hacemos aquí parados cuando podemos salir- dijo Finn jalándome hacia la calle

En verdad era el mejor día de mi vida.