Disclaimer: HP no es de mi propiedad, sino de J.K. Rowling.
No pidan continuación porque así lo voy a dejar, ah.
Espero no les disguste (? solo quería subir algo nuevo porque he perdido TODOS los fics que tenia escritos, incluso unos que ya estaban avanzados y sin publicar :'( espero poder recuperarlos y actualizar cambio de familia, que ya estaban listos los siguientes 2 o 3 capítulos.
* * *
La chica sentía que alguien la perseguía y estaba en lo correcto, aunque le sorprendió que esa persona fuera Draco Malfoy. Él rara vez andaba solo, así que no sabía que esperar de él. Hermione se detuvo cuando el muchacho la sostuvo por un brazo, en medio del corredor del tercer piso.
―Finalmente te tengo donde quería ―manifestó Malfoy, una sonrisa comenzaba a dibujarse en su pálido rostro.
Ella lo miró extrañada, sosteniendo la varita en su bolsillo en caso de necesitarla― ¿A qué te refieres?
Draco no respondió, pero ensanchó su sonrisa y miró hacia arriba con fingida inocencia, ella siguió la dirección de su mirada temiendo encontrar lo que pasaba por su mente.
―Ay, no puede ser… ―murmuró incrédula.
Siendo vacaciones de invierno pocos alumnos se quedaron en el castillo, como solía ocurrir cada temporada navideña, había ramitas de muérdago repartidas por cada rincón del colegio. Hermione había evitado acercarse a una desde la primera vez que las vio, y justo ahora se distraía y ya estaba atrapada junto a Draco Malfoy bajo el muérdago.
―No hay nadie que pueda ser testigo de lo que va a pasar, no te preocupes de que alguien nos vea.
―Dijiste que… ¿Me tenías dónde querías?
Él se encogió de hombros ―es la excusa perfecta para besarte.
―Malfoy, debes estar bromeando ―respondió sacando su brazo del agarre de su compañero.
El encantamiento sobre el muérdago impidió que Hermione retrocediera ―No podemos irnos hasta que nos…
Granger lo interrumpió ―Lo sé, hazlo rápido o nos quedaremos aquí toda la noche.
Con el consentimiento de la chica, Draco acercó su rostro al de ella tortuosamente lento, deteniéndose al contacto de sus frentes. Observó con fascinación como Hermione cerró los ojos y tragó saliva con nerviosismo, mientras él estudiaba atentamente sus facciones.
―¿Ya terminaste? ―abrió los ojos y miró las pupilas dilatadas de Malfoy, rodeadas por un aro gris pálido.
Draco eligió ese instante para acariciar sus labios con los suyos, ella inmediatamente respondió el gesto, tornándose cada vez más intenso.
―Justo en el piso prohibido ―susurró Draco sobre los labios de Hermione, sintiendo como ella sonreía ligeramente.
―¿Qué puedo decir? Lo prohibido me persigue.
* * *
Unos largos minutos más tarde, siguieron su camino como si nada hubiera pasado. Draco se perdió entre las sombras y Hermione caminó despacio al Gran Comedor, una vez que llegó, tomó asiento junto a Harry.
―¿Qué hacías, Hermione? Has llegado tarde y eso es raro ―preguntó su amigo acusatoriamente, provocando que se tensara en su lugar. "¿Sospechará algo?" Pensó ella.
―Olvidé devolver un libro a la biblioteca y regresé a entregarlo ―no era una mentira, no del todo. Después de salir de la biblioteca comenzó a caminar sin dirección sólo para asegurarse de que alguien estaba tras ella, terminando un piso arriba.
―Tranquila Hermione, te creo ―ella soltó el aire que no se había dado cuenta que estaba conteniendo―. Aunque el mapa me mostró otra cosa ¿Qué hacías con Malfoy?
La chica cerró los ojos y dijo en voz baja: ―sólo fue a darme algo, no preguntes.
El chico se encogió de hombros y no le tomó importancia, Ronald tenía toda su atención puesta en la comida y afortunadamente no había escuchado nada. Involuntariamente Hermione alzó la vista en el momento en que Draco Malfoy entraba a la sala, y sintió que el calor se acumulaba en sus mejillas cuando el le guiñó.
Lo prohibido siempre la había perseguido.
