N/A: Bueno, esta es la primera historia que publico, así que esto es muy emocionante. Antes que nada quiero agradecer a toxic.secrets por haberme ayudado, muchisimas gracias toxic D.
Decadencia
La ve acercarse y siente miedo. Todo en ella le produce terror. Cierra los ojos y ruega en murmullos que no se les acerque, sin obtener resultado alguno. Se está batiendo a duelo con su marido.
Cada segundo de la batalla le parece eterno. Él pelea valientemente, pero no es suficiente. En un descuido ella lo ataca.
Crucio.
Esa palabra la atormentará durante el resto de su vida. Esa palabra y la imagen del hombre que ama retorciéndose de dolor. Gritando su nombre desgarradoramente. Alice, Alice, Alice, Alice. No puede más. Recuerda sus palabras "Quédate ahí, no entres a la lucha, huí. Hazlo por nuestro hijo y por mí". Palabras forzadas, cargadas de sentido y de completo sufrimiento.
Pero ella no puede evitarlo, no sabe hacerlo. Se esfuerza en hacerla sufrir, busca en su memoria las peores maldiciones que sabe, pero está tan débil que no logra si quiera que voltee a verla. Solamente consigue arrancarle una carcajada estremecedora. Le produce escalofríos. No olvidará esa risa nunca.
Le tiemblan las rodillas. Siente ganas de llorar, pero no va a hacerlo. No puede permitir que la vea indefensa, aunque presiente que ella ya lo sabe. Crucio, crucio, crucio, crucio. Bellatrix ataca sin dejar un solo respiro entre maldición y maldición. Se divierte viendo como poco a poco, Frank pierde la cordura. Le resulta placentero escuchar los susurros desesperados de Alice. "Frank, no me dejes, por favor, Frank, Frank, Frank.". Pero el es ajeno a las súplicas. Y sus párpados le pesan mientras cayendo en un desquiciado letargo.
Gira lentamente la cabeza hacia donde se encuentra su próxima presa. Alice la ataca nuevamente, pero sus intentos son fallidos. Pocas fuerzas le quedan y estas solo le sirven para mantenerse en pie. Pero no se rinde. No lo hace.
Bellatrix juega con la varita, no tiene apuros para nada. Está demasiado segura que ganará esa lucha en poco tiempo.
Alice recuerda su casamiento, recuerda lo feliz que estaban Frank y ella. Se da vuelta para mirarlo. Observa sus ojos. Perdieron brillo, pero no se apagaron. Presiente que está vivo.
No piensa rendirse. No quiere caer ante Bellatrix. De a poco se va irguiendo. Hace un esfuerzo sideral para reunir poder. El amor que tiene en su corazón y el deseo de acabar con todo ese mal hace posible el ataque.
La maldición la pilla por sorpresa, cae al suelo. Crucio. Una sola palabra, una gran tortura. Alice siente todo ese dolor atravesarle la piel. Grita. Crucio, crucio, crucio. Las punzadas se repiten muchas veces, cada vez más profundas. Pero ella resiste, no sabe como pero sí sabe por qué. Por su hijo. En lo único que podía pensar era en su niño, en su vida, todo perdido. El desgarro era interno y su congoja no tenía consuelo. Maldita bastarda aquella mujer, aquel monstruo de cabellos de serpiente. Solo lograba ver manchas borrosas, y parecía flotar dentro de aquellas burbujas. Burbujas color rosa que la protegían, escudos que la aislarían de la realidad por siempre.
Bellatrix observa los dos cuerpos sobre el suelo. Cree que sus víctimas están ya muertas. Vuelve estallar en carcajadas. Fue una de las batallas que más satisfacción le dio. Con un movimiento de muñeca y un conjuro la Marca Tenebrosa se alza imponente en un cielo azul oscuro. Opacando la belleza pura de la luna. Iluminando la noche con miedo. Sembrando pánico a todo aquel que la mirase. Ahora sí, está lista para irse, da la vuelta y se va. Se va con la frente en alto y con la túnica negra ondeando detrás de sus huesudas rodillas con tanta majestuosidad como la de su portadora.
