Dedicado a Gala y Sarah, después de más de dos años guardando polvo..
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Hacía frío, había buscado una habitación vacía por todo el hospital, había puesto la calefacción tan alta que los camellos buscarían sombra, y aún así, hacía frío.
"No es el frío exterior lo que sientes", se dijo a si mismo, "es que estás helado por dentro". ¿Helado por dentro? Sí, esas fueron las palabras exactas que salieron de la boca de Cameron aquella misma tarde, hacía un par de horas.
¿Por qué le estaba afectando tanto? Normalmente esos comentarios se le olvidaban casi antes de haberlos escuchado.
Aquella mujer estaba muerta y él simplemente había sido sincero con su esposo, un inútil que no se había dado cuenta de lo que tenía delante de sus narices. Le había contado la verdad, y nunca dulcificaba sus palabras. No tenía por qué. Las cosas claras. ¿Qué culpa iba a tener él de que el imbécil del niño estuviera escuchando? Imbécil y mentiroso y no se arrepentiría nunca de lo que había dicho.
¿Helado por dentro, muerto? Al diablo, después de casi tres días sin haber descansado, cualquiera se sentiría igual.
-Pero, pero...¿estás loco? ¡Estás chorreando! House, sal de aquí y vete a descansar al piso, ¿quieres?.
House miró a Wilson, extrañado. Como despertando de un sueño, ¿acaso no se habría quedado realmente dormido?.
-¿Cómo me has encontrado? He tardado media vida en encontrar esta habitación.
-Una enfermera oyó como abrías la puerta de un golpe con el bastón. No te parece absurdo perder aquí el tiempo pudiendo estar cómodo y... limpio – añadió su amigo mirándolo de arriba abajo con una mueca de disgusto.
-¿Y a ti no te parece una estupidez andar buscándome por todo el hospital pudiendo estar pidiéndole otra cena romántica a la directora del mismo?
-¿Qué? ¡Yo nunca le he... Está bien, no voy a seguirte el juego, quédate donde quieras, por mi como si te derrites en esta maldita habitación.- Sin embargo Wilson continuó de pie en el umbral de la puerta.
-Me apetece cenar pizza, la compramos de camino al apartamento, conduces tú.-House se había puesto de pie y aunque en su mirada seguía latente su derrota, su voz denotaba algo de alivio y, ¿por qué no? Venganza por haber sido interrumpido de aquella forma. Al fin y al cabo, el que iba a pagar y a hacer de chófer, sería Wilson.
FIN
