Fanfiction Adicction

Short fic concursante para el Contest "Perfecta Navidad", organizada por el grupo FFAD.


Nombre del Grupo: SangNoel.

Nombre del Fic: La Originala.

Autoras: Starlight's Epclipse, Leess, Reus Voluptates, Baisers Ardents.

Disclaimer: Los personajes son de propiedad de Stephenie Meyer. La historia es nuestra.

Advertencia: Contenido explícito, sexual y violento. Léase con responsabilidad. +18.

Pareja: Edward y Bella.


Prólogo

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"El cielo tiene miedo de la noche
Cuando el mar hace dormir los barcos
Cuando la muerte se nutre en los rincones
Y la voz del silencio se llena de vampiros
Entonces alumbramos un fuego bajo el oráculo
Para aplacar la suerte
Y alimentamos los milagros de la soledad
Con nuestra propia carne
Entonces en el cementerio sellado
Y hermoso como un eclipse
La rosa rompe sus lazos y florece al reverso de la muerte"

Altazor -Vicente Huidobro

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La noche está puesta en sus ojos. Fríos y desolados. Brilla la perdición y las ansias de sangre.

Busca el brebaje en cada ser inferior, desea romperle los huesos hasta que en su puño sea solo astilla insignificante.

Sabe que las llamas del infierno lo esperan, para envolverlo en el paraíso eterno, en la perdición pura. Ser cruel es su mayor don, y sabe que pase lo que pase, jamás podrán verlo caer.

Podrido. Así se siente. ¿Puede alguien sacarlo de su embrujado estado? Él está solo.

Todo parecía cada vez más banal, cada día era un bosque sin retorno.

Vanaglorioso se explica a sí mismo que no necesita de nadie, que todos son sirvientes de él. "Soy su Dios, su Amo, su Alfa", repite constantemente dentro de su trastornada cabeza.

"Yo soy tu mitad, tu posibilidad, tu salvación", susurra el cantar del ángel.

"¿Qué quieres de mí?", suplica una respuesta clara. El solo hecho de que algo esté inconcluso lo vuelve loco.

Arranca despavorido por vez primera, escapando de la confusión emergente que ese ángel le provoca. Se siente hervir por la rabia.

"¡Tú no eres nada!" brama con desdén, proveniente de su arrogancia.

Abre los ojos, la ve a ella. Suspira. Se enternece.

Aquellas cuencas tan puras y llenas de paz, solo eso lo hacía tranquilizar. Solo un poco. Pero, al mismo tiempo, era su perdición.

"¿Cómo podré dejarte ir?", se pregunta. Si su corazón pudiese palpitar, éste estaría retumbando contra su pecho duro y gélido.

La garganta se le aprieta, no de sed ni de ira, sino de la tristeza que esto le provocaba. Incongruentemente, se sentía bien, era la primera vez que se sentía tan vivo.

—Yo nunca había recibido un regalo de navidad —le dice él a la figura durmiente de la doncella frágil—, hasta que apareciste tú ese día…


Esperando haberles hecho pasar un buen momento de lectura, damos la bienvenida a esta escalofriante y apasionante historia de navidad. Con mucho cariño para ustedes...

Baisers Ardents, Leess, Reus Voluptates y Starlight's Epclipse.