HOLA HOLA! SI, aquí estoy otra vez! Si, si, ya sé que la historia de antes os gustaba pero tengo que volver a re-editarla porque tenia unos faltorros y había muchas cosas que no me gustaban. Como por ejemplo el caracter de Hinata, se me hacía demasiado "bruta" para ella. Que aquí tal vez lo siga siendo, pero un poco menos y solo cuando se enfada :P

Seguirá siendo la misma historia, solo que mejor escrita e intentaré que con menos faltas :P

Espero que no os moleste que la vuelva a re-editar. Es para mejor, os lo aseguro!^^

A lo de siempre...los protas pertenecen a Kishimoto, yo solo hago con sus protas historias...muy bonita jeje

Pensamientos

Flash back

-...- consersaciones

En fin, bienvenidos de nuevo a...

LOS RUMORES DE HINATO


En una pequeña aldea, tres personas y un gran perro corrían y saltaban de rama en rama atravesando el bosque para ir a parar a un gran campo repleto de hierba fresca y verde.

-Hinata-chan! Detente!-gritó un chico moreno apoyándose sobre sus rodillas, intentando recuperar el aliento.

La chica de largos cabellos entre negro y azulados, recogidos en una coleta alta, se volteó y sonriendo a su amigo, le gritó.

-Ya estás cansado Kiba-kun?-

-Por supuesto que no!-se quejó éste sentándose en el suelo cubierto de verde hierba. En realidad si lo estaba, pero prefería no decirlo. Y como no estarlo, si llevaban todo la tarde corriendo. Un perro blanco grande como un león ladró a su lado, dándole a entender que comprendía a su amigo.- solo…cogemos fuerzas!, verdad que si, Akamaru?-el perro ladró, apoyándole.

-Hinata, tomémonos un descanso.-dijo otro chico moreno de ojos marrones tirando a verde dejándose caer al lado de Kiba, cansado y respirando agitado.

Hinata sonrió al ver a sus amigos agotados. Se acercó caminando, con las manos unidas tras la espalda y se paró ante ellos. Respiraban agitados y realmente parecían cansados. Hinata pensó aprovecharse un "poquito" de eso.

-Si con eso pretendéis convertiros en ninjas… -y se cruzó de brazos y miró a un lado, fingiendo que estaba molesta-no tenéis aguante.-

Kiba entrecerró la mirada sobre la chica.

-Perdónenos, su majestad por no aguantar las más de tres horas que hemos estado corriendo-respondió Kiba. Shino sonrió y observó a su amiga, que tímidamente sonreía.

-Está vez os perdono-dijo Hinata, sentándose.-pero recordad que la heredera Hyuuga necesita a dos protectores que no se cansen al primer kilómetro- Akamaru se acercó a ella y se sentó a su lado, esperando por sus caricias. Hinata sonrió y le acarició el lomo.

-Lo que usted diga, hime-sama-Hinata le miró, frunciendo el ceño.

-Kiba!-exclamó, frunciendo el ceño- sabes que no me gusta que me llames así-

-Lo sé-respondió él, sonriendo

-Y entonces porque lo haces?-murmuró mirándole enfadada. Kiba se encogió de hombros

-Es divertido- Hinata infló sus mofletes. Odiaba que le llamaran así. Y es que por ser solo la heredera de unos de los más grandes clanes de la aldea, todo el mundo se le dirigía con gran respeto, haciendo reverencias en cuanto la veían. Eso la molestaba. Ella no era especial para nada. Solo poseía el byakugan, que como cualquier ninja, era igual de poderoso. El problema era, que ella, al ser una chica, no podía utilizar ese poder. Por qué? Porque a las chicas les tenían prohibido ser ninjas.

-Estúpida ley-murmuró molesta. Kiba y Shino sonrieron, sabiendo lo que pensaba.

-Nee, Hinata-chan. Creo que es hora de que vuelvas-dijo Kiba, mirando al cielo anaranjado-tu padre se enfadará con nosotros si ve que aún no has vuelto-

Ella bufó, frustrada. Esa era otra cosa que le molestaba. Y es que al ser la heredera, tenía siempre una hora para volver a casa, aunque muchas veces desobedecía esa orden, no porque ella fuera una rebelde ni nada, solo era que se lo pasaba muy bien con sus amigos. Y es que, aunque su padre no lo supiera, Kiba y Shino le enseñaban técnicas ninjas, entrenaban con ella, peleaban contra ella. Esos sin duda, eran los mejores momentos.

-No quiero…-murmuró ella, acariciando ahora la barriga de Akamaru. Sonrió al ver como movía la pata al rascarle.

Shino miró a su amigo y éste sonrió. Shino se inclinó hacia delante.

-Hinata-chan, te apetece ir a cenar?-preguntó Shino. Ella le miró y tras eso sonrió. Asintió, feliz de poder esta un rato más con sus mejores amigos.

Los tres se alzaron y buscaron un restaurante donde quedarse a comer. Cenaron en una paradeta que preparaba ramen y tras eso, acompañaron a Hinata hasta su casa.

-Gracias por acompañarme-les sonrió, sonrojada.

-no es nada-dijo Shino

-Nosotros somos los protectores de la princesa Hinata. No podemos dejar que nuestra Hime-chan ande sola por estas calles oscuras y solitarias-

-Kiba-kun!-exclamó molesta dando una patada al suelo. Se volteó y entró en al jardín de su casa. Los dos la observaron, sonriendo hasta que ella llegó a la puerta y se giró, sonriéndoles de nuevo.-Hasta mañana!-gritó y se adentró en la casa.

Shino y Kiba se quedaron unos segundos mirando por donde había desaparecido Hinata.

-Crees que deberíamos habérselo dicho?-preguntó Kiba, mirando a su amigo

Éste solo se volteó y empezó a caminar, Kiba, con las manos tras la cabeza, le siguió.

-Sabes lo que habría pasado si se lo hubiésemos dicho-respondió Shino, al rato.

Kiba suspiró.

-Mañana partimos hacía la academia ninja de Konoha- murmuró-un año no?-y sonrió de lado-se me va a hacer eterno.-

Shino siguió mirando al suelo, con las manos en los bolsillos.

-Yo también la echaré de menos-murmuró y Kiba al oírlo, sonrió.

-Nos haremos los ninjas más fuerte, y de esa forma, la protegeremos-

Shino asintió, porque Kiba y él eran los mejores amigos de Hinata, sus hermanos, sus protectores…

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Mientras en la mansión Hyuuga…

Hinata se encontraba en la gran bañera de su casa, tarareando una canción.

-Señorita Hyuuga, la cena está casi lista-dijo una sirvientas tras la puerta

-Gracias, ahora voy-respondió ella. Agarró la toalla y salió del agua. Se la lió al cuerpo y se encaminó a la salida, al pasar se vio reflejada en el espejo y se detuvo. Frunció el ceño. Su cuerpo se había desarrollado demasiado para tener solo 16 años. No es que tuviera los pechos muy grandes, pero…ese tamaño muchas veces le molestaba, sobre todo cuando entrenaba con Kiba y Shino. Y su cuerpo? Tenía amplias caderas, vientre plano, piernas blancas y largas y unos pies pequeños. Suspiró y miró su cara. Era blanca, con los ojos grandes, bordeados por abundantes pestañas y ojo blancos, mucha gente los comparaba con la luna, eso a ella le sorprendía un poco, porque para nada era como dos lunas, pero si la gente te halagaba no podías más que agradecer. Nariz pequeña y respingona, labios carnosos y rosados…

-Sin duda soy una chica de pies a cabeza-y suspiró de nuevo. Cuanto le hubiera gustado a ella ser un chico. Un chico como Kiba o Shino, o como su primo. Alto, atractivo, fuerte, ninja. Suspiró de nuevo, le hubiera encantado ser chico.

-Nee-chan! sal del baño que vamos a cenar!-gritó su hermana pequeña Hanabi abriendo la puerta del baño.

-Hana-chan!-exclamó, sonrojada. Apretando la toalla. Hanabi sonrió.

-Porque te sonrojas si solo soy yo, no voy a hacerte nada indebido.-y sonrió con malicia-a no ser que Kiba y Shino ya te hayan…-

-No!-se sonrojó al completo-Hana-chan que…-

-Se lo voy contar a papá- y salió corriendo, llamando a su padre.

-Hana-chan! n-no cuentes mentiras!-y salió corriendo tras su hermana-papá no creas nada de lo que dice…! PAPÁ!-

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Al día siguiente…

-Que…-murmuró sorprendida Hinata.

-Sí, lo siento Hime, supongo que al tonto de mi hijo se le habrá olvidado decirte.-dijo una mujer, mirando preocupada a la chica-mira que es distraído! En cuanto vuelva juro que…-

-G-gracias-murmuró ella, haciendo una reverencia y saliendo corriendo. No podía ser cierto, ellos no podían haberla dejado. No podían.

Fue a casa de Shino y les contó lo mismo. Ella agradeció y caminó cabizbaja por las calles calurosas de su aldea. Se detuvo bajo un árbol, en el campo donde siempre entrenaban y se dejó caer.

Kiba y Shino se había ido a la academia ninja de Konoha. Y ya no volvería a verlos…escondió su cabeza entre sus piernas y cerró los ojos con fuerza, evitando llorar. Sabía, sabía que este día llegaría. Un día ellos tendrían que marcharse para convertirse en ninjas, y ella lo comprendía pero…no quería estar separada de ellos. Los amaba. Quería estar con sus amigos. Ellos eran un gran soporte para la vida tan difícil que llevaba.

-Porque habéis tenido que marcharos…-murmuró alzando su cabeza y mirando el verde pasto-porque no me lo dijisteis…-

Ellos no le habían contado que se iban a marchar, porque? Tantas ganas tenían de irse que ni siquiera se habían acordado de ella. Frunció el ceño, molesta.

-No les costaba nada contármelo-y bajó una mano y empezó a arrancar la hierba. Que se pensaban, que me pondría a llorar? Pues claro que no, soy una chica fuerte, una ninja, una persona muy importante y yo…yo casi nunca lloro….muy pocas veces….algunas veces…quizá muy a menudo, pero eso no es importante ahora! Ellos son mis amigos! Porque no me lo dijeron!

Se alzó de la hierba y caminó por el gran campo, dejar de pensar en sus amigos. Por una parte estaba molesta, porque ellos no se lo habían comunicado, pero por otra…sabía que estaba algo equivocada, ellos seguro no habrían querido decírselo por no verla llorar, porque seguro que habría llorado., pero solo en la despedida nada más.

-Devuélveme eso!-gritó un niño a otro al cual le arrancaba una pala de jugar-no vuelvas a tocar mis cosas, niño!-y salió corriendo

-No soy un niño!-gritó el otro. Hinata se acercó y se agachó.

-Estás bien?-éste secándose las lágrimas, asintió y cuando alzó la cabeza se sorprendió.

-H-hime-sama…- Hinata le sonrió.

-Llámame solo Hinata-y le acarició la cabeza-no me gusta que me llamen así-éste asintió, sonriendo-dime, que te ha pasado? Ese niño ye ha golpeado?-

Negó.

-Siempre me molesta-y miró por donde se había ido este-y siempre me dice qu-que parezco un niño, pero es solo porque... porque mi cabello se enredó con la rueda de una bicicleta y, y tuve que córtamelo-la miró y Hinata se sorprendió.

-Eres…una chica?-preguntó, a lo que esta sintió ganas de llorar-N-no llores. Es cierto. Si eres una chica muy guapa.-La niña de cabello cortito la miró, con ojos brillosos, ella sonrió y le acarició la cabeza-no te preocupes por el cabello, porque volverá a crecer-

-De veras?-Hinata asintió

-Y cuando lo tengas muy largo, le mostraras al chico ese lo bonita que te ves-

La niña sonrió y se alzó del suelo al escuchar a su madre llamarla.

-Gracias him-Hinata-sama-le hizo una reverencia y se retiró, despidiéndose de ella mientras corría hasta su madre y le contaba sobre lo que había estado charlando con ella. Hinata se alzó y sonrió, recordando que de pequeña a ella le había pasado exactamente igual.

Ahora me dejé crecer el cabello pero…y le pasó tras la oreja y de repente una idea cruzó su mente. Una idea muy loca, pero que tal vez podría funcionar si lo hacía bien y con cuidado, podría funcionar bien.

Fue corriendo a su casa, agradeció que solo estuvieran sus sirvientes porque pasó corriendo hasta el baño. Suspiró al no verse vista. Se acercó al espejo y se puso por delante el largo cabello, herencia de su madre. Lacio y de color entre negro y azulado. Un color algo raro, pero que ella admiraba mucho. Abrió el cajón y sacó unas tijeras. Se volvió a mirar al espejo y suspiró.

-Lo siento mamá, juro que después de esto no volveré a cortarlo nunca más-y tras eso agarró todo su cabello y de un tijeretazo, lo cortó. Una gran melena cayó al suelo y mientras ella se arreglaba para que pareciera lo que buscaba, sentía que sus ojos se llenaban de lágrimas. Le encantaba su cabello.

-Lo siento…-sollozó y se mordió el labio.

Cuando dio el último corte se miró al espejo y suspiró. Su cabello ahora lucía muy corto, casi como cuando lo tenía de pequeña, con sus dos largos mechones a cada lado. Dejó las tijeras y se agarró al lavamanos.

-Me voy a convertir en un ninja-dijo mirándose sería-voy a romper esa regla inútil que impide a las chicas ser ninjas-y sonrió-vas a estar orgullosa de mí, mamá-

Fue a su habitación, agarró lo que parecía más importante, ropa de su primo y la guardó en la mochila. Una vez lista, cogió papel y lápiz y escribió.

Me voy a casa de la tía Shizuka un tiempo, ella me enseñara a como ser mejor heredera y a saber comportarme. Volveré…en cuanto me vea preparada.

Os quiero

Hinata Hyuuga

Tras eso, dejó la nota sobre la cama y salió sigilosa por la ventana, esquivando a los guardias. Cuando estuvo lo bastante lejos de su casa, se volteó y la miró.

-Volveré pronto…y convertida en ninja. Lo prometo-tras eso y con una sonrisa, corrió hacía la salida. Le esperaba un mundo nuevo y emocionante.

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Al día siguiente…

-Así que a partir de ahora esta será nuestra academia. Parece un palacio-comentó Kiba junto a Shino observando lo grande que era esa academia, con sus grandes terrenos. Volteó a Shino-no te recuerda a la casa de Hinata?-

Shino sonrió y asintió.

-Entramos?-

Kiba asintió. Hoy empezarían las clases para convertirse en buenos protectores.

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Y en ese mismo sitio, un poco más alejado…

Hinata se aflojó la corbata de su enorme uniforme, nerviosa y asustada. Por su lado, delante, detrás, por todos los lados venían chicos, altos, bajos, anchos, muy delgados…Hinata empezó a asustarse. Como iba a sobrevivir ella entre tanto chico?

Tragó duro. No, ahora no se iba a arrepentir. Se iba a convertir en una ninja. No se asustaría de nada, ni de nadie, ni…

-Perdón-dijo un chico que pasó corriendo por su lado y que le golpeó el hombro. Ella se lo tocó, adolorida.

-Se nota que son chicos-murmuró y tras mirar la enorme escuela, se adentró en ella, segura de lo que iba a hacer.

Veréis cuando me convierta en ninja. Voy a cambiar el mundo!

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Y justo por dónde pasaba ella, un grupo de chicos , alejados del tumulto de estudiantes que entraban a la escuela, los miraban pasar.

-Son muchos-dijo un chico, sonriendo, sentado sobre una rama de un árbol. Ese era Lee, uno de los compañeros de cuarto curso.

-Todos novatos que no tienen ni idea de a lo que viene-dijo un chico, molesto, de ojos azules y cabello rubio vestido, a su manera, con el uniforme de la academia. Su nombre era Namikaze Naruto, uno de los mejores ninjas de esa academia. Justo ahora empezaba cuarto curso junto sus amigos.

-Cuando tú entraste los que estarían aquí pensarían lo mismo- dijo un chico a su lado, sentado en el suelo, un chico moreno de ojos marrones con una coleta sobre su cabeza.

Naruto rodó los ojos, a veces su amigo Shikamaru podía llegar a ser molesto.

-No hay diferencian entre ellos y tu -dijo un chico de cabello azabache y ojos negros como el carbón.-Tenéis la misma mentalidad infantil y absurda-

-Teme…-siseó Naruto mirando de mala manera a su amigo-rival-hermano. Le quería, pero a veces…muchas veces le odiaba.

-La ceremonia va a empezar.-dijo Lee bajando del árbol. Ellos empezaron a seguirle mientras se dirigían al gran gimnasio. El timbre se oyó y una vez todos estuvieron dentro del gimnasio, las voces de los chicos dejaron de oírse y un silencio sepulcral se formó; Un profesor se colocó ante todos, dando la bienvenida a los nuevos estudiantes.

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Hinata miró a su alrededor, intentando encontrar a Kiba y Shino entre tantas cabezas. Sonrió al verles unas filas más adelante.

-Vas a estarte quieto o no?-dijo un chico, molesto al ver que no paraba. Hinata, frunció el ceño.

Que maleducado.

-No te molesto-respondió ella, con la mejor voz de chico que encontró. Éste alzó la ceja y ella pensó que ya lo había hecho mal.

-Me estas contestando, pequeño-Hinata quedó boquiabierta. Como que pequeño? Ella no era para nada pequeña. Podría medir su metro cincuenta y cuatro, pero de ahí a ser llamado pequeño. NI Kiba ni Shino la había llamado nunca así.

-Oye, acaso te he insultado yo? Pues no, así que déjame en paz y no vuelvas a llamarme pequeño-y se volteó, cruzado de brazos y molesto.

Quien se creía ese chico para tratarlas así.

Sus amigos se voltearon y sonrieron, con el que había discutido, le agarró por el cuello del uniforme.

-Pero que...-

-Pequeñajo, si no lo quieres pasar mal este curso, más te vale disculparte.- y sonrió-nosotros somos de segundo-

Hinata les miró y se soltó molesta de su agarre. Los compañeros que estaban a su alrededor, les miraron, pasando del aburrido discurso de bienvenida.

-Acaso necesitas de tus amigos para defenderte-respondió Hinata volviéndose a poner bien en uniforme-si lo que quieres es asustarme con eso, jamás lo harás-

Y dio un salto atrás antes de recibir un golpe que iba dirigido a su cara.

-Ven aquí-le ordenó el chico acercándose, abriendo paso entre los chicos. Hinata entrecerró la mirada sobre él. No quería empezar el colegio de esa forma, pero ese chico…necesitaba su merecido.

-No me da la gana-respondió cruzándose de brazos. Más de la mitad de los estudiantes ya se habían volteado y el profesor les llamaba.

El chico se lanzó contra ella, pero Hinata lo esquivó agachándose y provocando que cayera al suelo. Los de alrededor rieron.

-Oigan! Ustedes dos!-llamó el profesor des del escenario.-deténganse ahora mismo!-

Pero el chico volvió a alzarse y a arremeter contra ella. Hinata paró un golpe que iba a su cara, agarrando su puño. El chico acercó su rostro y le sonrió.

-Eres fuerte para lo pequeño que eres-

-No soy pequeño!-exclamó dando la espalda al chico, girando su muñeca y levantándolo en aire para tirarlo al suelo. El chico se agarró la muñeca, adolorido mientras HInata le observaba, molesta-tengo un nombre y es Hinato-

-Es de primero?-preguntó Lee, mirando sorprendido al chico de cabello azulado- es bueno-

-Solo ha sido suerte-respondió Naruto mirando también la pelea.

Sasuke y Shikamaru observaron silenciosos al chico.

-usted! Venga aquí ahora mismo!-gritó un profesor agarrando a Hinata del brazo y tirando de ella. El chico se alzó del suelo, mirando de mala manera a Hinata.

-Pe-pero yo no empecé!-exclamó, sonrojándose al ver que era el centro de atención- oiga…-

El profesor la subió al escenario y la sentó junto con los profesores, como castigo. Ella, la verse delante de tanta gente, se sonrojó aún más y bajó la cabeza, empezando a jugar con sus dedos.

No puede ser, no puede ser, no poder ser….

El profesor siguió con el discurso y cuando terminó, ella recibió su reprimenda por su actitud.

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En cuanto llegó a su habitación, cerró de un portazo y se tiró a la cama, agarrando la almohada y gritando. Cuando se relajó, se quedó así, con la cara escondida en la almohada. Se volteó y miró a techo. No había empezado con buen pie. Acababa de entrar y ya llamaba la atención.

Esto no puede ser Hinata, a partir de ahora, debes tener más cuidado. No vuelvas a meterte en más peleas.

Se levantó y empezó a desvestirse, lo primero que tendría que hacer es deshacer su mochila,

pero antes, se quitó la chaqueta del uniforme, la camisa blanca y la corbata y por último la tan apretada venda que ocultaba sus pechos.

Suspiró en cuanto se vio libre de esa venda que le cortaba en aire. Se levantó para coger una camisa ancha de su primo en su mochila, cuando la puerta de su habitación se abrió.

-Buenas! Me llamó Kiba y que...rí…a…mos in…vi…-pero las palabras se le quedaron en la garganta, sus ojos se abrieron de par en par y su rostro se sonrojaba. Shino, tras él, se sonrojó.

Hinata sintió que se moriría en ese momento y su rostro se sonrojó, recordando que estaba sin nada de ropa encima

-PERVERTIDO!-gritó golpeándole en la mejilla y girándose mientras se abrazaba.

Kiba se alzó del suelo, sorprendido.

-Eres…tú eres…-ella se abrazó más, sonrojada.

Shino cerró rápidamente la puerta, mirando antes que nadie hubiera escuchado ese grito.

-Una chica?-y la miró de abajo a arriba. Sus pies descalzos y pequeños, el pantalón del uniforme grande, su blanca espalda, su cabello corto entre azulado y negro…-una chica?-volvió a repetir-eres una...una chica?-

Shino rodó los ojos y se acercó.

-Claro que es una chica, memo. Tiene p…-y se sonrojó-lo es-

-Por favor! Marchaos-suplicó Hinata

-Q-que haces aquí?-quiso saber Kiba-que hace una chica…en una academia solo para chicos?-

-Marchaos!-volvió a repetir ella. Porque tenía tan mala suerte. No solo había llamado la atención antes si no que ahora encima la descubrían Kiba y Shino. Sin duda, había empezado con mal pie…y también lo terminaría- por favor…-sollozó.

Y a Shino algo le pareció conocido, su voz, esa voz…

-Que es lo que haces aquí!-interrumpió Kiba, molesto, pero todavía sonrojado-Que no sabes que no puedes estar aquí! Si alguien se da cuenta de que…-

-No!-gritó ella volteándose, ellos voltearon el rostro al ver que ella se descubrió. Hinata volvió a abrazarse, sonrojada-no-no digáis nada! Por favor!-

-Pero eres…-la miró de reojo, pero volvió a mirar a un lado-eres una chica! Las chicas no pueden estar aquí. Está prohibido.-

-Por eso me hago pasar por chico! Por favor, no digáis nada!-y cerró los ojos, sintiendo las lágrimas asomar sus ojos.-por favor…yo solo…quiero convertirme en ninja…-murmuró y entonces Shino abrió los ojos de par en par.

-Hinata…?- Y kiba miró a la chica. Ella bajó la cabeza, sonrojada.

KIba se acercó a ella, incrédulo. No podía ser ella. Hinata no podía ser. Se plantó ante ella y le alzó la cabeza, la soltó lentamente, sorprendiéndose. Esa cara, esa nariz, esas pequeñas y diminutas pecas sobre su blanca piel. Observó sus ojos, eran de un color azul oscuro. No esa no era ella. Sus ojos eran blancos, no podía ser ella, simplemente era imposible.

Hinata volvió a bajar la mirada, avergonzada y mordiéndose el labio.

-Hime-chan..?-

Ella miró a un lado, frunciendo el ceño.

-Sabes que odio que me llamen así-respondió ella y Kiba quedó boquiabierto. Sin duda alguna, era ella. Hinata Hyuuga, la heredera al clan Hyuuga.

-Hinata…que…-y apretó sus puños, Shino lo vio y volvió la mirada a Hinata. Estaba en su derecho de enfadarse-que haces aquí Hinata!-exclamó agarrándola por los brazos.

-Kiba…-

-Sabes la estupidez que acabas de cometer!-la soltó y caminó por la habitación, agarrándose el cabello. Hinata le miró.

-Lo siento-

-Porque estás aquí Hinata?-preguntó Shino , también enfadado con ella, cosa que Hinata notó e hizo que bajara la cabeza

-Yo…vosotros ya…-

-Ahora mismo vuelves a casa-dijo Kiba agarrando sus cosas. Hinata se alarmó.

-No kiba-kun! Espera!-y se abrazó a él, por la espalda-no sigas! Por favor-

Kiba se sonrojó al notar los pechos de Hinata en su espalda, pero borró esos pensamientos y siguió recogiendo.

-Por favor KIba! No quiero irme, por favor no…-

-Sabes lo que dirá tu padre cuando sepa lo que has hecho?-preguntó Shino y ella abrazó más a KIba

-Por favor Kiba! Yo quiero quedarme aquí! Quiero convertirme en ninja! Por favor! Deja que cumpla mi sueño!-y apretó más el abrazo.

Kiba se detuvo y sin mirarla, respondió.

-Hinata, has pensado acaso en la locura que estas cometiendo? Has pensado en el peligro al que te sometes estando aquí? No, no puedo permitir eso-

-POR FAVOR KIBA!-sollozó ella impidiendo que él se moviera-n-no quiero irme…-Kiba sintió que su espalda se mojaba, apretó sus puños-quiero convertirme en ninja…quiero estar con vosotros…se lo prometí a mamá…le prometí que cambiara las reglas… por favor! Por favor…-sorbió su nariz-dejadme quedarme por favor, Kiba…Shino….por favor!-y enterró su cara en su espalda, intentando no romper a llorar.

Ninguno de los dos dijo nada en un rato, mirando, sintiendo y oyendo como Hinata hipaba por aguantarse las lágrimas.

-maldita sea…-murmuró Kiba pasándose la mano por la cara, agobiado-Hinata, deja de llorar-

Ella así lo hizo, frotando la cara contra la espalda de Kiba. Éste bufó.

-Solo te diré una cosa. No estoy de acuerdo con esta locura, así que si algo te pasa o si llegan a descubrirte no iré a ayudarte, me oíste?-Hinata asintió y apretó más el abrazo. Kiba volvió a bufar-que es lo que he hecho para merecer tal castigo?-le apartó los brazos y ella se abrazó, cubriéndose el pecho. Él la miró, frunciendo el ceño-me has oído no?-ella asintió de nuevo- no pienso venir a ayudarte, así que…no vengas a suplicarme nada-y pasó por su lado y salió del cuarto. Hinata sonrió en cuanto él se fue. Eso significaba que Kiba la dejaba quedarse.

-Porque has hecho eso Hinata?-preguntó Shino, acercándose-sabes que es muy peligroso quedarse aquí-

Ella le sonrió.

-Quiero convertirme en ninja Shino. Y me da igual lo que tenga que pasar para serlo. Se lo prometí a mamá y eso es lo que voy a hacer.-y bajó la cabeza, sonriendo-me convertiré en ninja…

Shino suspiró y acarició su cabeza, Hinata alzó la mirada, sonrojada.

-Pues yo haré lo que sea para proteger a esta princesita tan imprudente que nos ha tocado por heredera-

Hinata sonrió y se lanzó a sus brazos. Shino la abrazó, sonriendo.

-gracias-murmuró ella apretando el abrazo-gracias Shino.-

-Me alegra volver a verte-dijo él. Hinata se separó y le miró, feliz. Sintiendo que tenía los mejores amigos del mundo. Se puso de puntillas y besó la mejilla de Shino. Éste se sorprendió, pero también se sonrojó alg,o mientras ella volvía a abrazarlo.-Hiinata…creo que será mejor que te vistas-y ella abrió los ojos, sonrojándose.

Se separó y abrazó.

-Tienes razón-y buscó una camisa de su primo. Shino se volteó mientras ella se vestía.

-Cierra la puerta con pestillo cada vez que vayas a cambiarte-dijo él-no hagas imprudencias innecesarias…como las de antes-

Y ella se sonrojó.

-Es que ese chico la tomó conmigo y…-se supo la camisa y le dijo a Shino que ya podía voltearse.-me llamó pequeñajo-frunció los labios, sentándose en la silla de su escritorio.

-Está bien que quieras defenderte, pero ten cuidado a quien eliges como contrincante. No estás del todo preparada para una pelea de verdad-

-Sí que lo estoy! No has visto lo de…-pero se calló al ver la mirada de advertencia que daba Shino-está bien, tendré más cuidado-

Shino revolvió su cabello y ella le alejó la mano, molesta.

-Te queda bien el cabello de esta forma-y sin más comentario que ese, salió de la habitación.

Hinata se levantó y se miró en el pequeño espejo que había en su habitación. Sonrió, mirándose el cabello.

-Gracias chicos-murmuró-juro que no os meteré en problemas-

CONTINUARÁ


Sin más que decir. Merezco RR'S? :p

Nos vemos en el siguiente cap!