XD ¡Hola! Aquí Shin Maverick con una nueva historia que de seguro no actualizará hasta la década que viene, poniendo a prueba su paciencia

(U.U) Ya sé que quieren lanzarme de todo, ya sean cosas o insultos :'I Pero en mi defensa, últimamente solo me da por dibujar :v Dibujar, dibujar, dibujar…

(U_U)9 Estoy aprovechando este pequeño subidon de adrenalina escritora ( :P AKA musa) para traerles una nueva historia XD No me culpen, mi abuelo me hizo ver la película 6 veces en un día, solo porque quería verla (._.) Pero cada que la veíamos siempre lo interrumpían y me dejaba viendo la película a mí solo :'I Solito :'v Con esos zombies lokishos con esteroides holliwoodenses que chasqueaban sus dientes pútridos y amarillentos mientras gritaban como nenas (X~X) Y ese aliento ¡Bwag!

v(U.U)v En fin, les dejo con esta obra cuyos personajes no me pertenecen
./ ¿¡Quién se anota para formar un sindicato y apoderarnos de Victorious!? :v El que acepte diga "¡Maverick Uhahaa!"


POV Tori

"¡Buenos días, gente! Aquí Steve Carson con un boletín informativo…" Buenos días mi abuela. Digamos que hoy no desperté de buen humor.

¿Por qué? Para comenzar me levante 20 minutos tarde, pues me la pasé estudiando todo el fin de semana y hasta la madrugada de hoy por un examen que aún no estoy segura si pasaré. Luego, ya apurada por todo el retraso me vengo a enterar por mi madre que Trina no puede ir porque se siente muy enferma y no puede llevarme ¿Pobre Tri? Pobre yo, que tengo que tengo que hacer el examen con nada menos que el subdirector Dickers como maestro, pues el que daba la clase regular estaba desaparecido ya hace unos días. El sujeto; Dickers, la trae contra mí.

También pregunté por papá, pero mamá me dijo que había salido temprano para atender una emergencia. Al parecer había una "situación" en una parte de la ciudad, así que lo llamaron temprano. Pude conseguir aventón con André, pero…

"… Y por ultimo, un embotellamiento en la Autopista 3 debido a un accidente. Se les recomienda a los conductores tomar rutas alternas…" Sí, así es. La autopista 3, justo en donde estamos ahora sin movernos.

– ¡Ash, genial! Gracias por no decirlo antes – Hablé a la radio, como si el sujeto de ahí pudiera oírme. Si hubiera dado ese boletín hace cinco minutos no estaríamos aquí ahora. Me crucé de brazos molesta.

– Vamos, Tori. Seguro llegamos a tiempo – Dijo André desde el volante. El auto de frente comenzó a avanzar. Mi amigo puso el suyo en marcha, pero antes de volver a ponerse detrás del que iba adelante, otro se le adelanto desde el carril de la izquierda - ¡Oh, vamos! – Comenzó a tocar la bocina, molesto.

Al dar un vistazo al reloj de la radio me di cuenta de que si me quedaba aquí no iba a llegar nunca, entonces decidí que lo mejor sería caminar.

– Eh, Tori ¿Adónde vas? – Preguntó extrañado él mientras me veía tomar mis cosas y abrir la puerta del copiloto.

– Gracias por el aventón, André. Pero tengo que llegar a tiempo hoy. Tengo un examen importante, y es obvio que así nunca llegaré, así que mejor camino. Gracias otra vez – Dije esto ultimo cerrando la puerta, sin darle oportunidad para tratar de detenerme.

La escuela está a unas cuatro cuadras, pero son largas, así que me queda largo el camino si quiero llegar a tiempo. Pero parecía que el universo estaba de malas hoy, y descargaba todo eso en contra mía, pues al terminar de caminar la primera cuadra me topé con inusual control militar ¿Enserio? ¿Justo hoy?

– Lo siento, señorita. No puede pasar – Me dijo amable, pero firme uno de los soldados que estaban en el puesto. Comencé a rogarle para que me dejara pasar, explicándole que tenía un examen importante, pues sino tendría que rodear la zona y eso me quitaría más tiempo del que ya no tengo.

– Por favor, señor. Déjeme pasar. Este es el único camino que me lleva a Hollywood Arts sin tanto retraso – Traté de explicarle a aquel hombre mientras los minutos corrían. Pude darme cuenta de que de lo único que soy consciente ahora es el tiempo, y lo rápido que puede correr cuando quieres que algo no pase, o lo lento que corre cuando lo quieres. Para mí: El primer caso.

– ¡Hey! ¿Estudias en H.A.? – Asentí algo extrañada por la pregunta – Es que mi hija también estudia allí. Acaba de ingresar hace poco. Quizás la conozcas, se llama Katherin – Sacó una foto de uno de los bolsillos delanteros de su chaleco y me la mostró. Una chica rubia de ojos como azul oscuro. Llevaba ropa casual que consistía en una combinación de azules claros y oscuros.

– Es muy guapa – Le dije al hombre frente a mí mientras veíamos la foto.

– Lo sé, es una gran chica. Quizás si la conoces sean amigas – Volteó a verme un momento como analizando algo. Luego me dio una pequeña sonrisa – ¿Sabes qué? Yo mismo te llevo hasta allá. Vamos, podemos ir en un Jeep. Llegaremos sin falta – Me dijo con una sonrisa aquel hombre, comenzando a caminar pasando las vallas de seguridad.

– ¡Gracias, gracias! De verdad se lo agradezco – No podía estar más agradecida. Fui detrás de aquel hombre hacia una Jeep de las que tenían allí.

– Tomaré prestada esta, Bill – Dijo a otro de los soldados que estaba cerca.

– Bien, pero trata de volver antes de que el comandante salga del hospital, o tú mismo vas a necesitar uno – Le dijo aquel soldado en broma a mi acompañante.

Hasta ahora me doy cuenta, el control esta a la entrada de un hospital, y más allá está el tráfico en el que dejé a André.

– Trataré. No quiero que el anciano me grite tan temprano en la mañana – Ambos se rieron de sus comentarios – Bien, eeeh… Cierto, jamás me dijiste tu nombre – Dijo poniendo la Jeep en marcha.

– Oh, soy Tori. Tori Vega… Señor –

– ¿Tori, eh? Es un lindo nombre. Y vaya la formalidad – Dijo sonriendo mientras se centraba en el camino, en el cual no había trafico a causa del control.

– Bueno, mi padre es oficial de policía. He visto como trata a sus superiores y esas cosas – Me encogí de hombros al asunto, y luego me acomodé un poco mejor en el asiento del pasajero.

– Ah, ya veo. Bueno, yo soy el Teniente Riggs. Es un placer, Tori. Perdona por haber sido rudo contigo al principio –.

– Oh, descuide. Sé que solo cumplía con su deber – Volví a hacer el mismo gesto de restarle importancia, mientras ya divisaba la escuela entre los edificios, y el control militar de este lado de la zona aislada. Iba a preguntarle cual era el porque de la presencia de ellos allí, pero entonces al llegar a la calzada de la escuela la campana de clases se escuchó desde donde estábamos – Bueno, ha sido un placer conocerlo, Teniente. Tal vez lo vuelva a ver a usted o a su hija pronto.

– Me daría mucho gusto, jovencita. Bien, cuídate. Y suerte con tu prueba – Me despedí con un "gracias" mientras me dirigía rápido a las puertas de la escuela.

Antes de entrar pude escuchar el sonido de un helicóptero. Me llamó la atención porque estaba volando bajo, y parecía que se dirigía a la zona del hospital. De hecho, es el segundo que veo, el primero fue con André en la autopista.

No sé por qué me formó un nudo en el estomago, como si algo fuera a pasar.

– Vamos, Tori – Agité la cabeza de un lado a otro para quitar ese pensamiento de mi cabeza, y comenzar a ir al salón que corresponde – Solo estás nerviosa por el examen. Eso es todo –


Nadie me hubiera preparado para lo que vino después ¿Qué pasó? Pues que Dickers jamás se presentó a hacer el examen. Tanto estudiar durante todo el fin de semana para que me dijeran a última hora que no venía. Es simplemente genial, ahora estoy con una gran cantidad de información que creo es la causa de que me duela tanto la cabeza, y un cansancio de los mil demonios por no haber dormido casi nada anoche anoche.

– Hey, Tori – Escuché que me llamaban, una voz que reconocí como la de Cat – ¿Pero que te pasó? ¿Un camión? – Se burló risueña una vez se sentó en nuestra mesa.

– Nada de eso. Estuve estudiando todo el fin de semana y en la madrugada para un *bostezo* examen… Dickers nunca llegó, así que – Me encogí de hombros – ¿Y los demás? – Le pregunté viendo a nuestro alrededor.

– Ya deben venir. Robbie y Rex están comprando el almuerzo, y Jade y Beck estaban "hablando" – Dijo la ultima palabra haciendo comillas en el aire con sus dedos.

– ¿Otra vez están peleados? – Volteé mis ojos con fastidio. Seguro iban a enredarme en esto, pues últimamente parezco ser la voz de la razón en su relación desde que volvieron.

– Nooo, Tori. Yo dije "hablando" – Dijo volviendo a hacer el gesto de las comillas.

– ¿Qué hay, chicas? – Llamó Robbie acercándose a la mesa con una bandeja de comida en una mano y Rex en la otra.

– ¿Qué dicen dos de mis nenas favoritas, eh? – Comentó el muñeco.

– Hola, Rob. Rex – Saludó Cat a los recién llegados. Por mi parte solo di un gemido mientras reposaba mi cabeza boca abajo en mis brazos, sobre la mesa.

– ¿Qué le pasa? –

– Dice que no ha dormido nada – Respondió Cat por mí.

– Um, Tori ¿Qué te mantuvo tan despierta hasta tarde, eeeh? – Preguntó el títere con un tono que hizo que levantara mi cabeza de su posición y lo viera desafiante.

– ¡Rex! –

– Estaba estudiando ¿Bien? – Dije con molestia por el cansancio que tenía – Creo que mejor será que vaya a esperarlos al salón – Tomé mi bolso y comencé a marcharme del lugar.

- Vaya que está molesta. Necesita un marido urgente – Escuché decir al títere en lo que me dirigía al interior de H.A., simplemente no le tome importancia y seguí mi rumbo al salón de Sikowitz. Con suerte mi loco profesor no estaría allí y podría descansar unos minutos antes de que comenzara con la clase.

Iba con paso perezoso hacia el salón, no me fijaba bien por donde iba. Solo tenía en mente llegar al salón y dormir un rato, por breve que fuera. Cualquiera que me viera pensaría que soy un zombie. Que disparate.

Tan desconcentrada iba que no me fije que una chica venía en dirección contraria hacia mí. Bueno, no es que ella hubiera hecho mucho para evitar el choque, pues estaba más ocupada atendiendo su llamada telefónica.

Al caer me jaló de un brazo, como tratando de no caer. Mala idea. Con lo que me quedaba de fuerza yo misma apenas y me mantenía de pie. Fuimos a parar al suelo; yo sobre ella, y su teléfono a un lado de su cabeza. Nos quedamos viendo un momento, cada una como estudiando los rasgos de la otra. Incluso me distraje un momento dándole mi atención a sus ojos azules. Así estuvimos hasta que finalmente una de las dos reaccionó.

– ¡E-Eh-Hey! Cuidado por donde vas – Dijo la chica poniendo sus brazos sobre mí para quitarme de encima. Le di una rápida disculpa y la ayudé a levantarse con algo de esfuerzo, pues con los tacones que traía puestos le era difícil ponerse de pie. Eso explica porque cayó tan fácil siendo yo la adormilada.

– Lo-Lo siento. Es que estoy muy cansada. Disculpa – Tomé su celular del suelo y se lo entregué – Creo… Creo que esto es tuyo – Al aparato se le había caído la batería. Esta había sido disparada un poco más allá del pasillo, dirección a la que iba antes de tropezarme con ella.

– ¡Diablos! Mi papá se pondrá histérico por colgarle – Dijo más para si misma mientras analizaba el teléfono e iba tras la batería.

– De nuevo me disculpo. No tengo la cabeza bien puesta hoy – Fui detrás de ella ya que se dirigía a buscar la batería, la cual convenientemente había caído a unos metros de la puerta del salón de Sikowitz..

– No te disculpes. Yo también iba distraída, hablando por teléfono sin fijarme – Comenzó a ponerle la batería, y rogó porque encendiera – Vamos. Funciona, porquería… ¡Sí! – Comenzó a marcar un número en las teclas. Probablemente con quien hablaba hace unos momentos.

– Por cierto, soy Tori – Extendí mi mano en forma de saludo, la cual ella recibió, mientras con su otra mano se sostenía el teléfono en su oreja derecha.

– Katherin – Dijo antes de tomar la llamada – ¡Hola!... ¿Papá? Sí, tuve un inconveniente… Sí, ya voy a salir, descuida… – Volteó un momento a mirarme, tomando pausa de la conversación con su padre – Disculpa, voy saliendo –

– ¡Oh, claro! Fue un placer –

– Igual, Tori. Espero verte otra vez – Se despidió y la vi marcharse por un pasillo a la izquierda.

Vaya mañana; primero despierto tarde, cansada, y sin transporte. Apenas pude llegar a H.A., todo para que no hubiera clases en el primer periodo, culpa de la ausencia de Dickers. Ese tropezón con esta chica hace un momento. Y ahora que lo recuerdo, tampoco desayuné. Ya lo dije, este cansancio me está matando. Resignada, entré al salón de clases. Ya era tarde para ir a comprar algo a la cafetería.

Al entrar, lo que vi me puso los nervios al mil por ciento, olvidándome de todo lo que me aquejaba.

– ¿Sikowitz? ¡Sikowitz! – Me acerqué rápidamente a mi maestro que yacía en el suelo del aula, convulsionando bruscamente - ¡Sikowitz, reacciona! – Le pedí mientras le daba con la palma de mi mano en sus mejillas - ¡Auxilio, por favooor!


(U_Ú) Esta historia, continuará…