Hola. Después de mucho tiempo sin escribir, traigo una nueva idea en mente. Cambié un poco mi forma de narrativa (Tal vez influenciada por las novelas de Haruhi Suzumiya). A mi me gusta, espero que a ustedes también.


Recuerdos- Capítulo 1

Lentamente, entré a la habitación oscura. Ya me habían advertido antes, que no entrara aquí, pero mi curiosidad se avivó en cuanto escuché su nombre. ¿Qué misterios guardabas en este lugar? Sólo había una forma de saberlo.

La oscuridad era combinada con un extraño y espeso ambiente. Un fuerte olor era despedido desde el fondo de este sitio, sin embargo, la penumbra evitaba que viera la fuente de esa putrefacta sensación. Sí, putrefacta sería la palabra indicada, como si, hubiera un cadáver dentro. Trago un poco de saliva haciéndola sonar al pasar por mi garganta mientras cubro un poco mi nariz, ¿Quién podría dormir aquí?

Aún cuando sea un lugar inhóspito, si alguien es capaz de vivir aquí, debe haber al menos una fuente de luz. Rápidamente pongo mi mano en la pared, buscando alguna especie de interruptor. Camino guiándome solo con mi tacto sobre el muro, voy tropezando con las cosas en el suelo, pero no puedo imaginarme lo que son. Al parecer, son objetos hechos de madera y metal.

Mi nerviosismo aumenta con cada paso, el eco de mis pisadas resuena por todo el lugar. Continúo buscando inútilmente a ciegas, cuando golpeo algo con mi pierna y caigo al suelo. Alguna especie de líquido está por todo el suelo. Casi resbalando, imagino miles de sustancias posibles. Y justo cuando estaba al borde del miedo, encuentro el interruptor. Click. Hasta este diminuto sonido suena por toda la habitación, y mis ojos se abren de par en par. Rápidamente retrocedo con miedo, cuando mi espalda se topa con algo.

"¿Qué rayos haces aquí?"

"Ahhhh"

Lancé un grito que llegó a escucharse quizá hasta el pasillo. La habitación estaba decorada con cuerpos humanos colgados en ganchos sangrantes sobre las paredes.

El suelo, cubierto con una sustancia roja, parecía bastante sucio y, al fondo, una mesa con algunos instrumentos que hacían recordar las cámaras de tortura medievales. Sin embargo, el motivo de mi sorpresa fue la persona que estaba en la puerta, con una mirada asesina, me dijo:

"¿No me escuchaste?, te pregunté ¿QUE DEMONIOS HACES AQUÏ DEIDARA?"

Tal vez sea mejor contarlo todo desde el principio.

Aquel día, tres chicos venían directo a mi casa. Vivía bastante alejado de cualquier zona poblada, así que no pude evitar preguntarme qué rayos querían. Pero no había tiempo, si eran alguna organización gubernamental, estaba acabado. Mi vida como criminal apenas comenzaba y no podía darme el lujo de ir a prisión. Así que entré rápidamente a la casa y oculté algunas trampas en el camino.

Luego de esconderme perfectamente, muchas explosiones se escucharon. Ah, qué hermoso sonido. Pero algo no andaba bien, pues tras accionar las primeras trampas, deberían quedar totalmente calcinados, pero sus pisadas seguían acercandosé.

Al instante, escuche personas caminando sobre el fino piso de madera de la sala principal.

"¿Aquí vive Deidara el criminal?" Dijo una voz que sonaba bastante aterradora.

Sería estúpido responder a semejante pregunta. Aí que me quede aquí, callado. Tarde o temprano tienen que irse.

"Tal parece que no, vaya, no hay tiempo que perder y no pienso esperar mucho tiempo, mi paciencia tiene un límite. Busqueoslo."

Ese hombre era especialmente terrorífico. Lo puedes saber con sólo ver su rostro cubierto por una especie de pañuelo y un sombrero de paja. Sólo su mirada era visible, una mirada completamente llena de ira. Entonces, entendí que no había nada más que hacer. Si comenzaban a buscarme y me encontraban, los cargos serían aún más graves.

"Bien, bien, me han encontrado, ¿Vienen para llevarme a la cárcel?" La verdad no me importaba, después de todo, decidí vivir solo y no preocuparme por nada.

"¿Cárcel? ¿De qué hablas? Hemos venido para llevarte con el amo Pein-sama de Akatsuki"

"¿Akatsuki? Jamás había oido eso. ¿Y qué pasa si me rehusó?"

"Este tipo ya me está colmando la paciencia, si te niegas no tengo más opción que llevarte a la fuerza"

A la fuerza, vaya, no me gustaría que este tipo peleara conmigo. Pero ahora que lo pienso, ir voluntariamente con ellos sería algo así como un suicidio, mejor trataré de escapar en el calor de la batalla. "¿Y creen que iré así como así? Vamos, ¡Peleen!"

El aterrador sujeto se preparó para lanzarse sobre mí, cuando una mano se interpuso en su camino. Ni siquiera me había dado cuenta que venía acompañado. Uno de ellos, era alto y tenía unas extrañas agallas y colmillos que lo hacían parecer un tiburón, tal vez lo más llamativo en él, era su espada cubierta por una especié de vendaje. El otro, el chico que se interpuso, se veía muy serio. Sus cabellos eran color negro, y bajo sus ojos se asomaban unas marcas color negro, tal parece que son ojeras.

"Yo me ocuparé de él, no hace falta que te metas Akasuna, además, me interesa este chico." Dijo, y aunque el otro hombre parecía inconforme, permaneció ahí, al margen de todo, con una mirada inmutable. Cabe destacar, que la manera de vestir de estos tipos era bastante peculiar, no sólo por sus sombreros de paja que les cubría la mitad del rostro, sino por unas extrañas capas con decorados de nubes rojas en ellos. Entonces me puse en posición de batalla, tal vez no esperan los tipos de jutsus que utilizo, se llevaran una gran sorpresa.

"Vamos, ven por mí."

Lleve mis manos a las bolsas que estaban en mi cintura, y con un rápido movimiento, le arrojé una sustancia blanca a la cara, en un instante realicé los sellos necesarios, y con un grito, mi arcilla explotó.

"¡Katsu!"

Su cuerpo, cayó al suelo como un costal. Mi arte venció, le gané a ese tipo. Aunque era fácil saberlo, pero... Esperen un segundo, que es esta sensación. Volteo suavemente a mi espalda, y veo a ese hombre parado como si nada. Hace apenas un minuto que lo había hecho explotar, ¿Acaso no sucedió así?... ¿¡Genjutsu!?

"Ja, claro, desde el momento en que viste a sus ojos" Dijo el sujeto de la espada.

"¿Sus ojos?" Miré con miedo a sus ojos, no podía ser, el tan temible doujutsu de Konoha...Sharingan. Entonces, desapareció separándose en muchos cuervos negros. Y en un instante, estaba detrás de mí. Entonces, sentí como un filo me atravesaba. Caí al suelo sobre mi espalda. Volteé a mi derecha, y estaba el otro sujeto, el de los ojos terroríficos, y alcancé a oír de sus labios:

"Esperaba más de ti, Dei-chan"

"¿Eh?" Me desmayé en ese momento

Y bueno, en resumen fui traído aquí por la fuerza. Cuando me explicaron que eran una organización secreta por un futuro mejor, me pareció que era un nombre demasiado refinado, tal vez quedaría mejor "sociedad criminal para dominar el mundo", pero si me atreviera a hacer ese comentario, seguro que algo me ocurre.

Después de dos semanas de confinamiento voluntario en mi habitación designada, decidí echar un vistazo a la guarida. Cuando encontré una puerta que me llamó la atención. En un pequeño rótulo decía "Akasuna no Sasori". ¿Escorpión?, vaya apodos que se pone ese tal Akasuna. Y aún siendo una estúpida idea, se me ocurrió entrar aquí.

Y llegamos hasta este momento. En cuanto me giré y grité de miedo, la sorpresa me inundó.

Un joven chico de mirada penetrante y cabellos rojo como una flama, estaba posado ante mí. ¿Quién era él?

"Una vez más, ¿Qué demonios haces aquí?"

"Ah, discúlpeme señor Escorpión" Fue lo único que atiné a decir.

"Lo haces sonar como un apodo cuando en realidad es mi nombre, Sasori-sama para ti."

Mi lengua comenzó a trabarse, y titubeando sólo pude decir

"Ah...sí...disculpe...Sa...Sa...Sasori...sama"

"Pero no respondiste a mi pregunta, ¿Quien te da derecho de entrar a mi habitación?"

Sin lugar a dudas, era la misma voz de aquel personaje, pero, este Sasori era bastante diferente. Era guapo y misterioso, el otro parecía no tener nada más que odio. O tal vez fue mi imaginación.

De una patada, me sacó de su cuarto, y reafirmando con una peligrosa mirada me dijo:

"No quiero, que se vuelva a repetir."

"Claro, discul..." Y me interrumpió con un portazo. Pude escuchar chapoteos al ritmo de sus pisadas, seguro por la sangre. ¿Cómo podía vivir en semejante lugar?, en fin, ese es su problema.

Cuando miré al escritorio al fondo de su habitación, me pareció ver un portarretratos, ¿Será que oculta su tristeza?. No estoy realmente interesado, pero me intriga, ya que aparenta todo lo contrario. Como sea, el ha sido el único con el que hablado en todo este tiempo, aunque sólo hayan sido gritos.

Camino lentamente a mi habitación, cuando otro personaje se me acerca. Iba yo mirando al suelo, sólo he podido ver sus sandalias. Lentamente levanto la vista y veo ahí, al hombre causante de toso esto. Ese extraño moreno usuario del sharingan.

"Hola, quisiera disculparme contigo, ¿Me permites acompañarte a tu cuarto?"

Me parece verlo mucho más amable que la otra vez. Bien, creo que no pasa nada. Volteo, y me parece escuchar que alguien nos espía. ¿Será?