Danny Game Master presenta...

**A DARK ETERNITY**

DISCLAIMER: Esta es una historia escrita con el solo propósito de entretener. Puedes imprimir esta historia, copiarla y distribuirla libremente, siempre que acredites a DannyGMaster como su creador y a Kazuki Takahashi como el dueño de la serie original y todos los personajes que intervienen. De un fan para fans.

Este fan-fiction quiero que sea mucho más profundo que los anteriores que he escrito. Quiero que llegue mucho más adentro de los corazones de aquellos que lo lean. Bueno, dentro de lo que cabe, dado que es una historia, les adelanto, muy macabra.

Espero que les agrade no es una tragedia ni nada parecido, es más bien lo que yo llamo una Dark Quest, y ya veréis por qué. Si al final de la lectura les ha causado algún impacto o quieren dejar alguna opinión, aunque sea corta y directa (Sí, me gustó) (No, no me gustó) será muy agradecida.

No adelanto nada, la historia habla por sí misma. Os deseo mucho bien y que Horus ilumine vuestros caminos...

D. G. Master

ESCENA 1: Un cumpleaños sin cumpleañero...

El día llegaba inevitablemente a su fin. Mientras el sol, rojo como la sangre, se ocultaba en el horizonte, en lo alto del cielo, que cobraba en aquellas horas un tono grisáceo, la luna comenzaba ya a bañar con su aura plateada las inmensas montañas, caudalosos ríos y lagos, pueblos y ciudades que conformaban el relieve de Kindomu, el reino más grande y poderoso del Ancester. Un mundo en el que la oscuridad gobernaba casi la mayor parte del tiempo, pues de las 24 horas en que sus habitantes, los seres humanos, habían decidido dividir el día, 19 correspondían a la noche y las cinco restantes quedaban para el día. Por tanto, a diferencia de otros mundos como el nuestro, en este Ancester el reinado de la Luna sobre el firmamento era mucho más prologado que el del Sol.

Los seres humanos habían poblado el Ancester desde hacía milenios, y habían aprendido que la oscuridad era algo que debía ser temido. Criaturas aterradoras y horrendas rondaban la noche, seres que según las leyendas dábanse verdaderos festines tomando como plato principal carnes humanas. Llamaban a estos animales Nocturnos, y hasta el momento, solo algunos habían sido capaces de combatirlos, y ganar.

La Orden de Horus, creada 2000 años atrás, formada por sacerdotes de un dios llamado Horus, solo ellos tenían poder suficiente para hacer frente a los terribles demonios. Sin embargo, la gente normal tanto los quería como los repudiaba, pues eran sirvientes de un supuesto "Dios Falso". La religión imperante en el Ancester era la de la diosa Androsya, la cuál había desplazado a todas las demás. Por tanto, todo aquel que adorase a dioses que no fueran Androsya eran considerados herejes y no tenían lugar en la sociedad. Sin embargo, dado el grandioso servicio que prestaban los sacerdotes de Horus, los androsyanos tenían que quedarse callados. Más aún, cuando siete de las 10 casas más poderosas del reino eran fieles a ese dios.

Luego de esta breve pero necesaria explicación, impera la necesidad de encaminar nuevamente el curso de la narración hacia la escena primeramente descrita. Cuando la luna estuvo ya bien alto en el cielo, y el sol hubo desaparecido, en uno de los más grandes castillos que podían hallarse hacia el suroeste de Domino, ciudad capital de Kindomu, un acontecimiento extraordinario estaba a punto de ocurrir, un suceso tan significativo, que, en tiempos futuros, representaría un determinante momento en la historia del Ancester.

Pertenecía dicho castillo a la sexta familia más poderosa de las Diez Casas principales del reino, la familia Mutou. El escudo de esta familia era una pirámide invertida hacia abajo, con el símbolo del dios Horus, un ojo dorado, en el centro. El castillo en sí estaba protegido por tres grandes murallas de piedra blanca dispuestas en forma de triángulo, unidas en cada vértice por sendas torres que servían de vigilancia. Tras las murallas, un imponente foso defendía el castillo de posibles enemigos, y en el pedazo de tierra tras el foso se encontraba la gigantesca mansión de los Mutou, igualmente de forma triangular, que se alzaba muy por encima de las murallas 17 metros sobre el nivel del suelo. Solo era posible entrar al castillo gracias a un puente levadizo que se extendía 8 metros por encima del foso, si este fuese levantado, el castillo Mutou sería prácticamente inexpugnable.

Sin embargo, aquella noche el puente permanecía tendido, y las puertas del castillo se hallaban por completo abiertas, debido a que en el interior se celebraba una gran fiesta. El motivo de celebración no era otro sino el importantísimo suceso que representaba el cumpleaños del hijo mayor de los Mutou, llamado Yami, quien ese día alcanzaba finalmente los 17 años, o sea, según la costumbre imperante en el Ancester, la mayoría de edad. Dada la ocasión, los padres del joven no habían escatimado esfuerzos para organizar una tertulia que estuviera a la altura del acontecimiento que se celebraba.

En el interior del castillo, la fiesta tendría lugar en el salón principal. Este había sido completamente decorado alegóricamente, con estandartes, banderas, pancartas, cuadros, tapices y mosaicos, todos retratos del homenajeado. Era un chico con un peinado un tanto extraño incluso para un mundo como Ancester, hacia arriba, su pelo formaba tres picos de un color negro que se tornaba púrpura en la última línea, mientras que sobre la frente caían tres mechones completamente rubios. Tenía la piel blanca, y un rostro realmente atractivo, sin embargo lo que más resaltaba de su faz era el color rojo carmesí de sus ojos.

La fiesta recién comenzaba, y los primeros invitados ya cruzaban el salón para saludar a los padres de Yami. Estos eran Zora y Atheon Mutou, ambos iban vestidos muy elegantemente, y sus ropas lucían bordados en el pecho en hilo de oro el símbolo de los Mutou, la pirámide invertida. Los primeros en llegar fueron los Bakura.

Sarah y Wen Bakura, iban vestidos ambos de blanco y sus ropas igualmente lucían el símbolo respectivo de su familia: un triángulo encerrado dentro de un círculo rodeado de rombos, asemejando la figura de un sol. También venía el único hijo de esta pareja, el joven de 15 años Ryo Bakura, quien llevaba un traje de gala, del cuál parecía estar avergonzado, a juzgar por las miradas que le daba una y otra vez, al tiempo que miraba a todos los demás como si pensara que lo verían y se reirían de él.

- Ha sido un buen tiempo sin vernos, queridos Zora y Atheon - los saludó Wen, el padre de Ryo, mientras hacía una reverencia, su esposa e hijo lo imitaron - Cuánto me alegra poder haber asistido en este día a esta celebración. Aunque veo - añadió, mirando a su alrededor - Que nadie ha llegado aparte de nosotros...

- La noche es aún joven - respondióle Zora, al tiempo que ella y su esposo hacían también reverencias dando la bienvenida a sus invitados - Mas no os preocupéis, los demás no tardan en llegar.

- No lo dudo - añadió Atheon, sonriendo - No querrán perdérselo, si saben lo que les conviene.

- Indudablemente no - asintió Wen, y, al tiempo que daba un nuevo vistazo al enorme salón, se percató de algo - Sin embargo, una duda repentina me asalta. ¿Dónde está vuestro hijo menor, o, más imperante, dónde está su hermano, quien es el motivo de nuestra presencia en esta fresca noche?

Zora y Atheon se miraron.

- En cuanto al pequeño, está aún en sus habitaciones preparándose para bajar - Atheon se refería a Yugi, hijo menor de la familia Mutou, de 15 años, que era prácticamente idéntico a su hermano, excepto por el color violeta de sus ojos - Y Yami... Ah, a Yami no lo veo desde hace dos horas.

- ¿Queréis decir que no sabéis dónde está? - preguntó incrédulo Wen. Atheon asintió.

- Creo que ya conoces a Yami, Wen - intervino Sarah - Desde pequeño siempre ha preferido hacer entradas "a lo grande" como él acostumbraba decir. Recuerdo la fiesta que se celebró por el nacimiento de Yugi. En esos tiempos Yami solo contaba 5 años de edad, sin embargo... ¿recuerdas lo que sucedió?

Todos lo recordaban. El pequeño Yami se había escondido bajo la cuna del recién nacido, y cuando el sacerdote de Androsya fue a bendecir al niño, Yami afinó su voz y gritó: "¡Vayase a dormir, abuelo, que la diosa ya me ha bendecido!". Todos en el salón guardaron silencio, sorprendidos ante aquel prodigio, y ante la mirada sorprendida del sacerdote, el muchacho no pudo aguantarse y salió de su escondite ahogado entre risas, y al ver qué sucedía todos los presentes comenzaron a reir también, incluso el sacerdote.

- Sí, tienes razón - afirmó Wen, sin poder reprimir su sonrisa - Siendo esta una ocasión perfecta, no veo por qué el muchacho no iría a hacer una de las suyas esta vez. Y, conociéndolo, lo más probable es que hoy se luzca.

Los demás asintieron, pero desviaron su atención al ver que una nueva familia acudía a su encuentro.

Se trataba esta vez de los Ishtar, en cuya representación habían acudido el heredero, Marik Ishtar, su hermana Ichizu y su sirviente, Orión. Los tres iban ricamente ataviados, el símbolo de esta familia era un cetro dorado con el ojo de Horus grabado en la esfera del cetro. A la cabeza iba el jefe de la familia, Mallier Ishtar, seguido de sus dos hijos Marik e Ishizu, el primero de pelo grisáceo, idéntico al padre, la segunda de un color más oscuro, como el de la madre, que por desgracia no se encontraba presente.

- Irise lamenta no poder asistir a la fiesta - explicó más tarde Mallier a sus anfitriones, una vez todos hubiéronse encontrado, saludado y apreciado - Mas el embarazo ya está bien avanzado y no desea salir de casa para no causarse molestia alguna a ella o al bebé.

Los demás se mostraron sorprendidos al conocer que lord Mallier pronto tendría un tercer hijo.

- Válgame, que tanto tiempo hemos pasado sin contacto que venís cargados de noticias sorprendentes - dijo Wen Bakura, rodeando a Mallier por el cuello con un brazo - Veo que no has perdido el tiempo, viejo bribón.

Mallier lo empujó suavemente, desembarazándose de él, algo sonrojado.

- Vamos, Wen, deja de molestar al pobre hombre - lo regañó su esposa - Si fuese yo quien estuviese esperando un hijo, seguro que él no se burlaría de ti.

- Jamás lo hice con intención de burlarme, mujer - replicó Wen con gesto hosco - Todo lo contrario, me alegro mucho por ustedes, te felicito.

- Como sea - intervino Zora, fijando su atención en los hijos de Ishtar, que hasta entonces no habían articulado palabra - Habéis crecido mucho, desde la última vez que os ví. ¿Cuántos años tienes ya, Ichizu?

- Dieciocho - respondió Ichizu sonriente.

- Es toda una mujer, ya veis - dijo su padre - Su madre la educó muy bien, y estamos muy orgullosos de ella. ¿No es así, mi pequeña?

La chica se sonrojó. Su hermano permanecía callado, le interesaba más el salón de baile que otra cosa.

- ¿Donde está? - se preguntó. Vio a Yugi a lo lejos, y se dirigió con presteza hacia él.

Yugi al verlo sonrió y avanzó a su encuentro.

- Pero si es mi buen amigo Marik - dijo Yugi al llegar hasta él. - ¿Cómo has estado, compañero?

- Bien, aunque no tan bien como tú, ehem - respondió Marik, sin dejar de reparar en el traje que Yugi llevaba - ¿Quién te ha vestido, un ciego?

- Oh, cállate - replicó Yugi, avergonzado. Marik había ido a la fiesta con un jubón de gala y una capa blanca con el símbolo de su familia tejido en hilo de oro. Algo simple y a la vez elegante - Mi abuelo insistió en que utilizase esta... - intentó buscar un nombre para su prenda de vestir, pero no encontró ninguno - ... Cosa. Se ve horrible, lo sé, pero si no lo uso "Deshonraré a la Casa, a mi hermano y a toda la familia".

- Yo diría que vistiéndolo ya los estás deshonrando - dijo Marik, aguantándose la risa por todos los medios.

- Te mataré - amenazó Yugi, molesto.

- Tranquilo, no pretendía ofenderte. Tiene su estilo, después de todo. En fin, ¿dónde está Yami?

Yugi se encogió de hombros.

- Ah, ya veo - dijo Marik, sin darle demasiada importancia - Es normal, ¿no?

- Raro sería que estuviese por aquí - señaló Ichizu, interviniendo en la conversación - Yugi. - lo saludó.

- Ichizu - dijo Yugi, y recordó las palabras que le había enseñado su abuelo cuando se encontrase con una dama - Em... Lucís realmente hermosa esta noche.

Ichizu hizo una reverencia a modo de agradecimiento, y le sonrió.

- No tienes que ser tan cordial conmigo - dijo - No mientras nuestros padres no estén cerca.

- Claro - añadió Marik - Entre nosotros podemos hablar normal sin tanta palabrería de etiqueta.

- Habláis como mi hermano - dijo Yugi, divertido. Cosas como aquella eran las que su hermano decía normalmente.

- ¿Y quién crees tú que nos enseñó eso? - le preguntó Marik - Si no fuera por él, nos pasaríamos el tiempo charlando como adultos y diciéndonos "mi lord" y "mi lady" todo el tiempo.

Yugi sabía que era cierto. Yami era, por encima de todo, alguien que detestaba seguir las reglas. Si todos los nobles tenían que hablar con "clase", Yami hablaba de modo normal solo para llevar la contraria. Y pronto había pegado la costumbre a todo el grupo.

Ryou Bakura se acercó tímidamente a ellos. Hasta entonces se había mantenido al margen de la situación.

- Hola, mis señores... - los saludó.

- Qué tal Bakura - lo saludó alegremente Marik - Oye, ya sabes que entre nosotros puedes hablar correctamente.

- Sí, ya sé, es que se me olvida - respondió el chico de pelo blanco - ¿Y dónde está el homenajeado?

- De fiesta por ahí, seguro - dijo Yugi.

- O cazando alimañas en el bosque cercano - dijo Marik.

- O enamorando a alguna doncella - dijo Ichizu.

- O escondido - dijo una voz cercana.

Todos dirigieron su atención hacia un lugar concreto, pero solo vieron una cortina. ¿Podría ser que...?

- ¿Yami? - preguntó Yugi, intrigado - ¿Estás ahí?

- ¡No le hables a la cortina! - le susurró la voz - Si descubren que estoy aquí, todos me caerán en pandilla. "¡Felicitaciones, joven Yami!" "He venido a ofrecerte a mi hija en matrimonio, príncipe Yami". ¡Tonterías! Estoy harto de que esos idiotas me fastidien en mi mejor día del año. Estoy afuera, tras esta cortina lo que hay es una ventana, por ahí os hablo. Hallad la manera de salir, os espero donde siempre.

Y con esto, no dijo nada más, por lo que deducieron que se había ido.

- Bueno, vamos - dijo Marik, echando a andar. Al ver que nadie se movía, giró la cabeza interrogante. - Nuestro amigo nos está esperando, ¿o no?

- ¿Qué le diremos a nuestros padres? - preguntó Yugi, inseguro.

- Que vamos a tomar aire fresco - dijo Marik, dirigiéndose hacia la puerta.

- Espera - le dijo Yugi - Conozco un atajo.

Siguieron a Yugi hacia el jardín central del castillo. Una fuente con la forma de la pirámide, de cuyo ojo manaba el agua, les sirvió de tapadera para dirigirse hacia el sendero que daba a los establos. Sin embargo, Yugi los condujo fuera del camino hacia una estatua que representaba a un caballero con una espada. La inscripción bajo el busto decía "Franc Depos de Acero."

- ¿No debería decir "Dedos de acero"? - preguntó Bakura, observando la inscripción.

- Precisamente - dijo Yugi, sonriente, y con los dedos agarró la letra "p" y la giró lentamente hasta ponerla boca abajo, formando una letra "d".

"Franc Dedos de Acero"

Se escuchó un chasquido, como el de un cerrojo abriéndose. Yugi se dirigió hacia la parte posterior de la estatua, donde supuestamente no había nada, y empujó la lámina de piedra, que cedió fácilmente, revelando unas escaleras y un pasaje secreto iluminado por antorchas recién encendidas. Alguien ya había utilizado el pasadizo, y todos sabían exactamente quién.

- Ese Yami... ¿cómo descubrió este pasadizo? - preguntó Marik, impresionado.

- Pregúntale cuando lo encontremos. - respondió Yugi, y seguidamente se introdujo en la tenue oscuridad del pasaje. Marik lo siguió, seguido de Ichizu.

Antes de entrar, Bakura echó una ojeada hacia el castillo. Nadie los había visto, o eso parecía. Tanto mejor, pensó. Entró, y cerró cuidadosamente la puerta tras de sí.

Y solo entonces los adultos notaron la ausencia de sus hijos.

**** FIN DE LA ESCENA PRIMERA ****

¿So, what do you guys think?

Iba a hacer este capítulo más largo, pero me falta tiempo. De todos modos, es solo un pequeño intro, todavía no hay conflicto y tampoco malo del cuento (y no es que vaya a haber). Me queda 1 solo examen por hacer, luego, tendré tiempo de sobra para leer el manga de Yugioh! y para escribir mis fics! y quien sabe. En este fic aparecerán tooooooooodos los personajes de Yugi, o al menos los más reconocidos. Fíjense que hasta tengo planes para Weevil y Rex Raptor, ¡soy imparable! Maa, eso será todo.

Por ahora, resumamos: un universo alterno, lleno de noches largas y criaturas malignas. Disputas entre religiones. ¿Qué le depara el destino a Yami y a sus amigos? ¿Dónde está Seto Kaiba? ¿Y qué otros secretos guarda este mundo?

Las respuestas en el próximo capítulo!

Un saludo a todos los readers y authors de FFiction(.)net

Dann