Nota: Los personajes le pertenecen a Setephanie Meyer. El argumento me pertenece y fue creado por mi idea al 100%… Cualquier otro fic que se le parezca es mera coincidencia…

Capitulo 1.

Hoy era la fiesta de graduación y no podía esperar para poder recoger a Bella e irnos juntos a la fiesta. Aún no podía creer como ella había aceptado ir conmigo teniendo a tantos chicos para elegir.

Desde que éramos pequeños, Bella y yo somos amigos. Hacíamos todo juntos y nos contábamos todos los problemas que teníamos. Éramos muy unidos, lo que causaba que otros nos vieran como pareja. A mí no me importaba, pero a Bella si. Ella temía que eso me exasperara y cada vez que alguien en el instituto nos decía algo, ella se disculpaba enormemente conmigo. Yo le pedía que no hiciera eso, pero Bella es… muy cabezota.

La verdad es, que a mi no me molestaba en lo más mínimo que nos vieran como pareja, al contrario, esa idea me hacía feliz.

Las chicas de la escuela la miraban de una manera, ¿cómo decirlo? Malévola, o algo parecido, como si quisieran que le sucediera algo malo, cada vez que nos veían caminar juntos por la escuela o que la trajera en mi auto a clases, y los chicos me observaban de una manera que no comprendía, como si estuvieran enojados, cada vez que nos veía a Bella y a mí juntos… Eso era demasiado raro…

Pero lo cierto es que estoy irrevocablemente enamorado de Bella Swan, mi mejor amiga, desde que éramos pequeños y jamás tuve el valor de confesárselo…

Hoy no sería la excepción… Hoy en la fiesta me armaré de valor y le diré a Bella lo que siento y tenía la esperanza de que ella me correspondiera…

-¡Edward que estas haciendo!- preguntó mi fastidiosa hermana menor Alice. Ella era dos años menor que yo.

Me giré para encontrarme con su rostro. Su cabello negro que terminaba en puntas que señalaban a cada dirección, sus enormes ojos azules, todo estaba como siempre, excepto que estaba con un lindo vestido verde de seda con tirantes que se amoldaba perfectamente a su diminuta figura y estaba un poco maquillada. Hoy era su fiesta de final de curso. Estaba apoyada en el umbral de mi habitación mientras me observaba detenidamente.

Fruncí el seño.

-¿Qué parece que estoy haciendo? Preparándome para la fiesta de la graduación- ya me había puesto el smoking y solo faltaba arreglarme la corbata y peinar un poco mi rebelde cabello cobrizo.

Alice se cruzó de brazos y frunció el seño.

-Eso ya lo se genio… me refiero a eso- dijo la duende mientras apuntaba con su menudo dedo índice al papel que tenía entre mis manos.

Pasé una mano por mi cabello, tratando de no sonar muy cursi frente a mi molestosa hermana.

-Es un ensayo… de… de lo que voy a decirle a Bella… le voy a confesar lo que siento por ella está noche en la fiesta- dije observando nerviosamente el arrugado papel.

-¡Por fin!- dijo la duende mientras daba brinquitos de felicidad por toda mi habitación.

La observé muy confundido.

-¡Alice, Alice, deja de hacer eso!- su actitud me estaba exasperando.

Se detuvo, pero su enorme sonrisa y un brillo peculiar en sus ojos seguían allí.

-Pero… ¿¡Por qué tenías que esperar hasta ahora Edward!?- me dijo reprobatoriamente.

Caminé hasta mi cama y me senté en ella y de inmediato, Alice me acompañó a mi lado.

-No lo sé…- suspiré-. Tal vez la idea de que ella no me correspondiera y que nuestra amistad terminara me acobardaba… Y ahora, tal vez no la vuelva a ver por la universidad y quiero que sepa lo que siento, aunque no me corresponda, Alice…

Se quedó en silencio y parecía que estaba pensando a fondo en mis palabras. Tenía razón, era un cobarde por no habérselo dicho antes, pero… era mejor tarde que nunca.

Alice pasó un brazo por mis hombros, rodeándome, para consolarme. A pesar de que siempre discutíamos por cosas pequeñas, ambos nos comprendíamos perfectamente, hasta llegar a poner confusos a los demás, ya que no necesitábamos palabras para decirnos algo, solo bastaba con mirarnos a los ojos para saber lo que pensaba el otro, era como… telepatía de hermanos.

Alice me sonrió tiernamente, pero me pareció un poco ¿triste?

-Créeme… todo saldrá bien. Solo debes confiar en ti mismo y decírselo con calma- mi hermana menor tenía cierto poder de predecir las cosas. Al principio Emmett y yo nos burlábamos de ella por eso, pero descubrimos que ella siempre ganaba y dejamos de apostar contra ella. Pero ésta vez, lo que me dijo pareció como si estuviera tratando de convencerse mas a ella que a mi y eso me hizo sospechar mucho, pero no le preguntaría al tiene que salir bien…- murmuró.

La miré curioso, pero lo dejé pasar. Miré el reloj de mi muñeca y me di cuenta que si no me apresuraba, llegaría tarde a recoger a Bella. Me acomodé rápidamente la corbata, sin prestar atención a lo que hacía y salté fuera de la cama, en busca de las llaves del Volvo. Me despedí de Alice con un rápido beso en su mejilla y salí disparado de la habitación, rumbo al garaje.

Pero antes me despedí de mi cariñosa madre Esme, que me miraba reprobatoriamente por mi comportamiento. Le sonreí inocentemente y me despedí de ella. Subí al Volvo y conduje a toda velocidad hasta la casa de mi mejor amiga.

Mi casa estaba muy alejada del diminuto pueblo de Forks, en las afueras, rodeada por un espeso bosque. A Esme y a Carlisle les gustaba vivir rodeados de la hermosa naturaleza, por lo que me tomaba unos cuantos minutos salir por el sendero hasta llegar al pueblo. No era mucha molestia, me concedía un poco de tiempo para pensar, sobre todo, para pensar de que forma le confesaría a Bella mis sentimientos.

Antes de lo que esperaba, me encontraba en el pequeño pueblo, en dirección al hogar de los Swan. Los padres de Bella, Reneé y Charlie, estaban separados desde hace más de cuatro años. Fue algo duro para ella, pero salió adelante. No pude verla por más de tres años, había decidido pasar unos años en Phoenix, para hacerle compañía a su madre, hasta que estuviera segura de que se encontraba bien y que había superado la ruptura de su compromiso. Durante esos tres años no pudimos dejar de comunicarnos por teléfono todos los días e incluso nos enviábamos correos electrónicos, para seguir en contacto. A Bella le había preocupado de que me sintiera mal o de que estuviera molesto por su decisión. Pero a mi no me preocupaba en lo más mínimo, me hacía feliz el solo hablar, aunque sea, unos minutos con ella, para volver a oír su tímida y dulce voz a través del teléfono. Luego de esos tres años ella decidió regresar con Charlie, ya que Reneé encontró a la persona que la hacía sentir segura, haciendo que Bella no se sintiera tan mal por dejar sola a su madre. No sabía mucho de él, Bella solo me dijo que se llamaba Phil.

Aparqué en frente de su hogar y bajé lentamente del Volvo. Estaba un poco nervioso, por lo que me encaminé hasta el porche de la casa, contando cada uno de mis pasos. Toqué tres veces la puerta blanca de la entrada y esperé pacientemente. Agudicé el oído para escuchar ruidos en el interior y pude oír unos rápidos, pero firmes pasos dirigirse hasta la puerta.

Coloqué las manos en mis bolsillos, tratando de relajarme. La puerta blanca se abrió, mostrando a Charlie. Él pareció relajarse en cuanto supo quien era… ¿acaso esperaba a alguien más? El padre de Bella trató de sonreírme con amabilidad y me invitó a pasar.

Avancé lentamente y me dirigí hasta el living. Tomé asiento en el sofá y traté de no mostrarme nervioso frente a Charlie. Desde pequeños, Bella y yo visitábamos la casa del otro y pasábamos las tardes juntos e incluso nos quedábamos a dormir en alguna de las dos casas. Como Alice y Bella son amigas desde la secundaria, a ella le gustaba visitar mi casa, por lo que yo no venía mucho aquí de visita. A demás, Charlie era el jefe de la policía y a veces temía que la proximidad que tenía con su hija le fuera una molestia y me impusiera una orden de alejamiento. Pero él sabía perfectamente que yo no le haría ningún daño a mi mejor amiga y también, si él pusiera esa orden, su hija se molestaría y lo que su padre no quería hacer, era hacerla sentir mal.

-Bella ya va a venir…- dijo lentamente el jefe Swan-. Está terminando de arreglarse…

Nos quedamos en silencio, un silencio realmente incómodo. Charlie y yo no nos llevábamos muy bien que digamos, solo manteníamos una relación solamente de conocidos, nada más. Por lo que todo esto se volvía muy incómodo. Desde que era pequeño nos conocemos, pero nada más que eso. Tal vez nos llevábamos de esa manera porque él quería mucho a su hija y le resultaba difícil aceptar a un amigo de ella.

De repente, recordé sus firmes pasos y su fría expresión al abrirme la puerta antes de percatarse que se trataba de mi. Lo miré dudoso, pero me decidí a preguntarle.

-Disculpe si soy descortés…- hablé lentamente. Charlie alzó la mirada y la centró en mis ojos-. Pero parecía estar esperando a alguien más…

Él me miró sorprendido, como si no esperara que descubriera eso.

Carraspeó un poco mientras se cruzaba de brazos.

-Nada importante…- dijo seriamente-. Es que el hijo de los Newton ha venido por las tardes aquí, tratando de invitar al baile de graduación a mi hija…

Abrí los ojos como platos. Así que el estúpido de Mike estaba intentando llevar a Bella al baile. Suspiré en mi fuero interno, ese chico jamás cambiaría. Mi mejor amiga lo detestaba por el simple hecho de que la molestara siempre en el Instituto, intentando que ella le diga que sí para tener una cita. Bella siempre le decía que no tenía tiempo, o que estaba ocupada, o que ya había acordado con Alice o conmigo para hacer otra cosa. Disfrutaba mucho ver la cara decepcionada de Mike, pero lo que me sorprendió hoy fue que aún no se había dado por vencido respecto a Bella.

Unos leves pasos se oyeron en las escaleras, como si trataran de no dar un paso en falso y cometer algún accidente. No había que mirar para asegurar que esos pasos le pertenecían a Bella. Me puse de pie rápidamente y me dirigí hacia las escaleras con Charlie pisándome los talones.

Pero cuando llegué a las escaleras, abrí los ojos como platos y me quedé clavado en el suelo, incapaz de dar otro paso más. Contemplé de pies a cabeza a mi mejor amiga. Llevaba un delicado vestido azul marino que le llegaba a las rodillas, de tirantes y con un escote que dejaba ver el comienzo de sus senos, calzaba unos zapatos plateados de taco aproximadamente unos 6 centímetros, y llevaba el cabello recogido en un hermoso rodete que dejaba caer algunos de sus risos oscuros detrás de sus orejas. Estaba ligeramente maquillada de forma que resaltara a lo máximo su belleza natural. Sus enormes ojos chocolates se encontraron con los míos, para luego desviarse rápidamente mientras un intenso rubor se formaba en sus mejillas.

El padre de Bella carraspeó ante la escena.

-Te ves… hermosa Bella…-dijo Charlie mientras pasaba una mano por su cabello, completamente nervioso. Sabía que Charlie no era muy bueno en el tema de decir cuan bella estaba su hija, ni siquiera para mostrar sus emociones, y esa vergüenza era la que había heredado muy bien mi mejor amiga…

Yo le sonreí a Bella como un completo estúpido, pues la verdad, me había quedado boquiabierto al ver a mi mejor amiga en mitad de las escaleras… parecía un ángel… Sacudí mi cabeza, tratando de alejar pensamientos lujuriosos, y le tendí la mano. Ella la tomó dudosa, como si temiera caerse al intentar alcanzar mi mano.

La tomé con seguridad para que pudiera bajar de las escaleras sin ningún problema. Se acercó a Charlie y le sonrió tímidamente.

-Gracias, papá…- le dio un corto abrazo y volvió a mi lado para tomar mi brazo-. Será mejor que no lleguemos tarde…- me susurró.

Asentí de acuerdo con ella. Me despedí de Charlie y salimos de la casa para subirnos a mi Volvo. Le abrí la puerta para que pudiera entrar sin ningún problema y luego entré para encender mi preciado auto. Miré de reojo a Bella, parecía nerviosa. Jugaba con sus dedos, como si quisiera que todo pasara deprisa, como si estuviera esperando algo ansiosamente.

-¿Te sucede algo Bella?- pregunté preocupado.

Ella levantó la vista, sorprendida al haberla descubierto nerviosa. Giró la cabeza y miró a través de la ventanilla, evitando mi mirada.

-No es nada…- susurró-. Solo quiero que lleguemos rápido o por lo menos que enciendas el auto y nos vayamos de aquí…

Elevé una ceja, confundido.

-¿Y eso por qué?

Bella soltó un pesado suspiro.

-No voltees…- dijo lentamente-. Pero mi padre nos está vigilando desde la ventana y no quiero que sospeche mal de ti… y a pesar de lo que le digo, no va a aceptarte como mi mejor amigo…

Me tensé ante las palabras de Bella. Me quedé inmóvil, sin siquiera pestañar. Podía sentir la fría mirada de Charlie fija en mí, observando cada uno de mis movimientos. Encendí el Volvo y nos alejamos de allí, como lo quería ella y, por supuesto, yo.

Nos quedamos en silencio. Luego de que dejamos atrás la casa de Bella, ella soltó un suspiro de alivio. Se volteó a mirarme mientras una enorme sonrisa se formaba en su rostro.

-Gracias… de verdad- suspiró-. No importa lo que le diga a Charlie, él jamás va a dejar de sospechar de ti.

Soltó una melodiosa carcajada.

-Claro, búrlate de mí…-. le dije haciéndome el ofendido-. Tú no eres la que aguanta las miradas frías de Charlie todo el tiempo…

Ella sacudió su cabeza, aún con una sonrisita bailando por su rostro.

-Alice hizo el trabajo hoy…

La miré confundido.

-¿Qué trabajo?

Sonrió nerviosamente.

-Me escogió el vestido, me peinó y también me maquillo… E incluso me obligó a ponerme estos peligrosos tacones… ¡Edward voy a morir!

Solté una carcajada. Por esa razón mi hermana no estuvo en casa toda la tarde, había estado jugando a Barbie Bella. Sin embargo le debía mucho a mi hermana, hoy mi mejor amiga estaba preciosa, más que hermosa…

-No te burles- dijo haciendo un tremendo puchero mientras se cruzaba de brazos.

Le sonreí de la forma que más le gustaba.

-No me estoy burlando de ti… No te preocupes, en ningún momento te dejaré caer-. Susurré.

Ella sonrió satisfecha por mi respuesta. Antes de lo que pensé ya estábamos en frente del salón donde se haría la fiesta de graduación. Ayudé a Bella a bajar del Volvo, después de haberlo aparcado. Ella se me colgó del brazo, completamente asustada.

-Edward…

-No Bella, te dije que no te dejaría caer, confía en mí…

-Ya lo hago, pero… ¿por qué me invitaste? Sería mejor que no cargaras conmigo durante toda la fiesta. Tú sabes mejor que nadie lo patosa que soy, a demás soy la única persona en el mundo que se tropieza en un terreno completamente plano con sus propios pies…

Suspiré, jamás la haría entrar en razón. La tomé firmemente, para que estuviera segura, y nos dirigimos al enorme salón. La música estaba muy fuerte, todos bailaban en el centro al compás de la música, los colores de las luces te cegaban y te invitaban a bailar hasta que ya no pudieras más. Tomé a Bella de la cintura y nos adentramos entre la multitud, para bailar. Ella se aferraba a mis brazos como si temiera que la soltara y no pude evitar sonreír ante la idea de que no quería que la dejara sola. Convencí a Bella de que bailara conmigo, y después de un largo intento, pude lograrlo…

Nos mecimos al ritmo de la música, sin importar que el lugar estuviera repleto de personas. Ella jamás me soltó, como yo a ella. La pegué a mi cuerpo, sin dejar de tomar su cintura, en cuanto comenzó una nueva música. Poco a poco, Bella fue olvidando su preocupación de caerse, como si estuviera entrando en confianza de si misma. Sonreí mientras veía como ella dejaba de sujetar con tanta fuerza mis brazos. Giró sobre sí misma y pegó su espalda a mi pecho. Podía ver ahora su seguridad, comenzaba a soltarse y bailar sin problemas…

Después de bailar por unos cuantos minutos, decidí entrar en acción y emplear mi plan. Le dije si quería salir a tomar aire y ella aceptó sin problemas. Pasé la mano por su cintura y la acerqué a mi, para que no se tropezara al atravesar todo el gentío para salir afuera. Estaba nervioso, mis manos comenzaban a sudar… había llegado el momento...

Nos sentamos en uno de los bancos que había afuera. El cielo estaba completamente despejado y se podían ver perfectamente las estrellas y la luna. Tomé aire, tratando de calmarme. Bella se percató de mi nerviosismo y tomó mi mano tratando de ayudarme.

-¿Qué sucede Edward?- preguntó preocupada.

Tragué en seco. Esta vez me arriesgaría, sin importar nada, tenía que decírselo antes de separarnos para ir a la universidad y quería que lo supiera, aunque no me correspondiera. Acaricié su pálida mano con el pulgar, tratando de encontrar las palabras correctas.

-Bella yo…- suspiré-. Yo…

-¿Si, Edward?

-Yo te… yo te quiero… más de lo que puedes imaginar…

Bajé la mirada, sintiéndome aún más nervioso. Por fin lo había soltado todo, pero ahora venía lo peor, la respuesta de ella. El silencio hizo su aparición y nos envolvió a los dos en una nube incómoda. La miré de reojo y la vi sonriendo enormemente. ¿Podría ser? ¿Ella sentía lo mismo que yo? ¿Ella me quería? Mi corazón latió fuertemente ante mis ideas.

Soltó una risita.

-Yo también te quiero Edward…- abrí los ojos como platos ante la sorpresa. Ella… en verdad me quería-. Eres mi mejor amigo…- continuó-. Como el hermano que nunca tuve, por supuesto que te quiero, Edward…

Por poco y no me desplomo en el suelo frente a ella, por el shock. ¿Solo amigos? ¿Nada más? Ella jamás me vería más que a un hermano, ella jamás sentiría lo mismo que siento yo por ella…

Estaba destinado a no poder estar a su lado de la forma que yo deseaba…

******

-Edward… ¿Edward estas oyéndome? ¿¡Edward!?

La voz de mi jefe me sacó de mi ensoñación. Salté en la silla de la oficina por el susto. El jefe Eleazar me miró con una sonrisa en su rostro.

-Edward, muchacho ¿que te sucede?…- preguntó curioso.

Tragué en seco.

-Recordando cosas del pasado, Señor…- susurré apenado.

Él sonrió, disculpándome.

-No te preocupes… ¿Dónde estábamos? Ah, si. Debes llevar a Jasper Whitlock a Seattle para que pueda firmar un papeleo de vital importancia para la empresa, pero antes deberás pasar unos días en Forks con él, el chico tiene una corazonada y desea visitar el lugar antes de firmar el contrato de la empresa…

¿Forks? Volvería… al pequeño pueblo del que había huido hace diez años atrás, sin poder aceptar el rechazo de ella. A pesar de que no quería saber nada concerniente a ella, tenía una fuerte necesidad de volver a verla.

Bella…

¿Estaría con alguien? ¿Me recordaría? ¿Ansiaba verme otra vez como yo a ella? ¿Qué pensaría de mi cuando huí a Chicago a hacer mi vida sin decirle ni una sola palabra? ¿Me odiaría? Por supuesto que sí Edward- pensé con ironía-. Sería estúpido que no me odiara por lo que hice… A pesar de que no correspondía a mis sentimientos, ella me quería como a un hermano…

-Y… ¿Qué dices, Edward?- preguntó el viejo Eleazar, elevando una de sus canosas y espesas cejas.

-¿Disculpe?

El Jefe sonrió mientras acomodaba unos papeles de su escritorio, sin prestar la menor atención en ello. Me removí inquieto en el sillón, estaba avergonzado por estar distraído frente a mi jefe, muy avergonzado.

-Edward…- dijo Eleazar cínicamente-. Eres el administrador de la empresa más confiable que tengo y confío demasiado en ti. Se que esto no es parte de lo que respecta a tu trabajo, pero necesito que ayudes al joven Whitlock… Su apoyo en la empresa es lo que nos puede sacar adelante, borrar problemas, y él esta dispuesto a ayudarnos. Él desea hacerse cargo de la empresa y por eso desea firmar conmigo, aunque le diga que no necesita hacer esto. Mi nieto es muy cabezota… Me recuerda a mi cuando era joven…- soltó una corta carcajada mientras sacudía su cabeza.

Pensé a fondo en las palabras de mi jefe… Era inevitable, no podía negarme. Eleazar confiaba en mí, más de lo que merecía…

Miré fijamente a sus ojos de un profundo color azul mientras asentía, seguro de mi decisión.

-Si, Jefe… Haré lo que me pide.

Él me observó sorprendido mientras fruncía el seño.

-Edward te he repetido muchas veces que no me llames jefe, me hace sentir viejo- aclaró-. Solo dime Eleazar, nada de jefe, ni señor… comprendes muchacho…

Asentí rápidamente. A pesar de que Eleazar tenía 56 años, se veía muy fuerte. Era el perfecto modelo a seguir. Su sabiduría era impresionante, al igual que su sentido del humor, parecían cosas innatas en él. Esas cosas me recordaban a mi hermano mayor Emmett, menos la parte de la sabiduría.

Ese recuerdo me hizo pensar mucho ¿Cómo estaría mi enorme hermano que era dos años mayor que yo? ¿Y la duende hiperactiva de Alice? ¿Y mi cariñosa madre Esme? ¿o mi padre, el mejor doctor de Forks, Carlisle? Suspiré, era muy duro recordarlos. ¿Ellos me perdonarían cuando apareciera frente a su puerta con una estúpida sonrisa avergonzada? De seguro no querían saber absolutamente nada de mí y lo comprendía perfectamente… Si me cerraban la puerta en la cara rápidamente, me ahorraría los tristes pensamientos que me embargarían al volver a verlos…

-Gracias, muchacho… de verdad- dijo el jef- Eleazar.

Le sonreí.

-No importa…Lo haré señ- Eleazar, aunque no esté en mi área de trabajo…- le aseguré.

Él soltó un suspiro.

-Lo se, muchacho… Cuanto desearía tener los 28 años que tú tienes- dijo con ensoñación-. Sería todo más fácil y mi nieto Jasper no tendría problemas, y tampoco te traería molestias… Es difícil ser viejo- sacudió la cabeza y me observó con una sonrisa.

-¿Cuándo deberé llevar al joven Whitlock a Forks, para luego ir a Seattle?- pregunté con verdadera curiosidad. Necesitaba saber cuando tendría que volver a mi hogar y ver otra vez a mi familia.

Él llevó una mano a su mentón.

-Creo que… mañana en la mañana. Tomará tres horas de viaje aproximadamente en avión hasta llegar a Port Ángeles y de allí una hora más o menos hasta llegar a Forks. Espero que eso no sea una incomodidad para ti, Edward…

Me contempló preocupado. Comencé a negar con la cabeza.

-No, señor, no me molesta…

Sonrió ante mi respuesta pero luego frunció el seño de repente.

-Edward, te he dicho que me llames señor, ni jefe…

Bajé la cabeza, apenado.

-Lo siento Eleazar…

La enorme sonrisa sincera de mi Jefe volvió a aparecer en su sabio rostro.

-Bueno mañana será el gran día… Te deseo suerte, muchacho…

Le sonreí nerviosamente.

Claro que necesitaría suerte y mucha….

Flo- entra triunfalmente por haber comenzado otra vez y todos la miran confundidos.

"¿Quien es esta loca?" pregunta uno ¬ ¬

"¿Quien sabe?"responde el otro ¬ ¬

Todos los demás la ven confundidos, como si fuera un extraterrestre.

Flo- suspira, se tardó demasiado para la creación de un nuevo fic y ya nadie se acuerda de ella…

Hola???!!! Jajaja…

Lo se, lo se… Es que no sabía que hacer. Estaba en lucha conmigo misma, tratando de decidirme que fic escribir, si la secuela de Estoy Esperándote o este y la verdad es que no me decidí, pero como terminé este capitulo, decidí comenzar con éste… La secuela la voy a hacer, algún día ¬ ¬, si es que aunque sea termino algún capitulo U.U Con tanto calor no se puede tener inspiración…

En fin… Que les pareció el cap de mi nuevo fic?? Algo problemático lo se… Las dudas se irán aclarando..Claro, si quieren que lo siga. Lo quieren o no?? Fue algo de ultimo momento… Si no les gusta lo comprenderé, es difícil tener buenas ideas, necesito inspiración U.U…

Algún review por ahí?? Por fis… No sean tan malos conmigo (ojitos de cordero a medio morir)

Besoos.

Flo-vampireslayer.