Theme; Bad Day / Midorima Shintarou / Not pairing
Disclaimer: Kuroko no basquet no me pertenece, escribo por mera diversión sin fines de lucro
Advertencia: Posible OOC.
Suspiró pesadamente, de esos suspiros que salen desde el pecho con desgano y tan solo por salir ya que no representaba ningún alivio a su persona.
¿Mal día? No realmente, no lo hubiera sido por lo menos de no ser por 'ese' detalle.
Desde la mañana temprano, al ver el horóscopo más específicamente, supo que los astros hacían un complot en su contra, como pocas veces, pero lo hacían al fin y al cabo. ¿Por qué? Por el item del día
Y entonces -Solo entonces.- se maldijo a si mismo por ser tan obvio con dichos objetos. Por esa razón, cuando llegó a la escuela sin presumir orgulloso algo extraño, la curiosidad fue sembrada en todos.
Takao revoloteándole de allá para acá, curioso de saber que era y por qué lo ocultaba, sumado a su mal sentido de ocultar las cosas y a sus compañeros contagiados del ánimo exhalado por parte de quien poseía vista de halcón no eran buena fortuna, ni poca.
Siendo aquello suficiente razón, a su parecer, en cuanto se descuidaron se excusó con el director y salió temprano; prefería mil veces que el capitán lo riñera luego a que se terminaran enterando de 'eso'.
Aunque tampoco en la comodidad de su casa se sintió seguro. Cualquier primate lo primero que habría pensado sería en tirarlo a la basura, pero él no era estúpido -o eso pensaba, más bien la paranoía pudo con él.- ¿Qué tal si alguien llegaba y, por azares del destino, buscaba en la basura cualquier banalidad? Terminaría encontrándose con 'eso'.
Fue por ello que, luego de asegurar todos los objetos peligrosos, y por si las moscas hacer un pequeño fuerte de almohadas sobre su cama, corrió al patio trasero, haciendo gala de su habilidad para lanzar balones al fingir que 'aquello' lo era y lanzarlo lejos, tan lejos que nadie lo podría culpar.
Seguro dios se reía en ese instante, instante en que, al mismo tiempo, un sobre intacto de la marca más presigiosa de condones cayó en la cara de un peatón mientras Midorima se ocultaba tras su infantil fuerte. Aún no se terminaba el día, mejor prevenir que lamentar.
