De vuelta con otro fic, no me maten, no he dejado el otro de lado, solo que la inspiración es caprichosa. Disfruten…

Dedicado a Anillus :)

MI AMOR HA SIDO ROBADO

CAPITULO 1.- La propuesta

Una joven pareja de rubios estaba pasando una romántica y divertida velada en ese restaurante francés que significaba tanto para ellos, el mismo donde había comenzado su relación.

– ¿recuerdas la primera vez que vinimos aquí? Estabas radiante, tu cabello caía como cascada por tus hombros y te veías hermosa a la luz de las velas-

-así que ¿bajo esta luz artificial ya no soy hermosa?- dijo una bromista rubia

-¡NO! No me mal interpretes, es decir, eres hermosa y tu…yo…bueno tu me entiendes-dijo el joven bastante avergonzado

-jejeje, descuida, me encanta cuando te pones nervioso. Dices muchas incoherencias- dijo la rubia mientras contenía su risa

-no me parece gracioso que te burles de mí Helga- respondió rodando sus ojos

-lo siento, no lo puedo evitar- decía mientras le sacaba la lengua causándole una sonrisa a su compañero, las acciones un tanto infantiles de helga eran tan tiernas frente a sus ojos.

De repente el joven rubio cambio su actitud, tomó la mano derecha de la rubia con ambas manos y con un tono de seriedad en su voz dijo sin pensar -Helga tengo algo muy importante que decirte, nos conocemos desde hace tiempo y desde que salimos no puedo sacarte de mi mente, todo este tiempo juntos ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida y bueno, me gustaría hacerte una pregunta- el joven se arrodilló frente a la rubia y de su bolsillo sacó una pequeña caja forrada de terciopelo, la cual abrió lentamente con manos temblorosas debido a los nervios, abierta la caja salió a relucir un hermoso anillo de diamante. El hombre se llenó de valor y continuó

-Helga Geraldine Pataki, ¿te casarías conmigo?-

¡Helga estaba totalmente boquiabierta! toda su vida había esperado que el hombre de sus sueños, el joven rubio que amó desde el primer instante en que lo vio le hiciera esa misma pregunta '¿te casarías conmigo?' y en todas sus alocadas fantasías su reacción siempre era la misma, gritos eufóricos, un 'si' entre suspiros, y en un arrebato del momento sujetarlo por los hombros para depositar un apasionado beso al rubio que tanto amó.

Toda la vida que planeo desde niña pasaba frente a sus ojos, su boda, su luna de miel, sus hijos, sus nietos, una vejez a su lado, tomados de la mano mientras se mecían en sus mecedoras gemelas mirando los atardeceres hasta que llegase el momento de descansar eternamente juntos. Todo eso que siempre deseó representaba el anillo que tenia frente a sus ojos, pero aun así algo se sentía terriblemente mal. Todos esos momentos que pasaron frente a sus ojos los deseaba vivir pero no con el hombre que ahora estaba de rodillas frente a ella.

-¿Helga estas bien? han pasado cinco minutos y aun no dices nada, ¿esa es una buena o mala señal? Además, todos en el restaurant están mirándonos ahora- dijo muy nervioso.

Helga salió de su trance solo para decir -¿ah? ¿Que dijiste perdón?

-bueno estaba diciendo que si te casarías conmigo Helga, te amo, desde el primer instante en que te vi- dijo un tanto dolido por la indiferencia de la rubia a tan importante acontecimiento.

-Martí eres increíblemente dulce y este último año a tu lado ha sido maravilloso- Helga ayudó a Martí a ponerse de pie e hizo que se sentara nuevamente para poder proseguir -pero me has tomado totalmente por sorpresa, no me esperaba una proposición justo en estos momentos. Sabes que estoy bajo mucha presión ahora, estoy trabajando en un proyecto muy importante para la universidad y sabes que debo ir a Londres mañana para arreglar los últimos detalles de la publicación de mi libro, tengo muchas cosas en la mente, lo siento mucho-

A pesar de contar con 21 años Helga había alcanzado el éxito a tierna edad, sus libros infantiles se vendían como pan caliente y sus notas en la universidad eran sobresalientes, incluso tenia ofertas para realizar maestrías en Europa al finalizar su carrera en Literatura y Poesía. Había obtenido todo lo que deseaba, era mas exitosa que su propia hermana, tenia la atención y reconocimiento que siempre deseo por parte de Bob y Mirian, la admiración de amigos y extraños, tenia un maravilloso hombre a su lado que acababa de proponerle matrimonio y aun así, allí, rodeada de toda esa gente, se sentía inmensamente miserable, algo le faltaba…

-te comprendo Helga, lo último que deseo es causarte más complicaciones- dijo Martí mientras agachaba la mirada, notablemente decepcionado

- de verdad lo lamento Martí, solo necesito tiempo para pensarlo-

-Helga, respóndeme algo, ¿te has imaginado una vida a mi lado? ...-

Por un momento Helga abrió la boca para proferir palabra -...- pero nada salió de sus labios, no podía inventar una mentira tan grande. Helga nunca había visto esta relación de la manera que Martí desearía. Cada vez que Helga cerraba sus ojos solo un hombre venia a sus pensamientos, el mismo con el que podría estar pasando este supuesto feliz momento, Arnold. Se sentía profundamente culpable, de verdad deseaba amar a Martí como él la amaba a ella, era un buen hombre y le remordía la conciencia que cada vez que lo besaba y abrazaba otro hombre estaba en sus pensamientos.

-mañana vuelo a Londres, regreso en 7 días, dame esa semana para pensarlo, regresare con una respuesta- dijo aparentando tranquilidad mientras sujetaba la mano del joven para darle seguridad

-esta bien Helga. Pagare la cuenta y te llevaré a casa, necesitas alistar todo para tu vuelo, no quiero ser la razón de que pierdas el avión o algo así-

Martí pagó la cuenta y llevó a Helga hasta su casa, fue un trayecto muy silencioso, después e un rato el rubio estacionó su vehículo frente al pórtico de los Pataki, todo era tensión en el aire y pasaron unos instantes sin decir una sola palabra, instantes que parecieron una eternidad, después de ese momento incomodo el apuesto joven dijo- permíteme abrirte la puerta cariño- Martí estaba por salir del coche cuando Helga le toma el hombro -escucha Martí lo que paso hoy...yo... lo siento, sabes que no he sido muy afortunada en el amor pero desde que entraste a mi vida me has hecho muy feliz, he sido verdaderamente feliz a tu lado, me has dado todo lo que he necesitado y yo te amo. ¿Lo sabes verdad?- Helga buscó los ojos de Martí en un intento de leer sus pensamientos, pero no consiguió ver sentimiento alguno.

-yo también te amo- Helga lo besó y después bajó del auto -te llamaré cuando vuelva de Inglaterra ¿de acuerdo?-

-de acuerdo, buenas noches amore mio- dijo por ultimo Martí antes de arrancar

Helga subió las escaleras de su pórtico y entro cerrando la puerta tras de si. Todas las paredes de esa ya vieja casona le recordaban su adolescencia al lado de Arnold, pero también las amargas noches donde sufrió tanto por él. Esa casa le enfermaba, creía que desde el día que se mudaría a la universidad esos malos recuerdos acabarían pero no era así, nada podía hacer, debía soportar lo mismo con cada verano.

Con pesadez en los pies Helga subió los escalones y el trayecto hacia su dormitorio le pareció eterno. Toda esta situación estaba carcomiendo sus nervios. Tenia dos salidas a esta encrucijada, aceptar la propuesta de matrimonio de un hombre que, de ante mano, sabia que jamás podría amar como amaba a Arnold o rechazar su propuesta y terminar una buena relación y una buena amistad, todo acabaría con Martí, que si bien no era un mal hombre no era Arnold. Sabia que si elegía la segunda opción las posibilidades de ser feliz eran casi nulas, quedaría sola para siempre porque el hombre con quien deseaba pasar el resto de su vida jamás le correspondería...

Helga entró a su habitación y cerró lentamente la puerta tras de ella, no quería despertar a sus padres pues era pasada la media noche, tomó el celular de su bolso y marco un numero a toda velocidad sabiéndolo de memoria.

-¿diga?-

-Phoebe, ¿estas despierta?-

-¿He...Helga? ¿Está todo bien? es media noche- dijo una adormilada voz tras la bocina del celular

-Phoebs necesito un favor, tienes que cancelar mi cita con la editorial de Londres, diles que me enferme y que no podre llegar mañana, que tengo malaria, Lupus, la enfermedad de la vaca loca o algo así-

-Dios mio, ¿estas bien Helga? ¿Algo te cayó mal? ¿Necesitas un doctor?

-estoy bien pero necesito aclarar unas cosas antes de ir a Londres, también necesito que cambies mi vuelo de mañana- dijo en un tono de tranquilidad para no alterar a su amiga mas de lo que ya estaba

-como quieras Helga, ¿cuando deseas marcharte?- dijo muy extrañada del comportamiento de su amiga, sabia que debía ser algo muy serio como para cancelar una reunión tan importante.

-necesito un boleto de avión para salir a primera hora a...- Helga hizo una pausa previendo la reacción de su amiga a lo que diría a continuación -a San Lorenzo- del otro lado de la bocina estaba tan silencioso que por un momento Helga creyó perdida la señal-...Phoebe? sigues allí, phoebs?-

-¿QUÉ DIJISTE? ¿A san Lorenzo Helga? ¿Estas consciente de lo que me estas pidiendo?

-si, lo estoy- dijo con el tono de voz mas determinado que Phoebe le hubiese escuchado decir -necesito ver urgentemente a Arnold…. Martí me pidió matrimonio...-

-Ya veo...y ¿que le respondiste?-

-que le daría la respuesta en una semana, justo después de volver de Londres-

-¿así que técnicamente irás a San Lorenzo a buscar a tu ex novio justo después de que tu actual novio te pide matrimonio?

-no lo digas así, me haces sentir culpable, es solo que necesito saber si...

-si él todavía te ama como tú lo amas- completo la frase la suspicaz asiática

-me conoces tan bien- dijo mientras meneaba la cabeza -Si, necesito saber si existe alguna oportunidad antes de tomar una decisión. Si me rechaza de nuevo yo...creo que tomare la oferta de Martí, es decir, él es un buen hombre, sé que a su lado seré feliz pero primero tengo que ver a Arnold aunque sea por ultima vez...- dijo entre suspiros

-entiendo, enseguida haré el cambio de vuelo, y Helga?

-sí Phoebs?

-¿sabes que te apoyaré en todo lo que decidas verdad?

-eres la mejor amiga que alguien tan loco como yo pudiera tener-

-lo se, buenas noches-

-descansa Phoebe, salúdame al cabeza de cepillo ¿de acuerdo?-

-de acuerdo-

Helga colgó el teléfono y cayó rendida en su cama. Con tantas cosas en la cabeza su mente era un caos. La vida es irónica a veces, de estar pasando una agradable velada una simple pregunta volteo de cabeza el mundo de la más joven de los Pataki para siempre.

Helga abrió uno de los cajones de su mesa de noche donde sacó un relicario algo empolvado con la foto de un rubio adolescente -por fin después de todos estos años lejos, nos volveremos a ver...mi amor- Helga llevó a su pecho el relicario y después de unos instantes se quedó dormida.

Mientras tanto en otra parte del mundo, Arnold estaba afuera de su cabaña mirando la noche estrellada de San Lorenzo mientras era acompañado por el arrullador sonido de la selva. En un largo suspiro dijo -noches como estas hacen acordarme de ti...Helga-

CONTINUARA…