Amo mucho a Mirio y desde el último capítulo en el manga con Tamaki creo que simplemente no he podido evitar escribir esto que tiene a Los Tres Grandes de protagonistas. Pienso en ellos como un trío explosivo muy dinámico y ya los he adoptado con mucho amor. Aquí algo que, si bien yo no lo pretendía realmente el shippeo, sólo no pude dejar de escribirlo. Ha quedado corto y, bueno...

¡Disfruten!

Disclaimer: Boku no Hero Academia no me pertenece.


No Name.

Por Blue-Salamon.


Hadō los atrapa cuando se están besando. Bueno, cuando Mirio lo está besando a él. A Tamaki le es difícil decir si en realidad él también estaba besando a Mirio puesto que el beso lo había tomado por sorpresa y había sido difícil para él entender, en primer lugar, que eso había en realidad vuelto a pasar cuando ocurrió la interrupción.

Como sea, la cosa es que Nejire está ahora pasmada después de haber entrado corriendo con su característica hiperactividad. Y es raro que todavía no...

—¿Están saliendo? ¡Están saliendo! ¿Por qué no me dijeron que estaban saliendo, ustedes dos?

Al instante, a Tamaki se le pone el rostro enteramente caliente y, en específico, siente sus mejillas hervir. Mirio, por otra parte, sólo sonríe y se ríe. E incluso cuando Tamaki puede verlo que está así, un poco también ruborizado, siente que no es nada comparado a como él se ha de ver.

De cualquier forma, Mirio no deja de parecer un sol.

—¡Togata! ¡Debiste decírmelo! No puedo esperar nada de la gallina, pero por qué tú no...

—Togata Mirio.

Los tres voltearon porque lo común era que siempre que alguno de ellos era llamado por su nombre completo al final iban a hacerlos a los tres ir a lo que sea que los requirieran, pero como esa persona sólo se quedó esperando a que Mirio se le acercara, tanto Amajiki como Hadō observaron a Mirio partir con desconcierto compartido.

El silencio entre Hadō y Tamaki se extiende, casi al punto de estar por solidificarse, cuando ella es quien inicia de nuevo la conversación: —¿¡Por qué no me dijiste que salían?! ¿Desde cuando salen?

Tamaki permaneció con la mirada en sus zapatos. —No estamos saliendo...

—¿Y entonces? ¿Qué hay de ese beso? ¿Es que sólo se besan y no salen? ¿Estás seguro de que no salen?

Siendo acribillado con las preguntas de Hadō, Tamaki tuvo el imperioso deseo de sólo ser tragado por la tierra. Ello le recordó a Mirio, inevitablemente, y prefirió que mejor no, porque entonces quizá se quedaría sin ropa y eso haría todo mil veces peor.

No le respondió a Nejire, debido a que esta no le dejaba espacio para ello, pero la verdad era que sí: entre Mirio y él lo único que parecía fuera de lugar dentro de su relación amistosa era que sólo se besaban.

Mejor dicho, Mirio sólo lo besaba. Repentinamente y sin avisos.

Había sido así desde su segundo año en U.A. Si hacía más memoria, recordaría que cuando eran más pequeños Mirio incluso le había robado su primer beso. Pero eso era una memoria tan difusa y extraña que no podía hacer más sino que ver siempre un nuevo beso que le era robado como si se tratara del primero.

Tamaki tenía que admitir que la situación no le molestaba ni en lo más mínimo, aún en su confusión. Le parecía todo tan natural que...

—No. No estamos saliendo.

Ponerle una etiqueta podría ser tan aterrador como desagradable.

Mejor dejar las cosas así. Que todo fluyera. Por que confiaba en Mirio. Y siempre confiaría en que lo conocía bien.

No por nada su nombre de héroe era Suneater.