¡Mi tercer fic!

Bueno, este será de varios capítulos, todavía no se cuantos, e iré actualizándolo cada domingo ya que es un tema que tengo marcado y ya tengo en mente como lo desarrollare.

La verdad es que tengo ganas de escribirlo, ya descubriréis porque si seguís las actualizaciones xD

Bueno, sin nada más que decir os dejo con la historia.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Hidekaz Himaruya.


"…No se cuando pude comenzar a cogerte más cariño del debido.

Quizás porque en los malos ratos siempre estuviste a mi lado, siempre con tu humor contagioso hacías que se me escapara una pequeña sonrisa de los labios.

Aunque no tenías ningún tema de conversación de cualquier tontería se te ocurrían miles de ideas, sino ya puedes explicarme de donde surgió aquello de que con una maquina de nubes harías llover en las zonas áridas para darles agua…

Aunque eso es lo que más me gusta de ti y espero que no cambies."

Por supuesto, todo esto eran cosas que guardaba en mi cabeza, ni muerto se las diría al idiota come hamburguesas, que, hablando de él, me tiene hasta tarde delante de este estúpido aparato como lo es un ordenador.

La idea fue de los superiores, para documentos y datos importantes que debían ser enviados de inmediato debimos hacernos cuentas de correo electrónico y por supuesto, comprarnos estos infernales electrodomésticos. Pero para lo único que me ha servido es para bloquear al asqueroso de Francis por mandarme tantas invitaciones de webcam, no quiero saber que es lo que hace al otro lado… También recibí varios mensajes por parte de Prusia llamados cadenas en las que te maldicen si no los reenvías por lo menos a 20 personas, ¡pero si no tengo a tanta gente!

Y él.

Por supuesto, ÉL no debía faltar.

Quizás le cogí algo de cariño a este cacharro estruendoso por ese motivo, porque podía saber del gordo americano en cada momento.

Aunque no me hacía falta mover ni un dedo, el siempre era el que saludaba primero con demasiada emoción y cualquier estupidez para contarme. Y por ello me hacía sonreír bobamente de nuevo.

- ¡Hi Iggy!

- Sabes que no me gusta que me llames así.

- ¡Oh! ¡Vamos! ¡Que importa! ¡Sabes, sabes! ¡Me enteré de que McDonalds va a sacar una nueva hamburguesa! ¿No es genial?

- Am, viva.

- …¿Te ocurre algo?

- ¿A mí? ¿Por qué debería de pasarme algo?

- Te noto como deprimido –Me eché un poco hacia atrás, ¿se estaba preocupando por mí? ¿El que solo piensa en comer y hacer el tonto?

- No lo estoy

- ¿Seguro? ¿O Francia volvió a molestarte?

- Descuida, le tengo bloqueado

- Bien, me alegro de leer eso –Se alegra…últimamente esta muy raro.

Las conversaciones siguieron cada día, cada mes, y cada vez me extrañaba más por el comportamiento de este idiota, me prestaba más atención y me hacía más cumplidos. No le entiendo…

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

- Iggy, ¿esta noche vas a conectarte? –Un alegre americano se me acercó con una gran sonrisa tras la reunión de este mes.

- No lo sé, ¿por qué lo preguntas? –Pregunté con una ceja levantada.

- Tengo algo que decirte.

- ¿Y no me lo puedes decir ahora que me tienes aquí? –Sorprendido vi como tras esa pregunta la cara del ojiazul se volvía de un tono escarlata.

- ¡N-no! ¡Tiene que ser esta noche! ¡Conéctate! –Y con esa última petición dió media vuelta para correr por el pasillo hasta perderle de vista en la esquina, entonces solté un suspiro.

- De verdad que no te entiendo a veces…

Pasé el resto del día inquieto, procuraba mantenerme ocupado con cualquier cosa, leer un libro, limpiar la cocina, hacerme un té… Mala idea esto último.

Comencé a darle vueltas en mi cabeza, ¿qué es lo que querrá?

¿Quizás quería ver una película especialmente tenebrosa que le diera hasta vergüenza pedir que la viera con él? Si, debía de ser eso, ese sonrojo que vio en él era claramente de vergüenza… ¿no?

Cuando se dio cuenta el tiempo pasó hasta hacerse pasadas las nueve de la noche, debía conectarse si quería cumplir con el americano. Con nerviosismo y un ligero temblor en las manos se dirigió al botón que encendía el ordenador, introdujo la contraseña y ya estaba en el escritorio. Cogió el ratón e hizo doble clic en el icono del Messenger y luego a iniciar sesión, desde luego esa sesión se le iba a hacer eterna…

A los diez minutos saltó la ventanita que anunciaba a América conectado, le pinchó y tuvo la ventana abierta, esperando a que le hablara. Pasó un minuto y nadie dijo nada y cuando Arthur se decidió a saludar primero recibió el saludo del de gafas.

- Hi –Ya está. Ni efusivas, ni diminutivos de mi nombre. Comencé a escribir un "¡Hola América!" pero mis dedos se pararon ante el pensamiento de que se cambiaron los papeles.

- Hola

- …

- ¿Qué es lo que querías decirme antes? -¿Ha sonado desesperado? ¿He sonado desesperado? ¡Espero que no!

- Aaah…eso… No le des importancia, bueno, ¿qué piensas de mi idea en la reunión de hoy? -…Acaba de cambiar de tema de una forma bestial, ¿verdad?

- América, no me cambies de tema.

-… -Guardó silencio, eso es que algo pasa, estoy seguro.

- Dime.

- …

- ¡Joder América! ¡Pareces una cría a punto de declararse! ¡Suéltalo de una vez!

- Arthur… ¿te gustaría salir conmigo?


Y esto por el momento, espero que os haya gustado y esperéis hasta el próximo domingo.

¡Besos!