Bienvenidos, fans de Gravity Falls. ¿Buscabais una nueva aventura para los Gemelos del Misterio? ¿Habéis oído hablar de Ib? ¿No? Bueno, ahora sí.
-Sí, es un crossover, pero en la sección de crossovers sería mucho más difícil de encontrar que aquí.
-No, no hace falta haber jugado a Ib para leerlo. Es más, si no conocéis el videojuego disfrutaréis más el suspense.
-BSO: "Ib: Memory"
Y ahora comienza la historia...
...
-¿Guertena?- Dipper arqueó las cejas, extrañado-. ¿Quién es Guertena?
-Es el tipo que le está robando clientes a la Cabaña del Misterio, eso es todo lo que necesito saber- gruñó el tío abuelo Stan-. Pero tranquilos, seguro que hay alguna forma de sabotearle…
-¿Podemos intentar no meternos en problemas por una vez?- suspiró el chico.
La familia Pines había llegado al antiguo museo de Gravity Falls, ahora restaurado para albergar durante una única semana la exposición de un artista llamado Guertena. Aunque Dipper nunca había oído hablar de él, Mabel estaba muy emocionada ante la idea de ir a verla.
-No me meteré en problemas si no me pillan. Y ahora, dejad actuar al maestro- aseguró su tío abuelo, entonces se aclaró la garganta y se acercó al mostrador que había junto a la puerta- Una entrada, por favor. Los niños tienen cinco años, así que no pagan, ¿no?
-Señor, está claro que los niños tienen más de cinco años- respondió la encargada cruzándose de brazos.
Dipper se dio una palmada en la frente al escuchar cómo Stan refunfuñaba algo, y finalmente aceptaba a comprarles las entradas.
-Y yo perdiendo el tiempo aquí pudiendo estar investigando algún misterio interesante- comentó mientras entraban-. No sé por qué te emociona tanto esto, ¿Eh, Mabel?
Pero su hermana no le estaba escuchando. Cuando dio media vuelta para mirarla, Mabel estaba dando saltitos al tiempo que observaba a lo lejos a un chico pasar. Era mayor, de unos dieciocho años, y llevaba el pelo revuelto tenido de un llamativo color morado. Estaba claro que no era de Gravity Falls, por lo visto la exposición atraía a gente de lejos, no era de extrañar que Stan estuviera tan celoso.
-¡Mabel!
-¿Qué?- preguntó ella ladeando la cabeza-. ¿No ves que estoy ocupada?
-Intenta no ponerte en modo "loca por los chicos" otra vez- resopló él poniendo los brazos en jarras-. Además, ese es demasiado mayor para ti.
-Oh, ¿Y tú eres el más indicado para decir eso, Dip-Dip?- sonrió Mabel, y entonces se llevó la mano a la oreja como si hubiera escuchado algo a lo lejos-. ¿Alguien ha dicho Wend...?
-¡Vale, vale, no sigas por ahí!- exclamó Dipper sintiendo cómo se ponía rojo.
Su hermana soltó una carcajada.
-Tranquilo, Dip, no estoy aquí por los chicos. ¡Estoy aquí por el arte!- y señaló la galería que tenían delante, que daba entrada a la exposición-. ¿No sientes su llamada? Algún día yo seré una gran artista, como Mertena, y tendré un museo sólo para mí.
-Guertena- corrigió él.
-Eso he dicho- respondió ella, y antes de que Dipper pudiera responder echó a correr hacia la galería haciendo que varias personas volvieran la cabeza hacia ella y la señalaran.
-¿Qué le pasa a tu hermana?- preguntó Stan, llegando junto a Dipper-. Tiene otra vez esa expresión tan rara en la cara. Me preocupa.
-Es la llamada del arte- suspiró Dipper-. Iré a buscarla antes de que se pierda.
-Genial, yo iré a buscar puertas de emergencia por las que me pueda colar aquí esta noche- respondió su tío abuelo.
-Uh… ya, suerte- dijo el chico mientras se despedía con la mano.
Pero Dipper pronto se dio cuenta de que encontrar a su hermana no iba a ser tan fácil como imaginaba. El primer pasillo llevaba a una sala con una pintura que, en lugar de estar en la pared, ocupaba gran parte del suelo. Sorprendido, Dipper se acercó para observar un paisaje submarino que, estando a sus pies, daba la sensación de ser un profundo abismo. Un enorme pez luminoso le devolvía la mirada desde el cuadro,
-"Abismo de las Profundidades"- leyó en un cartel-. "Un mundo donde no habita el hombre. Para construirlo, lo encerré dentro del lienzo". Qué curioso…
Extrañado, Dipper observó las diferentes galerías que partían de allí. En la primera se encontró una preciosa escultura de una rosa roja rodeada de espinas. En un cartel rezaba:
"Encarnación del Espíritu. De aspecto hermoso, pero si te acercas demasiado te llenará de dolor. Solo puede crecer en cuerpos sanos."
El sexto sentido de Dipper para lo misterioso despertó en su interior. No sabía que pensar de aquel arte, pero había algo extraño en él, y cuando Dipper Pines se topaba con un misterio tenía que resolverlo. Así que, siguiendo el pasillo, empezó a examinar los cuadros con más detenimiento. "Playa de la soledad" "El espíritu de la serpiente" "Guardia desinteresada"… La galería acabó y Dipper tuvo que subir por unas escaleras para descubrir el resto de la exposición. Seguía sin haber rastro de Mabel, pero a quien sí vio fue al chico de pelo morado por el que estaba tan emocionada su hermana.
-Eh perdona- dijo Dipper acercándose a él. El joven parpadeó y se apartó del cuadro que estaba observando, "El Colgado", para bajar la cabeza hacia él con curiosidad-. ¿Has visto a una chica por aquí? Se parece a mí, lleva un jersey blanco y rojo y el pelo castaño largo…
-Oh, creo que sé quién dices- sonrió él amablemente-. Una niña pasó corriendo por aquí hace un rato. Le dije que no se podía correr en el museo, y se puso muy roja, después se fue por ese pasillo.
-Sí, era ella- respondió Dipper aliviado-. Gracias.
El chico se despidió de él y Dipper siguió su camino por donde le había indicado, pasando de largo por una fila de maniquíes sin cabeza, con vestidos de bonitos colores. Había también un extraño sofá titulado "Asiento reservado", pero el chico solo le dedicó una mirada mientras pasaba de largo. De pronto giró una esquina y se encontró en un pasillo casi vacío, con un único cuadro que ocupaba gran parte de la pared y una niña que lo contemplaba con atención.
-¡Mabel!- exclamó Dipper acercándose a ella-. ¿Dónde estabas?
-Ah, hola Dipper- respondió ella con naturalidad-. ¿Qué te parece la exposición?
-Pues… es extraña, hay algo aquí que me pone la carne de gallina.
-Oh, oh, el gran detective Dipper Pines ha descubierto un nuevo caso- se burló ella-. Es arte, transmite sentimientos. Pero tú no lo entenderías, claro.
-Mabel, va en serio…
Apenas había terminado de decirlo cuando las luces parpadearon sobre ellos. Los dos gemelos cruzaron miradas de sorpresa, pero poco después volvieron a encenderse.
-Uf, por un momento me había asustado- suspiró Mabel.
-No, espera… ¿no oyes eso?- intervino su hermano.
Mabel guardó silencio un momento y prestó atención, pero no escuchó nada.
-No, no oigo…-según lo decía se dio cuenta de a qué se refería Dipper-… nada. ¿Por qué hay tanto silencio?
Aunque el ruido de susurros y pasos no era muy fuerte en el museo, ahora que faltaba se notaba mucho la diferencia. Mabel echó a correr por la galería seguida de cerca por su hermano, pero al llegar a la sala más cercana, donde el chico de pelo morado había hablado con Dipper, la encontraron vacía. Sus pasos hacían eco en los pasillos, pero no escuchaban ningún otro sonido, ni encontraron a nadie más por mucho que buscaron.
-¿Dónde está todo el mundo?- preguntó Mabel-. ¿Crees que han cerrado el museo o algo?
-¿En tan poco tiempo? Imposible- respondió Dipper asomándose a una esquina para descubrir otra galería desierta-. Tal vez hayan pillado al tío abuelo Stan haciendo alguna de las suyas y hayan tenido que evacuar el edificio... sí, eso tendría sentido.
-Eehhh… Dipper- Mabel se detuvo en seco, y tiró a su hermano de la camiseta-. Cuando llegamos hacía sol, ¿verdad?
-Sí, ¿a qué viene eso ahora?- preguntó el chico, pero Mabel simplemente señaló una ventana que tenían cerca, Dipper descubrió enseguida cuál era el problema.
El cristal se había vuelto gris, opaco, no se veía nada en el exterior que no fuera una extraña niebla. Dipper se acercó e intentó abrirla, pero no pudo. El cristal estaba muy frío al tacto.
-Esto no me gusta- murmuró lentamente-. Vámonos de aquí, ya buscaremos al tío abuelo Stan luego.
Su hermana asintió y ambos echaron a correr escaleras abajo para buscar la salida. No fue difícil encontrarla, el museo no era tan grande, pero cuando la alcanzaron se encontraron con el mismo problema con la ventana: no hubo manera de abrirla.
-¿Es una broma?- exclamó Dipper, empezando a ponerse nervioso-. ¿Por qué está pasando esto?
Y entonces volvió a pasar. Las luces temblaron, todas ellas, y unos segundos después se apagaron dejando el museo prácticamente a oscuras. Y esta vez no volvieron a encenderse. Dipper se abrazó a Mabel, que aunque también estaba aterrada parecía mantener la calma mejor que él.
-¿Qué está pasando, Dip?- susurró ella.
-No lo sé, en el diario no viene nada parecido- respondió él-. Y no me lo he traído conmigo, pensé que sería un día normal en un museo aburrido…
-Quizá solo haya sido un fallo eléctrico- comentó ella, intentando calmarle.
Antes de que Dipper pudiera responder, el sonido de unos pasos llamó la atención de ambos. Dipper cruzó una mirada de preocupación con Mabel antes de acercarse a investigar el origen del sonido.
-¿Hay alguien ahí?- preguntó el chico.
-¡Dipper!- su hermana señaló el cuadro más cercano, del que fluía o una espesa pintura azul que manchaba la pared.
Ante la sorprendida mirada de los gemelos, la pintura trazó líneas en la pared, formando palabras bien definidas.
"Venid conmigo, os enseñaré un lugar secreto"
Y, a continuación, volvieron a escuchar pasos detrás de ellos. Dando un respingo, Dipper se pegó a su hermana y observó a su alrededor, pero no vio a nadie. Lo que sí descubrió, sin embargo, fueron unas huellas de color azul que manchaban el suelo, marcando un camino por el pasillo.
-Te dije que había algo extraño en este museo-murmuró.
-¡Sigámosle!- propuso su hermana. Dipper se mordió el labio, inseguro, pero ella se encogió de hombros-. No tenemos muchas opciones, ¿no? Estamos aquí encerrados, y no hay nadie más.
-Está bien- aceptó finalmente él-, pero mucho cuidado. Esto podría ser obra de un fantasma, o una maldición…
-O la llamada del arte. Literalmente- rió Mabel a su lado.
A toda prisa siguieron el rastro de pisadas hasta la primera sala de la exposición. Como imaginaban, allí no había nadie, pero las huellas guiaban directamente hacia el cuadro llamado "El Abismo de las Profundidades".
-¡Ese cuadro antes no era así!- exclamó Mabel.
-¿A qué te refieres?- se extrañó su hermano.
-El marco… Míralo, no tiene marco, está pintado en el suelo.
La chica se acercó y se arrodilló junto al cuadro para observarlo mejor. Efectivamente, el marco había desaparecido, el paisaje submarino estaba pintado directamente sobre el suelo y se mecía lentamente como si el agua se moviera debajo de ellos.
-Dip… creo que quiere que entremos aquí- murmuró, muy emocionada.
-¿Entrar en el cuadro?- exclamó Dipper-. He visto muchas cosas sorprendentes, pero esto... ¿Crees que es posible?
-Solo hay una forma de saberlo- sonrió ella, y entonces se puso en pie y le cogió la mano a Dipper-. ¿Qué me dices, los Gemelos del Misterio enfrentándose a lo desconocido de nuevo?
Dipper observó un momento el cuadro antes de volver la vista a los ojos castaños de su hermana. En cuanto Mabel vio aquella mirada de determinación, supo que Dipper no se resistiría a la tentación de investigar aquel nuevo misterio.
-Los Gemelos del Misterio- repitió él con una sonrisa, ajustándose la gorra.
Entonces, sujetos de la mano, ambos dieron un paso para pisar el cuadro. Y el Abismo de las Profundidades se abrió a sus pies, tragándoselos en una corriente de pintura oscura.
Continuará...
Personalmente, me ha sorprendido que prácticamente nadie haya pensado en este crossover. Tiene muchísimo potencial.
Pero como se suele decir, si no encuentras algo que te gusta, hazlo tú mismo, así que aquí tenéis.
Disclaimer: Ib es obra de Kouri, Gravity Falls lo es de Alex Hirsch, yo no tengo ninguna relación con ellos.
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