DECLAIMER: la novela es una adaptación, su autora original de esta historia es angelihatake.
Como tampoco son míos los personajes de pokémon, le pertenecen a Satoshi Tajiri.
Disfruten
No recuerdo exactamente como o cuando comenzó. Si lo hiciera, si lo recordara, probablemente se me tacharía de acosadora psicópata que se la pasa recordando fechas "importantes""como loca enferma de amor.
Y no, yo no era así. Posiblemente y a los 7 años todavía no sabía ni que era el amor.
Lo único que recuerdo es que le conocí una mañana en la que había mucho de DEMASIADO calor. Pero para ser sincera, era una mañana normal, común y corriente. Nada era especial ni se sentía nada diferente. Era una simple mañana calurosa.
Así que, mi mamá decidió salir a comprar algo al supermercado. Estaba tan aburrida que acepté acompañarla aun sabiendo que probablemente salir de mi casa seria más aburrido que estar en ella.
Las vacaciones habían resultado un descanso escolar por solo una semana, porque, estando en segundo año ¿Qué tanta tarea podría resolver? Era la edad más tranquila de mi vida y ni siquiera lo sabía. Los 7 años fueron la etapa en la que mi única preocupación era no salirme de la línea de colorear.
Salimos del supermercado con unas cuantas bolsas llenas de cosas que sinceramente me parecían ordinarias, a excepción de un pastelito que había rogado a mi mamá que me comprara… pero fuera de eso, nada interesante.
De regreso a casa mamá decidió pasar a visitar a una conocida suya. Mientras yo tenía mi pastelito de chocolate en las manos de i mamá podía llevarme al lugar más aburrido y solitario del mundo y a mí me importaría poco.
-Bajaremos aquí, ¿está bien? – dijo suavemente.
Asentí rápidamente mientras me quitaba en cinturón de seguridad sin apartar la vista de mi pastelito.
-Espera aquí - dijo mi mamá mientras saludaba a una señora que ya había visto antes en mi casa.
-De acuerdo - dije sentándome en la puerta de la casa mientras mordía el pastelito.
-¡Paul deja de correr por la casa! - escuché un grito dentro y traté de mirar por la ventana pero no vi nada.
-Hmp – escuché detrás de mí y al volver la cabeza hacia la puerta me encontré con un niño de ojos negros y cabello morado.
-Ho…hola – dije un poco nerviosa.
El chico sólo me miró a mí y lo que comía.
-¿Qué haces aquí?- dijo secamente.
-Espero a mi mamá.
-¿La señora Berlitz es tu mamá?
-Sip – respondí de inmediato - ¿Por qué?
-Hmp, será mejor que te sientes. Cuando se ponen a platicar generalmente se tardan un par de horas.
-¿De verdad? – grité alarmada.
-¡Hey Paul! – saludó alguien a mis espaldas.
-Hmp, Ash – le respondió a un chico de cabello negro de su estatura.
-¡Vine a jugar! – a diferencia del tal Paul. Ese Ash se veía demasiado alegre.
-Lo sé – dijo dándose la vuelta para entrar a su casa.
-¿Qué espe…? – Ash se detuvo y me miró fijamente – Hola, ¿sabes jugar videojuegos?
-No – respondí sinceramente.
-Hmp, ¿Qué rayos haces, Ash?
-La invito a jugar con nosotros.
-Es una niña no creo que sepa.
-Puedo intentarlo – dije algo molesta. ¿Qué tenía de malo que fuese niña? Tontos niños raros.
-Vamos – me dijo Ash.
Les seguí a ambos al interior de la casa, pasando por la sala y a mi muy entusiasmada madre platicando con otra señora. Cuando entramos al cuarto de Paul me sorprendió demasiado ver una montaña enorme de videojuegos.
-Escoge uno – dijo Paul a Ash – Tengo un par de juegos nuevos.
-Bien – respondió Ash – Ahh, ¿Cómo te llamas? – me preguntó ignorando por un momento los juegos.
-Dawn Berlitz – respondí.
-Bien, soy Ash… él – dijo señalando a Paul – es Paul amargado, y solo tiene dos controles… pero si quieres juega tu primero y el que pierda le da el control al que no jugó.
-Hmp.
-Bien – dije muy animada.
Paul enarcó una ceja y me miró extrañamente mientras se acomodaba en un pequeño sillón frente a la televisión.
Sólo recuerdo que media hora después ya me había hecho fanática de los juegos de video y odié escuchar la voz de mi madre buscándome, ya que al parecer había reminado de platicar con la mamá de Paul temprano.
-¿Dawn? – Escuché a mi madre con voz preocupada - ¿Qué haces aquí? Vamos, es hora de irnos.
-Mami, ¿mañana podemos venir también?
-¡TIENES que venir! – Interrumpió Paul – me debes la revancha y esto no se quedará así.
-¡Claro! – Le sonreí - ¿Puedo? – dije mirando a mi mamá con la mirada más dulce que pude hacer.
-Cla… claro – dijo mi mamá sorprendida.
De regreso a mi casa le conté a mi mamá lo más detalladamente posible acerca de Ash y Paul, mis dos nuevos amigos.
Y aquí estaba ahora. Sentada en la puerta de la escuela esperando a que ese par de irresponsables salieran de su entrenamiento de básquetbol. Miré el reloj de nuevo y ya eran cerca de las 2 de la tarde.
-¿Dónde demonios están? – suspiré. Solo a mí se me ocurriría decirles que les esperaba para irnos juntos a casa.
-¡Hey, Dawn! – escuché la voz de Ash a mis espaldas.
Y ahí estaban los dos. Sudados, sonrojados y agitados… cualquiera pensaría que eran pareja y que acababan de tener relaciones, pero siendo sincera, se veían taaaaan bien que esa probablemente era la imagen que todas las chicas de mi instituto querían ver y que yo apreciaba casi siempre por gozar del privilegio de ser su amiga. Ash y Paul se habían convertido en un par de galanes súper cotizados. De esos por los que las chicas se babean, lloran, suspiran y ruegan que asistan a los bailes para pasearse frente a ellos con un escote pronunciado. Y son esa clase de chicos cuyos nombres están escritos en las paredes de los baños seguidos del nombre de alguna chica friki o de algún: "te amo" y unos corazoncitos adornándolo.
Ash, Paul y yo éramos en realidad muy buenos amigos. Desde aquel día en que les conocí, no me volví a separar de ellos. La verdad es que amaba demasiado la relación que llevaba con ellos.
Ellos se habían convertido en un par de deportistas natos que aprobaban las materias por el simple hecho de ser los mejores jugadores del equipo de basquetbol de la escuela. Casi nunca entraban a clases, y cuando lo hacían era como si no estuvieran, ya que Paul se la pasaba escuchando su música, coqueteando con alguna pobre ilusa o jugando los juegos de su ipod. Y Ash se la pasaba durmiendo con Gary o admirando demasiado a Serena, una linda chica de la que estaba idiota y perdidamente enamorado. Ella era una chica linda a la que todas las chicas le envidiábamos su largo y medio ondulado cabello rubio.
Yo era una estudiante normal que realmente no destacaba en nada mas que quedarme callada durante las clases. A penas salía un maestro era la primera en levantarme porque odiaba quedarme quieta. Pero cuando me tocaba exponer hablaba tan fuerte que a mis compañeros no les quedaba de otra más que prestarme atención, y cuando Serena exponía todos le teníamos que pedir que alzara un poco más la voz porque casi no le escuchábamos. Todos menos Ash que siempre que ella pasaba al frente del grupo él se sentaba adelante para observarla mejor.
Y por su culpa las falsas "amigas" me rondaban, falsas porque muchas veces solo se acercaban a mí con tal de que les dijera como conquistarlos. Pero también tenía buenas amigas que tenían novios o eran consientes de lo idiotas que eran mi par de amigos.
Si, muchos chicos verían raro el encontrarlos así, muchas chicas lo ven sexy, y yo… yo los veo:
-Apestan.
-Hmp – el típico monosílabo de Paul. Recuerdo que más de una vez he aconsejado a Mellysa, su madre, que le lleve a un psicólogo o algo así para que le quite esa obsesión que tiene por decir: hmp.
-Lo sentimos, Dawn – gritó Ash juntando las manos en señal de suplica – estábamos entrenando para las finales´je – Y también… no, a Delia, la madre de Ash, nunca le había dicho nada por la manía de Ash de terminar sus frases con un ´je porque ella terminaba sus frases con un ´je; y decirle algo sobre el "tic" de su hijo seria como criticarla a ella, así que… dejémoslo así.
-Vámonos, hoy cocinaré yo y ya es tarde – dije levantándome y comenzando a andar rumbo al estacionamiento.
-¿Por qué no te fuiste a casa si tanta prisa tenias? – dijo Paul sarcásticamente. Cree ese idiota que no conozco sus tonitos de voz.
-Porque…. – me di la vuelta encarándoles – dejé i mochila en tu coche y además Ash me dijo que no tardarían.
-Lo siento, ya vámonos – dijo Ash entre Paul y yo.
-Hmp, ¿iras hoy a mi casa? – me preguntó mientras les quitaba el seguro a las puertas de su auto y entrabamos. Ya me había acostumbrado a sentarme en el asiento del copiloto y Ash atrás, ya que primero me llevaban a mi casa según Paul así bajaba más rápido.
-No lo sé, tengo mucha tarea – respondí cuando arrancó.
-Hmp, Ash igual y te aseguro que llegara antes de lo acordado a mi casa.
-Pero ustedes tienen puntos extras porque son el capitán y sub capitán del equipo de básquetbol de la escuela – me quejé – yo contrabajo subo diario las escaleras para entrar a clases.
-Hmp, con razón….
-¿Qué quisiste decir con eso, idiota? – grité.
-Baja la voz, ¿sí? – Dijo sonriendo de lado – lo que trato de decir es que debes hacer algo con esos chocolates que se han ido quedando acumulados en tu estomago.
-¡Pau! –Gritó Ash quien extrañamente había permanecido callado todo el camino – no le hables así a Dawn y debo recordarte que estas manejando.
-Hmp.
-Bien, lo interpretaré como un "Si" – suspiró – Dawn – me llamó - ¿Qué cocinaras? – típico de él, buscar una forma de distraerme para olvidar que estoy molesta con Paul.
-Mmm aun no estoy segura – respondí – tal vez pasta.
-Te aconsejo algo más light – murmuró Paul mientras se detenía frente a un semáforo.
-Disculpa Ash – dije preparando mi puño – ya no está manejando…
Paul sonrió de lado y con una gran facilidad impidió con una mano que mi ya preparado puño se estrellara con alguna parte de su hermosa anatomía.
A penas soltó mi mano se preparó para seguir manejando.
-Luego dice Gary que el problemático soy yo.
-¡Lo eres! – dijimos Paul y yo casi al mismo tiempo.
-Pongámoslo así- habló Paul – Ash, tu eres el problemático del grupo, Dawn la molesta y yo… la perfección andante.
No pude evitar soltar una gran carcajada cuando terminó su brillante teoría.
-No creo que seas perfecto – dije sin pensarlo.
-¿De qué hablas?
-Aquí vamos de nuevo – suspiró Ash.
-Vamos, algún defecto tendrás…
-Lo dudo.
-Déjame pensarlo… lo tengo! – Grité después de unos minutos – te gano jugando el juego ese de guerra…
-¿Qué? ¡Mentirosa! – Protestó- casi no lo jugamos…
-Porque cuando lo jugamos yo te gano… ¡Niégamelo, Shinji!
-Hmp.
-Já, gané esta vez…
-¡De acuerdo! – Gritó Ash de nuevo – Paul, acepta que Dawn te gana a veces en los videojuegos, y tu Dawn mejor vete a casa o no terminaras con la comida y no te dejaran ir a casa de Paul mas tarde. Y esta vez de verdad me interesa que vayas.
-¿Por qué? – pregunté mirándole confundida.
- si no hubieran peleado todo el camino les habría contado que… ha aceptado salir conmigo…
-¿Quién? – preguntó Paul mirándolo por el espejo retrovisor.
-Serena – respondió.
-¿En verdad? – grité emocionada.
Ash asintió.
-¿Y la llevaras a mi casa?
-¡Claro que no!- dije antes de que Ash responda – será su primera cita y debe ser especial…
-Bueno… es que no es la primera cita – dijo apenado.
-¿Y hasta ahora nos lo dices? – realmente soné ofendida.
-Es que quería esperar a que sea más formal para presentársela….
-Pero ya la conocemos ¿recuerdas? – Dijo sarcástico Paul – Cada que pasa nos la enseñas y suspiras
Estuve a punto de reclamarle de nuevo a Paul por su poco tacto al hablar, cuando escuché mi celular sonar.
-Hmp.
-La plática se pospone – les dije mientras miraba el mensaje de mi mamá en el celular – tengo sólo una hora para cocinar… nos vemos a las 6 en punto.
-A las 6, molesta.
-SÍ, si – repliqué bajando del coche.
Entré lo más rápido a mi cas y cociné pasta tan rápido como pude. Subí a mi cuarto y luego de terminar mi montaña de tareas me dio tiempo suficiente para bañarme y seleccionar la ropa que llevaría a casa de Paul.
-Me voy – Grité mientras entraba a la cocina para buscar mi celular que había olvidado ahí.
-¿A dónde? – pregunto mi mamá.
-Creí que ya te he dicho – murmuré – voy a casa de Paul.
-¿Para eso te vistes así? – pregunto señalando mi vestido rosa.
-Pues si – respondí – hoy es especial.
-¿Por qué – preguntó mi papá serio.
-Hoy Ash nos presentará a su nueva novia… es especial.
-¿Paso por ti?
-No papá, Paul me traerá.
Salí de mi casa y tomé el primer taxi que pasó. Estaba 15 minutos retrasada y conociendo a Paul me reclamaría como si de plano no hubiera asistido. Por todo el camino a su casa fui recordando nuestros más divertidos momentos juntos, y eran demasiados.
Pero también eran demasiados los recuerdos en los que Paul, Ash y yo peleábamos, y la mayoría de las ve ces por culpa del idiota de Paul que siempre salía con sus comentarios sarcásticos y yo le respondía, lo que provocaba un lio grande. Realmente solo lo lamentaba por Ash, ya que él siempre se veía entra la espada y la pared por nuestras tontas discusiones; así que el que ahora tuviera novia era algo bueno para todos.
Si fuera más sincera conmigo… debía ser capaz de admitir que una parte muy en el fondo de mi sabía que estaba enamorada de Paul.
Raro, ¿no?
Casi nadie lo sabía por el simple hecho de que siempre estaba con él, como siempre.
Siempre me expresaba de él de la manera menos dulce posible: idiota, cerdo, degenerado, pocos sesos… etc.
Y porque siempre, siempre Paul tenía novia. No podía estar más de una semana sin tener novia, zorra o como se llame cerca de él.
Realmente solo mi conciencia, mi almohada, mi subconsciente y yo sabíamos este secreto. Bueno, mi amiga May también lo sabía… pero nadie más.
-Gracias – dije al ajarme del taxi.
-Toqué el timbre un par de veces hasta que escuché unas pisadas fuertes acercarse. ¡Paul estaba de mal humor!
-'Vaya sorpresa! – me dije a mi misma con sarcasmo.
-¿Ya viste la hora? – dijo apenas abrió la puerta.
-Sí, son las 6:30 – respondí entrando.
-Ash está aquí con Serena desde las 5:55.
-¿De verdad? – dije sorprendida – pobrecita, 35 minutos viendo tu amargada cara… debo ir de inmediato a felicitarla por aguantar tanto tiempo.
-Chistosita.
Caminé rápidamente hasta encontrarlos en el jardín. Ash se veía nervioso y Serena se veía tímida.
-Hola – saludé sentándome a su lado – Serena, bienvenida al grupo.
-Ho… hola, gracias.
-Disculpa a Dawn – habló Paul – normalmente es más impuntual.
-Disculpa a Paul – le imité – normalmente es más… bueno la verdad siempre esta amargado.
-Chicos… - hablo Ash tratando de detener una posible pelea.
-¿Ustedes son novios? – pregunto Serena sonrojada.
-¿Quiénes? – preguntó Paul.
-Dawn y tú – respondió.
-El agua y el aceite jamás deben mezclarse – respondió Ash por nosotros.
-¿Por qué no? Hacen buena pareja…. Además siempre andan juntos en la escuela….
-¿Ya pidieron algo de cenar? – cambié de tema.
-Aun no – respondió Paul mirando a quien sabe qué y algo nervioso.
Después de que el idiota de Paul buscara el número de una pizzería, ordenamos algo grasoso para cenar. Paul sacó sus juegos de mesa que estaban más que llenos de polvo, ya que desde que él había conocido los videojuegos se había olvidado de los juegos de pensar.
-Hmp, realmente no recuerdo como era…
-Los videojuegos han consumido todas tus neuronas Paul….
-Te apuesto a que ni siquiera sabes que es una neurona – dijo burlándose de mí.
-Ehh chicos – trató de calmarnos Ash.
- ¡Cállate Paul!
-¿Y así quieres estudiar medicina?
-¡Qué demonios te importa! – dije alzando un poco más la voz.
-Además los videojuegos requieren pensar mucho.
-Pues no te ha ayudado mucho…
Creo… que ya llegó la pizza – escuchamos la débil coz de Serena entre las nuestras.
-Yo abro – dijo Paul levantándose de la silla.
-Yo te acompaño… iré por los platos – dije levantándome detrás de él.
Le seguí y entramos a la casa. Paul abrió la puerta y pasó al repartidor mientras yo iba a la cocina a buscar platos y vasos. Entró a la cocina y se puso a buscar todo por mí.
-No necesito que me ayudes…
-Lo sé – le respondí – pero necesitamos dejar a Ash y Serena solos…
-entiendo – suspiró – esto es complicado…. Ni siquiera sé qué decir.
-¿A qué te refieres?
-Me aburre… casi no habla…. Normalmente ahorita ya les hubiera propuesto que jugáramos algo o viéramos algo para variar…
-Esta vez no es igual, ahora esta Serena y bueno…
-Lo sé. Y ¿te imaginas cuando sean novios?
-Entonces nos quedaremos solos tú y yo – dije sonrojada mientras ocultaba mi mirada apenada de la penetrante de él.
-Si, al menos contigo no me aburro tanto.
-No seas egoísta – dije metiéndole un leve codazo – cuando tú has tenido novias nos dejas solos por irte con ellas.
-Pero eso ya es algo común en mi… esta vez estamos hablando de Ash, lo cual es extraño como lo mires.
Asentí y tomé los platos para salir de nuevo al jardín.
-¿Por qué tardaron tanto? – preguntó Ash.
-Hmp, Dawn tiene casi toda la vida viniendo a mi casa y no sabe donde están los platos – respondió Paul buscando una manera de evitar mencionar nuestra conversación.
-Lo olvidé – dije sonriendo falsamente – además Mary cambió todo el lugar.
-Hmp olvídalo.
El resto de la noche nos la pasamos conversando y jugando. Era una de las pocas veces que estaba acabando la noche sin haber jugado algún videojuego de Paul.
-Se siente extraño – asintió Ash cuando Paul mencionó el tema de los videojuegos.
-Realmente lo es.
-Vamos ya dejen de hablar de so… de vez en cuando es bueno convivir y solo platicar al aire libre.
-Lo dices porque eres una chica – dijo Paul – tu obsesión son las novelas y la nuestra los videojuegos.
-Supérenlo.
-Bueno, al menos ahora esta Serena y puedes platicar con ella cosas de chicas…
-Tienes razón, Ash – dije sonriéndole a Serena – cuando necesites un consejo o alguien a quien contarle algo… puedes contar conmigo – le aseguré a Serena.
-Lo mismo digo, Dawn.
-Aunque si yo fuera tu no le contaría muchos secretos… suele ser muy chismosa.
-Cierra la boca, Paul.
-Esto… ya me tengo que ir – dijo Serena.
-¿En serio? – Dije haciendo un puchero – Serena no me dejes sola con este par de idiotas…
-De hecho, yo la llevaré a su casa – dijo Ash sacando sus llaves del bolsillo de su pantalón.
-Hmp, yo te llevaré a la tuya Dawn.
-Bien – sonreí – entonces nos vemos mañana.
-Hasta mañana Dawn… Paul… gracias – de despidió Serena.
A penas Serena se fue ayudé a Paul a acomodar y limpiar todo el desastre que dejamos en su jardín.
-Mi mamá lavará eso… no te preocupes – dijo llevando una bolsa al basurero.
-Pero…
-¡Son las 11! Si no te llevo ahorita a tu casa tu papá me matará.
- Sabe que estoy con ustedes.
-La última vez se veía realmente molesto.
-Pero la última vez regresé a las 3 de la mañana y era sábado.
Paul sonrío y tomo sus llaves.
-Vámonos.
A penas entre a mi casa mi papá me miro extrañamente.
-¿Qué? – dije
-¿Has visto la hora? Creí que mañana tenías clases…
-Si tengo pero…
-¿Dónde estabas?
-¡Ya cállate! – Gritó mi mamá desde la cocina – Dawn mejor ya vete a dormir.
-Hasta mañana – le sonreí a mi papá.
Entré a mi cuarto rápidamente y me cambie de ropa. Realmente ya me sentía cansada después de esa larga noche.
Cuando me levanté por la mañana tuve que hacer todo rápido ya que para mi mala suerte me había quedado dormida.
-Afortunadamente es viernes – dijo mi mamá mientras me alcanzaba mi mochila en la puerta.
-Lo sé – respondí dándole un beso en la frente.
Salí apurada esperando que Paul ya estuviera en la esquina pero para mi sorpresa el estaba en la puerta de mi casa.
-Paul, ¿Qué pasa?
-Me imagine que te quedarías dormida. Anoche se paso tu hora de dormir.
-Eres muy gracioso – dije subiéndome al coche de Paul.
-Y… hoy Ash me llamó y me dijo que no pasara por él.
-¿Y eso?
-Creo que iba ir en su auto.
-¿De verdad?
-Iba a pasar por Serena – dijo en un tono algo enfadado.
-Eso lo explica todo.
-Hmp.
-¡Hay ya supéralo! – le regañé.
-Supera la palabra "supéralo" – se burló.
-Tsk gruñón, deberías estar feliz.
-¿Y eso porque?
-¡Es viernes! – alcé mis manos en señal de victoria.
-Lo que significa para mí: entrenamiento hasta las 5 de la tarde – suspiró.
-¡Qué fastidio! – dije haciendo una mueca.
-Como sea, te veo esta tarde.
-¿Donde?
-En mi casa, Ash también va.
-¿Irá Serena? – conociendo a Ash, no querría separarse de Serena ni un momento.
-Supongo.
Paul se estacionó junto al coche de Ash y bajamos rápido para llegar a la primera clase a tiempo. Cruzamos en silencio el estacionamiento esquivando a quienes se cruzaban en frente a nosotros.
-Tu club de fans – le dije a Paul cuando pasamos junto a una rara chica llamada Giselle y su grupito de amigas.
-Hmp, ahí está tu… tu único fan – dijo con una sonrisa burlona en la cara mientras señalaba a Kenny, un chico que desde la primaria quería que saliera con él.
-¡Jodete! – le dije a Paul enfadada.
-Sabes que es el único que te hace caso – dijo para fastidiar.
-No sé de que hablas… la única que está enamorada de ti es rara.
-¿Y? no está nada mal… al menos no es tan patética.
-Pero es extraña…
-Además – dijo deteniéndose pocos metros antes de llegar a nuestro salón – no es la única que está enamorada de mi.
Oh, oh – pensé - ¿a qué viene ese comentario?
-¿Y? – Susurré – no me digas que te aprovecharas de que le gustas…
-Tal vez – respondió sonriendo nuevamente de lado.
-Eres un…. – comencé a decir bastante molesta ya.
-¿Ya vieron la hora? – Escuchamos la vos de alguien que venía cerca de nosotros - ¿por qué no mejor caminan rápido en vez de pelear?
-Buenos días, Gary – dije sonriéndole.
-Buenos días, Dawn – respondió – Hey Paul, ¿Por qué no vino Ash con ustedes? – preguntó algo confundido.
-Esta con Serena – respondió Paul.
-Vaya, ¿es su novia?
-Hmp, ni idea.
-Son muy extraños – acepté.
-No, el extraño es Ash – aseguró Gary.
-Cierto.
Entramos a la clase de inglés y después de escuchar un largo sermón de la maestra acerca de la puntualidad nos sentamos en nuestro lugar que acostumbrábamos. Extrañamente Paul, Ash y yo siempre nos sentábamos atrás aunque Ash luego se quejaba de aunque no veía bien lo que la maestra escribía en el pizarrón.
Pero esa mañana, cuando finalmente nos dejó la maestra irnos a sentar, Ash estaba atrás con Serena.
-¿No nos guardaste lugar, inútil?
-Ehh… lo hice, pero Serena aceptó sentarse a mi lado y…
-Sólo hay un lugar – dije suspirando.
-Bien, entonces yo me sentaré aquí – dijo Gary sentándose en el único lugar disponible atrás – planeo dormir en lo que resta de clase, así que…
-¡Siéntense ya! – gritó Juniper, la maestra de inglés.
-¡Aquí hay dos lugares! – un grito nos hizo mirar al otro extremo del salón.
-¡Ni lo pienses! – le dije a Paul mirándolo asesinamente.
-No te matara sentarte a su lado, ¿o sí?
-No, pero…
-Sólo será por esta clase, además están casi frente al lugar de Ash…
-¡Me niego! – le dije enfadada de nuevo.
-¡Nos van a regañar si no nos sentamos ya!
Mire de reojo el único par de lugares disponibles y después al frente donde la maestra revisaba unos libros. Se veía bastante concentrada, pero seguramente solo le tomaría a lo mucho 5 minutos más y dejaría de leer.
-Bien – dije resignada.
Paul sonrió triunfante y al llegar a los lugares vacios se sentó de lo más relajado y orgulloso que podía verse.
Y yo, me senté resignada y molesta por haber perdido contra él y su estúpido poder de convencer a la gente.
-Hola, Paul-kun – dijo Giselle de forma irritante. Estaba segura que estar sentada a su lado no era lo peor que me podía pasar.
Y la verdad no estaba realmente concentrada en "yes" y "ok" más bien estaba distraída `por los constantes cuchicheos de Ash con Serena y Paul con Giselle.
-Demonios, ¿nunca se callan? – susurró Gary quien se despertó por los cuchicheos irritantes.
-Es Ash, no deja de hablar y hablar… - Serena casi no habla.
-Lo sé – suspiró – Y Paul con Giselle.
-Si – soné algo fastidiada.
-Hey, ¿estás bien?
-¿Por qué no estarlo? – dije confundida.
-Suenas enfadada.
-Solo tengo sueño – bufé.
-¿Es eso, o estas celosa?
-¿Celosa porque? – pregunté sorprendida por su teoría.
-Pues tus dos amigos ya tienen pareja… o tal vez te gusta uno de ellos.
BINGO
-Ni loca – dije aun confundida – los 2 son muy extraños.
-Vaya, ¿es eso?
-¿Qué mas podría ser?
-Pues…
-Bueno, entonces respondan la página 155 y me lo entregan el lunes – anunció Juniper-sensei.
En cuanto el timbre sonó me levanté de mi silla y guardé rápidamente mis cosas.
-Nos vemos, Paul-kun – dijo Giselle.
-Hasta luego, Serena – gritó Ash.
-¿Qué clase toca? – preguntó Paul cuando me alcanzó en la puerta del salón junto con Ash.
-Química – respondí sin mirarle. ¿Por qué no le preguntaste a la hueca de Giselle?.
-Creo que esta noche le preguntaré a Serena – suspiró Ash antes de sonreír extrañamente.
-Hmp, ya te estabas tardando.
-Dawn, tu eres una chica… - comenzó Ash.
-Ohm, ¿en serio? – le interrumpí.
-¡Daaaaaawn! Solo quiero saber tu opinión – dijo sonando desesperado.
-Sólo dile, estoy segura que le gustas.
-¿En serio?
-No le creas tanto – dijo Paul – recuerda que ella sigue soltera.
-Cierra la boca, Shinji – le grité – oh, perdón… Paul-kun – fije imitando la chillona voz de Giselle.
-Hmp, ¿Cuál es tu problema?
-TÚ eres mi problema – le grité antes de correr al refugio de las chicas… "el baño"
Me quedé ahí encerrada alrededor de 2 horas hasta que sonó el timbre de almuerzo.
Qué obvia me sentía. Estúpidos celos.
Salí del cubículo en el que me mantuve encerrada y saqué de mi mochila mi maquillaje para hacer desaparecer por arte de "magia" mi estúpida cara de desilusión.
Mi maldito problema es él – pensé mientras me ponía rímel en las pestañas – por ser tan "guapo" y que todas se fijen en él. Yo lo quiero a él solo para MÍ.
Me detuve apenas esos pensamientos los razono correctamente mi cerebro. No era un secreto que a mí me gustaba Paul. La única amiga mujer que tenía era May, una chica que estudiaba en otra escuela y a la única a la que le había confesado mis sentimientos hacia el idiota ese.
Salí del baño y corrí rápido a la cafetería.
-¿Dónde demonios estabas? – escuché la voz de Paul detrás de mí.
-Qué te importa – murmuré sin voltear a verle.
-Tuve que decirle a los profesores que estabas en el baño porque te sentías muy mal.
-Bueno, ahí estaba.
-¿Qué demonios te pasa?
-Cosas de mujeres – respondí.
-No me digas.
-Paul-kun – esa maldita voz chillona de nuevo.
-Oye – me detuvo Paul antes de que me quitara de ahí y me hizo que le mirara de frente – Giselle nos...
-No – dije antes de que termine y soltándome de su agarre. Ya tenía una leve idea a donde iba esto.
-Pero no te matara almorzar con ella.
-Sí que lo hará-
-No seas así – gruño.
-Ve tu con ella, yo iré con…
-Ash está con Serena – me interrumpió.
-Bien, iré con…
-No conoces a nadie más - se burló.
Me di la vuelta y caminé lejos de él lo más rápido que pude.
-¿A dónde vas? – me detuvo.
-A hacer nuevos amigos – respondí caminando aun más rápido.
Cuando me di cuenta, ya estaba sentada junto a Kenny. Y cuando pude ser consciente de verdad, ya estaba sentada en el salón también junto a él.
Cuando el timbre de salida sonó, ya estaba más que mareada con las historias raras de Kenny.
-Nos vemos luego – me despedí sonriendo lo más amable que pude.
-Hasta el lunes, Dawn – respondió.
Caminé hasta el estacionamiento viendo como Ash ayudaba a Serena a subir los libros al coche.
Busqué con la mirada el coche de Paul solo para verlo platicando con Giselle.
-Oye – me llamo en cuanto me vio - ¿vas con nosotros o con Kenny?
-¿Nosotros? – pregunté confundida.
-Te lo dije Paul-kun, ella seguramente querría irse con Kenny – esa maldita voz, ¿acaso ya me la estaba imaginando?
-Es mejor preguntarle – respondió Paul.
Giselle hizo una mueca y volteo la mirada a otro lado.
-Pues… no sé si…
-Ya vámonos – dijo Paul subiéndose a su auto.
Giselle abrió la puerta del copiloto y se sentó. Me quedé ahí parada con la boca abierta por completo.
¡Ese es MÍ lugar! – quise gritar.
¡Desde que conozco a Paul y sus papás le dejaron usar su auto… Ese es MI lugar!
-Hey, ¿Qué estás haciendo? – escuché que preguntó Paul mirándome a través de la ventanilla.
Seguí ahí parada y mire la puerta trasera. Realmente me sentía como una niña haciendo berrinche, pero…
-Pues… - tartamudee.
-Giselle, ese es el lugar de Dawn – dijo con la vista al frente.
Me quedé ahí, con la mano en la manilla y casi sin respirar.
-¿Ehh? Pero yo… - habló Giselle con un tono de voz confundido.
-En cuanto baje Giselle te subes rápido Dawn , ya perdí demasiado tiempo y debo regresar a mis entrenamientos.
Ahora fue el turno de Giselle de quedarse con la boca abierta. Bajó del auto y se sentó detrás. Me quedé helada como por 5 segundos pero al ver a Paul voltear la mirada hacia a mí, reaccione. Subí rápido al auto y me abroché el cinturón de seguridad. Observé a Giselle por el espejo retrovisor. Realmente estaba enfadada. Si pudiera, estoy segura que echaría humos de su cabeza, por su peli teñido cabello castaño.
Una parte en mi interior estaba gritando de entera felicidad y satisfacción. Giselle nunca ocuparía mi lugar, no ese lugar. Al menos no ese lugar en el coche de Paul, y en el de su corazón…. aun estaba por verse.
Hola a todos primero que nada esta historia me encanto y no pude aguantarlo le pedí permiso a su autora agelihatake y con su permiso pude adaptarla
Espero que les guste esta adaptación a todos, antes de despedirme díganme quieren que empareje a May con Brendan o con Drew ¿cual prefieren?
Ahora si me despido hasta la próxima.
