Notas: Estos drabbles estan escritos para un reto de la comunidad de LJ musa_hetaliana. Estan basados en el juego Gakuen Hetalia, por lo que no utilizaré los nombres de los paises, ya que si son estudiantes de instituto, lo encuentro bastante absurdo. Eso si, las nacionalidades las conservaré. No estan subidos en un orden específico, espero que no os moleste.

Disclaimer: Si Hetalia me perteneciera hace tiempo que la serie dejaría de narrar hechos históricos y se habría convertido en un hard yaoi. Pero como no, me toca aguantarme y escribir fanfics como consuelo.

Gakuen

1ro: Estudio

Tic. Tac. Tic. Tac.

Frunció el ceño, mirando con nerviosismo la hora que las manecillas del reloj marcaban. Tan solo el sonido de estas al funcionar rompía el espeso silencio que les envolvía.

Tic. Tac. Tic. Tac.

Suspiro al descubrirse mirando al castaño por enésima vez aquella tarde; aún no entendía como el otro no se había dado cuenta. Sus orbes verdes se fijaron en el complicado problema de matemáticas impreso en su libro, hacía rato que lo había dejado por imposible.

Tic. Tac. Tic. Tac.

Toris seguía batallando contra él, o al menos esa sensación daba, pues no paraba de hacer calculos en su hoja y parecía concentrado en él. A veces envidiaba la manera de ser del lituano, tan responsable y preocupado de sus estudios. En cambio él era todo lo contrario, y aunque no lo admitiese, no le gustaba.

Tic. Tac. Tic. Tac.

Carraspeó suavemente para hacerse notar, estaba aburrido de mirar su hoja en blanco, le hacía sentirse aún más idiota. Toris, por su parte, parecía estar en un mundo paralelo, pues ni se inmuto. Feliks lo intentó de nuevo más bruscamente, obteniendo el mismo resultado. Dicen que a la tercera va la vencida, pero la paciencia del polaco es finita y terminó por pegarle un carpetazo en la cabeza al mayor.

- Osea, ¿Quieres hacerme caso? - Preguntó con indignación el rubio, haciéndose el ofendido.

- Auch... ¿A que ha venido eso? - El lituano se llevó una mano a la cabeza, justo donde había recibido el golpe. Feliks era realmente impredecible, y a veces ni siquiera entendía por qué hacía las cosas.

- Osea, si pasas de mi como que tengo que llamarte la atención - Sonrió, divertido por la reacción del otro.

- Pero no tienes que pegarme con la carpeta, bruto...

- Eres totalmente un sensible - Mientras pronunciaba estas palabras se acercó hasta el ojiverde, depositando un beso sobre el lugar que había golpeado momentos antes.

- D-dejalo y... ponte a estudiar.... - Contestó con un hilillo de voz el castaño, volviendo rápidamente a su particular cruzada contra la álgebra. Sus mejillas estaban tan rojas que parecían tomates maduros.

Feliks, contráriamente a lo que acostumbraba a hacer, acató la orden del mayor y volvió los ojos hacia el libro de nuevo.

Tic. Tac. Tic. Tac.

Cuando quiso darse cuenta, el lituano volvía a estar inmerso en su mundo y él aburrido de las matemáticas.