Muy buen tiempo astral a todos los lectores, antes que nada agradezco su atención y tiempo para con esta breve historia, como en antaño, me he volcado a escribir sobre un anime que me apasiona y encanta, quizás mis viejas y desgastadas letras puedan dar una perspectiva diferente a un romance que ha visto de todo, con una idea gestada hace ya años pero jamás concretada. La dedico con especial afán a todos esos escritores que me han dejado las letras sobre el río de la inspiración. Como es costumbre, Love Live! School Idol Project pertenece a sus respectivos dueños. Sin mas abro el telón de este relato esperando a que lo disfruten tanto como yo al escribirlo.

Momento 1.

Jodida, fastidiada y cansada, ese era el semblante de Maki, una mujer de 2? Años, cuya vida había sido acartonada, una risible imitación de un estereotipo de trabajador común a seguir por parte de la cultura en la que vivía y con ninguna expectativa a cumplir de entre los pobres e inservibles caprichos de la sociedad. Su mirada la podía sentir pesada, sus ojos purpuras se dilataban ante la oscuridad de las calles y de la nada saca un cigarrillo, lo prende y aspira profundamente "un paso mas para morir" se dice a si misma, no era su costumbre fumar aunque últimamente lo hacía seguido, su antigua pareja, Honoka le había criticado tantas veces el maldito vicio del tabaco, pero esa no fue la verdadera causa de la separación… ¿La razón? Maki nunca sintió algo mas, a veces sentía la relación como algo por cumplir, sintió que la chispa se había apagado, la química del amor en el cerebro no había funcionado esta vez, llegaba el momento en el que incluso el cursi amoroso momento de "hacer el amor" (que nombre mas extraño pensaba ella) resultaba una tarea robótica, sin demasiado sentido y sin chiste si no había mas allá de por medio, "que le den por el culo…" maldecía Maki que seguía parada en la acera viendo las luces del letrero Neon de los edificios, miraba a ambos lados de la calle, un auto pasaba y dentro los beats sonaban como estrujando las entrañas del la gente, gente estúpida y mediocre con sus gustos tan insípidos y pesadas deudas que les encanta pagar porque les "satisface" lo mejor de lo mejor sin tener el dinero justo para pagarlo.

Para Maki la gente le era un detalle mas que no exaltaba para nada su sentir, no ofrecía mucho a su persona, rara vez podía apreciar algo en ese cumulo de gente que valiera la pena, hacía tiempo que se había dedicado a muchas cosas, pero por desgracia a nada a la vez con su propia vida, su simple trabajo de oficinista la mantenía lo suficiente, viviendo al día, permitiéndole un lujo de vez en cuando… A veces Maki se permitía algunos de ellos. La cerveza y el vino eran algunos, perder la noción de lo que le asfixiaba en las calles (la gente) era algo que agradecía al beber un par de copas, y aunque solía beber algo en algún bar de la ciudad, no desarrollaba alguna resistencia y terminaba en mal estado; nunca supo porque, pero el sexo era un tabú fascinante para ella, otro de esos lujos que a veces se llegaba a dar y aunque tuvo encuentros sexuales con scorts o parejas temporales, jamás quedó satisfecha, algo le faltaba, algo le carcomía por dentro, lo describía como "es como tener comezón pero no poderse rascar porque simplemente no existes", algo estaba ausente, imprimía fuerza, descargaba todo en cada momento, pero siempre se quedaba a medias, como esperando algo y ese algo nunca llegaba.

Y Maki vivía de sus excesos combinados a veces, los excesos de la cerveza y el sexo con días en los que amanecía con una resaca y una mujer nueva sobre el brazo, recordaba la otra noche a una rubia de ojos azules que le hablaba en ruso y no le entendía ni una mísera palabra, al final terminó corriéndola de su departamento mientras esta gritaba obscenidades en el idioma de la tierra de Lenin. Otra noche abusando del tabaco tuvo platicas anormales con una tarotista de ojos verdes, indicándole que se cuidara del demonio de ojos rojos, que este tiraría su cascarón y se sentiría tan vulnerable que hasta el polluelo que ha caído del árbol estrellándose en el suelo sería mas fuerte que ella.

Pero Maki, la imbatible y fría mujer no tomaba en cuenta eso, carraspeo un poco y le dio otra bocanada al cigarrillo que se posaba sobre sus agrietados labios, una pareja paseaba por la acera de enfrente y maldijo ese estereotipo que abunda en las calles, en las personas y que no alcanzaba a definir, quizás lo veía como amistad, "amor", comprensión y confianza, todos esos conceptos le parecían risibles y soltó un sonido a modo de burla, consciente de que cualquier extraño pensaría que estaba loca y quizás, tenían un poco de razón.

Para Maki no había una vuelta atrás en su vida, nunca fue malagradecida con sus padres, les amó a pesar de la vida sencilla y cómoda que pudo tener con ellos, trabajadores de simples oficinas que ahora estaban jubilados y descansaban en algún departamento de la ciudad que Maki decidió abandonar para ir en busca de su suerte. Porque Maki era orgullosa, decía que si tenia algo en la vida sería por sus propios méritos y no porque alguien le ayudara, que la contrastante forma de ser de las demás personas de ser amigos o tener contactos aquí y allá no le valía, es como regalarte una oportunidad pero jamás ganarla con tu propio esfuerzo.

Escupió al suelo, la idea le dio nauseas y ahora se había sentado en la banca que tenía junto a la parada del autobús, en esa fría calle, en esa fría noche con todos sus fantasmas subiéndole por sus piernas, gritándole al oído sus fracasos y miedos, Maki no les prestaba atención, no sabía vivir con sus propios temores, pero eso no le había impedido vivir en estos meses, en estos años en los que el frío aire de la soledad le daba la bienvenida, le ofrecía el plato de la rancia indiferencia y la tapaba con la sabana de la incertidumbre al acostarse. Oh claro, a Maki le encantaba fingir a veces que todos esos sentimientos tenían rostro y los veía anómalos, seres increíblemente horribles que harían palidecer a cualquiera… pero Maki cerraba los ojos y al instante desaparecían… para volver a subir por las paredes y burlarse de ella.

Se preguntó muchas veces si sería al menos interesante suicidarse, lo tenía mínimamente todo, pero no poseía nada de lo que ella no sabía o no quería percatarse que anhelaba, veía de vez en cuando algunos blogs en internet para saber como morir mas rápido, que ironía, muchos hombres y mujeres le ofrecían dar la vida por ella pero esta se decantaba si reírse del asunto o quitarse la vida ella misma.

Poco a poco se fue terminando el cigarrillo, pensó que todas esas ideas convivieron con ella por años, siglos, pero solo habían transcurrido al menos 6-7 minutos, lo que duraban en promedio la vida del tabaco envuelto y pensó en lo que le dijo su amiga de pelo castaño "Deberías ir a darte un gusto, algo que te agrade para recordar la sensación del placer de vivir". Maki solo sonrió ante las palabras ingenuas e inocentes y salió en busca de algo, tabaco, alcohol, lo que fuese que encontrase en la calle, le daba igual a estas alturas de la noche pues solo quería distraerse de sus pensamientos, pero topó pared con un lugar y de pronto encontró en la bolsa de su chamarra ese cigarrillo maltratado como ella misma que hacía un par de minutos encendió mientras todas estas ideas pasaban por su cabeza.

Se encontraba ahí, de frente a un burdel, por un momento creyó que ya estaba cansada de meter y sacar los dedos, de probar a la gente y otras cosas, se había dado un descanso de su ámbito favorito y lo creyó descartable, pero el nombre le pareció tan risible que quiso entrar a tal vez burlarse del gerente por tan mal nombre para un tugurio de esa calaña… "Love Novels"

Y Maki entró.