Hola de nuevo a todas, aqui estoy conuna nueva historia en un mundo alterno, ubicado en los 80's con los personajes del anime, pero en una situacion muy diferente, la idea la extraje de un libro que lei hace muchos años y ha sido uno de los tantos favoritos que tengo, no es una copia ni siquiera una adaptacion porque en realidad ese libro lo lei hace unos 15 años y aunque creo tener buena memoria no recuerdo tanto, tengo la idea y el resto lo estoy sacando de informarme en la web, espero que les guste y tengan la oportunida de comentarme si les llamo la atencion o de plano mejor sigo buscando otras ideas.
Capitulo 1
La Llegada
Era una mañana hermosa , el sol brillaba en todo su esplendor y el aire corria como una suave caricia, era un buen dia para llegar a su nueva casa, un pueblo pequeño al norte de Florida, Candy habia decido cambiar su recidencia de Chicago hasta la ciudad de Crestview, era una mujer joven sinembrago habia enviudado recientemente quedando con un pequeño de tan solo 5 años hijo del que fuera su esposo y su matrimonio anterior a la rubia y su pequeña Lou Ann de tan solo 7 meses, el dejar Chicago atras creia le ayudaria a ella y al pequeño a superar su perdida, comenzarian una nueva vida, habia comprado una casa victoriana con un enorme jardin y un terreno trasero en el que podria perderse varias tardes hasta convenrtirlo en un hermoso invernadero.
-Daniel no corras, ven aqui ayudame a llevar estas bolsas hasta la casa.
-no Candy no estoy corriendo solo me apresuro.
-es que nunca vas a llamarme mama? –la rubia le sonreia mientras lo miraba con amor, lo habia conocido desde que el pequeño solo tenia 2 años y su madre lo habia abandonado con su padre, para rehacer su vida con un arabe petrolero, era imposible para ella creer que alguien habia tenido el alma de abandonar a su suerte a esa inocente y hermosa criatura.
-si Candy, tu eres mi mama - corrio hasta ella para arrebatarle las bolasas que traia en la mano y llevarlas a rastras hasta la casa.
-creo que la gente de la mudansa no llegara hoy, tendremos que ir por viveres al pueblo y tal vez a comer algo.
-si yo quiero helado.
-un helado no es comida.
-es el postre, y yo quiero helado de postre – el pequeño rubio corria alrededor de Candy, aun no entendia de donde sacaba tanta energia, era un niño incansable y con una imaginacion muy grande, un verdadero reto para la rubia.
Subieron nuevamente al auto para dirigirse al pueblo, puso a la pequeña Lou en su asiento de seguridad en la parte de atras y tomo asiento para llevar el volante hasta su destino. El camino estaba lleno de vegetacion, no habia pavimento el auto se movia caprichosamente bajo lo accidentado del piso, era un cambio extremo para Candy y el pequeño Daniel pero lejos de sufrirlo lo agradecian, la adaptacion a una vida les ayudaria a despejar el dolor y los tristes recuerdos dejados en Chicago.
-porque no hay casas Candy?
-por que el pueblo esta un poco mas lejos, pero si hay casas mira halla esta una
-y quien vive ahi?
-aun lo no se Dany, pero tal vez mañana iremos a presentarnos.
El niño sin cosntestarle solo la miro con un su seño fruncido, Candy perfectamente sabia lo poco social que era y tenia que auydarle a cambiar esos habitos, quitando una mano del volante alargo su brazo hasta llegar a las costillas de su acompañante que se retorcio de cosquillas mientras reia a carcajadas.
-tal vez haya un chico ahi que sera tu comapñero de juegos.
-yo no necesito un compañero de juegos, yo ya tengo a Tommy.
-asi que Tommy se mudo con nosotros, pense que se habia quedado en Chicago
-no quiso quedarse solo y decidio venir con nosotros.
-que bien, y no crees que sus papas estaran preocupados por el – lo miro por el rabillo del ojo para atestiguar su reaccion, que fue de total desespero arrugo su naricita como solia hacerlo cuando se enojaba, sus pecas parecian saltar en agravio.
-te lo he dicho muchas veces, el no tiene papa igual que yo.
-pero tu me tienes a mi y Lou Ann es tu hermana – por toda respuesta se ecucho el balbuceo de la pequeña en el asiento trasero.
Daniel giro su cabeza para mirarla y asegurarse que se encontraba bien, a pesar de sus cortos 5 años era protector con su hermana y con Candy, siempre pendiente de lo que sucedia a su alrededor, volvio a tomar su postura en el asiento delantero mientras miraba por la ventana habia mucho que explorar halla afuera, eran hectareas y hectareas de arboles y plantas, todo un mundo que descubrir.
-llegamos Dany, creo que vi un cafe por esta calle en la mañana que llegamos
-yo quiero helado
-el helado vendra despues de la cena y solo si terminas tus verduras.
-ni Tommy ni yo comeremos las verduras
-entonces no habra helado para ti...ni para Tommy
El pequeño arrugo su nariz y cruzo sus brazos en señal de inconformidad. Candy estaciono su camioneta y salio del auto para tomar a la pequeña Lou Ann y ponerla en la carreola que podria empujar, ayudo al inquieto Daniel para que brincara fuera del auto, una vez en la banqueta comenzaron a caminar por las calles del pueblo, era un lugar calido y pintoresco, en el centro habia varias tiendas que llamaban su atencion, aunque ahora lo mas importante era cenar, el pequeño rubio solo habia comido algunas galletas con leche por la mañana y durante el camino se habia llenado de cualquier clase de golosinas, tenia que darle una cena con comida de verdad.
-mira ahi esta el cafe que buscamos
-si Candy y al lado hay una pasteleria, me compraras un pastelillo
-despues de que de comas todas la verduras
Candy toma al pequeño por la mano y cruzo la calle, la cafeteria estaba justo en la calle de enfrente, era un dia calido sin brisa, sin embargo una rafaga de aire la baño al llegar a la cera de enfrente, fue mas bien la caricia de una brisa que parecia inundar su cuerpo, en la esquina de la calle un hombre alto delgado de porte elegante la miraba fijamente, cuando la rubia se encontro con los mirada penetrante de ese caballero la brisa desaparecio entre sus cabellos y sus ropas dejandole una electricidad que recorrio su cuerpo, desvio la mirada y entro a toda prisa al local provocando la mirada de los escasos comenzales, atonita se quedo parada en la puerta junto al pequeño que sostenia su mano y la carreola con Lou Ann delante de ella, se sentia intimidada, su corazon iba en una acelerada carrera, sin porder controlarlo su rostro reflejaba todo lo que estaba sintiendo.
-estas bien Candy?...Candy ¿? – al no recibir respuesta por parte de su madre, el pequeño jalo su mano para llamar su atencion.
-si Dan, me distraje un poco, vamos a tomar asiento - camino hasta una mesa, acomodo la carreola y ayudo a Daniel a acomodarse para que alcalzara mejor mesa.
Una joven de anteojos y sonrisa amigable caminaba hasta ellos para tomarles la orden, habia visto entrar a la joven apresuradamente, no la habia visto antes asi que despues de mirarla detenidamente y esperar a que ella buscara el lugar que queria ocupar tomo el menu y se planto frente a ella
-bien venida a Crestview
-hola – Candy le sonrio amigable, aunque un tanto sorpendida como habia adivinado esa chica que era nueva en el pueblo.
-que chicos tan lindos traes contigo – la mesera le sonrio al pequeño rubio que la miraba desconfiado, mientras ella alargo su mano para apretar su mejilla .
-el es mi hijo Daniel, esta pequeña es Lou Ann y yo soy Candy.
-yo soy Patricia O'Brian, pero me puedes llamar Patty, soy la dueña de la cafeteria y mi abuela tiene la pasteleria de al lado, espero que logremos ser amigas muy pronto.
-nada me seria mas grato Patty, creo que necesitare muchas amistades para sobrevivir en este pueblo.
-tan aburrido te parece?
-es solo que yo vengo de Chicago y cambiar a un puebllo tan pequeño me llevara tiempo acostumbrame.
-te gustara ya lo veras, por aqui siempre hay algo que celebrar, todos los pueblos de los alrededores siempre tienen algun festival u organizan algun mercado para vender flores o verduras que ellos mismos cultivan,
-creo que tendre que venirte a visitarte muy seguido, para que me pongas al tanto de todos esos eventos, sin mencionar que las visitas a la pasteleria tendran que ser periodicas. – miro a Daniel que solo se undio en su asiento.
Con una sonrisa disimulada miro por el rabillo del ojo al pequeño, - entonces te presentare con Annie ella es mi amiga desde hace varios años y tendras que conocer a Malhia ella es casi de mi familia mi abuela Martha la considera como su hija.
-y ellas viven en el pueblo?
-Annie vive en la parte Norte, cerca de la Mansion Andley, tal vez la viste cuando entraste al pueblo es una enorme mansion con un jardin lleno de rosas, es una de las atracciones del pueblo. Y Malhia vive en Nuevo Orleans a unas cuantas horas de aqui, pero viene seguido su mama vive a media milla de nuestra casa por el camino viejo a Pensacola.
-mi casa esta sobre ese camino, creo que seremos vecinas.
-eres tu la que compro la vieja casa "Cedar Oks"?
-es la ultima casa antes de salir completamente del pueblo. – sus ojos le indicaba que no sabia si se trataba de la misma propiedad.
-si "Cedar Oks" asi es conocida esa propiedad. Creo que no te aburriras para nada Candy, esa casa necesita mucho trabajo, tal vez nosotras podamos ayudarte un poco.
-la verdad no he tenido mucho tiempo de inspeccionarla, apenas llegamos descargamos el auto y venimos a cenar.
-es cierto Candy estan a aqui para cenar y yo con tanta charla les he quitado el tiempo, dime que les traigo de comer.
-traenos sopa para empezar y despues de eso tomaremos el filete de pescado con verduras – no necesitaba ver la cara de su niño para saber que su ceño estaria fruncido mientras se compugia por saber su menu – y de postre helado de chocolate. – tambien sabia que eso le devolveria la sonrisa.
-y galletas – le habia casi susurrado a Candy
-y dos galletas .
-dos mas para Tommy.
-que sean cuatro galletas por favor
-en seguida les traere su orden.
Despues de pelear con su hijo por un rato y lograr que se comiera casi todo lo que le habian servido pago la cuenta prometiendo a su nueva amiga visitarla tan pronto se instalara, salio de ahi para regresar a su casa, la mudanza llegaria al dia siguiente, esa noche dormirian en unas colchonetas que habia transportado en su camioneta, tal vez lo mejor hubiera sido quedarse en el hotel del pueblo, para descansar del largo viaje, pero Daniel parecia disfrutar de la aventura de dormir a la mitad de la sala, junto a su mama y su hermana que ni cuenta se daba de lo que sucedia a su alrededor,
A la mañana siguiente los rayos de sol se colaban por la ventana alumbrando el rostro de Candy que se comenzo a mover inquieta bajo las sabanas hasta que sus verdes ojos se abrieron deslumbrandose por la luz que reinaba en la habitacion, despues de un segundo recordo donde estaba, Por mas que tratara de olvidar la realidad esta la encaraba, estaba en su nueva casa, con una mudanza que llegaria ese dia, dos niños que cuidar y pinturas que vender para sobrevivir y lo que mas la paralizaba era que estaria sola para enfrentar todo eso, si tan solo su esposo no hubiera acudido al llamado de emergencia de su oficina jamas hubiera tenido ese horrible accidente, lo mejor era levantarse y empezar el dia, quedandose acostada no lograria nada, se estiro sobre la colchoneta y vio a su lado a su torbellino aun dormido, del otro lado Lou Ann jugaba con sus dedos mientras pataleba con energia, al ver los ojos de su mama miarndola su balbuceo se hizo mas audible y una sonrisa aparecio en su regordeta carita para iluminar una sonrisa enla cara de su madre.
-asi que estabas despierta y dejaste dormir a mami unos minutos mas he!, eres una buena chica Lou.- tomo a la pequeña en sus brazos para llevarla con ella hasta la cocina y hacer cafe, lo necesitaba con urgencia – dejemos dormir a tu hermano un poco mas, no necesitamos sus historias tan temprano.
La cocina era un desastre, de hecho ahora veia que toda la casa era un desastre, nadie la habia habitado en mucho tiempo y por lo tanto el mantenimiento era nulo, las ventanas estaban percudidas al igual que las paredes, las puertas estaban apolilladas y el piso rechinaba a cada paso, habia mucho trabajo que hacerle llevaria mucho tiempo, pero eso era lo que le sobraba, ademas tendria que pensar que carrera desarrollar, como pintora no podria mantener esa casa y a dos niños, lo mas razonable era comprar un buen libro de enfermeria para recordar sus viejos tiempos y poder oferecr sus servicios de enfermera, el dinero que tenia despues de vender su casa en Chicago y el seguro que habia cobrado tras la muerte de su esposo le daria una vida comoda, pero tenia que pensar en el colegio de los niños y en un mejor futuro para ellos asi que aunque cobrara bien por sus pinturas tendria que hacer algo mas por su salud mental y por darle un mejor futuro a sus pequeños.
El refrigerador no funcionaba y no tenia un solo utencilio de cocina ni para calentar agua, un ruido atrajo su atencion fuera de la casa, miro a traves de la ventana para descubrir que el camion de la mudanza entraba a su terreno para estacionarte frente a su puerta, salio para encontrarse con los tres hombres que habian manejado desde Chicago para traer sus muebles y los recuerdos que no habia podido dejar atras.
-vaya lugar señora White, si que cambio su residencia radicalmente.
-es un lindo lugar no les parece?
Los tres hombres se miraron entre si, sin atreverse a contestar lo que cruzaba por sus mentes.
-no pueden negar que es un lindo lugar, es mejor que esos odiosos inviernos de Chicago.
-lo es si es aficionada a los mosquitos, la humedad y este calor bochornoso
-sin mencionar que cualquier dia le aparece un lagarto en el jardin.
-no sean tan negativos, es un lindo lugar, tal vez deberian mudarse ustedes tambien, que piensan?
-no Señora White bastante es haber hecho el viaje con usted, lo unico que deseamos ahora es volver a casa.
-me envidiaran cuando llegue el invierno.
-tal vez le mandemos una postal, pero definitivamente no creo la envidiaremos.
-esta bien no tratare de convencerlos – su sonrisa los desarmo de la misma forma que habia hecho antes cuando aceptaron hacer el viaje con ella.
-comenzaremos a descargar el camion, si le parece
-por su puesto, quiciera ofercerles cafe y algo de desayunar pero la verdad no tengo proviciones y todos mis trastes estan en alguna de las cajas ahi dentro.- señalo el camion con su dedo indice – asi que tendre que ir al pueblo mientras ustedes descargan todo y yo les traere algo de desayunar.
Con Lou Ann en brazos entro a la casa para despertar a Daniel y cambiar su ropa, al entrar al cuarto que habian ocupado encontro al pequeño sentado en la cama hablando en voz muy baja.
-con quien hablas Dan – el niño brinco sorprendido al escuchar la voz de Candy
-con una amiga
-ya veo, Tommy ya se desperto? – Candy ya se habia acostumbrado a sus amigos imaginarios, no le encantaba la idea, pero sabia que era un niño solitario y era hasta cierto punto sano que esos amiguitos existieran.
-te dije una amiga, Tommy es niño.
-asi que ahora tienes una amiga nueva?
-si su nombre es Katherin y vive en el jardin de atras.
-ya veo , sera mejor que te levantes y cambies tu ropa, lavate la cara y ve al baño, iremos por el desayuno al pueblo.
-por mas pastel?
-es muy temprano para pastel, tal vez compremos algo para la cena, pero ahora apresurate.
Al llegar al pueblo se dirigieron directamente a la cafeteria, Patricia la saludo al entrar, les sirvio el desyuno le empaco los tres platos para llevar y despues se ofrecio a ayudarle con la mudanza, le prometio ir a su casa esa misma tarde, cuando pudiera dejarle la cafeteria a la chica que mas confianza le tenia y solia dejarle el lugar.
Despues de la cafeteria entro a la pasteleria de al lado donde se presento con Martha la abuela de Patricia, una señora muy amable y perspicaz.
-esos niños tuyos son hermosos Candy, no deberias traerlos asi tan desprotegidos.
-desprotegidos? – los ojos de Candy se entrecerraron desconfiada.
-si!, no tienen ningun talisman, me hare cargo de eso, por ahora cuidalos mucho.
-abuela Martha no quiero ser grocera , pero yo no creo en esas cosas.
-estas en un lugar en el que aun si no crees es mejor que creas, Malhia vendra este fin de semana hablare con ella para proteger a esos pequeños.
-gracias abuela, pero no se tome tantas molestias, la unica proteccion que necesitan mis hijos es la mia.
-aun asi querida a veces la proteccion de una madre necesita un poco de ayuda.
-como usted diga abuela Martha, ahora me voy ya me retrase mucho y tengo que volver a casa.
-cuidate mucho Candy, iremos a verte pronto.
Candy salio de la pasteleria empujando la carreola y con Daniel al lado, trato de mantener la sonrisa oculta hasta llegar a la calle y la abuela Martha no la viera, era increible que en pleno siglo XX la gente aun creyera en talismanes y protecciones contra la magia y quien sabe cuantas cosas mas, tal vez los hombres de la mudanza tenian razon ese cambio era extremo, en Chicago jamas habia escuchado a nadie hablar como aquella vieja mujer, pero si queria encajar en su nuevo mundo mas le valia dejarse llevar por la corriente, aun si este le imponia "talismanes" que ridicules, su sonrisa se hizo mas amplia casi llegando a una risa, una voz a su lado la saco de sus pensamientos.
-que hermosa sonrisa, no la habia visto por aqui antes.
Candy volteo al origen de esa voz, encontrando a un hombre unos cuantos años mayor que ella, con una sonrisa varonil y una mirada enigamatica hasta misteriosa, era muy alto y corpulento, cabellos largos y castaños, de repente se sintio nerviosa y exitada a la vez,.
-hola...
-eres una turista?
-no...yo me acabo de mudar...
-que grata sorpresa, mi nombre es Terruce Grandchester.
-Candice White
-estos lindos niños son tuyos?
-si Daniel y Lou Ann.
-y donde esta el Señor White?
-soy viuda...
-lo siento, fue una indiscrecion no quice incomodarte.
-esta bien, no lo sabias, lamento no poder quedarme a platicar, pero tengo que volver a casa.
-si claro no quiero deternerte, de igual forma nos veremos seguido, si necesitas cualquier cosa no dudes en acudir a la mansion Grandchester es facil de ubicar es la que esta en la colina al sur.
-el que parece un castillo?
-ciertamente es una mansion de gran tamaño, pero esta muy lejos de ser un castillo.- su sonrisa hipnotizo a la rubia que no pudo decir nada, solo lo miraba sin poder articular palabra
- Es un placer conocerte Candice nos veremos muy pronto y si necesitas algo solo dejame saber.
La voz de Candy se hizo inaudible, un extraño magnetismo la habia atrapado en esos ojos azul safiro, su mente estaba en blanco y su corazon palpitaba en una loca carrera, no entendia su reaccion, nunca se habia sentido tanta inquietud bajo la mirada de un hombre, ni siquiera su esposo la habia hecho sentir asi, trago saliba para aclarar su garganta y tratar de decir palabras mas audibles, auqnue su cerebro aun estaba en blanco.
-Candy, llamame Candy.
-nombre igual de dulce que su dueña, te vere pronto... Candy.- el hombre dio la vuelta y a paso ligero como si flotara llego hasta la esquina para desparecr al doblar la calle.
-ese hombre no me gusta Candy.
la rubia desperto de su estado hipnotico al escuchar la vocesita del pequeño que aun sujetaba su mano.
-como puedes decir eso Dan, ni siquiera lo conoces.
-el no es bueno, no me gusta y a Katherin tampoco.
-vamos a casa.- Candy ignorolo las palabras del pequeño estaba demasiado aturdida por el encuentro con ese hombre, sus azules ojos la habian trastornado
Con algo de dificultad la rubia subio a su camioneta y continuo su camino rumbo a su casa,donde le esperaba un largo dia de mudanza...
C o n t i n u a r a...
Chicas, les dejo el primer capitulo, apenas introductorio y como que nada parece tener sentido, pero espero poder establecer rols y personalidades poco a poco, tengo planeado una historia llena de amuletos, creencias y hechizos vudus, desde el punto de vista fuera de quien lo practica, para quienes es una religion no una cuestion de magia, mi historia es solo un fic asi que nada de lo que sea escrito aqui esta apegado a la realidad, espero que logre atraer su atencion para relajarse y olvidarse un poquito del mundo que gira demasiado de prisa.
les mando un saludo y un abraso bien fuerte, hasta la proxima semana. Liz
