Hola! Esta es mi primer fic, no estoy segura de que haya salido bien, pero espero que les guste. Esto es una historia slash si no te gusta no leas. Deucalio x Stiles
Leeré cualquier comentario que se deje, aunque sea para hundirme y deprimirme XD.
Ya estaba harto. Después de conseguir salvar a Jackson y darle su merecido al viejo psicópata, ganándose primero una paliza y una vida de pesadillas; de lograr que Lydia le rompiera del todo el corazón y llorar delante de toda la manada como una niñita; ahora hay una manada de Alfas sedientos de sangre que han matado a Erica y posiblemente también nos eliminen al resto de nosotros, eso sin tener en cuenta los asesinatos que se suceden en la ciudad, en los cuales se incluye la única chica que mostró un interés romántico/sexual en mí. Todo es perfecto. Jodidamente perfecto.
Stiles iba camino del loft de Derek. Se había ido de las clases porque no quería seguir escuchando los lloriqueos de Scott sobre Alison y lo mucho que la echaba de menos; ni la tensión de la manada por la llegada de los gemelos, los tres marcando territorio ante ellos, (Boyd había vuelto al instituto por orden de Derek); y mucho menos quería ver como Lydia le acariciaba la campanilla a uno ellos. Así que simplemente se marchó a la hora del almuerzo a molestar al "Oh poderoso Alfa" (de una panda de adolescentes hormonados).
Aparcó el coche en el estacionamiento, enfrente del edificio destartalado y viejo en el que vivían los Hale supervivientes. Entró y subió por las escaleras sabiendo que ya le habían escuchado de sobra y por eso no se molestó en llamar a la puerta, simplemente la abrió y entro como si nada.
-Deeeeeereeeeek!- chilló mientras pasaba- Me aburro y tus pequeños cachorros se están metiendo en problemas en el instituto, gruñendo y sacando las garras por las esquinas.
El Alfa estaba sentado en el escritorio leyendo unos papeles mientras Cora hacía ejercicio como una loca.
-¿No deberías estar descansando? No es que importe mucho, pero sería desagradable que tus heridas se abrieran y tus tripas se salieran. Sería un asco tener que limpiarlas.
Stiles la dijo cuando pasaba por su lado, la loba solo le gruño en tono amenazante para que la dejara de molestar y se puso los cascos y la música al máximo volumen, pues ya sabía la que se avecinaba y como acabaría.
-¿Qué quieres Stiles? Lárgate de aquí a molestar a otro.-Dijo Derek cansado solo de escucharle.
- Necesito un lugar donde quedarme hasta que se acaben las clases. No puedo volver a casa, mi padre podría ver el Jeep aparcado en casa o alguien se lo diría y además ya te dije porque más vine, no me escuchas cuando hablo, aunque imagino que solo entiendes el idioma gruñido el cual yo no hablo tantos años sin sociabilizar y amargado todavía te afectan. Yo pensé…
-¡Stiles cállate y lárgate de aquí!- Derek le gritó cortándole en medio de la frase.
-Oh venga, déjame quedarme. No molestaré, me callaré y me entretendré leyendo o algo- Rogó el muchacho- De todas formas, ¿dónde está Peter? Siempre es más divertido hablar con él, aunque a veces me entren ganas de mearme del miedo de lo espeluznante que puede ser. Supongo que es normal después del coma y la resurrección…
-Stiles- Gruñó lentamente el moreno con una voz amenazante, alargando el sonido de la "s"
-Jaja, lo siento, silencio claro, o norma, ni un ruido, ya me callo.
El adolescente se fue al sillón mirando alrededor. El piso estaba casi vacío y el eco de sus pisadas reverberaba por todo el lugar por la falta de muebles. Oscuro y escalofriante eran los primeros adjetivos que se le venían a la cabeza al ver la residencia actual de los Hale.
Se sentó en el sofá de cuero destartalado, sacó un libro e intento no molestar, pero su cabeza no dejaba de funcionar, no se centraba. Su ADHD hoy estaba fatal. Stiles no paraba de mirar la puerta, tenía el presentimiento de que algo iba a pasar. Esto le estaba ocurriendo demasiado últimamente, sintiéndose ansioso, sabía que algo iba a ocurrir, no estaba seguro si iba a ser algo bueno o algo malo, pero que iba a ser grande y problemático; de eso no tenía la menor duda y no estaba seguro de poder lidiar con más problemas ahora mismo.
Derek le mandaba miradas hastiadas de vez en cuando y él le sonreía de forma tonta como respuesta. Sabía que no le caía bien al moreno, solo le aguantaba porque necesitaba a Scott en su manada para ser fuerte, y este no iba a aceptar ser parte sin Stiles. Pero aun así le molestaba. Les había salvado el culo a todo ellos varias veces pero incluso con eso le trataban como el pequeño parasito humano que se rompería en cualquier momento. Solo por Scott es por lo que le trataban como si fuera manada y le dejaban hacer, siempre y cuando no molestara. Lo cual hacia siempre cuando se ponía a hablar sin parar de tonterías.
Una alarma empezó a sonar de repente y una luz roja a parpadear en una de las paredes. Cora al ver la luz paró de hacer flexiones en el suelo, se levantó, se quitó los auriculares y le preguntó a su hermano.
-¿Qué pasa? ¿Qué significa esa alarma?
-Invitados no deseados. La manada de alfas está aquí. Stiles retrocede, ponte detrás de nosotros y no hagas ninguna tontería. Sobre todo no hables. No creo que hayan venido a matarnos, sino les amenazas no te harán nada- Derek le susurro, pareciendo sutilmente, lo dicho más una petición que una orden.
Se notaba que estaba nervioso y el muchacho no se terminó de creer eso pero solo por la preocupación que demostraba el adulto en la voz, le obedecería (aunque solo esta vez).
La puerta se abrió por la mano de un hombre alto, calvo, con los ojos rojos marca de su estatus en la manada. Una mujer estaba detrás de él. Stiles verdaderamente pensaba que debería cortarse esas uñas, una buena pedicura y manicura a tiempo siempre es de ayuda, las de las manos pasan pero la de los pies son asquerosas y a estas alturas necesitaría una motosierra para poder cortarlas y una lijadora electrica para limarlas.
Derek y Cora se pusieron en posición defensiva y la pareja de alfas atacó enseguida. El hombre tardó poco en reducir a la pequeña Hale puesto que estaba todavía herida por la pelea durante la luna llena y el tiempo de reclusión.
Por otro lado la mujer le estaba pegando una paliza de muerte al mayor de los hermanos Hale. Puñetazos, patadas desgarradoras y arañazos profundos (literalmente, esas uñas daban miedo y le daba pena todo aquel que se las tuviera que ver con ella, ugh), herían continuamente al chico, el cual estaba claro que no tenía ni una posibilidad contra una guerrera experimentada como era ella parecía. La loba alfa rompió una tubería con la que golpeó y por ultimo ensarto a Derek, arrodillado con la barra de metal clavada desde la parte de atrás de la espalda media-baja, saliendo por la zona abdominal.
Cora gritó el nombre de su hermano desde el suelo donde el grandote la tenía inmovilizada con un pie en su espalda.
Stiles estaba petrificado. No se había movido ni un centímetro de donde el joven Alfa le había dicho que no se moviera. Había visto cosas perturbadoras y sobrecogedoras desde que descubrió que los hombres-lobo existían, pero la imagen de Derek así, sangrando e impotente le había paralizado. La ferocidad de ataque de ella y su falta de misericordia a la hora de atacar sobre todo. Era aterradora y así es como se sentía aterrado. Parecía que ninguno de los dos alfas intrusos le habían notado o que simplemente no se preocupaban de que estuviera allí.
El chico oyó unos pasos y los golpes de un bastón y por la puerta entró un hombre… ¿ciego? El hombre avanzo con paso firme hasta situarse delante de un Derek a cuatro patas y sangrante.
-No te preocupes no hemos venido a mataros, todavía. Solo a presentarnos oficialmente. ¿Sabes quién soy?- La voz del que parecía el "jefe" de la manada Alfa era rasposa y suave pero Stiles podía notar el poder que desprendía, era extraño.
-Deucalion- Susurro Derek derramando sangre por la boca.
-Correcto. Él es Ennis- dijo señalando al que mantenía presa a Cora- y ella es Kali- Esta retorció la barra de hierro que atravesaba al moreno y que todavía sujetaba fuertemente con sus manos reflejando en sus ojos lo que disfrutaba con el sufrimiento de aquel joven.
Ante ese movimiento Stiles retrocedió más pegándose a la pared. Deucalion oyó el retroceso de muchacho y se le quedó mirando sin ver. Se separó del alfa sangrante y avanzó hasta donde estaba el muchacho, con paso lento.
El adolescente estaba casi literalmente, cagado de miedo. Dio unos pasos a un lado para alejarse del lobo, pero este gruñó como advertencia para que no se moviera. Y así lo hizo, se volvió a quedar petrificado pegado a la pared como queriendo fundirse con ella. El hombre ciego se paró a unos centímetros del muchacho. Era más alto que el jovencito y claramente mejor constituido, como todo hombre-lobo es. Se agachó lo suficiente para que su cabeza quedase en el hueco de su cuello, le desabrochó la cremallera de la sudadera roja que llevaba, mostrando la blanca piel de su cuello. Stiles estaba temblando. El miedo recorría sus venas: miedo por tener al hombre tan cerca; miedo por no saber que estaba pasando; miedo por acabar igual que Derek (solo que sin la capacidad de curarse).
Deucalion hundió la nariz en la piel expuesta y respiró profundamente. Su exhalación fue más un gruñido ronco que provocó que el chico temblara más todavía de lo que ya lo estaba haciendo. Solo susurro una cosa contra su oído:
-¡MÍO!
