Este fic ha sido creado para el "Amigo InvisibleVeraniego 2013" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black". Este fic ha sido creado para "Jack Stevenson"

Disclaimer: Nada de esto me pertenece, es todo de la hermosa rubia J.K Rowling

Una suave brisa recorrió el lugar, enfriando las nucas de cada persona que estaba allí. Muchos se estremecieron, ya que no estaban muy acostumbrados a esos climas. Pequeñas gotas de lluvia se podía apreciar a través del elegante techo de cristal que tapaba el comedor de la academia Beauxbatons Un tintineo resonó por el enorme lugar, y algunas persona buscaron el lugar del origen de ese ruido, era las lámparas de cristal que se encontraban en el techo. Las paredes eras del color del cielo, y en el salón se podían ver unas tres esculturas del mejor hielo de Francia representando los tres escudos de las escuelas de magia que se encontraban en ese momento allí. Cuatro mesas de gran longitud se extendían por el elegante salón, una mesa para cada casa de su escuela que eran Vantard, Doué y Souple, y una para los invitados.

Los coros de ninfas del bosque eran dueños del sonido de ese magnífico salón, cada persona allí estaba esperando que el Cáliz del Fuego se tornara rojo y expulsara el primer nombre de los tres que formarían parte del el nuevo torneo de los tres magos. En el momento que este se torno rojo, todos lanzaron un grito ahogado, emocionados. Muchas de las chicas de Beauxbatons habían decidido pararse de su lugar solo para escuchar el nombre e ir hacia el lugar donde iban los campeones, si es que salían elegidas.

— La campeona de Beauxbatons es… —La nueva directora de Beauxbatons, Angelique Kuznetsov, se tomo un pequeño tiempo para leer el nombre de la campeona de su escuela y sonrió. — ¡Cysarine Bathurst! —resonó la voz de Angelique por todo el salón.

De la mesa de la casa de Vantard, se levanto una joven de cabello azul y ojos color como la nieve, casi blancos. El comedor estallo en aplausos. Los tacos de la joven resonaron por el suelo a cada paso que daba, cada paso con un movimiento elegante, digno de Beauxbatons. Todas las miradas se posaron en ella, pero ella no mostro debilidad y camino con paso firme hasta llegar con su directora. Angelique, con una sonrisa orgullosa, le indico una puerta a la izquierda, mientras sus uñas con diamantes incrustados resplandecían. Cysarine asintió y pequeños mechones de cabello danzaron sobre su delgada y blanquecina cara. Con un asentimiento de cabeza, la hermosa joven desapareció tras la puerta que anteriormente se le había señalado. Todas las chicas de Beauxbatons veían como la chica salía del lugar y se echaban a llorar por no haber podido entrar al torneo. Pues, según ellas, era un gran deshonor no ser parte de tal evento.

Minerva McGonagall, nuestra directora, se aclaro la garganta queriéndole avisar a la directora del colegio anfitrión que el caliz ya se había vuelto a tornar rojo. Angelique Kuznetsov le sonrió a la directora de Hogwarts y se acerco hasta el caliz, mientras este desprendía un nuevo nombre.

La mujer agarro el nombre con sus finas y arregladas manos y lo leyó. Se aclaro la garganta con suavidad. — El campeón de Durmstrang es… —tomo aire. — ¡Severian Brewsterite!

Un joven corpulento y muy apuesto se levanto de la mesa de invitados, mientras aplaudían todos y arrancaba unos pocos suspiros de las chicas presentes y se acerco con tosquedad hacia la directora Kuznetsov. Tenía el pelo rubio ceniza y ojos del color del mar. Al llegar hasta la directora, agacho la cabeza por un segundo en forma de saludo, y se dirigió hacia el lugar donde la anterior joven había desaparecido. A diferencia de las muchachas de Beauxbatons, los jóvenes de Durmstrang solo emitieron un bufido de desacuerdo y se volvieron a sentar en sus lugares.

El cáliz se puso rojo una última vez, mientras la directora Kuznetsov se acercaba a este. Un papel voló por los aires al ser despedido por el cáliz y aterrizo en las manos de la directora. Angelique se aclaro la garganta con elegancia y leyó en voz alta.

— La campeona de Hogwarts es… —aguardo un silencio al igual que las demás veces. — ¡Roxanne Weasley!

Esta sorprendida, de eso no había duda. Estaba en la mesa de invitados y debía acercarme hasta la sala donde me explicarían todo, pero en realidad no podía moverme. Sí, yo había puesto mi nombre allí pero no creía que quedaría seleccionada. Empujada por mis primos y mi hermano, logre levantarme con un poco de torpeza y camine hacia el lugar donde la directora la esperaba con las mejillas sonrojadas por todas las miradas que se encontraban en mí, era un poco abrumador. Estaba nerviosa pero por otro lado también estaba emocionada.

El suave golpeteo de mis tacos eran lo único que se podía oír allí, todos estaban pendientes de mi, la campeona de Hogwarts. Fred Weasley, mi hermano, pareció sentirse ofendido porque ninguno aplaudía, aunque eso en realidad no me molestaba y decidió pararse de su lugar, y comenzar a aplaudir. Todos le siguieron los aplausos, mientras Fred sonreía satisfecho. ¿Y yo? Bueno, digamos que mis mejillas hacían competencia con mi pelo.

Después de la reunión de campeones que se había dado a cabo, solo necesitaba dormir. Había sido un día largo y lo único que quería hacer es recostar mi cabeza en la cómoda almohada de mi cama. Mis pasos eran densos y cansados, mis piernas no daban para mucho más y en ese momento no podía hacer otra cosa que no sea preguntarme a mí misma porque demonios me había puesto tacones. Solo faltaba poco para ir a dormir, solo unos cuantos pasillos más.

Pero no todo estaba del lado de mi lado, al parecer.

— ¿Te divierte ser campeona, Weasley? —dijo una voz detrás de mí.

Reconocí esa voz chillona enseguida, por lo que no pude hacer otra cosa que voltear rodando los ojos. Frente a mi estaba Anabelle Zabinni, la joven que me había hecho la vida imposible desde el primer momento que había pisado Hogwarts. Como si me odiara especialmente a mí desde que me vio en los botes, donde me arrojo al lago negro. Aun no se lo perdonaba, y algún día lograre vengarme.

— ¿Celosa, Zabinni?

— Ya quisieras. —respondio Anabelle, frunciendo el ceño.

— Bueno, comunícaselo a tu cara, cariño. —conteste, guiñándole un ojo.

La pelinegra rechino los dientes. — Cállate, Weasley.

— Oblígame.

Zabinni empuño su varita.

— Oh, ¿Ahora lucharas conmigo?

— No es una lucha si no posees tu varita, ¡Expelliarmus! —grito la pelinegra, apuntando a mi varita.

Pero yo logre correr la varita del radio de acción de la chica pero, para mi mala suerte, el hechizo me dio en la espalda haciendo que me cayera al suelo. Mi cabeza dio contra el suelo y pude oír un pequeño sonido, se me había roto la nariz. Me pare del lugar con enojo y me toque la nariz, salía sangre.

— Esto ya es personal —dije furiosamente y empuñe mi varita— ¡Everte Statum! —exclame.

Ese hechizo tomo de sorpresa a la pelinegra, la cual cayó hacia atrás golpeándose el trasero.

Anabelle gruño. — ¡Expulso!

Logre esquivarlo y volví a apuntar hacia Anabelle. — ¡Furunculus!

Para mi sorpresa, Anabelle lo esquivo. — Avis. —dijo mientras que a su lado un monton de cuervos negros aparecían. «Negros como su alma.» pensé para mí misma. — ¡Oppugno!

Los cuervos negros se abalanzaron hacia mí, y yo me agache a tiempo para que un cuervo no me arañara la cabeza. — ¡Quítamelos! —aullé aterrorizada y corriendo de los pájaros endemoniados. Lo que nadie sabía es que le tenía miedo a las cosas con alas, especialmente los pájaros. Por culpa de mi fobia, estaba convirtiendo la pequeña batalla en un show de bromas para Anabelle.

Anabelle rio aun mas. — ¿La campeona de Hogwarts le tiene miedo a unos pajaritos? ¡Patético!

Pero tenía ninguna intención de ser el hazmerreir de Anabelle por lo que, con valentía que no poseía, me di vuelta hacia los pájaros y apunte con la varita. — ¡Diffindo! —los pájaros desaparecieron tras una llama.

— ¡Flipendo! —grito la Slytherin, con la esperanza de tomarme desprevenida.

Pero no lo hizo. Conjure un "Protego" y me protegió del hechizo. Oí a Anabelle exclamar un hechizo pero no podía pensar en cómo interceptarlo, opte por el piso. Duro y frio piso. Me di un duro golpe en la rodilla pero pude levantarme. — Expulso. —grite el primer hechizo que vino a mi mente, apuntando a Anabelle.

Anabelle levanto su varita para protegerse y grito antes de que el hechizo la impactara — Cave inimicum! —dijo con voz clara y rápidamente, el hechizo golpeó su protección y perdió un poco el equilibrio aunque fue leve, me miro y recupero el equilibrio lo más rápido que pude ver, luego sonrió. Alzo la varita preparada para su siguiente golpe, — Levicorpus.

Abrí los ojos sorprendida al ver la destreza que tenia Anabelle para defenderse. Definitivamente había empezado a defenderse mejor. Pude oír como el siguiente hechizo era lanzado, pero no pude esquivarlo. En unos pocos segundos me encontré cabeza abajo. "Contrahechizo... ¿Cual era?" Trataba de recordar, pero no venía a mi mente. ¡Eso es! Recordé la vez que mi padre me conto la historia de los enanos de jardín que… eso no viene al tema. Pronuncie el contra-hechizo con las pocas fuerzas que me quedaban. Me estaba quedando sin aire y la sangre subía rápidamente a mi cabeza. Caí al suelo. "Genial, otro moretón" susurre irónicamente, observando mi tobillo. Me pare de nuevo y alce la varita otra vez. — Mimblewimble. —grite apuntando hacia Anabelle, esperando que mi hechizo de éxito.

— ¡Protego! —Exclamo segundos antes de que el hechizo llegara y aunque fuera de último segundo logro evitarlo — ¡Palilengua! —sabía que si me daba y me dejaría sin habla y podría ganarme, pero no tuvo suerte.

Vi el hechizo acercarse hasta mí, y levante la varita. — Protego. —grite desviando el hechizo. Toda la práctica que había estado haciendo parecía haberse esfumado de mi cabeza. Maldije internamente ya que había pasado unas cuantas de mis preciadas horas del día en la biblioteca. ¿Todo eso para qué? Para después no acordarme. El hechizo casi me había logrado dar, supe que sería muy difícil si ese hechizo me atacaba. No iba a poder hablar. Agradecí a Merlín poder haber reaccionado a tiempo. Intente rememorar los hechizos más prácticos para esta situación. Toda mi mente estaba en blanco, la varita resbalaba de mis manos y de mi frente también caían alguna gotas de sudor. Tenía la rodilla con sangre por la caída y el tobillo doblado. "Estoy para una fiesta" ironice para mis adentros. Mi cabello estaba completamente despeinado y enmarañado, largos mechones caían por mi cara impidiéndome una vista perfecta. Eche la cabeza hacia atrás para poder despejar mi cara de todo el pelo que la cubría y me puse en posición de ataque. — Incarcerous —grite rápidamente esperando que las largas cuerdas logren atraparla. Si no, tendría que idear otro plan.

Pude ver que el hechizo había dado en su mano derecha. "Un poco mas de puntería te hubiera servido" susurro mi subconsciente con una mueca burlona. Estaba nerviosa, muy nerviosa. ¡Por Merlín! Ella sí que era buena defendiéndose. Vi como la cuerda que adornaba su mano derecha se prendía fuego al instante que ella conjuraba un "incendio" y se disolvía lentamente. A lo lejos pude contemplar como su mano tornaba un tono mas ennegrecido por la quemadura. A los pocos milisegundos fui cegada por una luz blanca, y me arrodille para poder taparme los ojos tranquilamente. Cuando recobre la vista, o un poco de ella, vi que Anabelle volvió a conjurar un hechizo. Me termine de apoyar en el suelo para que el hechizo pase por mi cabeza, y así lo hizo. "Por un pelo" susurre. Me reí para mis adentros por la ironía de la situación, ya que el hechizo me había rozado los cabellos. Me levante rápidamente. Oí que ella grito un conjuro para hacerme caer. Perdí el equilibrio sin poder evitarlo pero logre mantenerme de pie. Parecía que el suelo tenía algún hechizo magnético que decía: "Hacer caer a Roxanne Weasley, por favor". O tal vez solamente tenía un imán y alguien me había puesto algún metal en la ropa. Literalmente, parecía que el piso me llamaba.

— Aquamenti. —grito ella, apuntándome.

Rápidamente, me saque la capa que me cubría del frió y susurre. —Impervius. —Me tape con la capa esperando que Anabelle dejara de tirarme agua. Cuando ella termino, al ver que el agua no me llegaba a mojar, alce la varita y exclame con fuerza.

— Aqua Volatem. —Anabelle me había dado la idea de usar agua y así lo hice. Un gran bola de agua cubrió completamente a la chica y no supe si a había tomado de sorpresa o no, aunque creo que si lo hice. Mantuve la bola de agua unos dos minutos aproximadamente y la deje caer. — Relaskio —exclame antes de que pudiera atacarme.

Mis ojos no podían dar crédito a lo que veían. Anabelle había optado por salir de la bola de agua con expulso, cayendo de lleno contra el suelo. "Por lo menos no soy la única a la que el suelo le tiene cariño" pensé para mis adentros. Aunque hubiera usado un Arestum Momentum para parar el tiempo por un segundo, supe que se había lastimado igual.

— Locomotor Cables —gruño ella apuntándome. Estos se envolvieron alrededor de mi cuerpo y me obligaron a soltar la varita. "Genial, la única posibilidad para ganar que tengo es convertirme en una mujer araña y trepar por los techos" pensé irónicamente viendo el estado de mi situación.

En esos pocos segundos que tuve para pensar en el duelo, me di cuenta de que ella había hecho un muy buen uso del encantamiento casco-burbuja. Es una lástima que ese hechizo no lo haya practicado, me podría haber servido en alguna ocasión.

Pero, lo que ella no sabía es que sabia hechizos no-verbales y sin varita. "acción varita" pensé.

Mi varita llego hasta mí. — ¡Finite incantatem! —susurre dejando que los cables me soltaran. Apunte mi varita hacia Anabelle hasta que oí un grito.

— ¿Qué están haciendo? —pregunto el profesor Longbottom, con voz seria.

Mierda, si que podía asustar cuando quería.

— Vayan a su Salas Comunes ya mismo. —ordeno, sin dejarnos explicar.

Ambas asentimos y nos echamos una mirada fulminante. Agache la cabeza ante el profesor en forma de disculpa y me encamine a mi sala común.

Tenía que empezar a enfocarme en el torneo.