Guardián
Sabía que lo seguían. Desde hacía un par de calles, una presencia se había instalado detrás suyo. Kimihiro dudaba sobre su condición humana.
-¿Qué haces caminando a esta hora?
Watanuki saltó por el aire, descubriendo al dueño de sus pesadillas.
-Voy a dormir en la tienda de Yuuko, y necesito mis cosas...
-De noche, a los espíritus les será más fácil atraparte, idiota.
Sin mucho cuidado, Doumeki sujetó a su 'protegido' con un brazo, se lo echó al hombro, y comenzó a caminar.
-¡Bájame, animal!
-Soy tu guardián. Debo llevarte.
Watanuki no cesó de golpear la espalda del otro durante el trayecto, sin dejar de notar que esa palabra sonaba demasiado cursi.
FIN
