Holaaa! Aquí estoy de nuevo… con un fic de Beyblade que todavía no tiene mucho sentido… ¬¬ Entonces… espero que les guste.

Aquí Kai tiene 19 años, y los demás bladebreakers (que aparecerán en capítulos siguientes) son todos un año menos.

Aclaro: "hablan"
'piensan'


No puedo

Prólogo: Es imposible decir que no

Vestido con su típica chaqueta azul, pantalones oscuros, su pelo del mismo color se movía lentamente acompañando sus pasos. Los ojos carmín se fijaron en la nada, y su mano izquierda, que usualmente sostenía el lanzador en la batalla, fue golpeada con la derecha.

Kai caminaba solo, como siempre. Estaban a mitad del torneo, esta vez en Alemania, torneo que se realizaba año por año en diferentes partes del mundo.

Ahora salía del estadio. Había perdido. No era lo más común para él, pero aún así sus compañeros no habían presentado ninguna queja. Durante el break de media hora el chico había decidido descansar un rato, afuera. Necesitaba pensar… cuando no?

'Demonios… me venció. No debía ser así. Ray ganó su parte… pero yo perdí la mía. Ahora le toca a Tyson definir esto. Demonios.' Pensaba el chico, mientras sin darse cuenta su paso se veía interrumpido por un hombre mucho más alto que él, de contextura robusta, que caminaba por el mismo lugar pero en dirección opuesta.

"OH! Pero que espléndida consecuencia! Es increíble que ambos recorramos los mismos lugares." El hombre hizo referencia al pasillo en que se encontraban. Era un poco inhóspito, esa parte del estadio se encontraba en construcción, entonces estaba fría, el olor a cal y el polvillo se sentían por todas partes. "Así que… nuevamente me encuentro ante el famoso Kai Hiwatari, el joven que se reveló contra su Queridísimo Abuelo Master Voltaire, que tenía toda su vida, cada centavo, dedicada a él! No es maravilloso, joven Kai?" (n/a: Centavo es la moneda argentina que representa un décimo del Peso, que es igual a 3 dólares)

"Ahh que demonios haces tú aquí!"

"Por Dios! Es esa la manera de recibir a tu viejo entrenador?"

"Creí que estabas muerto! O.. al menos preso."

"Verás, no lo estoy. Ahora Kai, te importaría acompañarme a tomar una pequeña taza de café?"

"Por qué lo haría?"

"Verás… necesito hablar ciertas… "Cosas" contigo, mi querido y joven aprendiz." El hombre mostró una sonrisa maliciosa.

"Nunca, Boris, olvídalo. Venir aquí fue una pérdida de tiempo!" el joven dio media vuelta, para salir del frío lugar lo mas pronto posible.

"Eso crees Kai. Eso crees."

Por más que no quisiera, sus pies actuaron por su cuenta. "Qué dijiste?" apenas se volvió sobre su hombro para mirar cuando se encontró cara a cara con… ese blade "ah!- se sobresaltó.- No caeré otra vez en tus sucios trucos!"

"No es un truco.- el rostro de aquel hombre cambio la expresión en un segundo para volver a la previa al segundo después. -Al menos déjame explicarte de qué se trata."

"E..esto ya me pasó una vez. Y… no sucederá de nuevo. Me voy… Boris."

Pero el hombre ya se había dado cuenta de la inseguridad en las palabras del muchacho. "Aguarda. – lo detuvo. – obsérvalo bien. No notas… alguna diferencia?"

"eh?" Kai miró detalladamente el objeto negro. "sí, la hay… pero… cual?"

"bien… tu Queridísimo Abuelo Master Voltaire se tomó el delicado y arduo trabajo de perfeccionar al Black Dranzer. Su poder, como buen sabes, es directamente proporcional al de su dueño, cierto? – Kai asintió, queriendo saber de qué se trataba. Perfección… - Ahora, -prosiguió el Entrenador, - no sólo el poder del blade aumenta cuando mejora el beyluchador, sino que el poder de la persona también crece si mejora la Bestia Bit. No es genial, Kai?" concluyó, la sonrisa maliciosa nuevamente formándose en sus labios.

"Yo… bueno… s… sí, lo es. Pero a mí eso no me interesa!" refutó el chico.

"Que lástima. Pero no te preocupes, Brooklyn se verá complacido de tomarlo en tu lugar."

"Brooklyn?"

"OH, claro. Olvidaba mencionarte que… se ha convertido en uno de los mejores beyluchadores… y… lo estoy entrenando yo sólo."

"Es mentira. Tu mismo me dijiste que yo era el único que se entrenaría bajo tu seguimiento!"

"Si, lo recuerdo bien. –Boris sonrió triunfal.- pero… si tú no quieres ser el mejor…"

"Quien dijo que no quiero serlo!"

"Oh, tu mismo, joven Kai. El rechazo a la bestia Bit más poderosa del mundo es el rechazo a ser el mejor…"

"NO! Yo…"

"Descuida, Kai. Brooklyn estará agradecido de tu indiferencia." El hombre dio media vuelta y empezó a caminar, aunque de conocer al menor, sabía que…

"E… está bien!"

"Qué fue lo que dijiste, Kai?"

"Acepto… al Black Dranzer."

"Estás seguro?"

"Completamente. Sólo para mí. Y Brooklyn no se entrenará bajo tu seguimiento."

"Entonces, es un acuerdo?"

"si… es… un acuerdo." El chico pegó la vuelta, y no llegó a dar un paso que una vez más fue interrumpido.

"Kai?"

"Si?"

"No olvidas algo?"

"Black Dranzer. Dámelo."

Boris negó con la cabeza. "Recuerdas cómo se hacen los pactos, conmigo?"

"E… e… eso creo." Contestó aterrado. Sus manos comenzaron a temblar, así como su voz.

"Perfecto, entonces? Quieres el blade, ven a buscarlo, y sellemos el pacto."

"Es… todo por esto, verdad?"

"Cómo dices, Kai! No es así. Sabes bien que quiero lo mejor para ti, sabes que quiero que consigas tus sueños."

"pero…"

"Sabes que es la única manera en la que estoy dispuesto a pactar contigo, verdad?"

"Lamentablemente… sí."

"Bien. Ahora dime, Kai. Quieres al Black Dranzer para ti solo?"

"…"

"…o… puedo dárselo a Brooklyn?..."

"Lo quiero." Kai se acercó a Boris, y se paró sobre unos escombros para quedar a su altura. Los ojos violáceos se encontraron con los carmín de aquella inocente alma… La respiración de Kai aumentó rápido, y después de cerrar fuertemente los puños y tragar saliva, acercó su boca a la del hombre y pegó sus labios con los de él.

La sensación era más fea aún que lo que podría ser imaginarlo. Kai sabía que de otro modo no conseguiría a la Bestia Bit, y también sabía que no podía permitir que OTRO, más siendo Brooklyn, consiguiera la Atención Especial de su Entrenador.

Las manos del mayor rodearon prontamente la cintura del chico, que hacía un esfuerzo enorme permitiendo que su boca fuera abierta y explorada… por la lengua del hombre que marcaría sus pasos en un futuro cercano.

El beso no terminó pronto, pero tampoco duró tanto como Kai pensó. Después de todo, aún podía vivir con eso.

"Bien… dame el Black Dranzer."

"Pacto hecho. Aquí tienes."

"Nos vemos luego."

El chico salió de la habitación dejando atrás la risa maliciosa de un hombre manipulador, victorioso.

Odiaba esa risa… pero más odiaba que le quitaran lo que era suyo. Y Boris, hasta entonces, era SU entrenador especial, y KAI era SU favorito. No podría dejar que… otro ocupara ese lugar. Por más que fuera el lugar más horrible del mundo.


Bueno! Aquí termino el primer capítulo, mejor dicho el prólogo. Espero que les vaya gustando, o al menos interesando esta historia.

Por favor, les pido que dejen reviews. Es muy importante para mí su opinión, así me inspiro y la continúo pronto.

Nos vemoos!

Erika.