Disclaimer: Sólo el drabble me pertenece.

Claim: Irina (Sasha; Irina/Laurent)

Summary: Esa niña sería tu venganza, tu anhelada venganza. Era pálida, con los ojos oscuros y el cabello castaño rojizo, tenía que ser una niña inmortal. Un repentino odio se arremolinó en tu pecho.

Notes: Drabble, 347; Un leve toque de cítricos; Este drabble, se supone, es el POV de Irina de la escena en dónde ve a Jake/Bella/Nessie; Es para el reto ¡Aquí estamos! del Foro LOL.


Venganza

Sonreíste esa mañana, mostrando la alegría que no aparecía desde hacía meses. Esa niña sería tu venganza, tu anhelada venganza. Era pálida, con los ojos oscuros y el cabello castaño rojizo, tenía que ser una niña inmortal. Un repentino odio se arremolinó en tu pecho, aún mayor que el que sentías hacia Isabella y todos los chuchos por haber causado de la muerte de Laurent. Sentías el odio hacia los causantes de la muerte de su madre.

(Tu creadora sostenía al pecado en sus brazos, lo cuidaba maternalmente… Sasha no sabía que ese bebé significaría su destrucción.)

Siempre habías denigrado la existencia de esos despreciables, aunque de apariencia adorable, seres sanguinarios y malditos.

(El fuego abrazador, los pedazos desmembrados, los sollozos silenciosos. Había muerto, ya no estaba para orientarlas y protegerlas. Y todo por culpa de esa cosa.)

Esa escena te causaba repulsión, querías degollar rápidamente a esas tres personas que estaban frente a ti. Tu corazón, frío y sin nada que sentir, se encendió con el puro deseo de desquite. Querías que sufriera lo que tú, querías que sufriera el doble que tú cuando perdiste a Laurent.

Laurent. Te detuviste un segundo a pensar en él, en sus labios sobre los tuyos y en sus manos recorriéndote, y corriste. Corriste a avisarle a los que harían el trabajo sucio.

(Sus manos desabrocharon tu sostén y se deleitaron en tus curvas, saboreando tu piel y diciéndote al oído las palabras de amor que deseabas escuchar…)

Reviviste todo: El amor, la pasión, la lujuria…el dolor. Volviste a sentir todo, mientras huías, mientras corrías a contar lo que habías visto.

(—Ha muerto —dijo Kate.

No, no podía ser cierto. Él era tuyo, sólo tuyo. ¿Quién lo había hecho? ¿Quién demonios quebrantó tu felicidad, ahora que de nuevo la habías conseguido?)

Nadaste por el océano, corriste por las ciudades sin que nadie se percatara. Llegaste a la ciudad tan esperada. Volterra, Italia. Entraste en los pasadizos, caminaste por el castillo y entraste a la habitación principal.

—Necesito hablar con ustedes —dijiste, sin esperar invitación —Se trata de los Cullen.