Disclaimer: One Piece no me pertenece. Todo se lo debemos a Oda.

LOVING ANGELS INSTEAD

A veces ella es gritona, mandona y de mal carácter, bueno, la mayoría de las veces. Puede controlar a una panda de idiotas con un sólo grito –yo incluido- y le tememos por eso. Es avara, codiciosa, sabe como chantajear a todas las personas del planeta y es la mejor actriz que en mi vida he conocido –cuando se trata de que le cumplan cualquier capricho-.

Y así es ella… Me humilla en público y yo voy tras de su figura como un perro amaestrado, me rechaza y sabe qué decirme exactamente cuando quiere conseguir algo…

Pero aún así la amo con locura, con esa pasión loca que caracteriza a los locos obsesivos, más puedo decir que tengo razones de sobra para amarla de esta manera, y es que cuando estamos a solas, se convierte en un ángel que me brinda toda su bondad, se convierte en una niña indefensa a la cual puedo proteger, se convierte simplemente, en esa mujer que toda su vida ha querido ser, pero que no puede serlo siempre por todas las obligaciones y traumas pasados que tiene. La amo, porque esa Nami me pertenece a mí, y solamente a mí. La amo, porque a pesar de todo lo que aparenta y hace creer, sé que ella me ama también. Y cuando hay la oportunidad, se entrega con locura y ternura.

Ella es Nami, mi Nami, a la que amo sin remedio, porque desde el primer contacto visual, supimos quiénes éramos y que nos necesitábamos mutuamente para crecer.

FIN

Inspirada en la canción de Robbie Williams: Angel.

Suerte!