¡Hola a todas!

Primero y principal: sé que, al igual que yo, hay muchas chicas pervertidas, y esta historia será un OLDERWARD con á mucho á recomendado para mayores de 18. Sí lees y eres menor, es BAJO tú responsabilidad.

Parte de agradecimientos

A mi beta, Karen.

Cariño, cuando Vhica nos asignó para trabajar juntas era un poco reacia a las ía que las betas eran buenísimas y todo, pero… ¡Que va! Compartir todo, con alguien que no conoces…Es un tanto aprendí a confiar en vos. Gracias por estar apoyándome, y cada vez que te mando el archivo sé que está en buenas 'amodoro' (Sí señoras y señores, los argentinos creamos palabras, te amo y te adoro)

A Sool Pattinson y a Julia Facinelli.

Ambas, son las mejores que puede haber. Y no me refiero a escribir o a aconsejarme sobre algo, sí no a ser mis quiero un montonazo, a ambas.

A Male y Aly.¡POR TODO!

Parte de aconsejar

Está parte, será de recomendar fics que leí, para que ustedes lean.

De MelLutz L: 'Mirada de mujer' 'Un deseo para tres' y 'Nueve uno uno' y obviamente TODOS los demás.

De PaliiaLove: 'Chop and Change'

De Sarai GN: 'El trayecto de mi vida'.

De Ally C-B: ABSOLUTAMENTE TODOS.

Los personajes son de la Señora S. Meyer, pero sin que ella lo sepa, voy a robarle a trama es mía.

*Enjoy*


Summary: Isabella es una chica con problemas. Desde que nació su vida se llenaba de complicaciones, una tras otra. Haciendo un recuento de todas las cosas malas, apareció su enfermedad… Pero eso no se comparaba con el amor que tuvo hacia su primo, Edward Cullen.


Frase de inspiración:

Y, cariño, lo juro. Aprenderás a odiarme.

No hay arrepentimientos, soy así. Logro, como si fuera un don, que la gente me guarde rencor.

Pero, conmigo no tienes nada, sin mí lo tienes todo.

Así qué, sí cariño… Me pondré mi abrigo y andaré por este solitario camino.

Cariño… simplemente no lo intentes. Protégete de este duro infierno que suele azotarme.

Protégete de los que dirán, pues… Sí logras llegar a este puerto, nada será bueno.

Pero, cariño… Me sorprendiste, cuando tus ojos imploraban que te deje entrar, en está penumbra.

Capítulo beteado por Karen Bennett Cullen, Beta FFAD: wwwfacebookcom/ groups/ betasffaddiction/


Infierno.

La vida de Isabella Swan no parecía mejorar, ni en su pasado, ni en su presente, ni en su futuro. Ella veía todo de color negro. No era pesimista, pero su vida no era nada fácil. No recordaba mucho de cuando era niña… Solo el principio de sus pesadillas.


Una niña vestía un vestido color rosa, de corte princesa, largo hasta sus rodillas. Ella estaba sentada entre tres adultos en un taxi, toda apretujada. Se quedaba quieta, quería verse perfecta.

Cuando llegaron, sus tíos y primos salieron a recibirlos. Isabella fue inmediatamente a hablar con sus tres primos, Emmett, Jasper y Edward o Ward, como le solía decir cuando era más niña, ahora con sus seis años sabía decir perfectamente Edward.

—¡Bella! —Edward la alzó y la miró—. Estás hermosa, ¿no chicos?

Emmett y Jasper asintieron. Jasper, para Isabella, era el más serio y terrible. Él escalaba las escaleras de su casa, literalmente, en vez de subir los escalones, las escalaba. Emmett era el más divertido, aunque con Isabella no hablaba mucho, quizás era su diferencia de edad. Él tenía doce mientras que ella tenía seis.

Su tía acomodó a los recién llegados e Isabella se sentía incomoda; odiaba que todo el mundo la mirara y no entendía porque todos los familiares por parte de su tío la miraban.

Las horas pasaron y su prima, Victoria, apareció por las puertas del gran salón. Su vestido blanco era totalmente hermoso y Bella se propuso que en algún momento de su vida, de hecho, en sus quince años, iba a tener una fiesta igual. Con el paso de las horas Isabella comenzó a preguntarse donde estaba su madre, Renée. Cada vez qué le preguntaba a un adulto decía que no sabía nada de ella.

Isabella corría de allá para acá y vio cómo su tío tenía su semblante serio, así qué fue a preguntarle qué era lo que le pasaba. Vio a su madre, para ella vestía hermosa, su remera dejaba ver su vientre y tenía una pollera algo corta, pero su tío y sus abuelos pensaban que se veía como una prostituta. Renée se acercó para saludarla y sus abuelos se la llevaron hacía un costado para hablar en privado.


Isabella lloraba mientras recordaba uno de los últimos momentos de su no lo entendía y pedía a quien fuera que el dolor de su pecho se fuera.

La ahora adolescente seguía buscando información de las posibilidades de vida que tenía si no se operaba del tumor maligno que poseía en su ú su cabeza trabajaba revolviendo en su pasado.


— ¡Bella! ¿Has visto a tú mamá? Es qué nosotros ya nos vamos, corazón. —Su abuela la miraba con una increíble adoración.

Aún recordaba cuando esa pequeña niña nació y no paraba de llorar, hasta que se la dieron a ella y sus ojos se clavaron perfectamente en los suyos, acto seguido dejó de llorar.

—No, no he visto a mi mami. ¿Puedo seguir jugando? —Su abuela negó suavemente con la cabeza.

—No, acompáñame a buscar a tú mamá. —Le tendió la mano e Isabella no tardó en agarrarla.

Ambas caminaron por todo el salón y no encontraron rastros de su se encontraron con su tío y su abuelo le comunicaron que se iría a dormir con ellos a la casa.


Isabella agarró las tijeras afiladas que había en el cajón del baño. Se sentó suavemente en su cama mientras escuchaba las voces de su familia discutiendo por su enfermedad.

Las voces la estaban agobiando, se sentía… Presa, presa de saber que no tenía muchas opciones. Presa de saber que se encontraba en una situación que nunca se imaginó. Presa de saber que su familia la miraría con lastima, presa de saber que era una adolescente con un tumor a transformarse en cáncer.

Presa. Presa. Presa. Presa y doblemente ¡PRESA!

Y con ese pensamiento clavó la tijera en sus muñecas.

Su familia ni se imaginaba de lo que pasaba atrás de la puerta de Isabella… Todos menos estos años se había acercado muchísimo a su prima, y se imaginaba que esto era demasiado para cualquiera. Así qué sin que nadie se diera cuenta, entró a la habitación. Y lo que vio lo dejó abrumado.

Era Isabella, cortándose mientras las lágrimas corrían por su cara.

—¡Isabella! —susurró. Inmediatamente se acercó a su posición y le arrebató la tijera. Ella lo miró con odio.

— ¿Qué haces? Devuélveme esas tijeras. —Él se acercó al baño, agarró el alcohol y unas gasas—. ¡Te estoy hablando, Edward!

—Por Dios, Isabella. ¿Cortándote? Entiendo que esto sea demasiado… —Y con eso, Bella explotó.

—¿Entender? Dudo que alguno de ustedes sepa lo que siento. ¡Tengo un tumor, Edward! ¡Un maldito tumor! Y nadie tiene el derecho de decir que me entiende. Si quiero cortarme, lo haré.

Edward frunció el ceño, con el paso del tiempo se dio cuenta que Isabella no era la misma niña, había crecido.

Y todos los sentimientos que existían, ella los sentía en ese momento.

Amor, lo hacía con pasió , ella podía hacer dos cosas con eso, ser realmente odiosa y podía odiar.

Eso era lo que más amaba de ella.

Con el tiempo, ellos se hacían más unidos.

Okay, tienes razón. Nadie de esta familia lo puede entender. Pero… no tienes que cortarte, ¡valórate! —Isabella comenzó a llorar y él la abrazó.

Pasaron horas hasta que Bella se tranquilizó y Edward pudo curar sus heridas. Ella fue a ponerse una remera de mangas largas para que no vieran sus heridas y se cambió delante de Edward, siempre lo había hecho, pero por primera vez en ambos, otro sentimiento apareció…

Un sentimiento que ninguno reconocía y que sus corazones trataban de negar. Pero el destino les tenía preparado otra salida.


Bueno! ¿Que les pareció? ¿Les gusto? Agradecería mucho un RW