Hey, ¿cómo han estado? Vengo con otra participación a un reto. Espero puedan brindarle un poco de su tiempo a esta tabla :D
Es la tabla de Ships #2: Primeras veces.
La palabra clave de este oneshot es: Ruptura, y cuenta con 850 palabras.
Disclaimer: Los personajes de Free! Son propiedad de Kōji Oji, Hiroko Utsumi y KyoAni.
Aviso: Este fanfiction participa en el Reto libre: "Haz una tabla" perteneciente al Foro Iwatobi swim Club.
Desde hace días, Gou notaba algo raro en Rin: estaba distraído, traía una sonrisa idiota en la cara todo el día, no dejaba el celular en paz, nada parecía perturbarlo; pero, aún más importante, había destrozado todas sus propias tazas de navidad. Ni siquiera había gruñido cuando la última de sus veintidós tazas se hizo pedazos en el suelo. Y la pelirroja sólo pudo mirarlo interrogante. Porque Rin sonrió, murmuró algo parecido a un "soy un idiota" y limpió el desastre.
El viejo Rin hubiera maldecido en inglés, en francés y japonés. Gou dudaba que supiera francés, pero igual podía hacerlo.
No obstante, el colmo de la paciencia casi infinita de la menor de los Matsuoka vino cuando Rin dejó caer una de sus tazas de navidad. Y vaya, que la sonrisa era deslumbrante.
—Rin.
—Lo siento, Gouchan, ya lo limpio.
—No.
—¿Eh?
—Deja eso.
—Gou…
—Rin.
Rogó para que su voz y su expresión fueran severas. Quiso reírse ante la cara de terror que puso su hermano.
—Gou…
"¿Con quién hablas tanto?", no, sonaba muy rudo. "¿Por qué lo haces?", ¿hacer qué?
—¿Quién es?
Rin enarcó una ceja, en ese gesto tan atractivo suyo, que Gou creía, lo usaba para seducir a alguien.
—¿De qué hablas?
Aunque claro, un gesto maternal es mirar guapo a sus familiares cercanos.
—...
—Gou...
—¿Por qué no sueltas el celular? –Al diablo la sutileza.
Funcionó, porque Rin se sonrojó hasta las orejas, desvió la mirada y se rascó la nuca con la mano libre: la mano que no sostenía un celular.
—No le veo el prob–
—Tiraste mi taza –Y otras veintidós.
—Lo siento, te dije que–
—No.
Rin cerró los ojos, en una expresión confusa, incluso frustrada.
—Gou...
—¿Quién es, Rin? –Estaba segura que su hermano ya estaba lo suficientemente incómodo, pro ella quería saber, saberlo todo.
El cuestionado se mordió el labio inferior, abrió los ojos de golpe, dejó el celular sobre la encimera y tomó de los hombros a su hermana.
—Es Makoto. –Le dijo.
—¿Eh? –Qué.
—Es Makoto con quien hablo..., —Gou le miró tomar aire con tanta violencia que temió por su salud–, todos los días... –Desvió la mirada, sonrojado y ella pensó que lucía 'lindo'–. En cualquier lugar.
—...¿Tienen...? –rodó los ojos, pensativa–. ¿algo?
—¿Mande?
—¿Están saliendo o algo?
Pudo jurar que su cara estaba tan roja como lucía la de su hermano en cuanto ella terminó de preguntarle. Rin balbuceó un par de veces, se fastidió los labios y la nuca otro par de veces más, hasta que al fin le soltó un escueto:
«Sí».
Ambos se habían quedado callados, evitando mirarse fijamente.
—Pues... qué bueno.
—Gracias.
—No es la forma en la que me hubiera gustado descubrirlo, per–
—Oh, basta. —Rin se había tapado la cara con las manos.
—Pero estoy feliz, por ambos..., oniichan.
El mayor se descubrió la cara y miró a su hermanita, sorprendido. Ella le sonreía tan abiertamente que le devolvió toda la seguridad que pudo haber perdido. Ambos se fundieron en un abrazo.
—Gracias..., Gou. —Rin comenzó a sollozar, conmovido.
La aludida acarició la espalda de su hermano con suavidad.
—Entonces..., —aspiró un poco desde el hombro ajeno—, vete.
Para Rin, todo el ambiente se fue con sus lágrimas. Se separó de Gou, entre sorprendido y molesto, encontrándose con una sonrisilla inocentona.
—Qué estás di–
—Makotossan vive solo, ¿ne? ¿Por qué no te mudas para que sean más felices? –Y no quiebres otra de mis tazas.
Rin volvió a sonrojarse, desvió la mirada y sonrió un poco. Aunque estaba un poco disgustado con la sinceridad de su hermana, no podía evitar pensar cómo sería si viviera con Makoto. Despertar entre sus brazos por las mañanas, desayunar juntos, comer juntos, mirar la televisión recostados y abrazados sobre el mismo sillón, 'hacerlo' sobre la encimera, cenar juntos, darse un baño juntos... Sin duda, sonaba como el paraíso.
Gou le sacó de sus sueños despierto cuando chasqueó los dedos frente a él.
—¿Y qué dices?
También sonaba como una maravillosa oportunidad de salir del departamento de su hermana. Así que asintió, sin más, con la felicidad desbordándose de su sonrisa.
—Mhm, buena decisión, oniichan.
...
Horas después, Rin tenía sus maletas preparadas, con Makoto esperándole al pie del edificio y con Gou frente a él, aún en el pasillo de su, ahora, antiguo hogar.
—Gracias, Gou. –Le dijo, con otra sonrisa deslumbrante.
Ninguno podía creer la velocidad con la que hicieron las cosas, casi como si lo hubieran estado planeando inconscientemente desde hace días, semanas, o hasta meses. Pero lo hecho ya lo estaba.
—Para nada, oniichan.
Se sonrieron una última vez, se abrazaron una vez más y Rin salió del departamento, quedándose en el pasillo de afuera y con su hermana mirándole desde el marco de la puerta, tomando esta última con una mano.
—Nos vemos.
—Mhm, estoy segura de que Makotossan tendrá más tazas de navidad.
Y antes de que Rin objetara algo, Gou desapareció, cerrándole la puerta en la cara.
—Esta chica... —Murmuró, sobándose las sienes, un poquito fastidiado.
Aunque al final, soltó una risita, mientras corría al encuentro con su novio.
Muchas gracias por leer.
-MsH-
