Autora: Nynia
Clasificación: PG-13
Disclaimer: Todos los personajes de Hogwarts, como ya han de saber, son propiedad de J. K. Rowling y de la Warner, yo solo los utilizo inescrupulosamente para matar el aburrimiento
Advertencia: Este fic es Slash, es decir, se basará es una relación chico/chico; si te disgusta este tema pues estas invitad@ a irte y buscar otra cosa. No estoy de humor para que me critiquen por algo como eso
N.A.: Estoy harta de las historias felices! No todo en la vida es color de rosa!!! Estoy pasando por una situación familiar desastrosa y decidí descargar mi situación con mi pobre teclado; quizás para cuando publique este fic ya me haya tranquilizado un poco, pero aun así espero que comprendan el porque lo hice así.
La pareja es Harry/Draco, no malogro ninguna sorpresa al ponerlo porque desde un principio se da así, y si es que está confuso, quiere decir que logré mi cometido; todo se explicará a su tiempo. No será una historia larga... 4 capítulos a lo mucho. Y la verdad me importa muy poco si carece de sentido o no (en estos momentos no me importa casi nada) pero aun así apreciaré que si no les gusta omitan sus comentarios *destructivos* ya que si no estarán colaborando al aumento en la ola de suicidios que se viene dando (*Perú*) y no podrán tener su conciencia tranquila en mucho tiempo *suspiro*
Eso es todo... Gracias
- LONGBOTTOM!!!! - Snape gritó furioso - 50 puntos menos para Gryffindor por hacerle estallar su caldero en la cara al Sr. Malfoy!!!!!
Ese había sido el comienzo de todo.
Capitulo Primero
Estaré ahí
Draco Malfoy se encontraba durmiendo placidamente en una de las camillas de la enfermería.
Hacia solo unos días había tenido un accidente en clase de pociones y no habían despertado desde entonces; su estado era preocupante, todos los medios habían sido probados y ninguno había dado un resultado satisfactorio, si bien no corría peligro nadie entendía bien el porque de su inconciencia lo cual había sembrado un total desconcierto en todo el profesorado. Por otro lado la enfermera había adquirido la costumbre de pasearse disgustada de un lado a otro de su despacho, incapaz de hallar una cura, y se las ensañaba con aquel que osara entrar herido a su enfermería. La tensión era total.
Lo peor era cuando te cruzabas con algún Slytherin por los pasillos. Molestos por el echo de que un estúpido Gryffindor incompetente hubiera puesto fuera de combate al que consideraban su líder había originado un considerable incremento en las hostilidades entre ambas casas. Los Gryffindors tenían que andarse con cuidado a toda hora, sobre todo con cierto profesor que parecía querer erradicarlos a todos del mapa; Severus Snape.
El jefe de la casa Slytherin estaba de especial malhumor desde el accidente. Incapaz de ocultar su frustración ante la perdida (que la mayoría esperaba fuera definitiva) de su estudiante predilecto, se pasaba cada una de las clases bajándole puntos a los leones por el simple echo de existir; pero sobre todo al pobre de Neville que parecía a punto de desmayarse cada que el profesor de pociones se dirigía a él.
Pero había una persona a la cual parecía afectarle más. En la sala común de Gryffindor un moreno alto de ojos verdes se encontraba sentado apartado del resto, mirando con nostalgia las llamas que se deslizaban sobre los leños de la chimenea. Había pasado ya una semana desde el accidente de Malfoy y Harry se sentía mas preocupado de lo que hubiera preferido estar.
Casi se le había parado el corazón cuando aquel día, tras escuchar el estrepitoso sonido de un caldero estallando, había volteado para encontrase con la figura de Draco desmayado en el duro suelo de piedra, con un pequeño hilillo de sangre resbalándole por la frente. No sabia bien el porque pero había sido el primero en estar a su lado tratando con presteza la herida que le había causado la fuerza de la explosión, negándose rotundamente a alejarse de el aun después de las miradas asesinas que la había lanzado su profesor por esto.
No le había dejado permanecer en la enfermería después de haber dejado al inconsciente Draco en esta y mucho menos le había permitido verlo después de que descubrieran lo precaria de su situación. Desde aquel día Harry sentía la angustia crecer sin medida en su pecho ¿Qué le podía haber pasado a Draco para que terminara en tal estado? Según el profesor Snape la poción no era peligrosa en lo absoluto, y Madame Pomfrey aseguraba y aseguraba que el golpe que el Slytherin tenía en la sien no era el causante de nada. En otras palabras, ni Snape, ni Poppy, ni Dumbledore, ni nadie podría hacer algo por el momento.
Y mientras tanto El-niño-que-vivió se consumía poco a poco en la desesperación.
La relación con Draco nunca había sido buena. Hacia solo un año que había tenido su primer "encuentro" y desde entonces todo había sido, desacuerdos, gritos, peleas y "reconciliaciones"; nunca habían formalizado nada y ambos se sentían mejor así. Pero ahora que Harry sentía que podría perder a su arrogante Slytherin por siempre, se había dado cuenta de la falta que le hacia. Inconscientemente había comenzado a tratar a todos de una forma desagradable, como lo haría el mismísimo Malfoy, centrando generalmente toda su frustración en su regordete compañero de cuarto, el cual ya llegaba a tenerle el mismo pavor que al propio Snape.
Hermione y Ron había pretendido hacerlo entrar en razón, tratando de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, intentando convencerlo de que no valía la pena; y es que ambos lo sabían, es decir el porqué de la actitud tomada por su amigo, la astuta bruja lo había descubierto hacia unos meses, razón de mas para que pusieran aun mas empeño en cambiar su actitud.
Nada habían logrado y se limitaban a mirar resignados mientras Harry poco a poco se iba ganando la antipatía de sus compañeros; el lado Slytherin de Harry había ganado la batalla.
Aquella noche un pelicular escalofrío había recorrido la espina de Harry antes de irse a dormir, como si alguien le observase. Sentía una atmósfera pesada en el dormitorio de 7° curso, cada uno de los objetos en el ambiente circular le parecía hostil y desagradable, le instaban a abandonar el lugar, a irse de ahí; ya no era bienvenido, nunca más lo sería y Harry sintió que perdía lo último que le quedaba. Sin embargo algo más surgió, una sensación calida, reconfortante, una sensación conocida pero que había podido experimentar en muy pocas ocasiones. Una sensación que a pesar de ser como una suave caricia le heló el alma
- ¿Draco? - su voz fue un susurro, casi un sollozo al imaginarse que podría significar aquello
- ¿Harry? ¿Qué sucede? - la somnolienta voz de Ron se dejo escuchar desde la cama vecina, aquella voz que ya nunca significaría lo mismo para él
El ojiverde ignoró la pregunta mientras se levantaba de la cama y con desesperación escrutaba en cada rincón de su dormitorio. No había nadie más a parte sus compañeros y aun así sentía aquella calidez embriagadora que solo había sentido junto a su amante.
- Draco!!! - no le importó haber gritado, ni mucho menos el que alguien pudiera haberle oído, solo le importaba llegar lo mas rápidamente posible a la enfermería de la escuela.
Estaba descalzo y los pies comenzaron a entumecérsele por la frialdad de los pisos, la sensación glacial de la piel contra la dura piedra a aquellas horas semejaban a miles de cuchillas incrustándose en el suave tejido sin piedad. Pero aquello no le importó. Siguió corriendo hacia su destino, pasando en la cara misma del profesor de guardia quien a gritos le ordenaba detenerse. Y no lo hizo.
Su mente solo estaba para un pensamiento y una voz, una voz que no había dejado de repetir su nombre incesantemente, tan real, tan vivida como si aquellos finos labios le estuvieran susurrando en el oído; podía escuchar su nombre pronunciado de aquella manera que solo el rubio tenía.
"¡Harry!"
Un susurro
"¡Harry!"
Un llamado
"¡Harry!"
Una suplica....
*¡Draco!!!*
El camino hacia la enfermería se le hizo una eternidad, pero al fin estaba ahí. Olvidándose de cualquier protocolo o formalidad echó la puerta abajo casi sin notarlo, despertando a unos cuantos paciente que lo miraron asustados; pero el no les prestó atención, tenia la vista fija en su dragón que dormía en total paz bajo un halo de luz de luna, dándole un aire etéreo, rozando lo fantasmal. Sus cabellos platinados parecían hechos de aquella misma luz enmarcando un rostro níveo, perfecto, cuyo único color radicaba en sus labios rosa, aquellos labios que para Harry eran una delicia con sabor a menta; tan frescos y reconfortantes como lo era su portador. (Cuando este estaba de buen humor claro)
Aterrorizado por la visión, deslizo las cortinas con brusquedad y furia, evitando que aquella luz siguiera invadiendo algo que el consideraba suyo; respirando aliviado al notar la apariencia de Draco, ahora tan humana como le gustaba recordar, nada de apariciones ni espectros.
- ¡¿Pero que pasa aquí?! - la enfermera entró a la estancia lívida, despertada por el escándalo de la puerta al caer - ¡POTTER!!!
Ignorando por completo las amenazas de la mujer Harry se arrodilló junto al Slytherin, aun escuchando a su voz llamarle; tomando una pálida mano entre las suyas... estaba tan fría....
Los heridos que se encontraban en la habitación y la enfermera lo miraron atónito mientras acariciaba con dulzura la frente del otro, al parecer inconsciente de sus presencias ahí, dándole toda clase de atenciones al chico inmóvil en la cama. Acaso Harry Potter, el chico predestinado a vencer al Sr. Oscuro tenia alguna especie de relación con el hijo del mayor partidario de este, eso explicaría el porqué había insistido tan reciamente a verlo los últimos días y se había encargado el mismo de traerlo a la enfermería tras el accidente, sin permitir que nadie mas lo tocara.
- ¿Draco..?
La voz del joven llenó la estancia, había tanto dolor en esta que le partió el alma escucharlo
- Potter.... - su voz sonó en un tono maternal que nunca se imaginó poseer - vuelve a la cama, él estará bien
El Gryffindor negó con la cabeza, la mirada fija en el rubio, sus labios moviéndose pero sin llegar a articular palabra alguna. Su lamentable estado conmovió a la mujer
- Harry - dijo pasándole un brazo por los hombros - debes volver a la cama
- no puedo dejarlo.... se sentirá solo....
- Harry...
- ¡¿QUÉ NO ENTIENDE?!!! - Los ojos del Gryffindor se fijaron en los de la mujer tras él, había furia en ellos, una ira que nunca se imaginó poder encontrar en un joven como Harry - ¡EL NO QUIERE QUE ME VAYA!!!!! ¡Y NO LO HARÉ!!!!!
La enfermera sobresaltada por la reacción del chico retrocedió varios pasos mientras el resto de pacientes se tapaban por completo con sus cobijas, templando bajo estas, conocedores de la nueva costumbre del Gryffindor de salirse de control y temiéndole a esta.
"Harry..."
El moreno suavizó su expresión mientras volteaba nuevamente a ver al chico dormido, comenzando a hablarle en susurros, acariciando su rostro, su cabello, sus labios...
Era enfermizo, Madame Pomfrey estaba horrorizada de la situación en que se encontraba Harry, temió por la salud mental del chico que, pudo notar, ya bastante deteriorada estaba.; y se sintió tentada de llamar a algún especialista inmediatamente. No, aquella no era una buena idea, debía consultarlo primero con Albus y tenia la impresión de que se iba a negar.
- ¿como puede decir eso? - la voz de una aterrorizada alumna de primero la sacó de sus reflexiones - el no lo escucha...esta inconsciente... ¿como puede saber que el quiere que se quede?.... - sus pequeños ojos azules fijos en la mujer llenos de lagrimas silenciosas
Esto era demasiado, debía sacar a Potter de la enfermería pronto o comenzaría a tratar casos de ansiedad antes de que el sol saliera, no era bueno par los enfermos tenerlo ahí. Iba a acercarse a el y a tomarlo por el brazo para, si era necesario, arrástralo hasta afuera de sus "dominios" cuando el chico volteó y la miró nuevamente con aquellos ojos llenos de locura
- ¡ALEJESE!!!! - gritó con odio mientras se asía con mas fuerza a la cama del rubio. Pero Poppy estaba decidida
- No puede quedarse Potter! Fuera!
- ¡NO!!! - gritó el chico fuera de si
- Está alterando al resto de pacientes! TIENE que irse!
- ¡El no lo quiere!!! - gritó el ojiverde estallando en llanto
- no me obligue a usar mi varita Potter.... - la voz de la enfermera era un solo de frialdad
El chico se estremeció, pero se mantuvo firme en su decisión; no se movería.
- baja esa varita Poppy - La voz del director los desconcertó a ambos ¿Cuándo había llegado ahí?
La mujer obedeció mientras Harry volvía el rostro sonriente a Draco y le susurraba en un tono insano
- ¿ves? No me iré... no tienes porqué preocuparte...
Hasta aquí dejo el primer capitulo, si, lo se ¡apesta! Pero aun así decidí publicarlo. No se preocupen esta etapa de depresión que estoy pasando no afectará mis otros fics, es solo.... que necesitaba uno en el cual desquitarme.....este lo consiguió y estoy segura que cada vez que tenga un problema un nuevo capitulo saldrá de ellos, lo cual quiere decir que no se con que frecuencia será actualizado
Gracias a quienes hayan leído esta porquería hasta aquí. Y no esta beteado porque no quería que mi Kata-chan se me deprimiera tb. Si estas leyendo esto, espero que no te moleste el que no te haya mandado este cap primero.... pero la verdad mi angustia, desesperación y bla, bla, bla, pudo mas
Prometo el próximo cap de Sangre Real pronto!!!! Ya tengo la idea
No pido reviews por que no creo que la historia se los merezca...pero si desean dejarlos me alegraria un poco el dia ¡puaj! debo parecer una melodramatica no?
Nynia
~*Miembro de la Orden Severusiana*~
