Hola! Después de un largo período ausente regreso con esta historia que hace mucho que había terminado pero que no se había dado la oportunidad de subirla, en fin, es un UA (algo nuevo en mí n.n) y a ver que les parece, es un poco diferente a lo que he escrito pero aquí está, aunque lo que no cambia es que es un Harry-hermosos ojos verdes- Potter y Draco –malévolo pero muy sexy- Malfoy.
Como ya saben yo no gano nada con esto más que vaciar mis traumas de algún modo para mejorar mi ajuste social jeje (aún no se ven los resultados u.uU), como sea, todo es de Rowling y no me pertenecen, tristemente, los personajes (pero los presto de vez en cuando, sobre todo a mi lindo rubio y a mi tierno moreno). Sin más, espero disfruten la historia.
Capítulo 1. Nuestro encuentro
Era una mañana como cualquiera en Londres, sobre todo para un joven muy apuesto de hermosos cabellos rubio platinado y de unos ojos cual tormenta, grises y profundos. Hacía unos minutos que había salido en su automóvil deportivo de su enorme y muy elegante penthouse para dirigirse a trabajar a la exitosa empresa que por generaciones había pertenecido a su familia, una empresa dedicada a la compra-venta de hermosas piezas de arte, absolutamente únicas y valiosas, no solo por el dinero que podían llegar a costar, sino por su historia. Era uno de los temas que podía mantener al joven heredero Malfoy entretenido por varias horas.
Draco Malfoy había asumido la presidencia hacía dos años con la muerte de sus padres en un accidente aéreo mientras volaban en su yet privado hacia el oriente medio por una exclusiva pieza con la que ganarían millones de dólares, encargo de un multimillonario francés, la exquisita pieza del gran pintor francés Henri de Toulouse-Lautrec considerado el máximo exponente del cartelismo francés, la obra, "La femme aux gants" (1981). Sin embargo, nunca llegaron a su destino. Fue un golpe muy duro para Draco, siempre había llevado una relación maravillosa con sus padres y perderlos de repente fue un verdadero shock, si no hubiera sido por su amigo Blaise no lo hubiera logrado. Dos años después, había dominado completamente la dirección de dicha empresa y había logrado millones en ventas, era, en realidad, muy bueno en lo que hacía y sobre todo, le encantaba, pero siempre sentía que un vacío lo inundaba en las noches en que dormía solo en su cama, algo le faltaba, pero no sabía qué era. Había tenido muchas parejas, pero con ninguna había llegado a más de una relación de un par de semanas, encontraba sus relaciones siempre frías y superficiales, algo que lo hacía sentir peor.
Aquí se encontraba recorriendo la ciudad a los 24 años, dueño de una de las empresas más exitosas del país y con la vida totalmente resuelta. Cuando de pronto, recordó que había decidido pasar a la librería que se encontraba de camino a su oficina por un libro que le había recomendado mucho su amigo Blaise, "El mar de los fantasmas" de un autor londinense, Fred D´Aguiar, por lo que decidió detenerse, estacionó su precioso deportivo del año y entró.
-Buen día, puedo ayudarle en algo? -dijo una joven de no más de 18 años.
-Si, busco este libro –el rubio le dio el nombre.
-Sígame y le mostraré donde se encuentra –le dijo la chica con una sonrisa, Draco le sonrió de regreso y empezaron a caminar para detenerse detrás de unos estantes que los mantenían ocultos de los demás clientes –en esta parte puede encontrarlo, quiere que lo busque por usted? –preguntó la chica solícita.
-No, gracias, yo lo haré, así curioseo un poco –respondió el chico.
-Bien, si necesita algo puede llamarme.
-Gracias –la chica se retiró. Draco se encontraba mirando los diferentes títulos que se encontraba a su paso, hasta que dio con el que buscaba, lo miró, definitivamente era ese, lo tomó y al retirarlo de la estantería se topó con unos ojos que lo miraban desde el otro lado.
-Iba a tomar ese libro –dijo el dueño de esos ojos.
-Yo... lo siento –dijo el rubio inseguro de cómo reaccionar, nunca había visto unos ojos tan bellos. El recién llegado dio la vuelta a la estantería y se colocó frente a Draco con una enorme sonrisa.
-No importa, es un muy buen libro, lo he leído tres veces, pero como se me perdió iba a reponerlo –Draco no respondió de inmediato, se encontraba aturdido, nunca había visto semejante perfección ante sus ojos, el chico frente a él era absolutamente hermoso, de unos 21 años, llevaba una chamarra de cuero negra junto con guantes del mismo color, un suéter blanco y una bufanda del mismo tono, unos jeans y tenis, tenía colgada una mochila al hombro, su piel algo bronceada y perfecta, su cabello negro revuelto pero que le daba un toque sexy y los ojos verdes más bellos del mundo.
-Si lo deseas puedo dártelo, puedo comprarlo después.
-Jaja no, no podría, yo ya lo leí y al parecer tú no, no sería justo, en fin, espero te guste, nos vemos –el chico sonrió y se dirigió a la salida.
-Adiós –Draco respondió la despedida con mucho trabajo, aún sorprendido, pero qué diablos le había pasado? Tomó el libro y se dirigió a la caja, pagó y salió del establecimiento, apenas lo hizo buscó con la mirada a aquel chico pero no lo vio, se había ido.
Decidió no llegar temprano a la oficina debido a que no tenía pendientes ni citas con clientes o proveedores, por lo que se dispuso a entrar a una cafetería que se encontraba justo en frente de la librería, un delicioso capuchino seguro terminaba de despertarlo, era un establecimiento muy elegante y bello, una vez adentro se dirigió a una mesa vacía, un mesero rápidamente tomó su orden y en unos minutos degustaba de un delicioso café, sacó el libro y empezó a hojearlo. Después de unos minutos de lectura levantó la vista y se dio cuenta que el lugar estaba lleno, común a esa hora, no le gustaba mucho estar rodeado de mucha gente por lo que resolvió abandonar el lugar apenas terminara su capuchino, regresó a su lectura despareciendo tras su libro.
-Disculpe, puedo sentarme? Es que todo el lugar está lleno y si no tomó mi café no voy a rendir en la escuela –una voz que le pareció conocida sacó al rubio de su lectura, al levantar la vista se encontró de nuevo con esos ojos –hey, eres el de la librería, que coincidencia –dijo el chico moreno con una enorme sonrisa –puedo sentarme?
-Sí, claro –respondió Draco un poco aturdido, el ojiverde se sentó.
-Me llamo Harry, Harry Potter, mucho gusto –dijo el moreno extendiendo una mano para luego depositar su mochila en una silla vacía.
-Soy Draco Malfoy, un placer –el rubio tomó la mano que le ofrecía su acompañante y la estrechó.
-Veo que estás leyendo el libro, qué te parece hasta ahora? –cuestionó Harry interesado mientras se desprendía de su abrigo.
-Se ve interesante, no es de mis temas favoritos pero cuando lo termine lo veremos.
-Yo lo leí porque me lo pidieron en la Universidad, pero me gustó mucho -el moreno se sentó.
-Qué estudias? -preguntó el rubio acomodándose en su silla para estar más cómodo.
-Literatura contemporánea, quiero ser escritor -dijo el ojiverde orgulloso.
-Oh, ya veo -sonrió ligeramente el rubio.
-Y tú qué haces?
-Trabajo en la empresa de la familia.
-Y a qué se dedica tu empresa?
-Compra-venta de obras artísticas.
-En serio? –sus ojos verdes estaban muy abiertos por la impresión y de nuevo una sonrisa cruzó su rostro- es genial! Tienes un gran empleo! Yo amo todo lo que sea una expresión artística, eres muy afortunado.
-Si, es un gran trabajo, si se le puede llamar trabajo –ambos chicos rieron.
-Desea ordenar? –un mesero se había acercado.
-Si –respondió Harry –un capuchino por favor.
-Para llevar? –cuestionó el mesero.
-No gracias, lo tomaré aquí, odio ir corriendo con mi café en la mano por todo Londres –dijo con una sonrisa mirando al rubio.
-Enseguida –el mesero se retiró
-Amo los capuchinos, te lo juro, fríos, calientes, me encantan!
-Sí, también es mi favorito –respondió Draco divertido por el comportamiento algo hiperactivo de su acompañante.
-En verdad, vaya, tenemos muchas cosas en común Draco.
-Así es Harry –el mesero llegó con la bebida, la dejó y se retiró.
-Rayos –dijo el moreno consultando su reloj después de un rato de platicar con el rubio acerca de su trabajo- es tarde, olvidé que mi reloj siempre se atrasa, creo que lo hubiera pedido para llevar, si no me apresuro llegaré tarde y hoy tengo un examen –bebió rápidamente su café e hizo ademán de levantarse.
-Espera, puedo llevarte si quieres, yo también ya me voy –ofreció Draco, aunque no estaba muy seguro de por qué lo hacía, no era muy amable con las personas y menos con extraños, pero algo le pasaba con este chico… tal vez era que le divertía.
-No quiero molestar, seguro tienes que llegar a tu trabajo- respondió el ojiverde mientras se colocaba su chamarra y tomaba su mochila.
-Oh, no es molestia, así tengo pretexto para llegar tarde –el rubio sonrió.
-Bien, acepto, pero solo para ayudarte –Harry correspondió la sonrisa.
-Por supuesto – pagaron, bueno, Draco pagó la cuenta con el pretexto de agradecerle por cederle el libro y abandonaron el lugar. Llegaron hasta donde Draco había estacionado su coche y Harry se sorprendió.
-Este es tu coche? –cuestionó el moreno analizando el automóvil frente a él.
-Si, por? – respondió Draco mientras quitaba la alarma.
-Es precioso, debe irte muy bien en el negocio.
-La verdad si –Draco le abrió la puerta a Harry, esperó que subiera y la cerró para después subir el también.
-Mis padres aún no quieren darme un automóvil, dicen que soy muy irresponsable para tenerlo ¬¬ -comentó el moreno mientras el rubio encendía el coche, Draco rió, el puchero que había puesto Harry era muy divertido.
-No te preocupes, dales tiempo, solo desean cuidarte.
-Si, claro, pero mientras no puedo salir a divertirme u.u en fin, me resignaré.
Minutos después ya estaban en camino a la escuela de Harry, iban platicando de trivialidades, como la música que estaba escuchando Draco.
-No digo que no sea buena, pero si no escuchas a Linkin Park o Rammstein es que tienes problemas.
-Prefiero escuchar cosas mas tranquilas, ya sabes, The Beatles me ayuda para relajarme, además eso no significa que no me guste la música moderna, tampoco soy un anciano.
-Claro, eso lo comprendo pero aun así... oh, gira a la izquierda, llegamos. Bien Draco, gracias por traerme –dijo el moreno mientras Draco se estacionaba.
-De nada Harry, solo espero podamos charlar de nuevo –una vez que se detuvieron Draco se giró hacia su acompañante.
-Por supuesto, siempre puedes encontrarme por las mañanas en la cafetería,"L´amour" es como mi segundo hogar jaja
-Genial, te veo entonces.
-Bien, nos vemos –el chico bajó del auto y se despidió con la mano antes de entrar al edificio.
-Nos veremos Harry – el rubio suspiró y aceleró dirigiéndose a sus oficinas en el centro de Londres, es decir, completamente al otro lado de la ciudad.
Draco llegó a un enorme edificio, Malfoy Inc., entró al estacionamiento y se colocó en el lugar de siempre, bajó y se encaminó hacia su enorme oficina en el último piso del enorme edificio.
-Buenos días Danna, hay mensajes? –Draco se dirigió a su secretaria, la cuál había trabajado muchos años con su padre.
-No Sr. Malfoy, el Sr. Zabini lo espera en su oficina -respondió con una sonrisa una mujer de unos 45 años, de cabellos castaños, piel muy blanca, ojos azules y algo gordita.
-Gracias Danna –Draco atravesó las puertas de una madera carísima y entró, se encontró a su amigo viendo la enorme televisión que el rubio tenía en su oficina, cerró la puerta tras de sí y se dirigió a Blaise – Buen día Blaise, veo que madrugaste, acaso te caíste de la cama?
-Muy gracioso Draco –respondió un chico de 24 años al igual que Draco, alto, delgado, de cabello negro y de unos intensos ojos azules. Blaise era el mejor amigo de Draco desde... desde siempre, sus familias siempre habían sido muy unidas y prácticamente crecieron juntos, hubo un tiempo que se separaron al asistir a internados diferentes pero se habían reunido en la Universidad de nuevo para estudiar Negocios Internacionales, solo que Blaise prefería seguir divirtiéndose que empezar a hacerse cargo de los negocios familiares, algo que le traía muchos conflictos con sus padres.
-A qué debo el honor de tu visita, amigo –Draco colocó su portafolios en su escritorio y se acomodó junto a Blaise en el enorme sofá frente a la televisión.
-Pues nada, vine a contarte de mi maravilloso fin de semana en la Riviera Francesa y por eso vine temprano, pero precisamente hoy se te ocurre llegar tarde.
-Lo que pasó es que conocí a alguien.
-..., bromeas, verdad? –dudó el chico.
-No Blaise, no bromeo -se levantó y se dirigió al bar que tenía en su despacho para servirse un whisky, luego regresó a sentarse- fue en una librería mientras compraba el libro que me recomendaste.
-Y qué tal? Cuéntame todo –dijo el moreno acomodándose mejor en el sofá para mirar a Draco de frente.
-Lo que sucedió fue que... –y después de un buen rato el rubio pudo terminar la historia ya que su amigo lo interrumpía a cada momento para cuestionarle detalles- y lo llevé a la escuela y quedamos de vernos mañana en la cafetería… bueno -reflexionó- así como quedar no, pero más o menos –terminó, haciendo un gesto con la mano como restándole importancia.
-Amor a primera vista -murmuró el moreno al ver la sonrisa del rubio, pero Draco no lo escuchó ya que miraba por la enorme ventana frente a él- Vaya -dijo Blaise en tono más alto sacando al rubio de sus cavilaciones- y era muy guapo, no?
-Pues sí, pero no fue eso lo que me llamó la atención, sino... no sé, me irradiaba mucha paz y dulzura, fue muy extraño, además de su alegría, parecía como que disfrutaba cada cosa que hacía –dijo el joven Malfoy encogiéndose de hombros.
-Si claro ¬¬, era guapo y punto, en fin, te parece si cenamos mañana? Así me cuentas que tal te fue con tu chico... un momento, aún va a la escuela? Eso quiere decir que es menor que tú o.O –dijo el moreno horrorizado. Draco rió.
-Supongo Blaise jaja, pero no pongas esa cara, no tiene nada de malo, a mi no me importa, sé que a ti te gusta salir con hombres mayores pero a mi me da igual.
-No te entiendo, no puedes divertirte igual! u.uU en fin, es tu decisión.
-Bien Blaise, no es que te esté echando pero tengo trabajo, algo en lo que ya deberías pensar ¬.¬
-Pero no por ahora n-n -dijo el chico poniéndose de pie, Draco lo miraba desde el sofá- me voy, ya que me echas, porque es justo lo que haces, iré a molestar a Richard.
-El abogado de tu padre? Tiene como 40 años! –dijo Draco sorprendido, apenas hace dos días Blaise andaba con un amigo del club.
-Así es –una sonrisa lujuriosa llenó el rostro de Blaise- y muy bien vividos, es lo que te vas a perder con tu chico, la experiencia.
-Si tu padre se entera seguro lo mata y a ti junto con él.
-Pero no se enterará, a menos que alguien se lo diga –dijo Blaise mirando a Draco enarcando una ceja en señal de "ni se te ocurra o yo te mato".
-Tranquilo Zabini, de mis labios no saldrá, y deja de mirarme así.
-Bien Malfoy, más te vale, nos vemos mañana en la noche?
-Sí, en donde siempre a las 8.
-Genial, nos vemos Draco
-Adiós Blaise –el chico salió cerrando la puerta. Draco se levantó y se acercó a la enorme ventana de su oficina, desde ahí se tenía una vista maravillosa de la ciudad, espero te haya ido bien en tu examen Harry, pensó divertido, sonrió y se puso a trabajar.
A la mañana siguiente se levantó bastante animado, quién lo creería, el frío y distante Draco Malfoy estaba feliz porque iba a ver a un muchacho en un rato. Si sus padres lo hubieran visto en esos momentos no lo reconocerían. Se levantó de la cama y se dirigió al baño por una ducha, se vistió y salió de su apartamento, tenía la enorme mansión de sus padres pero prefería vivir en su penthouse, tener tantos recuerdos de sus padres rodeándolo aún le dolía. Tomó su gabardina negra, un par de guantes, su bufanda y salió. Llegó a su automóvil y se subió, encendió el motor y la radio, Breaking the habit de Linkin Park casualmente sonaba en la estación que había sintonizado, lo dejó sonar pensando en el moreno, definitivamente aún no era un anciano. Al entrar a la cafetería buscó a Harry con la mirada pero no lo encontró, se sentó en una mesa y ordenó un capuchino mientras leía el periódico que había comprado antes de entrar al establecimiento. Esperó y esperó, pero el chico no llegó, una hora después salió del lugar algo decepcionado, de verdad esperaba verlo. Subió a su automóvil y aceleró muy tentado de pasar por la escuela del moreno, pero se contuvo y se dirigió a la oficina.
-Así que no llegó.
-No –Draco se encontraba sentado a la mesa junto con Blaise en el restaurante favorito de ambos, les encantaba la comida italiana.
-Tranquilo amigo, a lo mejor tuvo un contratiempo, y la verdad, siendo realistas, no te prometió ir, solo dijo que ahí podrías encontrarlo.
-En eso tienes razón –Draco bebió un sorbo del delicioso vino tinto que habían pedido.
-Por qué mejor no salimos a divertirnos? A lo mejor conoces alguien, el próximo sábado es el cumpleaños de Kyle y me gustaría ir, piensas ir? Así vamos juntos.
-Bueno, no tengo nada mejor que hacer y Kyle insistió en que fuera –el rubio suspiró.
-Bien, entonces así será.
-No creas que esto será seguido Zabini- Blaise rió, estuvieron platicando un rato más.
La música del restaurante era muy bella, un pianista amenizaba el ambiente dando un toque elegante y relajado al lugar. De pronto un joven de aspecto aniñado pero sumamente atractivo se acercó a la mesa que los amigos compartían.
-Hola Draco -el joven se inclinó y besó suave pero sugerentemente al rubio, luego miró al moreno -Hola Blaise -el aludido respondió con una sonrisa.
-Hola Brian -sonrió el rubio después que hubo terminado el beso.
-Te gustaría acompañarme por un trago? -preguntó el joven de cabellos negros y hermosos ojos color miel que le daban un aspecto exótico.
-Lo siento Brian, debo trabajar temprano -respondió el rubio con una suave sonrisa, Blaise solo miraba la escena -pero te llamó y nos ponemos de acuerdo para salir.
-Claro -respondió el chico algo disgustado pero con una sonrisa aún en sus labios- nos vemos chicos - el joven se retiró y Draco siguió con su cena sin darle importancia a lo que había pasado.
-No puedo creer que rechazaras a Brian, me habías dicho que era tu punto débil hace una semana y que tal vez podías llegar a algo con él- dijo Blaise mirando al rubio. Draco levantó la vista de su plato y miró a su amigo.
-Tengo mejores cosas que hacer y mejores cosas en que pensar -respondió el rubio con una sonrisa mientras la imagen de un joven con hermosos ojos como esmeraldas cruzaba su mente.
El resto de la semana el rubio pasó por la cafetería cada mañana, pero no volvió a toparse con el moreno, por lo que con algo de tristeza decidió apartarlo de su mente, a fin de cuentas, sólo había sido un encuentro casual. Al fin llegó el sábado, Draco estaba terminando de arreglarse cuando su celular sonó.
-Qué pasa Blaise?
-Solo te llamé para avisarte que voy a llegar un poco tarde a la fiesta, pero adelántate, me dijo Kyle que quería hablar contigo.
-Y se puede saber el motivo de tu retraso? –dijo el rubio con cierta sospecha.
-Richard... no ahhh me deja ir... aún.
-Ya veo –Draco sonrió, había acertado- salúdamelo, quieres? Y ahora termina con eso para que puedas llegar a la fiesta.
-Bien Draco, Richard te saluda también, bye.
-Bye –Draco cortó la comunicación y terminó de arreglarse. Subió a su hermoso Porsche negro y se dirigió a la fiesta. Simplemente lucía espectacular, era una fiesta casual y Draco sabía vestirse para la ocasión. Portaba un suéter de cuello alto, unos pantalones de vestir y unos zapatos, todo en color negro, así como la preciosa gabardina para protegerse del frío, guantes y bufanda, ya estaban en invierno y había bastante frío. Bajó del auto y entró, su amigo Kyle lo saludó en la puerta.
-Draco amigo, que bueno que decidiste venir! –lo saludó efusivamente el cumpleañero. Kyle, Blaise y Draco habían asistido juntos a la Universidad y desde entonces eran muy buenos amigos. Pero el rubio, por los recientes acontecimientos ya casi no salía a fiestas o reuniones, a menos que fueran en relación con la empresa.
-Feliz cumpleaños Kyle –Draco lo abrazó y le entregó su regalo, un bello reloj de Tiffanys´s.
-Gracias, pasa, necesito hablar contigo.
-Por supuesto –Draco entró y el penthouse de fiestas de su amigo estaba a reventar, para eso lo usaba ya que aún vivía con sus padres. Kyle lo jaló hacia un mueble vacío.
-Escucha, el próximo viernes es cumpleaños de mi madre y necesito un buen regalo, estaba pensando en algo como un joyero o no sé, tú sabes de esas cosas, yo no tengo idea.
-Jaja, déjame ver con qué contamos y te llamo mañana para avisarte, te parece?
-Gracias Draco, de no ser por ti estaría muerto.
-Sí, como con tu ex, cómo diablos se te ocurrió regalarle un encendedor!
-Hey! Era de oro!
-Sí, pero ella ni fumaba -Draco enarcó una ceja enfatizando sus palabras.
-Jaja, es verdad, de no ser por ti me hubiera botado antes de cuando lo hizo n.nU.
-Eres un caso Kyle, en serio.
-Bueno ya, que es mi cumpleaños, por cierto, no viene Blaise?
-Sí, pero estaba un poco ejem... ocupado, vendrá más tarde.
-No me digas, su nueva conquista en turno -Kyle hizo una mueca divertida, las conquistas de su amigo siempre eran tema de conversación.
-Exacto.
-Bueno, ni modo, que lo disfrute, por qué no vienes y te presento a unos amigos, hace tanto que no sales que no conoces a mucha gente.
-Bien –ambos chicos se levantaron y empezaron a caminar por todo el lugar para que Kyle le presentara a Draco a sus nuevos amigos. Cuando de pronto tocaron a la puerta.
-Espérame un segundo Draco, debe ser mi primo, te dejo un momento con Alex.
-No te preocupes –Draco siguió platicando con Alex, al parecer habían asistido a la misma Universidad pero no se conocían, mientras Kyle abría la puerta.
-Primo! –Kyle abrazó a un chico pelirrojo que acababa de llegar el cual correspondió al abrazo- que bueno que viniste!
-No podía dejarte solo primo, además- sonrisa pícara- es una fiesta!
-Me alegro -rió Kyle, luego miró al acompañante de su primo. Ron procedió a presentarlos.
-Por cierto, él es mi mejor amigo en la escuela, Harry, él es mi primo Kyle.
-Mucho gusto Harry, pasen, voy a presentarles a uno de mis mejores amigos- Harry caminaba tras Ron y Kyle, miraba el lugar muy interesado, era muy elegante y bonito, el ambiente se veía genial aunque la música... bueno, estaba bien. Cuando de pronto, unas palabras lo sacaron de sus pensamientos.
-Y él es mi amigo Harry –el moreno giró los ojos y se encontró con unos grises que lo miraban asombrados ante tal encuentro.
Vaya, que genial volvieron a encontrarse! (si no obviamente no habría historia ¬¬), ya veremos en el siguiente cap lo que sucede con esta situación que se ve muy prometedora, pero eso sí, la historia va a dar un gran giro, serán solo 4 caps así que no tardarán en saberlo. Espero sus comentarios, sugerencias o cosas por el estilo, es mi única recompensa y la mejor manera de saber si les gustó o no.
En fin, nos vemos pronto!
Frine
