Prólogo

N/A: Esta es la última parte del fanfic de Parker "Hold me in your arms" realmente es mejor leerlo primero, si no lo pueden encontrar pasenme sus correos y se los envio. La canción "Aprendiz" de A. Sanz la agregue yo, es que realmente me gusto para esa escena, ustedes que opinan? PD: A. Sanz es lo máximo!!

"¿Como estuvo la de-gnomización del jardin?"

Ron levantó la cabeza, dándose cuenta de que Diana le había hablado "¿Qué?" respondió, sonriéndole.

Los labios de Diana formaron un gracioso puchero mientras se recostaba en el respaldar de su silla, sus brazos cruzados sobre su pecho. "Te pregunté como te fue hoy con la de – gnomización" repitió ella ligeramente irritada. Ron, sin embargo, no notó el tono.

"Bien", respondió distraídamente, sus ojos observaban el menú que tenía en frente, pero sin mirar realmente nada. "¿Ya escogiste algo?"

Cuando un minuto entero pasó y ella no respondió, Ron levanto la cabeza una vez más para mirarla y se sorprendió al ver que Diana había girado su cabeza lejos de él, sus ojos abatidos mientras se mordía el labio inferior. Ron conocía esa mirada – era la que solía usar muchas veces con él cuando ella pensaba que su atención se encontraba en algo que no fuera ella. Antes él habría actuado rápidamente para decirle que el no estaba pensando en nada excepto en ella y haciéndose ver como un tonto para probárselo. Ahora, sin embargo, encontró el acto un poco infantil e inmaduro y, para ser completamente honesto, un poco fastidioso ¿Qué es lo que quiere?

"¿Algo anda mal?" dijo Ron por un lado, ahora, más que nada, sintiendose cansado y aburrido. Diana negó con la cabeza en una manera la cual Ron sabía que significaba que si, algo andaba definitivamente mal.

¿Que hacía el para enmendarse con ella antes, se preguntó, recostándose sobre el respaldar de su asiento. Si fuera Hermione, el podría decir algo para encender su enojo hasta que ella le gritara y le dijera exactamente que andaba mal. Merlin, era más fácil cuando se trataba de Hermione…

"RON!" Diana gritó, haciendo que los otros comensales en el concurrido restaurante muggle voltearan al verlos.

"¿Qué?" Ron dijo a la defensiva, mirándola directamente a los ojos.

Ella de hecho tuvo la audacia de recostarse sobre el respaldar de su silla y hacer su puchero una vez más. "Te estaba preguntando sobre la fiebre de tu madre", Diana dijo en un tono acusatorio y quejumbroso. "Pero no me estabas escuchando. Es como si ni siquiera estuviera aquí".

"Diablos" Ron murmuró, su mano derecha se introdujo en su bolsillo para sacar algunos billetes muggles que tenía, luego de dar un manazo con ellos sobre la mesa, hacienda que el candelabro de vidrio saltara. Arrastró su silla hacia atrás, se paró y se dirigió fuera del restaurante. Había tenido un largo día y realmente no estaba de humor para una de las noches de drama de Diana.

"¿A donde vas?" Diana inquirió detrás de él casi al mismo tiempo que el se detuvo sobre el pavimento.

"A casa" dijo, tratando de hallar la manera de soportar el Londres muggle. Por que Diana insistía siempre en traerlo aquí, nunca lo podría entender, pero en ese momento todo lo que quería era llegar a casa, regresar a su departamento donde el podría comer ranas de chocolate como cena y vegetar en el sofá. Quizás Hermione ya se encontraba en casa. Quizás podrían ordenar algo de comer y hablar. Esta semana con Diana parecía mucho más larga que solamente una semana, se dio cuenta, luego de encontrar la oficina de Hermione vacía este día, que la extrañaba terriblemente. "Es muy temprano para ir a casa" Diana indicó con voz suave.

"No he estado en casa desde…" Ron contuvo sus palabras. Quería decir "desde que regresaste" pero decidió no hacerlo. En el estado actual de la chica, podría simplemente comenzar a gritar en medio de la calle. Frustrado, quería jalarse el cabello. "Te llevaré de vuelta al Caldero Chorreante", ofreció casi entre dientes.

Sintió como es que ella caminaba detrás de él antes de que sintiera sus dedos en su espalda, ligeramente recorriendo un trayecto con la yema de sus dedos. Antes ese mero roce hacían que todo en él se encendiera; ahora realmente lo hacía rehuir. ¿Qué le pasaba hoy? Primero no quería salir con ella, ahora estaba reaccionando hacia ella como si sintiera repulsión hacía sus caricias.

"De ti aprendio mi corazon,

de ti aprendio mi corazon

y ahora no me reproches

que no sepa darte amor"

No tenía sentido para él. Diana era hermosa – más hermosa de lo que fue antes. Su frondoso, pelo rubio caía en ondas sensuales sobre sus hombros, enmarcando su precioso rostro en una forma que la hacían parecerse a una diosa etérea. Ella había escogido un sexy vestido de seda rosa con un chiffon para cubrirse – un vestido diseñado para desviar miradas y volver a un hombre loco. Hace un tiempo, Ron no habría pensado en otra cosa que complacerla hasta terminar la noche envueltos uno alrededor del otro, incluso se sentiría halagado de que ella se vistiera así para él. Sin embargo ahora él lo sabía perfectamente – ella no se ha vestido así para mi; sino para ser admirada por otros hombres y mujeres. Había visto suficientes pruebas de esto cuando entraron al restaurante esa noche y ella consiguió que las cabezas de personas de ambos géneros se voltearan a verla: admirándola, envidiándola, deseándola.

"Si, por favor, llévame de regreso" Diana ronroneó detrás de él, su aliento era tibio e incitante "La noche es joven y estoy segura de que hallaremos maneras para hacer que el tiempo pase…"

"Y ahora me duelen tus caricias

porque noto que tus manos

son cristales rotos

bajo mis pies"

Ron volteó, agarrando fuertemente el brazo de Diana y jalándola hacia un lado de la gente esperando para entrar al restaurante. Se pararon en frente de un callejón, la única luz provenía del alumbrado público y ocasionales taxis.

"Me haces daño," Diana chilló cuando se detuvieron. Ron soltó su brazo, pero el enojo era evidente en sus ojos.

"No más juegos," gruñó él, tratando de mantener su temperamento a raya. "He tratado de no preguntártelo por que tenia la estúpida esperanza de que me lo dijeras voluntariamente pero ya me cansé de esto. Que yo recuerde ni siquiera tengo que ser agradable contigo, por que tu me engañaste¿o no?"

"Me has enseñado tu

tu has sido mi maestra para hacer sufrir

Me has enseñado tu

maldigo mi inocencia y te maldigo a ti

maldita la maestra y

maldito el aprendiz"

Diana permaneció en silencio.

"Regresas y yo tiro todo a la borda por ti – mis planes, mi trabajo, mis amigos…" Ron apretó los puños aún más frustrado. "Estoy hacienda el papel de idiota otra vez por ti. Ni siquiera sabes el infierno que tuve que pasar luego de tu traición!! Incluso usé a Hermione…" Él se detuvo, incapaz de seguir con el pensamiento. "¿Para qué volviste¿Por qué estás aquí?" le inquirió.

Diana se quedo callada por un momento, luego sus hermosos ojos azules empezaron ha llenarse con lágrimas. La frustración de Ron se disipó, pero su enojo permanecía presente. El también era humano – y hombre, y con eso – no estaba hecho a prueba de las lágrimas de una mujer.

"Lo siento," Ron musitó, tomó un paso hacía ella. "No quise enojarme contigo. Es solo que… necesito saber…"

"Es mi culpa," Diana sollozó, volteándose y dándole la espalda para que no la viera llorar. "Se que no debí haber vuelto. No después de lo que hice. Me sentí horrible cuando te enteraste de lo mío y… y Julian"

Extrañamente, sus lágrimas solo lograron hacerlo sentir insignificantemente mal. Ron alargó su brazo de tal forma que su mano pudiera reposar sobre su hombro, pero reprimió la urgencia de hacerlo. Ya no importaba, por que Diana sintió su cercanía y volteó y voló a refugiarse en su pecho.

"Rompí con él tan pronto como me di cuenta que no era lo que buscaba en un hombre," explicó entre sollozos. "El no era delicado, ni siquiera agradable conmigo. El me quería por que era hermosa, no era más que un trofeo para él. Ron, el siempre estaba molesto conmigo, hallando defectos y faltas en mi. El no era como tu…"

"Por supuesto que no lo era" Ron señaló. "No me habrías engañado con él si fuéramos iguales".

"Sigues molesto conmigo, lo sé, y tienes todo el derecho de estarlo," Diana dijo suavemente, su sollozo abatido. "Regresé por que pensé que quizás podría salvar lo que tan descuidadamente tire a la borda. He ganado sabiduría"

Ron también la había ganado suficiente como para creer en sus palabras endulzadas. "Yo también he ganado sabiduría. Tú me hiciste de esa manera. Francamente hablando, no confío en ti." Diana bajó su cabeza. "Pero," Ron añadió cuidadosamente, "También he aprendido mucho en estos años como para dejarme dominar por la ira. Lo menos que puedo ofrecerte ahora es mi amistad"

Diana levanto su cabeza y lo miro directamente a los ojos. "¿Solo amistad¿Como la que tienes con Hermione?"

Ron negó con la cabeza. "Lo que tengo con Hermione es mucho más de lo que tu y yo podremos alguna vez tener en muchas vidas," respondió en tono duro.

"Escuché algo sobre ustedes dos justo después de que me fui…"

"No sabes nada sobre nosotros así como los demás," Ron dijo a la defensiva. "Mi amistad con Hermione es mucho más valiosa para mi que cualquier mujer en el mundo, y ella me ha probado su lealtad más de una vez, lo cual es más de lo que puedo decir de… otros." Retrocedió, alejándose del cuerpo de Diana. "No quiero que digas o pienses algo malo de Hermione. Ella fue la única que estuvo a mi lado cuando tu te fuiste"

"Quiero ser tu amiga si así me aceptas," Diana murmuró, mirando directamente a los ojos de Ron nuevamente. "No soy tan tonta como para desperdiciar la oportunidad que tan generosamente me ofreces. Después de lo que hice, se que ni siquiera merezco tu amistad" Ella avanzó hacia él, una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios. "Me encantaría ser tu amiga, Ron. Mucho"

Ron suspiró por la enésima vez en la noche y asintió con la cabeza, aceptando su amistad. Su sonrisa floreció y lanzó sus brazos alrededor de los suyos; ningún trazo de lágrimas era evidente en su hermoso rostro. "Muy bien, amigo¿puedes llevarme a mi casa?," preguntó de pronto otra vez. "Sólo hasta la puerta, luego te puedes ir" añadió ella rápidamente.

Ron solo encogió los hombros y empezó a caminar con el brazo de ella envuelto en el suyo.