Hola, hoy les traigo una nueva publicación. Lo que me inspiró a hacer este fic fueron los videojuegos de Pokémon, realmente jugue todas las versiones, desde Rojo hasta Oro HeartGold, y pensé, como sería la vida si pudieramos ser parte de las aventuras de Pokémon, y ahí se me ocurrió hacer este fic, en primera persona, y pensé en un nombre nuevo, ademas de que quería hacer una especie de continuación sobre los hechos en Altomare, y también pensé en una introducción que es la que leerán. Si aún les interesa leer el fic, disfrutenlo.


Tantas aventuras, tantos momentos, tantas risas, tantas lágrimas, tantas derrotas, tantas victorias, tantas batallas… y ahí quiero detenerme, y contarles mi historia, toda una aventura a través de las regiones.

Si les interesa saberlo, son libres de saberlo y van a saber cual fue mi historia:

Antes vivía en una región donde no existían los Pokémon, en América del Sur, era una vida buena, no tan emocionante, pero era algo con lo que yo me sentía cómodo.

A veces me sentaba en mi casa, y miraba en televisión los combates de la Liga Pokémon en Kanto, Johto y Hoenn y quedaba maravillado con tantas combinaciones de ataques y tanta variedad de Pokémon que había en el mundo y tantos entrenadores con habilidades sorprendentes. Realmente si en mi región hubieran existido los Pokémon, sin duda hubiera emprendido mi propio viaje para ser un Maestro Pokémon, era un nuevo sueño que había tenido, pero no sabía que lo iba a comenzar antes de lo que soñaba…

El día de mi cumpleaños número 10, recibí muchos regalos, pero hubo uno en particular, que me dejo pasmado…

Era un ticket de barco para zarpar hacia la región Kanto, mis padres, sabiendo que era lo que soñaba, me lo compraron y me dieron un mapa para llegar a Pueblo Paleta, y conocer al Profesor Oak, una autoridad imponente en el mundo Pokémon. Aparte de ello, tambien recibí ropa para el viaje, unos jeans azules, de mi color preferido, una playera negra con imagenes verdes, una gorra negra con el simbolo de la Liga Pokémon y unas deportivas blancas, ademas decidí llevar mi chaqueta que utilizaba en la escuela, a modo de recuerdo, y lo principal: la Ficha de Entrenador: con mi foto, unos espacios donde sospeché, ahí iban las medallas de Gimnasio, con mi nombre arriba: Mariano Toledo.

El día que embarque hacia Kanto, tenía una mezcla de emociones y de ansiedad, la verdad no sabía con qué me iba a encontrar…

Al llegar allí, me encontraba en Pueblo Paleta y no sabía hacia donde ir, la verdad estaba algo dudoso, así que pensé, que si el Profesor anda investigando, posiblemente, podría estar en las afueras del pueblo.

Decidí salir, pero cuando estoy justo afuera escucho un grito de alguien diciéndome que no me aleje más, que un Pokémon salvaje me podría atacar, era mi costumbre de no pensar en eso debido a de donde vengo,

Cuando observé al señor, ¡vaya sorpresa que me llevé!, era el Profesor Oak, me dijo que debía tener más cuidado, cuando le dije quien era, el recordó que estaba esperándome, y me dijo que lo siguiera a su laboratorio, a lo que accedí con mucho gusto.

Me contó acerca de lo que debía hacer si quería participar en la Liga Pokémon, pero me advirtió que por ser alguien que venía de una región sin Pokémon, tendría un trato diferente:

Para empezar, la Pokédex que recibiría tiene información sobre los Pokémon, pero no podría ver dicha información si no atrapaba al Pokémon del que quería saber, aunque me daría dos funciones muy útiles: podría ver el grito del Pokémon y su altura en comparación con el entrenador, aparte de las áreas donde se puede encontrar, algo que no contiene una Pokédex convencional.

Pero, al no venir de ninguna de las regiones donde hay Pokémon, cada vez que atrape un Pokémon, iría al laboratorio del Profesor de su región correspondiente, y no solo eso, si decidía irme a otra región, tendría que dejar todos los Pokémon anteriores en el laboratorio, tendría que empezar de 0 en la nueva región, no que sea algo malo, pero irme sin mi inicial siquiera, sería algo muy duro.

Una vez dicho esto, también me explicó que habían gimnasios en los que tendría que enfrentarme frente a sus líderes, en total me dijo la ubicación de 13 gimnasios, de los cuales 2 no eran oficiales, dando un total de 11 medallas oficiales de Kanto, pero que si obtenía solo 8 ya me alcanzaría con eso para entrar a la Liga.

Y entonces, llegó el momento: elegir mi primer Pokémon, ese que me acompañaría hasta el final de mi viaje…

Sabía que Kanto tenía más Pokémon iniciales que ninguna otra región, pero el Profesor casualmente se quedó sin los 3 más comunes, por lo tanto me vi forzado a elegir entre un Pikachu y un Eevee. Igual era una decisión un poco difícil, pero al final opté por Pikachu.

Era uno recién capturado, por lo tanto no era muy manso, lo que si destaco es que el Pokémon no le gustaba su pokébola, pero yo no tenía problemas en que viajara a mi lado, con el tiempo nos comenzamos a entender, atrapé una buena cantidad de Pokémon, tuve combates y gané 8 medallas, las necesarias para entrar, y al final… llegó la Liga Pokémon.

Me fue muy bien en mis combates y pude llegar hasta los 16 mejores, pero ahí fue donde me derrotaron… fue un poco duro pero las experiencias ganadas en todo Kanto no me las quitará nadie…

Después de un tiempo de descanso en el jardín del laboratorio del Profesor por unos días donde acampé, para pasar tiempo con mis Pokémon antes de partir a una nueva región, estaba listo para partir a Johto, pero tuve que quedarme una buena cantidad de días debido a que Pikachu estaba muy triste por el hecho de que me tendría que ir, realmente la despedida fue con muchas lágrimas, mi fiel compañero siempre iba a ser él…


Luego, fui a Johto, una gran región, elegí a mi inicial de dicha región, y elegí a Chikorita, que resultó que era hembra, lo que me facilitó un poco llevarme bien con ella, ya que me habían dicho que las Chikoritas hembras eran muy fuertes, también peleadoras, pero también muy fieles a sus entrenadores, y eso era bueno, a pesar del problema que tuve con ella…

Un día iba caminando por una ruta tuve una batalla contra un entrenador, algo conocido, se llamaba Ash Ketchum, el usó a su Bulbasor mientras que yo usé a Chikorita, y realmente fue una pelea muy pareja y terminó en empate, luego de eso me invitaron a que me quedara a comer con él y sus amigos, a lo que accedí gustoso, pero luego, mientras nuestros Pokémon comían, nosotros charlábamos sobre ellos y justo sale el tema de la evolución, a lo que yo no supe cómo decir bien las cosas: dije que no me gustaría que Chikorita evolucionara, porque pasaría a ser algo a lo que no me acostumbraría, y lamentablemente, ella lo escuchó y esto la lastimo muy profundamente, cuando me doy vuelta, la veo a ella muy triste con lágrimas en sus ojos y salió corriendo sin rumbo, muy lastimada, no supe como evitar herirla, esto me hizo dudar si yo realmente estaba destinado a ser un entrenador, cuando me fui de Kanto, muchos de mis Pokémon sufrieron por mi partida, y ahora, por algo que no debía haber dicho, había lastimado a mi primer Pokémon de Johto, realmente, tenía muchas dudas. Lo primero que hice fue ir a buscarla y disculparme, después de todo, no la culpo, yo no puedo tomar en mis manos su evolución, eso no es lo correcto, si ella quiere evolucionar era lo mejor para ella, la encontré cerca de un río, todavía llorando, me quebraba el corazón verla así, y me hacía sentir mal porque yo era el motivo de su tristeza, no quiero que ningún Pokémon mío sufra, y mucho menos por mi…

Finalmente me pude disculpar con ella, se sintió mucho mejor cuando le dije que lo sentía y que ella tenía mi aprobación si quería evolucionar, eso no iba a dejar de hacerla mi Pokémon. Al poco tiempo me sorprendí cuando evolucionó en un Bayleef, pero eso no cambió nada su carácter, seguía siendo la misma que yo conocí al comienzo, así que no me impacté tanto cuando volvió a evolucionar, esta vez en Meganium…

Conseguimos 8 medallas, logré entrar a la Liga Johto, lamentablemente volvimos a quedar afuera, entre los 16 mejores, fue una buena experiencia, pero Meganium quedó muy triste por dos razones: la primera, me iba a ir a otra región y ella no me podría acompañar, y la segunda, se sentía triste por el hecho de que me iba a ir y ella no pudo darme la victoria en el campeonato, eso la hacia sentirse culpable. Al ver esto decidí hacer lo mismo que hice en Kanto, pasé unos días en el jardín del laboratorio del Profesor Elm, y no me fui hasta que ella se diera cuenta de que yo estaba muy orgulloso de ella, mejoró mucho con el tiempo y fue una gran compañía, teniendo en cuenta que viajaba solo, al final lo logré, y me dirigí a mi siguiente destino: Hoenn…


Allí en Hoenn, fue una gran región también, de hecho, pensé en tomarme vacaciones en cuanto terminara la Liga Pokémon, elegí a mi inicial de la región a Torchic, que se entrenó muy bien y ahora es un Blaziken muy fuerte, y uno de mis logros más destacables en la región, logré algo que nunca había podido hacer antes: atrapé a un Pokémon variocolor, lo atrapé en el Monte Pírico, estaba buscando un Chimecho, que era uno de los Pokémon más difíciles de encontrar, pero antes de encontrarlo, me crucé con un Duskull que era rojo, así que decidí entrenarlo y evolucionó en un gran Dusclops y mantuvo su color rojo tan especial…

También logré las 8 medallas necesarias, y entré a la Liga, terminando entre los 8 mejores, una mejora y buenas experiencias…

Pero cuando la Liga terminó, algo raro ocurrió después, estaba emprendiendo mi camino a Pueblo Raíz Chica, para visitar al Profesor Birch, en un viaje largo, pero cuando salía de Ciudad Fortree, en la ruta, encontré un Pokémon muy particular, pero estaba muy mal herido, era una especie de dragon blanco y rojo, creía tener una idea pero para estar seguro miré mi Pokédex, que si apuntaba hacia el Pokémon me daria el número, la imagen y el nombre, lo único que necesitaba, y al ver el nombre, me quedé sin palabras, un Pokémon de esa reputación frente a mis ojos, algo que no se repetiría en la vida, el Pokémon que nunca olvidaré...

N° 196... Latias.


Si les interesa saber como sigue esto, no olviden dejar reviews, la continuación la tendrán muy pronto... Saludos.