¿Que por que lo amaba?

¿Que por que lo amaba?

Si, esa era la pregunta, la que en ese momento todas las presentes querían escuchar, una junta de amigas, un café en alguna rustica terraza de la ciudad.

Miro las ansiosas caras de sus amigas

¿Qué porque lo amaba?

Si, le habían preguntado eso…tantas veces.

Sin embargo, jamás lo había contestado con más que negar suavemente y sonreír.

No porque le faltaran razones, no, le sobraban.

Si no para no aburrir a cualquiera que le preguntara.

¿Que por que lo amaba?

Muchas decían que por su cuerpo.

Sí, pero más que eso.

¿Por su eternamente despeinado -y desfrenadamente sexy- pelo?

Quizá, pero más que eso.

¿Por sus hermosos- y descaradamente sensuales- ojos verdes?

Quizá en un 20%, pero aun más que eso.

¿Por haber salvado al mundo mágico?

Eso no tenía nada que ver, ella lo habría amado, aun cuando fuera solo un tímido gryffindor.

¿Entonces qué?

Ella lo amaba, lo amaba, por ser tan terriblemente encantador, amable, dulce.

Ella lo amaba, por ser Tan malo en algunos aspectos, como lavar los trastos, o la ropa, o intentar arreglar al estilo muggle un lavabo sin inundar la casa entera.

Ella lo amaba, por ser tan bueno en otras cosas, como cocinar, preparar ese exquisito café luego de una "agitada" noche, o hacer dormir a teddy luego de un berrinche que el mismo paro.

Ella lo amaba, por ser atento, o tan despistado, por ser tan protector, pero a la vez relajado, por dejar las cosas para mañana, aun cuando tenga un pila de cosas que hacer, solo para sacarla a ella a pasear, o para que lleven a su ahijado al parque de diversiones o a alguna piscina.

Ella lo amaba, por tener una risa tan fácil y por ser serio en los momentos adecuados.

Ella lo amaba por atreverse a sacar la cara, frente a todos sus hermanos, sin miedo y agarrando su mano, por volverse loco cuando ella, sabiendo el efecto que tenía en el, revolvía su pelo (dejando que toda la estancia se llenara con su aroma a flores) o se mordía el labio.

Y lo que más amaba, era el hecho de que el la amara a ella, con tanta o más locura que con la ella le amaba,

Lo que más amaba, era su corazón.

Lleno de ternura y de bondad.

Porque no amaba nada de el

Lo amaba a él.

-debe de amarlo por el anillo que le dio- cuchicheo una de sus amigas, sacándola de sus pensamientos.

-sí, solo mira el tamaño y el diseño de esa esmeralda- respondió otra.

Entonces todas, al darse cuenta de que estaba de vuelta en ese mundo la miraron, nuevamente expectantes.

Ella solo sonrió y negó con la cabeza.