SOMOS CHICOS DE HIELO.

By Tenshi Lain & Neko-chan

Notas en tinta verde:

Esta historia está basada en el manga de Wataru Yoshizumi "Somos chicos de menta" (o "Mint na bokura" en japonés) con los personajes de YuYuHakusho (que pertenecen a Yoshihiro Togashi). Ninguna de estas obras me pertenecen, solo hago esto para divertirme (y porque Neko-chan me insistió mucho para que escribiera una parodia con los personajes de YuYu. Puede llegar a ser muy pesada --'). También advierto que habrá un poco de Shonen ai (AMOR entre chicos, NO sexo... mal pensada/os ¬¬')

Reparto de personajes

Noel Minamino: Hiei

María Minamino: Yukina

Ryuji Sasa: Kurama (NdTL: no le pongo su nombre humano porque la liamos ;P)

Miyu Makimura: Maya

Yoshiaki Hirobe: Yusuke Urameshi

Daisuke Sakurai: Kazuma Kuwabara

Kanako Asou: Botan

Karin Tachihara: Keiko Yukimura

Jiro Kuriso (Chris): Kuronoe

Ren: Koenma

Directora Morinomiya: Maestra Genkai

Cap. 1

Instituto Interno Mixto Morinomiya. 8:00 AM

La puerta del aula de 2º A, se abrió y entró la profesora Genkai (que además era la directora del internado Morinomiya).

- Venga, todos a sus sitios - dijo la maestra haciendo que todos se sentaran en sus pupitres -. Hoy tenemos a una nueva alumna en el colegio - dijo mientras escribía en la pizarra.

La chica que había entrado tras la maestra, permanecía junto a la mesa del profesor. Debía tener unos 14 años, no era muy alta, la verdad. Cabellos azulados y algo rebeldes, ojos rasgados de color escarlata un tanto fríos. Desde que entró, consiguió que todos en el aula cuchichearan con curiosidad.

- "Oye, Kurama" - susurró un chico a otro de largos cabellos rojos y ojos esmeralda - "¿no se parece a...?"

- "Si, ya lo sé." - le cortó el pelirrojo sin apartar al mirada de la recién llegada.

La profesora dejó de escribir y dijo:

- Preséntate a tus compañeros.

- Me llamo Hiei Minamino, encantada - dijo con tono respetuoso y una pequeña sonrisa. Los alumnos seguían cuchicheando, tras la presentación.

- ¡Venga, silencio! - pidió la profesora empezando a perder la paciencia - Como podéis ver, es la hermana gemela de Yukina Minamino que llegó nueva en abril. Por asuntos familiares no ha podido venir hasta ahora. Espero que todos la ayudéis a adaptarse a la clase. Hiei, siéntate junto a tu hermana.

La recién llegada asintió con la cabeza y no dijo nada más. Caminó hasta el pupitre vacío que había junto a otra chica que se le parecía muchísimo y que la miraba con cara de espanto, como si acabara de ver a un fantasma.

- Hola Yukina, me alegro de verte - le dijo con una media sonrisa algo cínica.

- Hi... Hiei... ¿pero que...? - tartamudeó con los ojos desorbitados.

- Hablaremos después de clase - le cortó sacando los libros de la mochila y plenamente satisfecha con la reacción de su gemela.

La clase no estuvo muy concentrada aquel día, todos se dedicaban a mirar de reojo a las gemelas Minamino. Al tocar el timbre, muchos se acercaron para hablar con la nueva, pero antes de que pudieran abrir la boca, Yukina la cogió del brazo y se la llevo del aula a rastras.

Fueron hasta la parte más solitaria de los jardines del internado. Yukina sentó de un empujón a Hiei en un banco y poniendo los brazos en jarra le preguntó:

- ¿Qué demonios haces aquí!

- Estudio aquí - respondió Hiei con toda la calma del mundo.

- ¡No me refería a eso¿Qué haces en MI instituto? Y con esas pintas...

- He venido a buscarte. Te marchaste de casa sin decirme nada y no se te ocurrió otro sitio que un instituto Ningen... - dijo con desprecio esta última palabra.

- ¡Eso no es cosa tuya¡soy lo bastante mayor para decidir que hacer¡no tienes por que meterte¡además ¿por que vas vestido así¡has dicho que eres mi hermana cuando en realidad eres mi hermano...

- ¡Pero no grites tanto! - le cortó tapándole la boca y mirando a derecha e izquierda.

- ¿Cómo no voy a gritar! Además ¿que demonios te has hecho en el pelo? - le dice tirándole del cabello para comprobar si era una peluca. Y comprobando que no lo era.

- ¡Oye! Eso duele - dijo con lagrimitas en los ojos mientras se sobaba la cabeza.

- ¿Qué clase de magia le has hecho a tu pelo? - preguntó con una ceja levantada - y también con la voz... ¿qué demonio te ha disfrazado?

- Eso no importa ahora, primero quiero una explicación - dijo Hiei cruzándose de brazos ante su hermana y mirándola directamente a los ojos - no es normal marcharse de la casa familiar de esa manera...

FLASH BACK

Hiei y su padre acababa de regresar de un "viaje de negocios". El padre de Hiei era uno de los demonios encargados de mantener encendidas las siete grandes calderas del infierno. En este viaje, fueron hacia el norte, hasta la cordillera de las cumbres nevadas en donde se localizaba la cuarta caldera.

- ¡Ya hemos vuelto! - anunció un enorme demonio de ojos rojos y crespos cabellos negros mientras entraba en casa.

- Bien venidos - saludó una mujer vestida con kimono blanco, cabellos azules y ojos tranquilos y serenos. Dio un beso a su marido y un abrazo a su hijo -. Que ganas tenía de que regresarais.

- Hemos traído nieve del monte blanco - dijo el pequeño demonio mostrándole un tarro cerrado herméticamente, lleno de nieve plateada.

- Muchas gracias, ya casi no me quedaba.

- También le he traído algo a Yukina - dijo el padre muy emocionado - ¿dónde está?

- Pues de eso precisamente quería hablarte - dijo la mujer con una sonrisa encantadora -, se ha marchado al Ningen.

30 segundos de silencio...

- ¿QUÉ! - exclamaron los dos demonios de fuego a la vez.

- ¿Y que está haciendo allí? - gritó Hiei, puesto que su padre aun estaba en shock.

- Se ha matriculado en un instituto interno muy prestigioso, el Morinomiya. Es una gran institución, los hijos de Kurko y Shinma estudian allí...

- ¡Déjate de tonterías! - exclamó su hijo rabioso a más no poder - ¡No puede irse así sin más!

- Yukina ya tiene edad suficiente para elegir donde estudiar, además esta será una experiencia muy instructiva.

Algo en la voz de su madre le hizo sospechar, así que optó por una retirada estratégica. Salió del salón, pero en vez de irse a su cuarto o salir de la casa, se subió a las vigas del alto techo y escuchó en silencio.

- Vale - decía su padre - ¿me vas a contar lo que de verdad sucede?

- Pues que la niña se ha enamorado de un humano - dijo tranquilamente.

- ¿Que qué!

- Lo que has oído.

- ¿Cómo se te ocurre dejarla marchar!

- ¿Y por qué no? Es sincera, en verdad lo ama.

- Pero un humano...

- ¿Qué más da que sea humano o demonio? - dijo la mujer molesta con la actitud de su esposo - te recuerdo que nuestro compromiso tampoco estaba bien visto por nadie. Un demonio de fugo y una koorime... Lo pasamos mal, por eso mismo no haré lo mismo que mi madre hizo entonces. Yo apoyaré a Yukina en su decisión.

- Está bien, tienes razón - cedió él con desgana -, pero como ese mequetrefe le haga daño le arrancaré las tripas y las usaré para atarme las botas.

- Pero si tú no usas botas.

- Pues ya pensaré otra cosa...

Hiei frunció el ceño ¿esa era la razón por la que su hermana se había ido¿amor¡Menuda chorrada! No podía irse al Ningenkai por semejante estupidez.

Su madre salió de la habitación y Hiei aprovechó. Dio un brinco y bajó de la viga quedando ante su padre.

- No está bien espiar a tus padres - le dijo el gran demonio sin mucho enfado.

- ¿No harás que Yukina vuelva?

- No sería justo - dijo él con ojos algo melancólicos - además así aprenderá de sus errores...

- Pues no estoy deacuerdo - insistió -. Si tú no haces nada lo haré yo. Iré al Ningenkai y la traeré de vuelta aunque sea lo último que haga.

- No es tan simple. Para ir allí se necesita un permiso especial del rey Enma...

- Pues lo pediré.

- Y también un motivo para el que ir. Y dudo que solo por esto nos lo den.

- Pues dile que yo también quiero estudiar allí. Me matricularé en la escuela, así convenceré a Yukina y la protegeré.

Su padre meditó las palabras de Hiei y finalmente cedió. Esa misma tarde fue a hablar con el soberano.

Hiei le aguardó impaciente, dando vueltas de un lado al otro de su habitación hasta que abrió un camino en el suelo de tanto ir y venir por el mismo sitio.

Cuando su padre llegó, no tenía cara de traer buenas noticias.

- ¿Ha negado el permiso? - preguntó Hiei e inmediatamente empezó a pensar en una forma alternativa para poder colarse en el mundo humano, aun sin el permiso.

- No exactamente. Para tener el permiso, primero tienes que tener plaza en el internado...

- ¿Y no hay?

- No hay de chicos, pero si de chicas - contestó el hombre.

Hiei abrió los ojos de par en par ¿a caso su padre estaba insinuándole...?

- Sé que es una locura - dijo el demonio al ver los ojos extremadamente abiertos de su hijo -. Así que no tenemos más remedio que resignarnos y dejar que Yukina...

- ¡Ni hablar! - le interrumpió Hiei - ¡no permitiré que ningún estúpido humano le haga daño a mi hermana¡aunque tenga que disfrazarme de chica¡Haré que Yukina regrese a casa, aunque sea lo último que haga!

FLASH BACK/end

- Y por eso estoy aquí con estas pintas - dijo con desprecio mirando el uniforme femenino (aunque lo cierto era que le quedaba muy bien...) - y para que lo sepas el pelo y la voz me han cambiado gracias a una poción que me ha dado la profesora Genkai.

- ¿QUÉ¿entonces ella sabe...?

- Pues claro que lo sabe. Es la directora. Tiene que saberlo todo de sus alumnos, en especial de los que vienen del Makai. Que por lo que tengo entendido somos unos cuantos en este instituto. Me quedé sorprendido...

- ¡No te vayas por las ramas! - le gritó interrumpiéndolo y haciéndolo caer al suelo - ¿pero como se le ocurrió a esa mujer? - dijo la chica mirando hacia el cielo.

- Por su cara, a mi me pareció que le divertía la situación ¬¬'

- Todos están locos - se lamentaba la chica tapándose la cara con una mano - ¿como pudieron permitir esto papá y mamá?

- Papá está deacuerdo conmigo y a mamá no le pareció mal.

- Estáis locos.

- ¡La loca eres tú ¿cómo se te ocurrió hacer esta tontería!

- ¡No me grites¡Y no es ninguna tontería¡Tú no lo entiendes¡lo mejor sería que regresaras a casa!

- ¡NO¡no volveré si no vienes conmigo¡Eres mía!

Yukina lo observó seria unos instantes y luego suspiró cansada.

- Hiei, siento mucho haberme ido sin decirte nada. Eres mi hermano mellizo y te quiero mucho, de verdad. Pero esto es muy diferente. Además el mundo no se reduce solo a ti y a mi. Hay más cosas en el mundo que tenemos que descubrir y...

Una gota le resbaló por la cabeza al ver a su hermano durmiendo de pie.

- ¡PERO NO ME IGNORES! - le gritó zarandeándolo - Eres imposible... ¡vale, quédate si quieres¡Ya te cansaras de hacer estupideces!

Y se dio la vuelta de regreso al instituto. Hiei la observó marchar en silencio.

- Di lo que quieras hermanita, pero te llevaré de regreso a casa. Que no te quepa duda ¡Estoy preparado para todo!

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Más tarde, Hiei se encontraba en su habitación deshaciendo el equipaje. Aunque en verdad no había traído muchas cosas. Solo las que no resultarían "extrañas" a ojos de un Ningen (es decir que se había dejado la katana, las armas de fuego infernal, los puñales envenenados, y lo que más le dolió dejarse, su dragón de peluche que echaba fuego azul cuando le apretabas la tripita (NdN-C: que mono -))

Cerró la puerta del armario y suspiró.

- Pues ya está todo.

¡Toc, toc!

Al darse la vuelta vio a su hermana y a otra chica en la puerta.

- ¿Ya te has instalado?

- Yukina.

- He venido a ver como te iba - dijo la chica con una sonrisa algo resignada pero dulce.

- Pues va bien - dijo Hiei con una pequeña sonrisa. Yukina siempre sería muy amable.

- Te presento a mi compañera de cuarto Botan Asou - dijo señalando a la chica que venía con ella. Era más alta que ellos dos, pero también tenía el cabello azul y largo recogido en una coleta alta. Sus ojos eran rosas y sonreía abiertamente.

- Mucho gusto - dijo inclinando la cabeza.

- Igualmente -dijo Hiei.

- ¿Quien es tu compañera de cuarto? - preguntó Botan.

- Se llama Maya Makimura. Pero no la he visto aun.

- Makimura está en tu clase ¿no Botan? - preguntó Yukina - ¿cómo es?

- Pues es muy guapa y saca muy buenas notas, pero es un poco... extraña.

- ¿Extraña? - dijeron a la vez los Minamino.

- Si, a veces se queda mirando a un punto fijo y se ríe o se pone a hablar sola. Una vez estabamos en clase y se puso de pie de un salto tirando la silla al suelo, mirando fijamente la pizarra. Estaba blanca como la tiza, como si hubiera visto un fantasma...

Los dos hermanos se miraron de reojo muy serios con la misma idea en mente: aquella chica podía ver seres sobrenaturales. Hiei ya se había percatado de la presencia de pequeños espíritus y otros seres del más allá rondando por el internado, pero todos eran de rango inferior, no suponían ningún riesgo.

Lo que si sería un riesgo, sería compartir habitación con una chica que podía descubrir su identidad de demonio.

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Eran ya las once pasadas. Hacía mucho que se había cumplido la hora límite en la que los alumnos tenían que estar en sus habitaciones. Pero la compañera de cuarto de Hiei no había llegado.

- Se llevará un buen sermón si la pillan - pensó divertido observando la cama de su compañera.

En ese momento se abrió la ventana y Hiei se puso en guardia casi por instinto. Pero se calmó al ver que se trataba de una chica con el cabello corto y de color marrón, grandes ojos verdes y cara de sorpresa. Vestía ropa de calle normal, pero algo le llamó la atención en particular. En su cuello había un amuleto de protección. No era como esa chatarra que regalaban con las revistas de los horóscopos. Nada más verlo Hiei sintió un escalofrío y la necesidad de alejarse. Ese amuleto era de verdad y muy efectivo, por cierto.

- Tú debes de ser Minamino - dijo con una sonrisa cerrando la ventana.

- Si - dijo con cautela.

- Me llamo Maya Makimura mucho gusto - dijo sin perder la sonrisa, pero esta se desvaneció lentamente. Se quedó mirando a Hiei en silencio con el ceño fruncido.

- ¿Qué pasa? - preguntó Hiei algo incómodo.

- No, nada - dijo Maya dirigiéndose hacia su parte del dormitorio.

Hiei la observó en silencio unos instantes y después se dio la vuelta en la cama y suspiró aliviado. Se llevó una mano a la frente y acarició la cinta que llevaba en ella. Sintió las palabras del conjuro de camuflaje bordadas en la tira de tela. Había superado la primera prueba.

En cuanto se enteró de que su compañera tenía unos poderes espirituales tan desarrollados, fue a hablar con la directora. La mujer le dijo que no había problema y le dio la cinta con el conjuro de protección.

- ¿Será suficiente? - preguntó el chico poniéndose a cinta en la cabeza.

- Desde luego.

- ¿Y no hubiera sido mejor ponerme con otra persona?

- Era la única habitación libre - dijo dando por terminada la charla.

Pero mira que iba a tener problemas en ese estúpido internado. La cinta le protegía y hacía que fuera imposible que nadie detectara su aura demoniaca, pero al mismo tiempo le restaba poder espiritual. Se sentía cansado, así que se quedó dormido sin cambiarse el chándal.

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A la mañana siguiente, las "gemelas" Minamino fueron el centro de atención en el comedor. Yukina ya había armado mucho revuelo con su llegada, no todos los días se veía a una chica tan linda, y ahora aparecía su misteriosa hermana gemela que desprendía un aire frío y misterioso que la hacía muy interesante.

- ¿Por qué nos miran todos? - preguntó Hiei mosqueado.

- Tu que crees... - dijo una voz tras de si. Allí estaba Botan con una gran sonrisa - No pasáis desapercibidas. Atraéis la atención queráis o no.

- Pues vaya - dijo Hiei con desgana.

- Por cierto, tenemos que estar en el gimnasio después de las dos. No te olvides - y tras guiñar un ojo, Botan se fue.

- ¿Para que tienes que estar en el gimnasio?

- Para el entrenamiento de voleibol.

- ¿vole... que? - preguntó Hiei confuso.

- Voleibol, es un deporte muy divertido, me he apuntado al equipo.

- Será mejor que nos vayamos antes de que te vuelvas ningen del todo... ¬¬

- Ya te he dicho que no voy a regresar ¬¬

- Al menos dime quien es tu "príncipe azul" - "para poder destriparlo" se dijo a si mismo.

- Ni en cien años - dijo Yukina marchándose de la mesa rumbo a la salida del comedor.

- Pues lo averiguaré yo - dijo acabándose el zumo.

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A las dos, Hiei se encontraba en el gimnasio observando atentamente a todos los integrantes masculinos del equipo de baloncesto. Había escuchado el comentario de que los chicos más populares del instituto pertenecían a ese equipo, así que decidió empezar a investigar por ahí.

Aunque lo cierto es que no eran la gran cosa. Simples humanos debiluchos, pero habían demasiados. Cargárselos a todos, para evitarse el tener que buscar de uno en uno no era buena idea. Suspiró resignado.

Entonces sintió que algo se el acercaba deprisa por la derecha y rápidamente se agachó. Un balón de baloncesto se estrelló en el lugar en el que su cara había estado segundos antes.

- ¡Oye¿Te encuentras bien?

Hiei se volvió dispuesto a decirle de todo menos bonito a aquel imbécil. Pero ninguna palabra salió de su boca. Ante él había un chico... o al menos creía que lo era, porque con aquellos cabellos rojos tan largos y aquellos ojos tan grandes y verdes, le costaba concretar su sexo. Le sonaba su cara ¿dónde lo había visto antes?

- Mirar los entrenamientos desde ahí el peligroso, Minamino - le dijo con una sonrisa encantadora -, deberías subir a las gradas.

- ¿Cómo sabes quien soy? - preguntó Hiei desconfiado.

- Estoy en tu clase - contestó el pelirrojo -. Me llamo Kurama.

Algo hizo estremecer a Hiei en aquel momento, pero no supo que podía ser.

- ¡Eh, Kurama¡deja de ligar y devuélvenos el balón!

- ¡Ya voy!

- ¿Quién es ese idiota? - preguntó Hiei con las mejillas sonrosadas por el comentario.

- Se llama Yusuke Hirobe. Es el capitán del equipo de baloncesto. No le hagas caso. Nos vemos luego - dijo el pelirrojo, guiñándole el ojo y haciendo que "la pobre chica" se volviera a estremecer ¡Un chico le estaba tirando los tejos! Tenía que encontrar y matar cuanto antes al chico que había embelesado a su hermana y regresar a Makai...

En aquel momento entraron los miembros del equipo de voleibol femenino, que compartían el gimnasio con los chicos de baloncesto (ya que ni había equipo de voleibol masculino, ni de baloncesto femenino)

Hiei observó como todas las chicas echaban rápidas miradas hacia los jugadores y muchas se sonrojaban o se ponían a reír de forma tonta cuando los chicos las saludaban o les guiñaban un ojo. "Pandilla de sonsas..." pensó Hiei poniendo los ojos en blanco. Pero se sobresaltó al ver a su hermana haciendo lo mismo. Estaba totalmente embelesada mirando a algún punto, con las mejillas levemente sonrosadas.

Siguió su mirada y se dio cuenta de que miraba directamente al capitán del equipo de baloncesto. No había duda de quien era el "príncipe azul" de su hermana. Otro motivo que añadir a la lista de "motivos por los que matar a Yusuke" pronto pasaría de ser el príncipe azul, al príncipe rojo...

El balón volvió a salir despedido de forma peligrosa hacia la cabeza de Hiei, pero este lo volvió a esquivar sin problemas. Kurama volvió a acercarse.

- Tienes unos reflejos magníficos.

(NdN-C: son de Loreal XD)

- ¿Podrías hacerme un favor? - dijo Hiei mirándolo directamente a los ojos.

- ¿No volver a lanzar el balón con destino tu cara n.n'?

- Además de eso... ¬¬

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- ¡Venga más rápido! - gritaba Yusuke a los de su equipo - ¡no permitáis que se hagan con el balón!

Varias chicas del equipo de voleibol, observaban a los chicos con corazoncitos en los ojos y otras cuchicheaban (el equipo de volei no era muy serio a la hora de los entrenamientos la verdad --')

- Lo vas a gastar de tanto mirarlo - dijo una voz a espaldas de Yukina haciendo que la Koorime se sobresaltara. Al volverse se encontró con su amiga Botan.

- Me has asustado...

- Perdona :P Nos toca jugar.

- Si - dijo echando una última mirada al capitán Yusuke. Suspiró y fue a la red pensando en como se habían conocido.

FLASH BACK

Su padre y su hermano se habían ido a examinara las calderas del infierno, pero ella no había querido acompañarlos. Tenía otros planes.

Pronto sería el festival de primavera en el mundo humano y ella iría con sus amigas Hana, Sakura y Haru (o sea se: Flor, flor de cerezo y primavera ¿a que soy original? XD). Eran tres hermanas espíritu que se encargaban de hacer florecer todos los cerezos del Ningenkai. Y Yukina este año las acompañaría. Nunca había ido al mundo humano y estaba muy ilusionada con la excursión.

- Y ahora los del templo del este - decía Hana tachando de la lista los cerezos que ya tenían.

- Si que tenéis trabajo - comentó Yukina.

- Ya ves, pero te estarás aburriendo - dijo Sakura.

- No, no que va...

- Yukina que nos conocemos ¬¬ - dijo Haru.

- Bueno un poco si -' - lo cierto es que después de ver florecer los cerezos de golpe treinta veces, perdía su encanto inicial.

- Si quieres puedes esperarnos junto al río - comentó Sakura -. Allí están ahora las hadas de luz.

- Eso seguro que no lo has visto - dijo Hana.

Y era verdad que nunca había visto algo así. Por la superficie del río revoloteaban las pequeñas hadas, cazándose entre si y riendo alegremente. En verdad era bonito verlas jugar.

- Es precioso - murmuró Yukina.

- Si que lo es - dijo una voz a su espalda sobresaltándola.

En el camino que iba paralelo al río había un chico de unos 16 años con el cabello negro y caído sobre la frente (vamos, Yusuke sin gomina), que observaba el río con una leve sonrisa en los labios. Vestía una camisa de tirantes con el número cuatro y el nombre del instituto Morinomiya y unos pantalones de chándal. En su hombro una bolsa de deporte marca Kike (no voy a hacer propagando ya que no me llevo beneficio .) y en su otra mano un balón de basquet.

A Yukina le latía muy rápido el corazón al observar a aquel humano. Porque no sentía ninguna aura sobrenatural saliendo de aquel apuesto joven. Sus miradas se cruzaron y el chico le sonrió.

- ¿Vienes del festival? - le preguntó amablemente.

- ¿Festival? - repitió Yukina confusa.

- El festival del templo - dijo señalando hacia un lugar en el que había mucho alboroto, como si hubiera una fiesta -. Como llevas puesto un yukata...

Yukina tragó saliva. No había pensado que parecería sospechosa con aquellas ropas, pero como siempre las llevaba en el Makai, no pensó que fuera importante...

- Eh... si, estaba en el festival con unas amigas. Pero nos hemos separado y mientras las buscaba me he encontrado con esto... he tenido suerte - dijo mirando al chico con el corazón latiendo a cien por hora.

- Pues si que la has tenido. Hoy en día no hay muchas luciérnagas y es difícil ver tantas juntas.

- ¿Tu también vas al festival?

- No, yo me marcho a casa. Estoy hecho polvo. Juego en el equipo de baloncesto de mi instituto y hemos tenido un partido cerca de aquí. Los demás han vuelto en autobús, pero yo tenía ganas de pasear. Ahora tengo que regresar a los dormitorios...

- ¿Dormitorios?

- Es que es un internado...

- Ya veo.

- En fin - dijo mirando su reloj -, tengo que irme o me reñirán por llegar después del toque de queda. Adiós...

- ¡Espera! - llamó Yukina con las mejillas coloradas - ¿cómo te llamas?

- Yusuke Hirobe - dijo señalándose el dorsal en el que ponía su apellido con el pulgar - ¿y tu?

- Yukina...

- Es un nombre precioso, cuídate - dijo levantando una mano mientras se alejaba. (NdN-C: vaya chulo playa lo has pintado ¬¬ TL: n.n)

FLASH BACK/end

Ese había sido su encuentro. Después había averiguado todo acerca del instituto Morinomiya y había convencido a su madre para que la dejara ir. Le había costado bastante, pero sin la presencia de su padre y su hermano había conseguido su objetivo.

Al matricularse rápidamente fue a preguntar por los equipos de deportes y rápidamente se apuntó al de Voleibol ya que compartía el gimnasio con el de basquet masculino (si que fue deprisa, ni siquiera soltó las maletas XD). Se alegró mucho cuando Yusuke la reconoció en el primer entrenamiento. Y desde entonces se había sentido inmensamente feliz cada vez que lo tenía cerca...

Sin embargo, lo que nunca había previsto era que el loco de su hermano fuera hasta allí a buscarla (y con aquellas pintas... ¿cómo demonios podía quedarle tan bien el uniforme femenino? --')

Pero no se iba a rendir. Ahora que su hermano estaba pululando por allí, tenía que empezar a tomar acciones. Al terminar el entrenamiento esperó a que los chicos salieran del gimnasio. Ya habían salido todos menos Yusuke "mejor así" pensó la Koorime.

En ese momento apareció el motivo de sus desvelos. Llevaba el pelo mojado y echado hacia atrás después de la ducha. Al verla, le sonrió y la saludó.

- Hola ¿qué tal el entrenamiento?

- Mu... muy bien... ¿Esto puedo preguntarte algo?

- Dispara.

- ¿Tienes... tienes algo que hacer el domingo? -preguntó la chica muy nerviosa.

- Mmmh... creo que no - dijo el chico pensativo.

- En... entonces... - Yukina tomó aire y soltó de golpe con los ojos cerrados - ¿QUERRÍAS VENIR A ALGÚN SITIO CONMIGO?

- Vale, encantado - dijo Yusuke con total calma.

Yukina lo observó con la cara llena de felicidad ¡Tendría una cita con su querido Yususke! No se lo podía creer...

- ¿Y quien más vendrá? - preguntó el chico con una sonrisa.

- ¿Eh? - Yukina quedó totalmente desconcertada con la pregunta del chico.

- Me parece genial que los equipos de baloncesto y voleibol vayan juntos a algún sitio. Hemos entrenado muy duro últimamente y nos vendría bien un respiro ¿dónde pensabais ir?

- Ah... es que yo... - empezó a decir Yukina ¿y ahora como le decía que solo quería salir con él?

- Yukina no conoce mucho la ciudad - dijo una voz desde dentro del gimnasio. A la chica de inmediato se le erizaron los pelillos de la nuca al reconocer aquella voz -, sería mejor que tu eligieras un lugar.

- ¡Hiei¿qué haces aquí? - dijo Yukina nerviosa al ver a su hermano tan cerca de su amado humano.

- Soy el nuevo delegado del equipo de basquet.

- Pe... pero...

- No sabía que tuvieras hermanos y menos una gemela - comentó el moreno divertido -. Bueno pues ya pienso algo y os lo digo ¿vale? Nos veremos mañana.

Y se fue dejando solos a los dos hermanos.

- ¿Pero como se te ha ocurrido semejante estupidez! - le reprochó su hermana - ¡no tienes ni idea de baloncesto!

- Tú tampoco la tenías de moneypol.

- Se dice voleibol ¬¬ y para que te enteres yo investigué antes de meterme en el equipo.

- Pues yo me he metido en el equipo para investigar.

- ¿Qué quieres decir? - preguntó con desconfianza.

- Se que el chico que te gusta está en este equipo.

- Hay muchos chicos en el equipo - dijo Yukina intentando despistar a su hermano.

- Pero solo hay uno al que miras con corazoncitos en los ojos.

- De que hablas - la chica sentía el estómago en la garganta.

- Es patético ver a una koorime babeando de esa manera por un estúpido Ningen con el pelo engominado.

Vale, ahora era definitivo: el destino se había puesto en contra de Yukina.

- ¿Me has estado espiando con tus Ninus?

- No han sido necesarios - contestó -, con ver la cara de tonta que ponías era suficiente.

- Hiei te he dicho que no te metas.

- Y yo te he dicho que no permitiré que hagas semejante estupidez. No me detendré y conseguiré que te alejes de ese patán. Cueste lo que me cueste.

Y se encaminó en dirección al colegio. Yukina lo miró con cara triste, suspiró y se marchó también. Ninguno de los dos se percató de la misteriosa silueta que los observaba desde las ramas de un árbol cercano.

CONTINUARÁ...

UNXAAAAA¡Mi primer fic de Yuyu¡Fiestaaaaa! XD

Espero que os guste esta loca idea que se me ocurrió hace siglos...

Neko-chan: ejem, ejem...

Vale, vale... se NOS ocurrió y que hace poco terminé (con la ayuda/amenazas de Neko-chan). Lo cierto es que a mí no me van mucho los fics de Yuyu, pero en fin...

Neko-chan: Si alguien no lo sabe, el personaje de Maya es del cómic (Que yo sepa no aparece en el anime). De un capítulo especial de uno de los primeros tomos. En esta historia Kurama todavía va a primaria y Maya es una compañera de clase a la que le fascina todo lo paranormal y además está coladita por el pelirrojo. Además de que aquí explican como se conocieron Hiei y Kurama n.n

¡Por cierto! El fic está terminado, constará de cinco capis. Para compensar a todas aquellas que se muerden las uñas porque no actualizo mis otros fics (lo siento, lo siento... pero cuando la inspiración no llega...)

Ja ne!