XXXHOLIC:
AL FINAL DE TODOS LOS DIAS Y CAMINOS
Hola seguidores del Fanfic, mi nombre real no tiene importancia, ni me gusta pero pueden llamarme Tiamat Lamashta que ciertamente no es el nombre de ningún personaje en ningún manga o anime. Es el nombre de mi propio personaje…no se si me explico. En fin.
Se me ocurrió hacer un Fanfic de XXXHolic porque quería que continuara y aunque no me gustó tanto Tsubasa Chronicles, esta entrelazada con ella así que en mi Fanfic abordaré ambas y a mi manera trataré de aclarar todas las situaciones inconclusas que vi en ambos animes o a mi me pareció que así era.
La idea que tengo es devolver a Yuuko con Watanuki, aunque no será la misma Yuuko de antes, quiero que esta tenga un papel más activo y que no solo se dedique a las palabras misteriosas y aparentemente carentes de significado, quiero una Yuuko que luche por las cosas en las que cree y proteja a aquellos que le importan; de igual manera quiero pintar un Watanuki que conoce por cual senda irá y porque lo hace, indudablemente acompañado de aquellos que siempre le han ayudado de un modo o de otro, así pues podrán encontrar un Doumeki mucho más sabio que descubrirá su propio potencial mágico heredado de su abuelo Haruka y con este ultimo un guía espiritual que lo llevara casi de la mano por situaciones peligrosas; verán a Kohane ya toda una señorita con poderes igualmente fabulosos que complementaran a los demás; a Himawari acompañada de Tampopo quien se librara de la mala suerte que la sigue a todos lados y al pequeño pájaro sacar a relucir el Fénix que vive dentro de él; Maru y Moro cambiarán y tendrán un papel más activo dentro y fuera de la dimensión que supone la tienda que dejó Yuuko atrás, al desaparecer; las Mokonas se reunirán por fin, el pasado alcanzará al futuro y los descendientes de los grandes hechiceros deberán decidir su camino. Fye deberá enfrentar sus temores y conflictos dejando atrás su falsa sempiterna alegría para darse cuenta de que no es malo mostrar otras emociones; Kurogane a si mismo entenderá que la fuerza viene en muchas envolturas y no todas implican empuñar una espada; Sakura recuperará sus plumas y con ellas sus recuerdos para luchar en una batalla aparentemente perdida; los Syaoran elegirán su camino y su bando para ganarse el derecho a existir independientemente del otro.
Pretendo eventualmente hacer que intervengan personajes del pasado de XXXHolic y de Tsubasa Chronicles, pues el lazo ha sido forjado y ya no puede romperse y de esa manera todos los seres vivos estamos entrelazados formando una sola entidad aunque no podamos vislumbrar toda la cadena de acontecimientos.
Espero que les guste y recuerden "No existe la casualidad solo lo inevitable" porque es inevitable que todo tenga un principio y un final, pero el camino lo elegimos nosotros.
Atte. Tiamat Lamasta
XXX HOLIC:
AL FINAL DE TODOS LOS DIAS Y CAMINOS
-He vuelto Watanuki- dijo la voz en la cámara de video de Doumeki
-Bienvenida Yuuko- dijo Watanuki
Y lejos, muy lejos, esas dos breves frases ponían en marcha de nuevo la maquinaria del tiempo, nuevas decisiones serian tomadas, otras dejadas de lado; pero al final todo convergería para dar una conclusión a muchas vidas, a muchos días, a muchos caminos entrelazados…para bien o para mal.
Había caído en coma hacían ya diez años. Simplemente un día perdió la consciencia haciendo lo que siempre hacia y ahora yacía ahí en una cama de hospital conectada a una maquina que media su pulso y a la intravenosa que la alimentaba. Parecía dormida como la princesa del antiguo cuento, quizás su escritor se inspiró en alguien como ella, una niña bonita sumergida en un coma profundo. Los doctores decían que había actividad cerebral muy semejante a la de una persona que simplemente cubre sus cuotas de sueño nocturno y que no necesitaba de un respirador, su corazón latía regularmente y la intravenosa la proveía de lo necesario para que su cuerpo se mantuviera estable, que quizás incluso la falta de comida chatarra y todas esas malas costumbres que la gente adquiere con el tiempo la hacían estar más sana que el resto de las personas…de alguna manera. Empero la falta de movimiento dañaría sus músculos y si algún día despertaba tendría que tomar rehabilitación…y entre más tiempo pasara peor sería. Todas esas palabras pronunciadas por los doctores ahora ya carecían de sentido, pues muchos de ellos ya habían muerto o se habían cambiado de hospital, solo ella permanecía. Incluso sus padres perdieron la esperanza después del primer año y la visitaban cada vez menos, aunque seguían pagando puntualmente los servicios del hospital en un fatuo intento de mantener a raya su consciencia que les recriminaba su proceder…eso al paso del tiempo también cesó y pronto dejaron incluso de hablar de su hija a la gente nueva que conocían. Ya no existía más allá de un rincón sumido en las tinieblas dentro de su mente y corazón.
Pero lejos y cerca ella permanecía. Su mente captaba retazos de información, sus oídos se mantenían funcionales y dentro de la jaula en la que se había convertido su cuerpo se proyectaban esas voces desconocidas mezcladas con las voces de sus conocidos y una imagen fugaz palpitaba en su mente, lo que no conocía se manifestaba como una sombra gris mientras que lo que le era familiar era claro y a colores. Más rápidamente dejo de percibir voces conocidas y todos se volvieron sombras grises. Después su mente empezó a navegar por terrenos totalmente desconocidos, soñando con cosas y personas que jamás había visto y que se mostraban a colores en situaciones muy vividas, tanto que a veces le parecía que ella estaba realmente en esos lugares contemplando los peligros a los que se enfrentaban, saboreando los aromas y el gusto de la comida compartida, sintiendo miedo, terror, alegría, espanto, felicidad y todo aquello que experimentaban y ellos se transformaron en su familia. Había una mujer que casi nunca participaba en las acciones propiamente dichas, a ella le parecía que solo impulsaba las cosas lo suficiente para que estas pasaran pero también creía que era un tanto cobarde… ¿O había otra razón? No lo sabía. Una ocasión contemplaba a la mujer vestida con un kimono que tenía grabadas mariposas por doquier y que bebía sake a la luz de la luna. La mujer la vio directamente a los ojos y a ella le pareció que se sumergía en la inmensidad del tiempo, tuvo un sobresalto y un escalofrío le recorrió la espina dorsal; la mujer señaló un sitio junto a ella y titubeando por un segundo se acercó y se sentó junto a la mujer del kimono observándola detenidamente.
-Bonito kimono- dijo ella- las mariposas siempre me han gustado mucho y tu cabello es tan largo como me hubiera gustado tenerlo alguna vez-
-¿Por qué?- preguntó la mujer
-¿Eh? ¿A que te refieres con "por qué"?-
-Dices que "te hubiera gustado"-
-¡Ah! Es que estoy muerta…o algo así-
-Es necesario que duermas-
-¿Acaso estoy dormida?-
-Esto es un sueño-
-¿Y porque no puedo despertar?-
-Es necesario…comprenderás a su tiempo-
-Que increíble casualidad que nadie allá afuera sepa que me pasa pero un sueño me diga lo más aproximado a una razón para estar aquí-
-No existe la casualidad…-
-…solo lo inevitable- completó ella, la mujer sonrió y ella de repente sintió un nuevo escalofrío porque había contemplado su propio reflejo en sus pupilas y era como si fuesen…la visión se desvanecía…
…hermanas…
La niebla nacarada que lo había ensombrecido todo se despejaba y entre los girones de esta vio a un muchacho sumamente triste que ocupaba el lugar de la mujer e incluso llevaba el mismo kimono, fumaba una pipa y bebía sake contemplando la luna, una extraña, regordeta y negra criatura estaba junto a él bebiendo también; parecía un conejo pero se sentaba como una persona…y los conejos no toman sake ¿O si?
-Yuuko- murmuró de repente el joven
-La extraño- respondió el conejo negro con tristeza infinita y ella sintió ganas de llorar
-También nosotras la extrañamos- dijeron a coro las voces de dos niñas acercándose a ellos y abrazaron al joven, eso definitivamente llenó de lágrimas los ojos de ella y en el instante en que estas corrían por su piel deseó poder hacer algo por aquellas personas para aliviar su tristeza
-¿Ese es tu deseo?- preguntó una voz que parecía venir de todas partes, miró al joven, a las niñas y al conejo negro pero ellos no se habían movido ni dicho nada- ¿Ese es tu deseo?- repitió la voz
-Si- dijo ella
-¿Segura? Tu decisión afectará a muchos-
-¡Si!- enfatizó ella en un grito, las personas frente a ella se desvanecieron y a su alrededor comenzaron a caer gotas de agua mientras ella misma lloraba sin poderlo evitar, sin saber porque
-Concederé tu deseo- dijo la voz
Ella avanzó por aquel espacio sin suelo o techo o paredes, a su alrededor destellaron imágenes de cosas con las cuales ya había soñado, las gotas de agua seguían cayendo a su alrededor. Se topó con un gran charco y se inclinó a mirar su reflejo y por un instante vio a la mujer del kimono con mariposas, estiró las manos mientras su reflejo hacía lo mismo y sumergiéndolas en el charco abrazó esa imagen de si misma haciéndola una sola persona.
-Ahora somos la misma y a la vez no lo somos- dijo la voz
Y todo se oscureció.
Abrió los ojos en el instante en que amanecía y los pájaros cantaban, quiso llevarse una mano a los ojos para cubrirlos de la cegadora luz solar que no había visto en diez años, pero al levantarla la sintió muy pesada y sin querer se pegó en la frente.
-¡Rayos!- exclamó en voz alta sobresaltando a una enfermera que revisaba a todos los enfermos que estaban en el mismo cuarto que ella
La enfermera corrió a buscar a un doctor mientras ella luchaba contra su cuerpo atrofiado tratando de incorporarse, solo una idea estaba en su mente: debo encontrar al joven que vi porque me esta esperando.
ENCUENTRO
Watanuki cocinaba en la espaciosa cocina de la que se había vuelto su casa, aunque no todos pudieran verla, al menos eso garantizaba que quien la viera necesitaba estar ahí…pero hacía tanto que nadie necesitaba estar ahí…sacudiendo la cabeza para alejar el triste pensamiento siguió preparando las bolas de arroz; sobre la mesa estaban los rollitos primavera y el sushi de salmón cortado en rodajas. Aquella mañana se había despertado de muy buen humor y con ganas de cocinar algo especial, a pesar de que hacia meses que había recibido el pago por encontrar aquello que Izuna buscaba, trataba de no desanimarse y conociendo a Yuuko "volver" podía significar casi cualquier cosa ¿Acaso pensaba que instantáneamente la vería aparecer por la puerta? No. Eso no podía ser tan fácil.
Ella caminaba por la calle sin un rumbo fijo, así podía pensar mejor. Hacia apenas una semana que ya podía andar por las calles como cualquier persona sin tambalearse como si hubiera bebido de más y sus manos ya no temblaban cuando tomaba algo, la rehabilitación le había costado más tiempo del que a ella le hubiese gustado pero menos –según los médicos- que la mayoría de la gente en una situación similar. En ese tiempo tuvo que vivir en su propia habitación en una casa ajena: sus padres habían muerto hacia dos años cuando el avión en el que viajaban se desplomó en una tormenta, pero lo habían dejado todo arreglado de manera que si ella despertaba y ellos ya no estaban las cosas no fueran tan difíciles. Le dejaron una gran cuenta de dinero a cargo de un joven abogado en una importante compañía quien pagaba las facturas del hospital, el dinero le pertenecía ahora; empero su casa fue vendida según las especificaciones del ultimo testamento compuesto por sus padres, vendida a excepción de su habitación, esta permanecía cerrada con llave con todas sus cosas dentro. Claro que la ropa ya no servía pues pertenecía a la adolescente que había sido y ya no le quedaba y finalmente estaba a la búsqueda de un lugar para quedarse y buscar al joven del sueño. No tenía mucha información con la cual buscarlo, no recordaba su nombre y tener dejos de una mentalidad un tanto infantil no le ayudaba.
Atravesó un pequeño parque y cerca de la única fuente vio un enorme cuervo con su reluciente plumaje negro caminando en torno al agua como si no se decidiera a beber o bañarse en ella. Se detuvo a un metro escaso del cuervo y creyó que este se espantaría pero el cuervo la miró ladeando la cabeza con curiosidad con unos ojos color ladrillo.
-Así que los humanos no te dan miedo- le dijo al cuervo y se acercó un poco más…sintió un pinchazo en el corazón como si la hubieran espantado y contemplando al cuervo se dio cuenta de que este despedía un aura roja como la sangre- que…que… ¿Qué eres?- dijo sin pensar; y sin esperar una respuesta dio media vuelta y echó a correr presa de un mal fario, escuchó como detrás de ella el cuervo echaba a volar y la perseguía, sus graznidos le arañaban los oídos.
Alcanzó los límites del parque y dio vuelta en una esquina a gran velocidad y de repente sus pies tropezaron consigo mismos y ella cayó estrepitosamente delante de una barda de madera parda y desgastada. Solo entonces se dio cuenta de que el cuervo se había quedado atrás. Se puso de pie y toco la barda con la mano izquierda, una sensación muy extraña le llenó por completo: conocía aquel sitio.
*Adentro de la casa Watanuki terminaba de servir todo lo que había preparado, había colocado un jarrón con flores de cerezo en medio de la mesa y cinco almohadas en el suelo para sentarse a comer más cómodamente… ¿cinco? ¿Por qué cinco? Solo eran cuatro a comer…entonces la percibió como si nunca se hubiese ido…
+Avanzó por la acera acariciando con la mano la barda hasta llegar al poste de la entrada rematado con una luna dorada, miró el jardín y su vista alcanzó la casa en medio del terreno; contempló el techo de tejas, las ventanas cerradas, la puerta principal y las lunas en sus elevados pináculos de aguja. Se acercó a la puerta y estiró la mano para abrirla… ¿Cuándo había sido la última vez que cruzó aquel umbral?...
*Watanuki se volvió hacia la puerta corrediza de la habitación, Maru y Moro estaban ahí de pie.
-El ama viene- dijeron al unísono
Entonces él caminó rumbo al recibidor y por el camino Mokona se le subió al hombro y le susurro al oído una pregunta que él todavía no era capaz de contestar, no hasta que la entrada se abriera y viera de quien era esa presencia… ¿de verdad era Ella?
-Watanuki… ¿esta presencia es…es de Yuuko?- fue la pregunta
+Tomó la barra que accionaba la puerta y tiro de ella apenas lo suficiente para que la hoja cediera con un chirrido que no le pareció desagradable, al contrario, era como si por fin hubiese hallado su hogar, una nota que anunciaba su arribo al lugar que le estaba destinado y repentinamente por su mente pasó la antigua idea que la invadía cuando era una niña: siempre estaba fuera de lugar en todas partes.
*Watanuki con Mokona en su hombro y las niñas flanqueándolo esperaban tensos y ansiosos, al otro lado de la puerta se percibía una poderosa e inconmensurable; aunque familiar presencia…la puerta comenzó a abrirse…
+Entró a un recibidor amplio y fresco, olía a incienso y a comida, cuatro personas estaban ahí de pie como si la estuvieran esperando y una de ellas era el joven de sus sueños…de pronto todo el universo pareció encajar aquella ultima pieza de un colosal rompecabezas y se sintió en paz absoluta aunque de alguna manera sabía que aquello no era una conclusión si no un comienzo.
Watanuki sonreía, Mokona saltó en el aire gritando "¡Bienvenida!", Maru y Moro corrieron descalzas para abrazar a quien había cruzado la entrada y ella dejo que la puerta se cerrara tras de si. Atrapó a Mokona y la acercó a su cara sintiendo la suavidad de su pelo y la sostuvo ahí con una mano, mientras que con la otra trataba de abarcar a las niñas que se había sujetado de su cintura, el único que permanecía inmóvil era el joven.
-Tú no eres Yuuko- dijo la voz decepcionada del joven y se clavó en cada uno de los presentes con la frialdad de una daga de hielo
-Mi nombre es Eien Yorume y te he estado buscando- dijo ella sin soltar a Mokona y a las niñas, ni ellas a Eien
-El ama ha venido- dijeron Maru y Moro
-Que bueno que has llegado, Watanuki escrito como primero de abril se estaba poniendo muy raro- dijo Mokona con el tono que empleaba para burlarse de él
-¿En serio?- pregunto ella en el mismo tono que Yuuko lo hubiese hecho
Watanuki estaba confundido, ellas reaccionaban como si Yuuko en verdad estuviera ahí ¿acaso veían algo que él no?
-Se que esto parecerá raro…-titubeo Eien- pero…esta es mi casa ¿verdad? Y tu… tú me esperabas para comer ¿no?...- Watanuki asintió y logró esbozar una sonrisa- entonces… ¡acompañemos la comida con un delicioso licor dulce y frío!- exclamó Eien/Yuuko y Watanuki se fue de espaldas con cara de exasperación
-Si Watanuki saca la botella que esta en el refrigerador desde ayer- dijo Mokona y Watanuki se dio cuenta de que él la puso ahí como si supiera que aquello pasaría, cuando logró ponerse de pie las gafas le resbalaron hasta la punta de la nariz y mirando por encima de ellas la contempló
-¿No crees que es muy temprano para beber?-
-Nunca es demasiado temprano o demasiado tarde- contestó Eien y el pobre Watanuki suspiró de resignación
-Nosotras lo llevaremos a la mesa- dijo Moro
-Lo llevaremos- secundó Maru y ambas desaparecieron en el interior de la casa con sus pisadas resonando en la duela y ese sonido evocó recuerdos en Eien y Watanuki, pero la primera todavía no era totalmente consciente de ello
-Que bueno que has regresado- dijo Mokona saltando al piso- iré a poner unos vasos- agregó y se fue dejando a los dos ahí plantados en la entrada
-¿Vamos?- preguntó Eien quitándose los zapatos y se colocó muy cerca de Watanuki, quien la miró a la cara y clavando sus ojos de distintos colores en el profundo violeta de los de ella trago saliva antes de preguntar:
-¿En verdad eres tú Yuuko?- entonces aquellos ojos cambiaron y una gran sonrisa adornó la cara de Eien, ese rostro tan parecido al de Ella pero que de alguna manera era diferente también: Eien llevaba el cabello negro como la noche suelto y con un flequillo que sin embargo peinaba un poco de lado y Yuuko lo llevaba recto, su cara era muy parecida a la de Yuuko con su piel blanca y grandes ojos; empero esta joven tenía un gesto un tanto desafiante a la vez que lo arcano titilaba en las ventanas de su alma…un alma que no creyó recuperar nunca…
-Soy yo, sin duda alguna- dijo la voz de Eien que tenía un timbre casi igual al de Yuuko- con el tiempo nos daremos cuenta de quiénes somos y lo que ha cambiado con los años, pues ni tú ni yo somos ya los mismos de antaño y sería ingenuo de nuestra parte esperar que todo haya permanecido inmutable solo porque me fui, solo porque te empeñaste en detener el tiempo para ti en este lugar- Eien tomo la cara de Watanuki entre sus manos acercando tanto sus rostros que parecía que se iban a besar, Watanuki respingó y un escalofrío lo recorrió- allá afuera Doumeki, Himawari, Kohane y todos aquellos a quienes tocamos han seguido cambiando para bien y para mal- ambos permanecieron en esa postura unos segundos más mientras Watanuki pensaba: "¿Cómo pude dudar de que fuera ella aunque parezca un poquito diferente?", luego ella le beso la frente y entró en la casa sin esperar conducción alguna pues, después de todo, aquella era su casa.
Una brisa fría se colaba por las puertas corredizas que daban al jardín y los árboles se agitaban al son de este, los cerezos tenían pocas flores pero el ramo que había en la mesa era muy fragante, el almohadón era suave y confortable, la comida había sido deliciosa y como siempre comió con excelente apetito y bebió aún más, Maru y Moro jugaban en un rincón con unas pequeñas almohadillas que hacían un curioso ruido cada vez que las movían, Mokona estaba sentada en la mesa y al igual que Eien contemplaba el exterior esperando a que Watanuki regresara de la cocina. Este ultimo volvió después de lavar los platos mientras preparaba una petición que se le antojo extraña pues Yuuko raramente bebía café, prefería el té…pero no hoy; dejó una gran taza frente a Eien y otra más pequeña para Mokona: era café capuchino con licor de callhua, el cual ciertamente tuvo que ir a buscar a una licorería del centro unos días atrás; entonces no sabía porque se le había antojado comprar aquel objeto exótico…ahora ya lo sabía. Se sentó exactamente frente a Eien quien contemplaba la taza como si fuera lo más bello del universo y se la llevó a los labios sosteniéndola con ambas manos, le dio un sorbo y dijo:
-¡Delicioso!- dejó la taza sobre el platito y miró a Watanuki por encima del rosado ramo de flores- tienes preguntas- afirmó colocando el envés de la mano debajo de la barbilla para recargarse
-Si-
-Hazlas-
-Ya has contestado lo que más me importaba-
-Lo se- Eien tomó otro sorbo de café esta vez levantando con una sola mano la taza y sin abandonar su posición- pero aún tienes dudas, puedo escucharlas gritar dentro de ti-
-Luces diferente-
-Las circunstancias actuales requieren que sea diferente en algunos detalles, pero mi esencia sigue estando conmigo…tal vez tienes miedo-
-¿Miedo? ¿De que?-
-De que haya cambiado tanto que ya no me quieras igual- Watanuki hizo un gesto de sorpresa pues exactamente ella ponía en palabras sus vagos pensamientos- así será-
-¡¿Qué! ¿Me estas diciendo que lo que temo pasará?- Watanuki se puso de pie y Eien observó a Mokona beber su café
-Si-
-¿Cómo puedes decirlo así, tan tranquila?-
-¿Y como esperabas que te lo dijera? Las cosas son así. Yo he cambiado y tú no me querrás igual, mas eso no quiere decir que me dejaras de querer o que yo seré una desconocida ¿Acaso Doumeki o Kohane son unos extraños porque hoy son adultos estudiosos y responsables?-
-No- Watanuki se volvió a sentar y Eien lo miró a los ojos
-Entonces no te preocupes, pre-ocuparse no sirve a menos de que creas que puedes cambiar el resultado del futuro, que puedes influir en el río del tiempo; mejor ocúpate del hoy que ya es suficientemente complicado sin necesidad de tener los fantasmas de lo que todavía no es-
Watanuki ladeo la cabeza con cara de confusión mientras Eien seguía tomando su café.
-Pero tu nombre es diferente-
-Este cuerpo es un ápice distinto del alma que tú viste en el pasado-
-¿Cuerpo? ¿Alma?-
-Cuando me conociste yo solo era un espíritu congelado en el tiempo y podía hacer todas aquellas cosas gracias a ese hechizo, pero había cosas que no podía hacer porque no tenía un cuerpo-
-No podías tomar acciones directas ¿cierto? Lo he pensado durante todo este tiempo pero no estaba seguro-
-Si, así que este cuerpo lleva un nombre diferente del alma que lo habita, pues antes era un cuerpo con espíritu y mente nada más; ahora esta completo-
-¿No…no estabas viva?-
-Tenía solo una parte del todo, este cuerpo ya existía cuando tú y yo nos conocimos pero incompleto; a si mismo el espíritu que conociste de mí era solo eso. Finalmente somos una unidad pues nos estábamos esperando mutuamente-
-¿Me recuerdas? ¿Recuerdas todo lo que hicimos juntos?-
-Algunas cosas, todo regresará con el tiempo Watanuki…no…ahora me gustaría llamarte Kimihiro si no te importa y tú puedes llamarme Yuuko si te hace sentir más cómodo-
-No, Eien esta bien, es un nombre hermoso-
-Gracias-
Ambos se contemplaron en silencio largos minutos, Mokona se quedó dormida sobre la mesa a pesar del café y Maru junto con Moro corrían en el jardín. Todo era silencio.
-¡Me gustaría más café, pero esta vez que lleve más callhua¡- dijo inesperadamente Eien rompiendo en mil pedazos el momento, estiró el brazo hacia Kimihiro blandiendo la taza vacía cuyo grabado era una mariposa roja entre flores blancas
-De ninguna manera- contestó Watanuki haciendo un gesto con la mano como si se abanicara
-¿Por qué no?- dijo ella haciendo un puchero y con una voz de niña malcriada
-Bueno, bueno, que remedio me queda- suspiró Kimihiro y tomó la taza de un manotazo, salió rumbo a la cocina murmurando algo de que no podría dormir teniendo tanto café encima.
La mitad de la luna brillaba con su luz plateada en lo más alto de la bóveda celeste, Kimihiro dormía desde hacía mucho, estaba emocionalmente agotado aunque se resistió todo lo que pudo pues parecía creer que Eien desaparecería si él cerraba los ojos; ella tuvo que asegurarle que la encontraría por la mañana como antaño para que le hiciera el desayuno: "Se me antojan unos waffles con mucha miel y una gran jarra de café con leche, jugo de naranja y manzana picada con un poco de canela estaría perfecto" le había dicho y él rezongó todo el camino hasta su dormitorio. Eien esperó hasta que la luna llegó a su punto más alto, luego fue hasta la habitación que compartían Maru y Moro, Mokona también estaba ahí y cuando ella descorrió la puerta se enderezó en la cama.
-¿Nos desearas buenas noches?- dijo Mokona
-Más que eso- Eien se aproximo hasta quedar a un costado de la gran cama adoselada
-¡Oh! ¿Ha llegado el momento?-
-Deben como todos los humanos construir su alma pedazo a pedazo, pero si, ha llegado la hora de levantar la restricción impuesta sobre ellas-
-¿Ellas lo saben?-
-No, lo sabrán a su tiempo, es necesario que ganen la primera pieza de su rompecabezas espiritual-
-¿Y yo?-
-Recuperaras tu complemento con el paso de los días, ya se acercan-
-Me alegro…la extraño…casi tanto como te extrañé a ti-
-Siento mucho haberlos hecho esperar tanto, el camino de vuelta era muy largo-
-Mmmno, estuvo bien, supongo que tenía que ser así-
-Si- las dos guardaron silencio un minuto, Eien volteo a mirar sobre su hombro y dijo- debo ver a alguien más y la hora ya esta muy cerca, será mejor que me de prisa- luego se volvió para inclinarse sobre las niñas profundamente dormidas, las toco en la frente con las puntas de sus dedos índice- la espera ha terminado y la restricción levantada pueden seguir su camino a donde quiera que elijan ir- una onda de energía se expandió por toda la habitación produciendo un tañido como el de una campana de cristal y continuo emitiendo ondas todo el tiempo que Eien dejo sus dedos sobre ellas y la campana de cristal emitió con cada una un tañido hasta completar trece campanadas y en cada ocasión un cerrojo se descorría y un velo se levantaba. Cuando todo concluyó Eien se enderezó y las niñas seguían dormidas, solo Mokona fue testigo de aquello- es hora de irme, pero estaré de vuelta antes que Kimihiro despierte o quizá le de un ataque-
-¿No dormirás?- preguntó Mokona acomodándose otra vez en la cama
-Ya he dormido demasiado- y salió en silencio de la habitación corriendo otra vez la puerta para que nada las molestara, luego dirigió sus pasos al exterior envuelta en un kimono púrpura con flores de cerezo blancas adornando la orilla de las mangas, cuello y formaban una cenefa en la parte baja
Eien caminó casi en absoluto silencio por las callecitas desiertas y limpias hasta que llegó frente a una puerta de madera de dos hojas que curiosamente estaba entre abierta, incluso a esa hora tan tardía, la franqueo y camino por una senda de piedrecillas rectangulares entre varios arboles de cerezo que aun conservaban unas cuantas flores pero el verde era cada vez más evidente. Al final de la senda había una persona envuelta en un sencillo kimono café y le daba la espalda a la gran construcción del templo con sus dependencias, parecía estar esperando algo…o a alguien; Eien se detuvo a unos cuantos pasos de él y por unos largos minutos solo se observaron.
-En verdad eres tú aunque hallas cambiado un poco- dijo con voz calmada Doumeki
-Has tardado menos que Kimihiro en darte cuenta-
-Watanuki es un poco lento cuando solo piensa en lo peor, creo que después de todos los meses que pasaron después de que lograras enviarle un mensaje la idea de que realmente no vendrías germinó en su mente y echó raíces-
-¡Ah! Entonces tú escuchaste mi mensaje que envié a través de Izuna-
-No. Solo Watanuki lo escuchó pero era obvio, era lo que más deseaba-
-Si, lo se. Lo has pasado mal viendo como deseaba permanecer en la tienda ¿no? Sin hacer nada por su presente y en el futuro solo me esperaba a mí-
-Ha sido difícil no hacer nada…saber que no podía hacer nada por él-
-Lo lamento, ha sido culpa mía que tardé tanto en regresar-
-No importa. Lo que importa es que estas de vuelta- el ceño de Doumeki se frunció un poco al agregar:- pero imagino que tu regreso no es solo por él ¿verdad? Aun no se da cuenta o ni lo imagina siquiera-
-Nuevamente estas en lo cierto…las cosas…el fluir del río del tiempo ha cambiado, mi regreso tiene que ver mucho con Kimihiro porque él estará en medio de los acontecimientos y no quería dejarlo solo-
-Nunca ha estado solo-
-No quise decirlo de esa manera, se que nunca ha estado solo aunque él cree que si. Todos ustedes han estado aquí para él, ha sido suficiente su presencia para que Kimihiro no pierda la cabeza y eso es algo grandioso; la mayoría de las personas no se hubiesen quedado como ustedes lo han hecho, muchos lo hubiesen abandonado a su suerte y otros lo hubiesen obligado a seguir una senda distinta por el medio que fuera- las facciones de Eien se endurecieron al continuar tras una leve pausa- Gracias por estar con él pero me refiero a que ahora todos ustedes deben seguir su camino, Kimihiro y yo tenemos una misión conjunta que no podemos evadir-
-Yo ya he elegido-
-Lo se- ella sonrió- pero tenía que darte la oportunidad, así como los demás la tienen, de elegir otra cosa si lo deseabas, pero si quieren seguirnos son bienvenidos-
-Ahora le dices Kimihiro-
-Y él me llama Eien, pues de alguna manera eso soy…todos lo somos-
-Eien- murmuro él- ¿suena bien el resto?-
-Yorume, Eien Yorume-
-Yorume…puedes llamarme Shizuka o seguir con Doumeki-
-Hay alguien más que lleva ese titulo así que creo que a partir de hoy serás para mi Shizuka-
-El otro día compre esto- dijo él mostrándole una botella de color oscuro- a mi jamás me ha gustado mucho el licor y aunque me sentí extraño al comprarlo supe que no sería para mí, es para ti-
-Gracias, no era necesario el regalo de bienvenida- dijo ella tomando la botella de manos de Shizuka- se ve que es una deliciosa crema de whisky…es hora de regresar o Kimihiro se espantara si no me encuentra-
-Los veré luego… ¿pueden venir Kohane y Kunogi?-
-Por supuesto, los he extrañado a todos, los caminos que tuve que seguir para volver eran a menudo solitarios y peligrosos-
-Valdrá la pena haberlos recorrido-
-Si-
Eien se dio la vuelta y con el mismo paso sin prisa regresó a su casa.
Hola a todos los seguidores de XXX Holic, espero que disfruten el recorrido que llevaran a cabo Kimihiro y la nueva Yuuko/Eien pues será largo, emocionante, peligroso y en algunos momentos triste; ojala que les guste los cambios que haré en algunos personajes pues a mi parecer necesitan evolucionar. Si quieren emitir una sugerencia opinión, una critica constructiva o simplemente hacerme un recordatorio del diez de mayo porque no les gusta lo que escribo pueden dejarme un mensaje, aunque de todas maneras seguiré escribiendo esto a mi manera, también pueden mandarle un saludo a su personaje favorito y hacerle preguntas y a vuelta de correo serán contestados sus envíos de la mejor manera posible. Sin más por el momento me despido y les agradezco el haber invertido su tiempo en leerme.
Atte. Tiamat
No te apresures a impartir juicios porque nadie conoce todos los finales
