Hola amigos, este es mi primer fic de Naruto, es original de mi autoría así que disfrutenlo y no olviden comentar.


I. Un bache

Ƹ̴Ӂ̴Ʒ

Un suspiro decaído escapándose de los labios gruesos femeninos se marchó junto con el ligero viento que esa mañana visitaba a Konoha.
Cierta joven de ojos color turquesa observó curiosa desde atrás a la silueta femenina que yacía sentada sobre una banca de madera, cerca del bosque que rodeaba la aldea. La pelirrosa volvió a escuchar el suspiro afligido de la mujer que estaba de espaldas a ella. Por supuesto que sabía de quien se trataba. Hasta el más despistado reconocería a esa chica alta, de muy larga cabellera rubia y tez blanca. A Sakura le daba curiosidad no solo por verla con el ánimo decaído pues Ino siempre era muy optimista, sino también por verla tan temprano y sola en la calle, apenas eran las 7:10 de la mañana y ellas entraban a trabajar hasta las 8:00 sólo que en esta ocasión a Sakura le tocó hacer guardia nocturna por eso su salida fue a las 7:00 am, sin embargo Ino iría a trabajar al hospital en una hora. Un apretón diminuto en su corazón le indicó que la rubia necesitaba la ayuda y la compañía de un amigo. Eran confidentes desde hace años y se conocían tanto como la palma de sus manos.

En el pasado la relación de amor y odio por la rivalidad que tenían fue el responsable de que pelearan seguido pero sabían que pese a ello sus sentimientos de simpatía eran más fuertes, se querían como hermanas y si la otra necesitaba el apoyo de la otra se lo darían sin dudarlo.
Así que Sakura al notarla tan deprimida y sola decidió hacerle compañía, por supuesto que ella lo haría a su manera.
— Ino cerda, ¿qué estás haciendo aquí? No crees que es demasiado temprano como para estar en la calle. Además hace todavía un poco más de frío por las mañanas — dijo Sakura abrazándose protectoramente pues el viento frío le calaba en los brazos descubiertos. Se acordó que había olvidado su suéter en el hospital.
— Lo mismo digo frentona — volteo a verla la rubia molesta por el apodo que usó para ella — Sakura. Deberías agarrar camino para tu casa pues hay una niña esperándote para desayunar — el tono de voz de Ino se escuchó como si le estuviera reclamando pero era natural pues rara vez ambas se hablaban cortésmente. Ino creía que Sakura necesitaba irse a descansar luego de pasar toda la madrugada despierta.
— Ah Sarada — sonrió con ternura la ninja médico al acordarse de su hija de apenas 4 años — está cuidándola Shizune porque me tocó trabajar de noche.
— Por eso digo que deberías irte a tu casa — le volvió a decir Ino con buena intención pues sabía que era poco el tiempo libre que Sakura podía disfrutar.
— Lo sé — reconoció apenada por lo que iba a decir — Pero no tengo ya nada en el refrigerador así que vine a comprar una cartera de huevos a la tienda de la esquina — a Ino se le resbalo una gotita de agua por la frente. Sakura era un tanto descuidada como madre de familia porque olvidaba algunas cosas básicas que debería atender, a veces se le olvidaba incluso pasar por Sarada a la casa de Shizune, otras veces dejaba para después hacer las compras de la comida pero viendo la situación no la juzgaba, ella estaba sola. Se encontraba casada pero Sasuke nunca estaba con ella, tenía tres años y medio que no lo veía y por lo tanto para Sakura era complicado hacer varias cosas ella sola como ir a trabajar, hacerse cargo de los labores del hogar y por supuesto atender y convivir con su hija. La de ojos esmeralda en realidad lucia físicamente muy agotada por todo eso, parecía una madre soltera y por eso mismo la compadecía pero no se metía en su vida, ella decidió involucrarse con Sasuke sabiendo de antemano las consecuencias.
— Por otra parte — Sakura se puso pensativa evadiendo la mirada perdida de Ino — ¿a dónde fuiste a dejar a Inojin? Apenas tiene tres años no me digas que lo dejaste sólo porque hasta donde yo sé, Sai se fue desde ayer en la noche a una misión.
— No seas absurda jamás dejaría a mi hijo solo — Contestó de mala gana la rubia — bueno — hizo un mohín — Sai pidió permiso a Kakashi para atrasar unos días su ida. Según él quiere comportarse como un buen padre para Inojin pues Naruto le dijo que los lazos entre padre e hijo se refuerzan si el padre convive más con el niño.
— Vaya — Sakura sonrió sutilmente. Pensar en Naruto tomar una actitud seria como padre de familia era irónico siendo tan descuidado e infantil pero le dio cierta ternura la actitud de su antiguo compañero de equipo pues trataba de portarse maduro — Naruto le aconsejó como todo un experto. Y eso que apenas hace cinco años que fue padre. Fue el primero en casarse y formar una familia quien lo hubiera pensado — su sonrisa sincera se amplió un poco más — Aunque ya veía venir que se quedaría con Hinata aunque no que se casaran tan pronto, tan solo tenían 18 años pero soy feliz por eso, se ven muy contentos.
— Oye frentona — Ino observó dubitativa entre cerrando los ojos, escudriñándola — Al año y medio de la boda de Naruto tú te fuiste con Sasuke cuando él estaba de misión. Yo tampoco me esperaba que regresaras con una hija.
Sakura cuando oyó eso se sonrojo agresivamente. La verdad ni ella se esperaba eso. Fue una agradable sorpresa.
— Lo mismo digo Ino cerda. Te metiste con Sai — alego a la vez que enseñaba una sonrisa maliciosa y burlona — no sé qué hiciste para embrujarlo pues Sai no sabía nada del amor ni entendía los sentimientos.
— Que te pasa — tranquila se levantó de la banca haciendo una pose presuntuosa que presumía su espectacular cuerpo tan trabajado — fue mi belleza la que lo cautivó no fue necesario la brujería.
— ¿En serio? — preguntó sarcástica siguiendo con la idea de burlarse de Ino — porque recordemos que Sai no tenía ni idea de lo que significaba lo que hacía y lo que decía.
— Pues con el tiempo aprendió — la kunoichi nerviosa desvío la mirada porque sabía que estaba mintiendo y no quería que Sakura la descubriera. Para su sorpresa la joven cambio de actitud, dejo de sacar conjeturas con el afán de molestar a Ino y le declaro con una sonrisa conciliadora
— Bueno. En algo tienes razón. Sai ha aprendido muchas cosas buenas gracias a ti. Si te soy sincera nunca en la vida me hubiera podido imaginar que formaría alguna vez una familia, porque era tan inocente él que me preocupaba que alguien se aprovechara de su ingenuidad para hacerle daño y que jugara con sus sentimientos. Pero sabes una cosa... — hizo una pausa — me alegra mucho que te haya conocido. Siento que contigo ese chico está muy seguro, de que nunca lo lastimarás y tampoco permitirás que alguien más lo haga. Eres su más grande protectora.
Escuchado aquello, el rostro de Ino perdió brillo. Todo en su interior se volvió un disturbio. Aquel optimismo fingido que buscó mostrar por mero orgullo a Sakura colapsó y de pronto sintió unas enormes ganas de llorar.

Como no le gustaba expresar su debilidad, para reprimir el sollozo sus labios se apretaron con fuerza e hicieron pucheros. Sakura claro que se percató de la tristeza reflejada en esas esferas azules, fue capaz de percibir el semblante trágico en la joven ninja.
— Ino — musitó consternada.
— Lo siento Sakura — se disculpó en un susurro la rubia agachando la cabeza avergonzada, su largo flequillo le cubrió el rostro ayudándola de esa manera a esconderse de la mirada de Sakura.
Ino detesta expresar las emociones que puedan hacerla parecer débil — pensó angustiada Sakura.
— Oye Ino...sabes...sabes que si tienes algún problema puedes contármelo — propuso con la mejor de sus intenciones.
Y la heredera del clan Yamanaka lo sabía. Entendía perfectamente que Sakura ofrecería su hombro para apoyarse y llorar en el. Ella hizo lo mismo cuando su ex rival decaía en la tristeza por sentirse un poco abandonada por Sasuke. Ella se encargaba de darle ánimo.
— ¿Recuerdas que te fuiste ilusionada con Sasuke cuando te permitió acompañarlo? — comenzó Ino y Sakura sacudió la cabeza afirmándolo.
— Bueno... — suspiró la joven aún con la cabeza agachada — Después de un tiempo, al regresar aquí con una hija en brazos te diste cuenta de la cruda realidad de las cosas. No es fácil la situación de sentirse sola, aunque sepas que tienes a una persona a tu lado. En tu caso sufres aun por no tener la presencia de Sasuke para que te apoye, en mi caso tengo físicamente a Sai conmigo pero es como si no lo estuviera.
— ¿Acaso te sientes abandonada? — cuestionó alzando un poco la voz — dime si te ha hecho daño para ir a darle una lección por mal portado — Con una gran ira Sakura apretó sus puños tornándose amenazante.
Ino sonrió sutilmente. Sakura estaba defendiéndola.
— Esa es la cuestión — dijo Ino alzando por fin su rostro húmedo por las lágrimas — Que yo no puedo golpearlo ni recriminarle nada porque no es su culpa. De antemano yo sabía que así serían las cosas con él por un tiempo, pero es que llega un momento en que ya no puedes con eso y estallas por la frustración.
Estoy tan decepcionada Sakura — confesó sintiéndose como una flor marchita.
— Tranquila Ino — la mujer cuidadosamente llevó una mano al hombro de la rubia para consolarla — a diferencia de mi tú, tienes cerca a Sai para resolver el problema. Lo tienes contigo.
— Y de qué sirve si siempre parece ausente — reclamó irritada — está en casa. Es un buen muchacho, pero me siento como si tuviera dos hijos. Sai es un títere todavía que sigue dejándose influenciar por lo que le dice uno o por lo que lee en los libros de la biblioteca. Ha mejorado mucho sabiendo usar sus emociones correctamente desde que está conmigo, hemos vivido muchas cosas bellas y es un buen padre aunque a veces se porta más como el hermano mayor de Inojin porque no sabe cómo tratar con niños, es inseguro y hasta ahora nunca se ha atrevido a cargarlo y me duele que lo trate con tanta frialdad. Y sabes que Sakura — sus labios temblaron — esto no me había molestado en absoluto hasta que de pronto empecé a ver más seguido a Hinata y a Naruto. Naruto si convive con naturalidad con su hijo y con su esposa, no necesita que Hinata le diga cómo actuar y cómo reaccionar.
— Lo entiendo — contestó comprensiva sintiéndose mal por la frustración de su compañera de trabajo — pero Sai ha tenido una vida muy dura — empezó a contar con un tinte de melancolía mientras Ino escuchaba avergonzada al sentirse egoísta por no pensar en los sentimientos de Sai, solo en los suyos — Es un huérfano que desde pequeño fue criado y reclutado por Raíz, no conocía otra vida que no fuera la de la guerra. No tenía amigos sólo compañeros, fue un milagro que llegara vivo hasta esta edad viendo la vida tan arriesgada y dura que tuvo, todo el tiempo exponiendo su vida por proteger a la aldea, sin un solo día de descanso. Fue un cambio brusco para él cuando se volvió parte del equipo 7. Conoció otra forma de vivir, salió de su escondite. Ha progresado desde entonces porque todos fuimos testigos de todo lo que se esforzaba para que lo aceptáramos en nuestro círculo. Pero te lo advertí desde un principio Ino — Sakura la observó un poco con dureza, pues a su parecer Ino estaba actuando como si hubiera desconocido la advertencia que le hizo sobre Sai, aquel primer día que lo conoció cuando fueron a visitar a Kakashi al hospital — desde que lo conociste. Te dije: Sai no es normal.
— Y es por eso que por su esfuerzo y sus ganas de cambiar no le reprocho nada — contrarrestó girando su cuerpo de medio lado, evitando a Sakura por lo que iba a decir — pero soy una mujer. ¿Que no se supone que todos los hombres son débiles ante las mujeres? — los pómulos de la muchacha se sonrojaron. Luego se cruzó de brazos en una pose rígida.
— ¿A qué te refieres? — Arqueó la ceja confundida acercándose más a Ino.
— Hm — hizo un sonido de incomodidad alargando más la espera para responder. Y como Sakura era desesperada no tardó nada en presionar y reclamarle.
— Ino...que estás pensando cerda.
De Inmediato el mal humor se acumuló en la rubia.
— ¿Te parece frentona que esté mal que solo pida un poco de atención?
Sakura cerró la boca y pronto Ino prosiguió.
— Sai no es cariñoso conmigo. Siempre soy yo la que empieza a buscarlo.
Las mejillas de Sakura se colorearon rojas, muy rojas porque comprendió para que rumbo iba la plática.
— Tú...me estas queriendo decir. ..
— Que Sai es frígido — completó muy segura y sin más vergüenza.
— Oh...— exclamó asombrada, muriendo de vergüenza pero curiosa por saber todos los detalles — en realidad yo iba a decir que tenían problemas en la cama.
Ino bufo resignada. Había metido la pata.

No buscaba hacer quedar mal a Sai y crearle una reputación mala como hombre. El chico era un tempano de hielo en la intimidad pero no tenía por qué hacerlo público. Solo por eso tuvo un fuerte remordimiento.
— Qué más da — sus manos las llevó a la cadera — ya lo dije.
Ino es muy descarada — pensó Sakura — pero también es cierto que lleva mucho tiempo ocultando su problema, necesita desahogarse.
— Necesitas enseñarle a Sai — aconsejó.
— Y crees que no lo he intentado — contrarrestó molesta chasqueando la rosada lengua — He hecho todo lo que está en mis manos.
— Saca tu lado seductor, eso sí que sabes hacerlo bien — sonrió tímida. No era muy abierta a hablar de estos temas. Sin embargo Ino conocía a Sakura y sabía que era medio pervertida solo que se daba golpes de pecho frente a los demás para cuidar su imagen de respetable y honorable mujer.
— Lo hago...y solo esa es la manera en que cae. De otra forma no tiene él iniciativa. Por eso es que me he puesto a llorar hace unos instantes, ya no sé qué hacer — confesó otra vez, decayendo su estado de ánimo.
— De acuerdo — comentó la de ojos jade sentándose en la banca — te daré un consejo. No sé si funcionara pero si quieres resolver el problema desde su origen tendrás que ser muy paciente.
Ino la siguió y se sentó a un lado de ella.
— Cuéntame...— pidió, ansiosa por saber la respuesta.
— Pues bien... — miró al cielo azul y suspiró. Intuía que no le iba a gustar la idea a Ino — aquí el sexo va a pasar a segundo escalón.
— ¿¡Qué!? — Exclamó incrédula — es que no acabas de entender que el mal sexo es el principal problema. Sai parece forzado a hacerlo conmigo.
— Lo se Ino — aclaró en modo sabio — pero deberás primero atraer a Sai poco a poco de otra manera, si quieres que al final se acerque a ti por deseo y no por obligación. Qué tal si empiezas por enamorarlo con exquisitos platillos, cenas románticas, citas nocturnas, con besos no lascivos — eso lo aclaro arrugando la frente haciendo hincapié a eso para que Ino no lo olvidara pues por lo visto solo pensaba en llevarse al pobre Sai a la cama — que te parece hacerle mimos.
— Creo que a Sai le incomodan — dijo dudosa Ino.
— Tal vez te pasas de pegajosa y lo hostigas. Dale su tiempo para estar solo de vez en cuando en el día y cuando sea pertinente acércate, tómalo por sorpresa y mímalo cuando este muy serio. Ve películas con él en casa y en cuanto el niño...esto es más complicado de lo que pensé...porque Sai desconfía de su tacto. Es probable que no lo toque porque no sabe si lo lastimará.
— Es verdad...— confirmó tronando sus dedos pulgar y el de en medio — una vez intentó cargarlo y lloró Inojin. Desde entonces lo ignora, solo le habla un poco supongo que Sai se asustó.
— Entonces hay que trabajar su inseguridad. Pero eso ya depende de ti.
Las dos chicas se quedaron en total silencio. Una a lado del otro en total tranquilidad escuchando abiertamente los cánticos de los pájaros de aquellos árboles frondosos del bosque. El viento seguía sintiéndose fresco.
— Gracias, Sakura — murmuro Ino.

Sakura abrió sus ojos de par en par, incrédula. Esta es la primera vez que recibe un agradecimiento de su parte. Faltaba ella, tal vez en un futuro llegara la oportunidad.
— Ahora me voy — se levantó calmada la Yamanaka dejando a Sakura sola en la banca — pronto serán las 8:00 y yo necesitó apurarme para llegar a tiempo al trabajo. Nos vemos después — volteo hacia Sakura y sonriéndole alegre se despidió con un movimiento de mano mientras avanzaba hacia delante por las calles.
Sakura también sonrió viéndola partir. Era irónica la vida, ellas primero empezaban peleando, y al final terminaban como las mejores amigas.

...

Continuará... ❀ ✿ ❁ ✾