Capítulo Beteado por ( )LaraKingStronker ( )
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Nota de Autor: Bueno este primer capítulo contiene una gran parte del capítulo 10 de The Walking Dead, de la Temporada #3, esto es para que sepan como se conocen Beth y Merle... bueno espero le guste :D
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Beth, con la preocupación en su más alto punto esperaba que el líder el grupo, el ex policía Rick, entrara por la puerta, sano y salvo. Reaccionando sobre lo que había pasado, y con la esperanza de que estuviera mejor.
El rechinido de la puerta principal tranquilizó los latidos desenfrenados de la joven, para después mirar a Rick entrar por ella en compañía del cazador del grupo, el menor Dixon, que para su sorpresa, se quedo por un instante en el borde de la puerta, mientras que sus ojos miraban tiernamente alguien detrás de Beth, esta giro levemente el cuello y noto que Carol lo miraba con un brillo estrepitoso en sus ojos. Como cuando el amor de tu vida regresa de una larga jornada de trabajo, y tal vez Carol y Daryl se veían así.
Su mente empezó a divagar con una escena de amor entre estos dos, llenos de cariño… tal vez, en alguno momentos de sus vida, en un mundo y no en un infierno como el de ahora, Carol y Daryl podrían haberse topado, y con ello una vida feliz junto a la difunta Sofhia… y en esos momentos Ed, el ahora difunto esposo de Carol la habría dejado partir con el campesino. Ed se abría sentido liberado de dos cargas que no soportaba y Carol junto a su hija, vivirían una plena felicidad junto a Daryl, y esté con la misma intensidad de felicidad, siendo su mas grande anheló tener un familia, no una como la de él con sus padres, si no una buena.
―Sigue caminando ―Se oyó una voz gruesa detrás de él, asiendo que Beth regresara en si y a lo que Daryl siguió su camino bajando los escalones del pabellón.
Beth, por un mínimo segundo siguió a Daryl con la vista, aliviada por su regreso y olvidado aquel enoje que sintió por que esté se fuera con su hermano, del cual pensaba que era un patán, para que después sus ojos chocaran con una mirada dura, con unos ojos azules hipnotízate de un tercer acompañante
¿Merle?
La joven esta confundida, ¿acaso aquel hombre era Merle? ¿Cómo Rick dejo que él viniera aquí? ¿Acaso no era un patán? Pero la confusión se fue desvaneciendo mientras ella se perdía en aquellos ojos, que muy en el fondo se veían llenos de ternura y sobre todo de un dolor infinito.
― ¿Quién es? ―pregunto la rubia mirando al ex policía con incertidumbre.
Este solo se limito ha hacer una indicación con el rostro de que entraran todos al pabellón.
―Tu te quedas aquí ―pronuncio Rick fríamente cerrando la reja mientras que Daryl lo miraba con molestia.
― ¿Qué hace Merle aquí? ―se oyó decir a Glenn con enojo tomando la mano de su amada Maggie.
―Me ayudo con los caminantes que me atacaron fuera, él y Daryl.
Beth seguía mirando discretamente al hombre que se encontraba al otro lado de la celda, mirándolos con un recelo y deseando estar ahí, a lado de su hermano. Pero no podía y él sabia por que; a todos los del grupo les molestaba que hubiera raptado a la hija mayor de Hersher y a su novio, por lo que ahora tenia que pagar el precio, el cual era alto viendo que él Gobernado era de armas a tomar y recordando lo que hace un día tuvo que vivir. Casi matar a su hermano, frente a un público aclamando una muerte y con caminantes a su ataque, eso no le gusta, ni tampoco la desconfianza, que claramente se había ganado en grupo de su hermano.
Merle sintió una mirada clavada, pero aunque todos lo miraban, está era una mirada diferente, no la sentía como una puñalada en su cuerpo, y mucho menos con odio. La sentía más bien dulce y calidad, haciendo que esté girara su rostro y viera a la joven rubia de la cual provenía la caliza mirada que le sorprendió gesticulando una sonrisa a medias, muy típicas del él.
― ¿Se quedara con nosotros? ―pronuncio Beth, sintiendo la necesidad de saber si aquel hombre, de escasos 35 o 40 años se quedaría con ellos.
―No podemos volver, casi nos matan allá... con el gobernador ―repuso Daryl con rudeza ante las muecas de todos, de todos excepto de Beth.
― ¡No pienso dejar que él duerma en el mismo lugar que mi novia!―contesto Glenn con la misma dureza que Daryl.
― ¡Que no es un violador! ―defendió el joven Dixon a su hermano con furia.
―Se quedara, pero en la celda que se encuentra en el comedor, podremos darle una colchoneta ―contesto Rick con duda.
―Él sabe como es el Gobernado, nos ira bien que este con nosotros ―agradeció Daryl asintiendo.
― ¿Y que pasara ahora con el gobernador? ―pregunto Maggie.
― ¡No vamos a irnos! ―dejo Rick ante la pregunta.
―No podemos quedarnos aquí ―repuso Hershel ante la afirmación cruda del líder.
―Y si hay algún otro tranco tirador ―Maggie contesto recargando su arma.
―No podemos salir, no de día al menos ―Carol intervino a la ruda conversación grupal.
― ¡Si Rick dice que no nos vamos, no nos vamos¡ ―Ordeno Glenn con desesperación.
―No ―se oyó la voz gruesa de Merle al otro lado de la celda, captando toda la intención del grupo―. Es mejor vivir como ratas.
― ¿Tienes alguna idea mejor? ―Propuso el ex policía con un tono tranquilo, pero inseguro.
―Si, que nos hubiéramos largado anoche y vuelto a pelear otro día ―musito Merle y el silencio inundo la prisión por un segundo inerte, ante las miradas de todos atónitos, esperando alguna respuesta de Rick―,Pero ya no podemos hacerlo, ¿verdad? ―continuo Merle fríamente―. Ya tendrá hombre rodeando todo el perímetro de la prisión.
― ¡Ese cerdo no nos da miedo! ―Repuso su hermano ante el silencio de todos.
―Pues debería ―Contesto Merle mirándolo―, atravesar la reja con ese camión es su forma de tocar el timbre. Nosotros tendremos muros para escondernos tras ellos, pero el tiene armas… y muchos hombres… Y si toma las tierras que rodean esta prisión ―bajo la vista un segundo ante la verdad que acababa de decir, ante las miras de todos―. ¡JODER!, nos dejaran hasta morir de hambre.
Otro minuto pasaba con silencio absoluto. Todos sabían que eso era verdad, y no tenían muchas opciones, debían decidir muy bien que hacer. Quedarse era la muerte e irse también, las opciones se reducían a eso; muerte y muerte, y nadie en el grupo deseaba perder a más hombres. Su grupo se reducía y todo se empeoraba con el paso del tiempo. La prisión era un lugar seguro, si es que podían terminador con el gobernado y sus hombres, pero eso era casi imposible y la duda nacía en todos, esperando la decisión del líder, Rick.
―Pongamos lo en otro pabellón ―seso el silencio Maggie juzgando a Merle duramente.
― ¡NO!, tiene razón ―reacciono el joven Dixon ante todos.
― ¡La culpa es tuya! ―dijo Maggie mirando fieramente a Merle, sin que a este le importara―. Tu empezaste esto.
Beth miro a su hermana asiendo que su corazón latiera incontrolablemente. El simple echo de imaginar a Merle en otro lugar; incluso en otro pabellón, la aterrorizan de un modo inimaginable, la tristeza la invadió como nunca. Ni cuando vio morir a su madre tras lo del granero sintió tanto dolor, miedo y tristeza juntos. Por un instante la joven sintió el deseo de estrechar al hombre entre sus brazos, para que después su mente la hiciera reaccionar a la estúpida idea que su corazón le mandaba.
― ¡Da igual de quien sea la culpa! ―Se oyó como Beth con un toque de dulzura y furia pronunciaba, haciendo que todos en el pabellón la miraran sorprendidos, y con mayor sorpresa el hombre al otro lado de la celda, quien no sabia porque ella lo defendía ante todo su grupo, como podía ayudar al extraño que casi hace que su hermana y Glenn murieran en aquel pueblo demente, y algo peor…, porque lo miraba con esa dulzura.
A Merle se le cruzaron una infinidad de ideas en su mente, las cuales no tenían sentido… porque ¿Cómo la joven podría ayudarlo? ¿Por qué su corazón se agitaba fuertemente, sintiendo que este saldría de su pecho? Todo era confuso, nunca había sentido ningún aprecio por nadie, pero ahora sentía algo en su cuerpo, justo en el estomago, un polar de mariposas descontroladas, sin ánimos de querer parar.
Sacudió la cabeza para poder entra de nuevo en si y olvidar aquellas preguntas que para él eran una estupidez, una estupidez tan grande con el amor. Pues esté pensaba que quien amaba a una persona tenia dos opciones por fin. Una; tener entre sus manos la posibilidad de destruir, o dos; ser destruido fríamente. Y a él solo le interesaba la primera.
Y aunque en tiempos pasados, en donde el mundo iba "bien", solo buscaba a las mujeres para satisfacerse a si mismo, sin importar le sus sentimientos, anhelos y demás emociones que ellas sintieran por él. Ya que, aunque era rudo, frio… inexpresable, hacia sentir queridas… sentir se amadas a las mujeres que se le atravesara. Tenia la facilidad de hacerte creer lo que el quisiera y era lo único que veía en la personas.
―Les dije que nos fuéramos, ahora Axel esta muerto ―Pronuncio el veterinario―. No podemos quedarnos aquí más.
Miro al suelo y se encamino a la salida sin decir nada, el ex policía sabía que pasa y que no seria fácil terminar con esto, pero Rick ahora sufría; la perdida de su esposa, la perdida de un amigo y el engaño de este, era algo que no podía soportar, y menos el solo.
― ¡Vuelve aquí! ―dijo el veterinario rudamente, en forma de orden al líder del grupo que estaba a punto de salir de las celda―. Sabemos lo que has pasado, y sabemos que nos fácil y sobre todo lo entendemos, pero ahora no es el momento para esto, dijiste que esto no era un democracia, ahora tienes que estar bien... ―siguió en granjero, ahora que Rick había volteado a verlo a los ojos con confusión―. Te he confiado la vida de mis hijas, así que aclara tus ideas y has algo.
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