Solo quiero aclarar que Duelo Xiaolin no me pertenece a mí sino a su respectivo creador(a)


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Keiko llega al Templo

El día en el templo se encontraba con una atmósfera de inusual entusiasmo y alegría. Sobre todo para nuestra heroína Kimiko, ser la única chica en el Templo de los Dragones Xiaolin en ocasiones la hacia sentir un poco sola. No tener a una de sus amigas cerca, era bastante frustrante, es decir, aunque todos hacían un papel importante para ella como: El Maestro Fung siendo un gran mentor, y la figura paterna del lugar. El Gran vaquero Clay, su tamaño solo podía comparársele con su amabilidad y sencillez. Omi, el más pequeño del grupo, ella siendo hija única siempre quiso tener un hermanito y con el pequeño ya lo había encontrado. Dojo el dragón detector de Sheng Gon Wus, con sus locuras podía alegrar el ambiente mas tenso, y si no fuera por el la búsqueda de Wu sería casi imposible. Y por ultimo, pero no menos importante, se encontraba su mejor amigo en el Templo, es decir, Raimundo Pedrosa, el chico brasileño rebelde, despreocupado y el más holgazán de todos, pero también un muchacho realmente bondadoso con sus semejantes y dispuesto a dar todo por la gente que le importa. Aunque todos tenían sus grandes cualidades y disfrutaba de divertidos momentos con cada unos de ellos, no era lo mismo que platicar con una chica como ella. Es decir, era imposible que con Clay u Omi tuviera una conversación de temas femeninos como: la Ropa que esta de moda, los colores de la temporada, o quienes son los muchachos mas guapos del planeta. Y aunque Rai era la única persona con la que podía tener una charla de tecnología, siendo el segundo dragón en saber mas sobre ese tema después de ella, no era lo mismo. Gracias al cielo las plegarias habían sido escuchadas.

-¡Muchas Gracias Maestro Fung! De verdad me siento muy feliz de que haya aprobado la visita de Keiko.- Le agradecía entusiasmada la dragona de fuego.

-No es nada Kimiko, pero recuerda que solo le estará permitido permanecer aquí una semana, es por su propia seguridad-

-Si Maestro Fung, no se preocupe, ya le había dicho eso a Keiko, pero aún así mil gracias otra vez.-

La sonrisa de la chica también contagio a su Sensei logrando así que en su rostro se dibujara una igual, era gratificante para el que su alumna estuviera tan feliz. La perfecta escena se vio interrumpida por el molesto sonido polifónico del celular de Kimiko.

-Mochi Mochi ¿Si Keiko eres tu ? Dime ¿Dónde estas?... ¿Que?... ¿Qué tuviste un problema con tu equipaje ¿Qué clase de problema?

- Mas bien fue un problema con tu Dragón- Dijo una linda jovencita mientras abría repentinamente la puerta principal del Templo y cerraba su celular ultimo modelo.

Efectivamente, se trataba de su gran y mejor amiga en todo el mundo, Keiko. La chica vestía un par de pantalones negros, marcando sus esculturales piernas y una blusa blanca de tirantes corta, permitiendo ver su ombligo y el piercing que tenía en este. Los accesorios en sus muñecas y en el cuello no faltaban. El cabello castaño oscuro era sujetado por una cinta en la punta de su melena, un castaño casi tan oscuro como el azabache de su amiga.

Era impactante la similitud que había entre ambas chicas. Las dos compartían además de su gusto por la misma clase de ropa, el mismo tono azul de ojos, esas mejores amigas lucían más bien como hermanas. Kimiko inmediatamente se lanzo a recibir a la chica con un gran y fuerte abrazo. Las risas y sonrisas adornaron la escena, separándose un poco de su amiga, la tomo de las manos, la presento formalmente ante su maestro, y después de la respectiva y respetuosa presentación, fueron corriendo para que Keiko conociera al resto del grupo. Mientras Dojo arrastraba las innumerables y pesadas maletas de la invitada.

-Pensé que la amiga de Kimiko solo iba a estar aquí ¡no el resto de su vida y la mía!- Reprocho el dragón.

-Mmm…- El maestro solo avanzo hacia la sala de meditación del lugar, haciéndose de la vista gorda, dejando a un pobre reptil ocuparse de tan pesada carga.

Las chicas llegaron tomadas de la mano al patio de entrenamiento del lugar. El resto de los chicos dejaron sus respectivas actividades y se acercaron para conocer a su nueva visitante.

-Hola mucho gusto señorita, mi nombre es Clay Bailey a su ordenes- Le dijo el vaquero, mientras se quitaba su sombrero y hacia una pequeña reverencia como señal de respeto.

-El gusto es mío chico vaquero- Le contestó guindándole un ojo al rubio. Provocándole un leve rubor al texano.

-¿Y quien es este pequeño monje amarillo?- Le decía a Omi mientras pellizcaba una de las mejillas del pequeño.

-Mi nombre es Omi, es un enorme placer conocerte Keiko- Le decía el calvito mientras sus ojos mostraban un brillo de encanto para la huésped.

-Oye Kimiko ¿Ellos son todos tus amigos? No había también entre ellos un chico brasileño.

-Ay cielos ese Raimundo ¿Dónde esta?- Se cuestiono algo molesta Kim.

-De seguro a de estar por ahí holgazaneando como siempre- Le contesto el calvito amarillo.

Mientras que por otro lado nuestro castaño se encontraba practicando sus tiros de football soccer, utilizando un par de árboles cercanos como portería, el ejercicio que en ese momento realizaba y el inmenso calor del momento, le hicieron tomar la decisión de quitarse la camisa negra que llevaba con orgullo desde que fue nombrado el Guerrero Shoku del Grupo Xiaolin y amarrársela alrededor se su cintura. Su perfecto, sensual y endurecido abdomen podía broncearse ante el sol al igual que el resto de su piel. Raimundo aunque físicamente había cambiado un poco con los años que llevaba en el templo, y tenía una apariencia digna de enorgullecerse por los entrenamientos, en el fondo seguía siendo ese mismo chico que llego un día como aspirante a aprendiz de dragón Xiaolin. Un joven despreocupado, bromista, rebelde pero con una bondad envidiable ¿Pero para que negarlo? el muchacho era el sueño de cualquier chica.

-¡¡¡ Rai!!! Ven acá, te estamos esperando- Le grito la dragona a su amigo, sacándolo de su burbuja futbolística.

El moreno se quito un poco de sudor de su frente, le dio como contestación una sonrisa y se dirigió con el resto de sus amigos.

Cuando finalmente el llego con los chicos, Keiko no dejaba de comerse a Raimundo con la mirada, primero lo vio de abajo para arriba. El abdomen antes mencionado había sido el centro de atención en un principio, luego los pechos perfectamente marcados del joven, siguió el recorrido en un brazos ligeramente musculosos, pero fuertes a la vez. La amiga de Kimiko tuvo que quitarse las gafas oscuras que se había puesto anteriormente debió a los rayos del sol, para apreciar mejor la figura masculina que estaba adelante suyo. La admiración llego a tal nivel que la boca de la chica se abría para luego morderse el labio inferior sensualmente sin que nadie lo notara.

- Mira Keiko, me gustaría presentarte a nuestro Líder…-

-Hola Me llamo Keiko Aino, encantada de conocerte, - interrumpió abruptamente a su amiga para presentarse a si misma.

-Igualmente, Yo soy Raimundo Pedrosa- Le extendió su mano amigablemente el chico a la visitante.

Luego del amigable apretón de manos que le ofreció el moreno a la chica, Omi le propuso un desafío al guerrero Shoku.

-Oye Raimundo, apuesto a que puedo patear tu retaguardia en un juego de soccer.- Le reto el pequeño amarillo al Líder.

-Se dice "Patear tu trasero" y eso esta por verse hombrecito ¿Alguien mas se apunta?-

-Yo también entro, se escucha divertido- Se incorporo el vaquero.

- ¿Y tu Kim?, tal vez Keiko quiera jugar con nosotros-

-Tenemos otros planes ¿Verdad Keiko?¿Keiko?-

La chica se había quedado embobada viendo los bellos ojos verdes de Raimundo, mientras el le sonreía alegremente ¿Cómo no pudo haber notado antes tales ojos? Se preguntaba.

-¿Qué decías Kimiko?-

-Ven vamonos te mostrare el lugar, te daré un pequeño recorrido por el Templo- Le decía la mientras la jalaba del brazo.

-Emmm…Si…Claro… ¡Hasta pronto Raimundo!- Se despedía coquetamente del brasileño, pero el chico sin prestarle mucha atención solo se dispuso a empezar con su reto entre amigos.

Un rato después de mostrarle la habitación que compartiría, el lugar donde comerían, el baño, las diferentes habitaciones del lugar y la bodega de los Sheng Gon Wus finalmente se dispusieron a tomar un pequeño descanso, y sentarse en la fuente. Kimiko no paraba de repetirle a su amiga lo feliz que se encontraba de que ella estuviera aquí, y lo mucho que se iban a divertir juntas, pero parecía que su amiga estaba en otro mundo, vas bien como en otra galaxia. Hasta que finalmente le pregunto como estaba su vida amorosa.

-¿Y que tal vas con Ryo?-

-¿Qué?- Le respondió la castaña desconcertada.

- Ryo, el chico increíblemente maravilloso con el que estabas saliendo estos últimos meses.

-Pues…ya me canse de él.

-¿Qué quieres decir?-

-Pues veras, últimamente lo nuestro no va muy bien que digamos, me siento muy abandonada por su parte, casi no me hace mucho caso que digamos, no me busca para salir y siempre soy yo la que le llama por teléfono para saber como esta, por eso decidí alejarme de el un tiempo, tal vez cuando regrese a Japón terminare con el definitivamente-

Keiko comenzaba a tomar una pose de orgullos para no mostrar tristeza alguna y terminar siendo objeto de lastima.

-Ohhh ya veo, de verdad siento oír eso Keiko- La monje no pudo evita de todas maneras entristecer un poco su mirada al escuchar eso.

-Hehehe no te preocupes, Hahaha estoy muy bien.- Le dio una sonrisa a Kim para borrar esa mirada de compasión que desde un principio trataba de evitar.

-Cambiando de temas, ya que dijiste "chico increíblemente maravilloso".

-¿Sí?- Preguntó ingenuamente la peli-negra.

-¡¿POR QUE NUNCA ME DIJISTE QUE RAIMUNDO ERA TAN GUAPO?- Interrogo eufóricamente.

-¿Qué?¿Cómo?¿De que estas hablando?.-

-No te hagas tonta, ese chico es un sueño-

-¿Pero que demonios le ves de atractivo?- Pregunto enfurecida Kimiko.

-Eso es obvio ¿Me ayudaras o no? Un momento Kimiko ¿Acaso estas…?-

-¡Para nada! Ni siquiera insinúes eso- Grito la monje de fuego intentando esconder lo que realmente sentía.

-Ustedes son compañeros Xiaolin, amigos, pero eso es todo ¿Verdad?-

-Claro que si- Le respondió a la castaña.

-Entonces si me ayudaras a que funcione con Raimundo ¿Me ayudaras a conquistarlo?

- Como ya te dije antes, no hay nada entre nosotros. ¡Si así lo quieres entonces te ayudare!- Kimiko había dicho la peor mentira de su vida, una promesa que no realmente no quería cumplir.

-Muy bien es un trato entre mejores amigas- Keiko tomaba el dedo meñique de su amiga y lo entrelazaba con el suyo.

Una vez en la noche los chicos se reunieron para cenar, Kim le había cedido su puesto en la mesa a Keiko junto al lado de Rai. Mientras los chicos disfrutaban de la comida, la chica que estaba sentada junto al líder no le quitaba los ojos de encima, mientras la monje masticaba su comida de muy mala gana. Después de la peculiar cena que protagonizo el triangulo amoroso, todos se disponían a ir a sus respectivas habitaciones a tomar su merecido descanso, al igual que las amigas que compartirían su habitación.

Ya en la noche a eso de la una o dos de la mañana, se empezaron a escuchar ruidos en los pasillos del lugar. La amiga de Kimiko que padecía de sueño ligero fue despertada por tal escándalo, así que fue a ver quien era el que lo estaba provocando. Decidió no despertar a su amiga, y en caso de que ocurriera algo inesperado, sabía que sus potentes gritos servirían de alarma.

Que maravillosa fue su sorpresa al ver al brasileño en la cocina, asaltando el refrigerador y mejor aún el chico solo usaba de pijama… ¡Unos bóxers azul marino y una camisa blanca!

-Emmm… ¿Puedo ayudarte en algo?- Se aventuro a platicar con el, que buena idea había sido haber comprado esa linda y sexy pijama oscura llevaba puesta, ahora podía sacarle partido a la situación con ese conjunto que consistía en un short y una blusa corta de tirantes.

-Ohhh! Perdona el escándalo, lamento si te desperté- Se disculpo. Bajo su vista un momento recordando lo que traía puesto y se ruborizo un poco debido a la vergüenza.

-Descuida Raimundo, por cierto me gustaría saber un poco más de ti-

-Si, dime-

-Pues….me gustaría saber-

-¿Como fue que me convertí en el Líder de los Dragones Xiaolin?- Pregunto con actitud vanidosa pero cómica a la vez, al tiempo que sonreía nuevamente.

-En realidad quería saber si ¿Tienes novia?- Keiko se sentó en la mesa de la cocina, y puso una de sus piernas encima de la otra, para mostrarle al muchacho sus esculturales atributos, lastima que Raimundo estaba tan impactado por la pregunta que paso por alto las intenciones de la chica y solo contesto la pregunta algo apenado

-Pues ciertamente, no, no tengo novia-

-Hehehe vaya eso es raro en un chico como tu- Le cerro el ojo con su característica actitud coqueta. El Líder solo volvió a ruborizarse ante tantos halagos por parte de la linda chica. Acto seguido surgió un bostezo de su boca.

-Bueno, lo mejor será que regresemos a dormir-

-Tienes razón Rai. ¿Puedo llamarte Rai cierto?-

-Claro que sí, buenas noches-

-Buenas Noches Rai-

Raimundo se dispuso a ir a su "cuarto" y Keiko se fue a dormir tratando de no hacer ni el menor ruido para no despertar a su amiga. Al momento de meterse al cobertor tuvo que empujar sin poco a Kimiko para entrar en el colchón, logrando que abriera los ojos.

-¿Qué ocurre Keiko?

-No, no es nada, por favor vuélvete a dormir Kim-chan-

-¿ Por qué estas tan sonriente¿Te miras algo emocionada?-

-Yo Hahaha para nada, mejor descansemos me muero por que ya sea de día-

-Como digas….Zzzzz- Kim volvió a su estado de sueños.

Por otra parte su mejor amiga mantenía una sonrisa de oreja a oreja por el encuentro de esa noche con el brasileño por el que tanto había pensado todo el día. Después de eso, sentía que ya había dado un paso adelante en su meta. Conquistar el interés de un muy apuesto moreno.



CONTINUARA...